Al terminar las labores del día o del
turno, los trabajadores deberán limpiar el área de trabajo: retirarán las herramientas
utilizadas, las limpiarán y las colocarán en el lugar que le corresponda;
asearán la máquina que hayan empleado, y retirarán todas las rebabas, aceites,
estopas, para dejarla en condiciones de trabajo para el día siguiente o para el
turno posterior; así mismo limpiarán el piso correspondiente a su área de
trabajo, cuidando de no dejar manchas de aceite u otros materiales resbalosos o
inflamables.
Enseguida, procederán a despojarse de la
ropa de trabajo y la colocarán en los sitios que se hayan asignado para tal
efecto. Si existen duchas, deberán ser utilizadas.
La ropa de trabajo. No deberá ser muy
holgada pero tampoco será muy ajustada; por supuesto, tendrá un aseo cíclico
determinado por el tipo de trabajo de que se trate.
En las oficinas donde se utilicen
máquinas de impresión deberán existir batas adecuadas para tal contacto.
Para trabajar con máquinas herramientas
tales como tornos, cepillos, fresadoras, sierras de cinta, etc., se sugiere
usar calcetines de lana y poner tarimas para auxiliar al operador y para evitar
el contacto directo con el piso, que regularmente está frío.
Horarios. Se
sugiere obtener etapas de trabajo que no sean incongruentes con los horarios de
alimentos.
Sanitarios. Los
sanitarios deberán conservarse siempre limpios, ausentes de todo tipo de desperdicios,
papeles, ropa, etc. Que puedan constituir un peligro o, en última instancia, un
foco contaminante.