La palabra seguro en términos de la
seguridad industrial, significa que el trabajador se encuentra libre y exento
de todo daño o riesgo. También la palabra seguro se refiere al contrato por el
cual una persona, natural o jurídica, se obliga a compensar pérdidas o daños
que ocurran en las situaciones que conlleven riesgos.
La seguridad industrial es una actividad
Técnico Administrativa, encaminada a prevenir la ocurrencia de accidente, cuyo
resultado final es el daño que a su vez se traduce en pérdidas.
En los inicios de la seguridad
industrial, se basaba sólo en la productividad.
Con la automatización se originaron
ciertos métodos organizativos y de fabricación en serie, se dieron cuenta que
se explotaban magnitudes físicos por encima de lo que puede soportar el cuerpo
humano y fue para entonces cuando cobra importancia el factor de la seguridad.
Esta actividad es consecuencia de la
etapa histórica, conocida con el nombre de Revolución Industrial, la cual se
inicia en 1776, a
raíz de haber inventado el Ingeniero Inglés James Watt,
la máquina de vapor.
No es que antes de este invento no
existieran medios de producción, ya funcionaban motores hidráulicos y molinos
de vientos, pero la escasez de estos medios de producción, su baja velocidad y
escasa potencia, hacían irrelevante la ocurrencia de accidentes, que a su vez
proporcionaran graves lesiones.
Los prototipos de máquinas de vapor, no
eran ni sombra de lo que hoy existe, carecían de manómetros, controles de
temperatura, niveles de flujos, termostatos y sobre todo, la importante e
indispensable válvula de seguridad, a través de la cual se libera presión del
interior de la caldera, para evitar el estallido de la misma.
Por tanto, los accidentes comenzaron a
multiplicarse, además de los daños y las pérdidas.
Las primeras medidas en cuanto a
seguridad se refieren, comenzaron a tomarse en Inglaterra, al nombrarse inspectores,
los cuales visitaban a las empresas y recomendaban la colocación de protectores
de los llamados puntos críticos de las máquinas, lugares en los que podían ser
afectados los obreros, al ser atrofiados a manos, brazos y piernas. Estas
recomendaciones no surtían los efectos apetecidos, por carecer de sanciones
para aquellos patronos que no la pusieran en práctica y como no existían
precedentes al respecto, desde el punto de vista de justicia social, eran los
obreros los que soportaban la peor parte.
Para el año 1868, durante el gobierno de
Bismark, a casi un siglo de iniciarse la Revolución Industrial,
se emite en Alemania la Ley
de Compensación al Trabajador, dicha ley establecía, que todo trabajador que sufriera
una lesión incapacitante, como consecuencia de un
accidente industrial, debía ser compensado económicamente por su patrón. Dicha
ley se fue adoptando rápidamente en los países industrializados de Europa y en
los Estados Unidos.
Debido a los fuertes desembolsos que
tenían que hacer los propietarios de empresas, dispusieron que los accidentes
que produjeran lesiones incapacitantes fueran
investigados, con la finalidad de descubrir los motivos que los provocaban y
hacer las correcciones de lugar, para que en el futuro por una causa similar,
no ocurrieran hechos parecidos.