Sanctus, Sanctus, Sanctus, Dominus Deus Sabaoth. Pleni sunt coeli et terra gloria tua. Hosanna in excelsis
Sección Historia:
los gnósticos
Con
el nombre de gnosticismo se conoce a un grupo de
doctrinas ocultistas y religiosas, con amplio predominio de los
antiguos
paganismos, amalgamadas en un gran sincretismo.
Conocemos en la actualidad que los primeros gnósticos se nutrieron de raíces mesopotámicas, durante el tiempo del cautiverio babilónico del pueblo judío. De allí obtuvieron elementos panteístas y de culto a los astros, los cuales se fusionaron con la temible Kabbalah. Esta asociación nefasta fue progresivamente intentando ser racionalizada hasta desprenderse de parte de su contenido dogmático, el cual fue reemplazado con ideas astrológicas, en algunos casos, y doctrinas filosóficas en otros.
Este
aspecto racionalista del movimiento gnóstico fue
progresivamente imponiéndose, llegándose a la
conclusión de que la verdad sólo
podía alcanzada mediante el uso de la razón.
Así, siendo quizás excesivamente
sinópticos, el gnosticismo llegó al concepto de
la existencia de un nivel de
conocimiento de
Bajo
esta concepción, no sólo se demolía el
recurso de
Así, con una divinidad puramente espiritual y ajena al Universo, encontraron en la figura de una suerte de semidios (Demiurgo) al creador del mundo material, tanto del bien como del mal (esto es, los gnósticos consideran al mal como una realidad positiva y creada y no como la ausencia del bien). La consecuencia inmediata fue el desprecio al concepto judeocristiano de pecado y por supuesto a los Sacramentos del naciente cristianismo del siglo I.
En
aquellos tiempos, consideraron a Nuestro Señor Jesucristo
como la encarnación de un ser espiritual intermedio, cuyas
enseñanzas sólo
podían entenderse merced al conocimiento
gnóstico; de hecho, entendían a la
redención como un simple acto de iluminación
espiritual.
Fueron
muchas las tendencias gnósticas en los albores de nuestra
era, pero acaso
merecen destacarse dos de sus representantes en particular: Valentín
(acaso el compilador y propagador más importante de esta
corriente de
pensamiento entre judíos y egipcios) y Simón
el Mago, citado en el capítulo 12 de los
Hechos de los Apóstoles y que llegó a
identificarse a sí mismo como una
encarnación espiritual divina, siendo incluso adorado por
muchos de sus
seguidores.
Vale
destacar que, según
Acaso
la más notable de las características del
movimiento gnóstico, históricamente desaparecido
hacia el siglo IV, es que sus
enseñanzas han ido adquiriendo un perfil moderno, siendo
tomadas entre otros
por muchos iluministas de
Revista Digital Fides et Ratio - Marzo de 2008