Lo que Dios quiera, cuando Dios quiera, como Dios quiera 
Lo que Dios quiera, cuando Dios quiera, como Dios quiera
Sección Biografías:Blaise Pascal
Blas Pascal nació en Clemont–Ferrand (Francia) en 1623 y perdió a su madre a edad temprana. Emigró a París a los 6 años de edad con su padre y, pese a la oposición del mismo, comenzó su vertiginosa carrera en el campo de las matemáticas. En sus biografías se describe que, cuando en plena infancia descubrió por sí solo que la suma de los ángulos interiores de un triángulo equivale a 2 rectos, su padre se conmovió y le permitó dedicarse a la geometría.
Figura 1.- Blas Pascal
Sin ir más lejos, con sólo 16 años publica el hoy llamado teorema de Pascal en su Essai pour les coniques. Su prolífica actividad dio lugar en 1642 a la primera calculadora (la Pascalina), un dispositivo mecánico capaz de sumar y que creó para ayudar a su padre en su labor como contador.
Figura
2.- La Pascalina (1642)
En el campo de las matemáticas, desarrolló en ese mismo período la teoría de la probabilidad, base fundamental de los actuales conceptos de estadística. Esta experiencia en probabilística lo llevó a incursionar en la física; interesado en las experiencias de Torricelli, desarrolló los actualmente conocidos «principios de Pascal», estructura base de la mecánica de fluidos y que permitió comprender en detalle los principios fisiológicos de la respiración y la circulación.
Este
polifacético hombre de ciencias, probablemente la mente más lúcida del siglo
XVII, fallecería a la temprana edad de 39 años, víctima de un tumor gástrico.
Más allá de la impresionante obra científica que en forma enormemente
superficial hemos descripto, debemos considerar a Blas Pascal como uno de los místicos
cristianos más trascendentes de la modernidad. En una de sus más famosas
obras, Pensées, nos exhibe una colección de pensamientos y reflexiones
sobre la fe («Si
Dios no existe, nada pierde uno en creer en Él, mientras que si existe, lo
perderá todo por no creer.»).
En
esta obra, Pascal explica las dificultades del género humano por el pecado
original, y sostiene que la revelación puede ser entendida sólo por la fe, la
cual su vez se justifica por la revelación.
Pascal
ha sido capaz de fusionar los conceptos del modo de vida cristiano con su amplio conocimiento matemático, y de
hecho, no vaciló en aplicar en cierta manera su teoría estadística: relataba
que el valor de la felicidad eterna es infinito y que, aunque la probabilidad de
obtener dicha felicidad por la religión puede ser pequeña, es infinitamente
mayor que siguiendo cualquier otra conducta o creencia humana.
Debemos destacar que Pascal se había convertido a la fe católica en
1654, después de 9 años de practicar el jansenismo. Convencido de que el
sendero hacia Dios estaba en el cristianismo y no en la filosofía clásica,
Blas Pascal demostró que los caminos de la Fe y de la ciencia no sólo no son antagónicos, sino que pueden acompañarse,
siendo la primera de ellas sustrato esencial para el uso apropiado de la
segunda.
Revista Digital Fides et Ratio - Junio de 2006