Crux Sancta sit mihi lux, non Draco sit mihi lux, Vade Retro Satana,
numquam suadeas mihi vana, sunt mala quaea libas, ipse venena vivas
Resulta notable
apreciar como la información
concerniente al llamado control de la natalidad (o su faceta
institucional, la
“salud reproductiva”) suele difundirse de modo
intencionadamente parcial,
ocultando los aspectos éticos, morales e incluso
biológicos a los solos fines
del materialismo económico y de los generosos dividendos que
los gobiernos y
Estados obtienen a partir de la industria farmacéutica.
Estos aspectos
son dados a conocer en forma
mínima y hasta aleatoria, sobre todo a aquellos
países de
A fines de
difundir información, publicamos a
continuación el 41er reporte del Population Research Institute,
en su
traducción castellana, redactado por Steven Mosher y Colin
Mason en febrero de
2008.
Mortalidad
materna
causada por programas de salud reproductiva
Los promotores
del control natal están
constantemente hablando sobre “salud reproductiva”,
y sobre su supuesto “deseo
ferviente” por reducir la mortalidad materna en todo el
mundo. Esta es la
excusa que utilizan para impulsar la anticoncepción, la
esterilización y lograr
la legalización del aborto en todos los países en
vías de desarrollo del mundo.
Y sabemos de sobra que se trata sólo de una estrategia para
encubrir su
verdadero propósito: controlar el incremento poblacional del
mundo.
Sin embargo,
los programas de “salud
reproductiva” son más nocivos aún. Los
bebés y los niños no son los únicos
que
sufren por esto. Las madres y las familias, cuyas vidas hubieran podido
ser
mejoradas por un verdadero cuidado y servicio asistencial en salud,
también
resultan siendo afectadas.
En otras
palabras: el trabajo relacionado con
el aborto y la anticoncepción de USAID no sólo ha
fracasado en su misión de
mejorar las condiciones de salud, sino que en realidad terminan
causando un
daño considerable a las mujeres. Obsesionados con reducir la
fertilidad de los
pobres tanto como sea posible, estos promotores del control natal han
venido
soslayando otras necesidades en salud. Podemos mencionar algunos
ejemplos:
1.- Los programas de planificación familiar ocultan deliberadamente problemas médicos para negar cuidados médicos de rutina, como los exámenes físicos, en nombre de la eficiencia.
2.- Otras veces involuntariamente, o a veces con total conciencia, ocasionan problemas de salud tales como embarazos ectópicos posteriores a la esterilización, los cuales normalmente ignoran.
3.- En
algunos casos han insertado DIUs no estériles y peligrosos
en
mujeres de países en desarrollo, o han experimentado
potentes anticonceptivos a
base de esteroides aplicados sin el conocimiento de esas mujeres. Estos
actos,
al verlos en retrospectiva, tienen todas las características
de hechos
criminales.
Cada una de estas prácticas lesiona o incluso mata a las mujeres. Esto es lo que nosotros entendemos como mortalidad en los programas de “salud reproductiva”: las muertes que resultaron del abuso y uso indebido de esos programas.
Frances Hand
Ferguson, que alguna vez fue
vicepresidente de
La
situación es similar para USAID, la cual
incluso oficialmente reprendió a
Tales
prácticas avalan la afirmación que
cuando se comenzó con lo de salud de la mujer, USAID estaba
más preocupada por
cuántas mujeres eran esterilizadas o cuántas
usaban anticonceptivos en vez de
cuántas estaban saludables, incluso cuando la salud es
definida estrictamente
en términos “reproductivos”.
¿Qué
tan
“innecesarias” y “superfluas”
son las “barreras” que se quieren eliminar?
La
mayoría de los llamados anticonceptivos
“modernos” han sido probados en campos de prueba en
mujeres saludables de los
países desarrollados. Pero su uso indiscriminado en mujeres
de países en
desarrollo que están desnutridas, anémicas o
sufren de otros problemas de salud
puede tener un efecto devastador. Muchas mujeres en Bangladesh a
quienes se les
estuvo administrando Norplant® (consultar nota de la
Redacción 1), por ejemplo,
sufren serios efectos secundarios. De acuerdo a Farida Ahktar, una
activista
preocupada por la difícil situación de las
mujeres pobres, las mujeres de
Bangladesh que han recibido Norplant® sufren efectos
secundarios mucho más
serios que aquellos admitidos por los mismos partidarios del
Norplant®:
hemorragias continuas mucho más fuertes que una
menstruación normal, debilidad
en los miembros, fuertes dolores y, considerablemente,
visión borrosa o doble.
El Dr. Stephen
Karanja, ex - secretario de
El Dr. Karanja
es particularmente crítico del
indiscriminado “marketing social” de
Las mujeres
africanas a quienes se les está
dando sin ningún reparo poderosos anticonceptivos a base de
esteroides,
frecuentemente no son informadas de los graves efectos secundarios que
pueden
presentarse como resultado de su uso. En el website, los fabricantes de
Depo-Provera enumeran una lista abultada de complicaciones serias que
pueden
ser causadas por la droga, incluyendo “retrasos en abortos
espontáneos”,
“anormalidades en el feto”, “desordenes
trombóticos” (coágulos de sangre),
“desórdenes oculares”
(“pérdida repentina parcial o completa de la
visión”) y
“lactancia” (el traspaso de las drogas a
través de la leche materna hacia el
bebé).
La
distribución indiscriminada de
anticonceptivos a las mujeres en los países en desarrollo,
quienes por lo
general están desnutridas y con una salud endeble, es muy
peligroso para su
salud.
Y, como
sugirió el Dr. Karanja, la falta de
cuidado en el seguimiento médico puede ser fatal en algunos
casos. Así por
ejemplo el peligro de un embarazo ectópico como consecuencia
de una
esterilización: cortar las trompas de Falopio de una mujer
no siempre evita el
embarazo, tan sólo evita que el embrión en
desarrollo se anide en el útero. En
vez de eso, el embrión se implanta en el sitio de la
obstrucción, una condición
peligrosa comúnmente conocida como un embarazo
ectópico. El problema está en
que la delgada pared de la trompa no puede sostener un embarazo
más allá de un
par de meses de gestación, y cuando ésta se rompe
el resultado es una
hemorragia que frecuentemente es mortal. Las mujeres que han sido
esterilizadas
en campañas de control poblacional, de acuerdo a este
procedimiento de moda,
están en particular riesgo de muerte debido a que quienes
realizan el
procedimiento no las alertan acerca de la posibilidad de que puedan
salir
embarazadas nuevamente y tener un embarazo ectópico.
En algunos
casos, simplemente se hacen de la
vista gorda frente a estos problemas, pero en otros deliberadamente se
han
vuelto inmersos en actos poco éticos, por no decir
criminales.
Después
de que en 1970
El Dr. Malcom
Potts, un destacado
investigador de anticonceptivos que trabaja como director
médico de
¿Están
ocurriendo abusos similares hoy en día?
Uno podría decir que la continua distribución
de Norplant® por parte de
USAID es tan dañina como la anterior. Aunque vale la pena
aclarar que años
después los fabricantes estadounidenses sacaron el
dispositivo fuera del
mercado por razones de seguridad, el haber alentado la
autoaplicación de la
inyección de Depo-Provera® es otro ejemplo de una
práctica cuestionable que
viola las regulaciones de
Incluso hoy en
día, no hay una mayor
preocupación acerca de la seguridad de los dispositivos,
drogas y prácticas que
promueven alrededor del mundo para frenar la fertilidad.
Después de todo, dicen
ellos, el riesgo de morir durante el alumbramiento en los
países en desarrollo
es tan alto que el uso de casi cualquier dispositivo anticonceptivo o
técnica
de esterilización es justificado para dar a una mujer este
destino fatal. La ex
directora del Consejo de Salud Mundial de USAID
usó un argumento similar
para desviar la investigación del PRI acerca de los
embarazos ectópicos que
sucedieron después de las esterilizaciones forzadas de las
300,000 mujeres hace
unos pocos años en el Perú. Ella dijo en esa
oportunidad que cualquiera que
haya sido el costo de las esterilizaciones, eso ayudó a las
mujeres a reducir
el número de embarazos y con ello la mortalidad materna.
Incluso agregó que si
fueron pocas las mujeres que murieron por embarazos
ectópicos, entonces el
precio que se pagó fue poco.
En palabras del
congresista Chris Smith
(Republicano por New Jersey), “hemos convertido el embarazo
en una enfermedad
de transmisión sexual”. Sólo cuando
esta “enfermedad” esté completamente
“curada”, los organismos promotores del control
natal estarán satisfechos como
para suspender sus actividades. Mientras tanto no interesará
cuántas mujeres
mueran por los abusos de la planificación familiar.
Nota
de la redacción 1: Norplant®, de
laboratorios Wyeth, es un implante subdérmico de
levonorgestrel, contraceptivo sintético contenido
también en muchas fórmulas
orales. Fue retirado del mercado estadounidense en julio de 2002, tras
más de
50000 demandas formuladas contra el laboratorio… el cual no
perdió ninguno de
los juicios.
Nota de la
redacción 2: Depo-Provera®, de
laboratorios Pfizer, es una inyección intramuscular
trimestral de acetato de
medroxiprogesterona. Al igual que otros contraceptivos hormonales,
actúa por
impedimento de la ovulación, o en caso de fracaso de esta
técnica, por ABORTO
al impedir la implantación del embrión.
Revista Digital Fides et Ratio - Marzo de 2008