Crux Sancta sit mihi lux, non Draco sit mihi lux, Vade Retro Satana,
numquam suadeas mihi vana, sunt mala quaea libas, ipse venena vivas
El desprecio por
la vida humana, por cada uno de nuestros hermanos, creados a
imagen y semejanza de Dios, no respeta edades, límites o
fronteras. Un creciente «debate» se ha instalado en el día a
día en la sociedad en relación a la eutanasia; sin embargo, es
poco lo que se informa con objetividad al respecto, prefieriendo
implantar la idea en forma propagandística y con un sinfín de
golpes bajos.
Al margen de los
aspectos históricos que se detallan en la sección
correspondiente de esta misma edición, creemos que un excelente
modo de profundizar en el tema es releyendo la entrevista que la
editora Zenit realizó al Dr William Sullivan con motivo del
coloquio de expertos en Bioética y Salud efectuado en septiembre
de 2004 por el Canadian Catholic Bioethics Institute, basado en
un discurso papal sobre eutanasia y estado vegetativo de aquel
mismo año.
Zenit:
-¿Qué se sabe sobre la condición médica dee las personas que
se encuentran en estado vegetativo persistente (Persistent
Vegetative State, PVS) o en ausencia de reacción como
consecuencia de un estado de coma (Post-Coma Unresponsiveness,
PCU)?
Dr. William Sullivan: -El coma tiene lugar después de varios
tipos de lesiones que afectan la función del cerebro, tales como
traumatismo de cráneo, situación de casi ahogo («near
drowning»), enfermedad cerebral vascular, paro cardíaco o
sobredosis de drogas. El PCU describe el estado en el cual un
individuo que estaba en coma parece despertarse y tener lo que se
llaman ciclos sueño-vigilia. A pesar de esto, la persona
permanece totalmente inconsciente y ajena a su alrededor.
Z: -¿Se da alguna actividad cognitivo-afectiva en el cerebro?
WS:
-La medicina se basa en observaciones, quee incluyen medidas de la
actividad eléctrica y del metabolismo del cerebro. Por lo que
sabemos hasta ahora, podemos decir que el metabolismo del cerebro
parece ser bajo en el estado vegetativo persistente o en los
pacientes no reactivos. Sin embargo, no sabemos si esto significa
que hay un daño global en las neuronas del cerebro, o sólo en
algunas regiones vitales del mismo cerebro y en las conexiones
entre ellas.
Según mi opinión, la ciencia médica no puede excluir
definitivamente la presencia de una vida espiritual en estado
vegetativo persistente o en pacientes que no tienen capacidad de
reacción en los cuales todavía se dan signos de alguna
actividad cerebral, aunque los niveles de percepción consciente
sean bajos. La ciencia médica es incapaz de afirmar o de negar
que pueda haber alguna verdad en la afirmación bíblica del
Cantar de los Cantares: «Duermo, pero mi corazón vela»
(5, 2).
Z: -¿Cuál es la diferencia entre el estado vegetativo
«persistente» y el «permanente»?
WS: -A medida que aumenta el tiempo de un estado no reactivo
sucesivo al coma, la recuperación parece cada vez menos probable.
Tras una cierta etapa, normalmente 12 meses, los neurólogos
concluyen que este estado de falta de reacción continuará
seguramente sin que se dé recuperación.
Sin embargo, esto no quiere decir que sea imposible un cierto
nivel de recuperación a través de intervenciones de
rehabilitación adecuadas. En algún caso se ha observado una
recuperación de las funciones cerebrales normales. En la mayor
parte de los casos, sin embargo, si hay recuperación, la persona
tendrá graves daños a nivel cognitivo-afectivo.
Según un estudio de 1994, si un estado vegetativo, o un estado
de no reacción como consecuencia de un coma, es «permanente»,
quiere decir que si la conciencia se recupera, el paciente
permanecerá probablemente seriamente mermado. En este caso, lo
que está en juego es la idea de que la vida de un individuo
consciente pero gravemente disminuido no tiene ningún valor.
Z: -¿Qué se entiende por ausencia de reacción como
consecuencia de un estado de coma (PCU)?
WS: -La alimentación e hidratación artificiales no se refiere
solamente a la alimentación a través de sondas, sino también a
los diferentes modos de asistir a un individuo que tenga
dificultad para ingerir comida y agua oralmente. Intentar
alimentar por la boca a un paciente no reactivo sería como
intentar nutrir a alguien que está durmiendo. Para proporcionar
a un individuo en estas condiciones un apoyo adecuado y seguro,
es necesario superar la dificultad de masticar y deglutir, y
suministrar el mantenimiento adecuado a su estómago.
Z: -¿Pueden compararse la alimentación e hidratación
artificiales con otras formas de sostener la vida o con
tecnologías de preservación, como la diálisis renal o las
máquinas para la respiración artificial?
WS: -Algunos expertos en ética sostienen que hay un significado
social en el hecho de alimentar a la persona vulnerable y
dependiente. Esto hace que la alimentación e hidratación
artificiales sean substancialmente diferentes de otros medios
tecnológicos para mantener la vida. Dar alimento y agua a los
hambrientos y sedientos es una expresión simbólica de la
solidaridad humana.
Para pensadores como Daniel Callahan, la norma sobre cuidar a
otro dándole comida y agua pierde su sentido si la alimentación
e hidratación artificiales se subministran a algunos individuos,
pero no a otros. Por otra parte, la mayor parte de pensadores
médicos, legales y éticos, consideran que la alimentación e
hidratación artificiales son parecidas a otras formas de
tecnologías para mantener la vida. Si la alimentación e
hidratación artificiales comportan un peso notable para el
individuo y la familia respecto a los beneficios que se derivan
de ello, entonces podría considerarse como algo opcional.
Según este punto de vista, en el caso de la alimentación e
hidratación artificiales es necesario analizar los beneficios y
los costos de la intervención. Valdrían las mismas
consideraciones para otras intervenciones, como el respirador o
la diálisis. Por ejemplo, si el hecho de dar agua y comida por
la boca puede ser parte de un tratamiento general, subministrarlo
con sondas a un paciente que no ha expresado la voluntad de
recibirlo no lo sería.
Z: -¿Qué dijo el Papa en su discurso sobre la alimentación y
la hidratación artificiales para pacientes en estado vegetativo
persistente o en ausencia de reacción como consecuencia de un
estado de coma?
WS: -La alimentación e hidratación artificiales comienzan como
parte de un recorrido de recuperación de un paciente en un
contexto en el que los doctores no están seguros del pronóstico
del mismo paciente.
Después de 6 ó 12 meses, depende del caso de ausencia de
reacción como consecuencia de un estado de coma, la probabilidad
de recuperación es cada vez más remota. Es en este contexto
cuando surge la cuestión sobre si hay que continuar o no con la
alimentación e hidratación artificiales.
El discurso del Papa establece que la alimentación e
hidratación artificiales «se considera, en línea de principio,
ordinaria y proporcionada, y como tal moralmente obligatoria, en
la medida en que demuestre alcanzar su propia finalidad». En
este caso, el objetivo es «procurar alimento al paciente y
disminución de sus sufrimientos».
Z: --¿De qué manera han interpretado los participantes al
Congreso de Toronto estas afirmaciones del Papa?
WS: -Los participantes han llegado a estas interpretaciones:
Primero, que el discurso papal se tiene que comprender en el
contexto de la tradición católica. Así, las palabras «en
línea de principio» no quieren decir «absoluto» en el sentido
de «sin excepciones», sino permitiendo la consideración de
otros elementos.
En segundo lugar, las personas que se encuentran en un estado de
capacidad cognitiva y afectiva reducida, mantienen un alma
espiritual. Su vida tiene un valor intrínseco y una dignidad
personal que deben ser tratadas con el pleno respeto y con el
tratamiento debido a todo ser humano.
En tercer lugar, para los pacientes sin reacción a los que se
les puede aplicar la alimentación e hidratación artificiales
sin entrar en conflicto con otras graves responsabilidades o con
gastos exageradamente costosos o complicadas, la alimentación e
hidratación artificiales deberían considerarse como algo
ordinario y proporcionado, y en cuanto tal moralmente obligatorio.
Contrariamente a algunas interpretaciones tempestivas en los
medios, el discurso del Papa no propone que la alimentación y la
hidratación artificiales sean siempre y sin excepción una
obligación moral para los pacientes en estado vegetativo
persistente o en ausencia de reacción como consecuencia de un
estado de coma, o en cualquier otra condición clínica.
El texto del Papa es coherente con la moral católica tradicional
en la que la alimentación e hidratación artificiales y otras
medidas para mantener la vida son evaluadas en términos de
beneficio y límite de la intervención para el paciente.
Sin embargo, el discurso papal hace declaraciones fuertes sobre
las condiciones de la discapacidad. No continuar la alimentación
e hidratación artificiales por razones que tengan que ver con la
condición de discapacidad de un paciente, y no a causa de la
desproporción entre costes y beneficios de una intervención
para el mismo paciente, es inaceptable.
Basándose en esta interpretación, los participantes subrayaron
una serie de implicaciones éticas de esta enseñanza para los
tratamientos aplicados a personas mayores frágiles o a pacientes
en estado terminal en condiciones médicas para las cuales la
alimentación e hidratación artificiales se usan frecuentemente,
como el ictus cerebral, la enfermedad de Alzheimer, enfermedad de
Parkinson y cáncer.
Z: -Los participantes en el Congreso,
¿pensaban que lo que el Papa afirmó en su discurso sobre
alimentación e hidratación artificiales a personas en estado
vegetativo persistente o que carecen de reacción como
consecuencia de un estado de coma era relevante para otras
personas que se encuentran en otras situaciones clínicas?
WS: -Sí, pues el discurso papal afirma el valor y la dignidad
intrínsecos a todas las personas. Las decisiones sobre la
alimentación y sobre la hidratación artificiales) no se
tendrían que tomar basándose en la idea de que las personas con
graves daños cognitivos y/o limitaciones físicas valen menos o
tienen una dignidad inferior respeto a otras personas.
El discurso papal afirma también la distinción entre medidas
ordinarias y extraordinarias para sostener la vida.
Esto implica que los pacientes y sus familias tienen la
responsabilidad de valorar con atención los beneficios y costos
de varias opciones de tratamientos y de cuidados, a la luz de su
situación personal. Esta responsabilidad se da también ante
cada condición médica y cada paciente.
Z: -¿Por qué los participantes al congreso consideraron que es
importante aplicar el discurso del Santo Padre a los ancianos en
los que se usa más a menudo la alimentación e hidratación
artificiales?
WS: -Un principio de razonamiento es que los casos similares
tienen que considerarse de manera similar.
Un segundo principio es que los casos difíciles llevan a leyes
inadecuadas. Esto quiere decir que las condiciones excepcionales
o inusuales son una base insuficiente para formular políticas
generales.
Los participantes eran conscientes de que en los casos en los que
la alimentación e hidratación artificiales se usan para el
cuidado de ancianos, generalmente menos del 1% corresponden a
casos de personas que se encuentran en un estado vegetativo
persistente o de no-reacción como consecuencia de un coma. Hay
muchos factores clínicos particulares y contingentes que
distingue el estado vegetativo persistente de otras condiciones
como un ictus, la enfermedad de Alzheimer, el Parkinson o el
cáncer craneal o del cuello.
Estos factores pueden ser importantes para evaluar los costos y
beneficios de la alimentación e hidratación artificiales en
estas condiciones.
Z: -¿Podría darnos ejemplos de cómo las diferencias clínicas
podrían cambiar la valoración sobre la alimentación e
hidratación artificiales en estas condiciones?
WS:- La gente que sufre un ictus o la enfermedad de Parkinson en
general es consciente y puede ser capaz de ingerir comida y
líquidos con la asistencia de otras técnicas de alimentación
que comportan el uso de las manos.
En estos casos, la alimentación con el uso de las manos puede
ser una alternativa eficaz a las sondas. La alimentación con las
manos también puede favorecer un mayor sentido de solidaridad
con los pacientes y humanizar su curación.
La gente afectada por la enfermedad de Alzheimer puede que no
entienda el motivo por el que se utiliza una sonda para
alimentarse y intentar rechazarlo, a veces hiriéndose gravemente.
Para estas personas podría ser un grave peso el uso de formas de
control con las que se evita que expelan el tubo de la
alimentación.
Las personas que tienen dificultad para deglutir a causa de un
cáncer en la cabeza o en el cuello podrían no responder
positivamente a la alimentación e hidratación artificiales.
Z: -A los pacientes con una condición neurológica degenerativa
como la enfermedad de Alzheimer, ¿se les debería ofrecer
siempre la alimentación e hidratación artificiales? Y, una vez
iniciada este tipo de alimentación artificial, ¿se debe
interrumpir, o no?
WS: -El Congreso no intentaba establecer lo que se debe hacer en
cada situación en la que se toma una decisión acerca de la
alimentación e hidratación artificiales en un paciente anciano.
La declaración final del congreso llama la atención sobre
algunos principios morales y lanza una invitación a optar por la
vida en el marco de la tradición moral católica afirmada en el
discurso papal.
Una guía fundamental para tomar decisiones sobre cualquier
tratamiento, en particular la alimentación e hidratación
artificiales, se establece en el párrafo 7 de la declaración
del congreso de Toronto: «Los cuidados no pueden ser
clasificados anticipadamente como ordinarios o extraordinarios»,
es decir, como moralmente obligatorios u opcionales. Se tiene que
hacer una valoración adecuada de sus costes y beneficios a la
luz de la situación del paciente.
La enfermedad de Alzheimer es uno de los muchos casos clínicos
de demencia. Es difícil hacer afirmaciones generales sobre el
hecho de ofrecer siempre, o nunca, la alimentación e
hidratación artificiales a la gente afectada por una demencia,
porque en la literatura médica hay límites a los estudios que
muestran sus beneficios y costes.
Un principio fundamental de la medicina es «primum non nocere»,
es decir, «en primer lugar no perjudicar». Si es evidente, en
un caso particular de demencia avanzada, que la alimentación e
hidratación artificiales tienen o podrían tener pocos
beneficios o podrían causar daños significativos, en este caso
no tendría que subministrarse y, si ya se hace, tendría que
suspenderse.
Z: -¿Quién tendría que decir si se recurre o no, en
circunstancias particulares, a la alimentación e hidratación
artificiales?
WS: -Las reflexiones del congreso han subrayado que es
responsabilidad del paciente y de la familia tomar las decisiones
en los casos particulares, después de que éstos hayan
considerado la evidencia de los hechos a la luz de las
circunstancias personales relevantes.
Es en cambio responsabilidad del personal médico informar, en un
contexto adecuado, al paciente o a la familia de las opciones y
de los beneficios y costes de cada opción.
Aunque la responsabilidad sobre la decisión es del paciente, de
la familia o de alguien que tome la decisión en su lugar, el
personal médico tiene la facultad de dar una opinión de
carácter médico.
Z: -A juicio de los participantes en el congreso, ¿las
voluntades anticipadas sobre la alimentación e hidratación
artificiales son una buena idea?
WS: -Sí, los participantes han pensado que la expresión de la
voluntad del paciente, si se hacen de manera apropiada, podrían
ser una buena idea. Es importante que las personas se anticipen y
hablen con sus seres queridos y con los que los cuidan sobre los
cuidados al final de la vida, antes de que surja una crisis
clínica.
La declaración del encuentro de Toronto reconoce que pueden
haber variaciones culturales y jurisdiccionales en la práctica
de las voluntades anticipadas. Cuando se han formulado voluntades
anticipadas, el representante del paciente que está autorizado a
tomar las decisiones, el personal médico y las instituciones,
tendrán que respetar siempre el valor y la dignidad intrínsecas
del paciente.
Z: -En su Congreso se han afrontado numerosos casos de vida real
concernientes al uso de la alimentación y de la hidratación
artificiales para pacientes en distintas condiciones clínicas.
¿Ha sido útil reflexionar sobre estos argumentos a la luz de la
moral católica que distingue entre medidas ordinarias y
extraordinarias?
WS: -Sí. El hecho de partir de casos de vida real ha hecho que
nuestras discusiones se centraran en cuestiones concretas con las
cuales la gente se encuentra. Y nos ha asegurado, además, que
los participantes tuvieran siempre presentes los factores
particulares y contingentes que pueden tener cierta relevancia a
la hora de determinar los beneficios y costes de las distintas
opciones.
Hemos constatado que algunos desajustes que se dieron al
considerar los principios a nivel abstracto no eran moralmente
relevantes en los casos concretos.
Revista Digital Fides et Ratio - Mayo de 2007