Creencias eslavas anteriores a su evangelización.

 

Los eslavos tenían, por supuesto, sus propias creencias antes de pasar a formar parte de la cristiandad, por obra y gracia de los misioneros enviados por Bizancio, Cirilo y Metodio, por lo tanto aquí haremos un pequeño estudio de las principales creencias del pueblo al cual tuvieron que convertir.

 

En principio los eslavos tenían una fuerte creencia en una dualidad, la luz que equivalía a la fuerza creadora, al bien, y la oscuridad, el mal que se proponía destruir todo lo conocido.

 

Esta creencia en la dualidad luz-oscuridad no se aplacó al momento de ser cristianizados, sino que se asimiló a la iglesia como la luz y la fuerza creadora, mientras que la oscuridad siguió subsistiendo por mucho tiempo en la imaginación popular eslava, por ejemplo bajo la forma de espectros o espíritus habitantes de los bosques.

 

También creían fuertemente en el poder de los antepasados muertos, los que se dedicaban a proteger a las casas de familia, y de ellos dependían la salud y la fertilidad.

 

Los Dioses eslavos.

 

Los eslavos tenían sus propios dioses, los cuales formaban un panteón bastante variado, que podemos enumerar de la siguiente forma:

 

Svarog: era el dios más antiguo, el de más edad e influencia entre los demás dioses.

 

Dazhbog: hijo de Svarog, era el dios del sol.

 

Svarozhich: el otro hijo de Svarog, dios del fuego.

 

Rod: era el dios de la fertilidad, la luz y la creación, uno de los dioses más populares de los eslavos, relacionado directamente con la creencia en los antepasados muertos, los cuales velaban por la familia desde el más allá; se cree que había un complicado ritual para comunicarse con ellos, y que la creencia en la resurrección era también generalizada.

 

Las Rozhanitsi: madre e hijas, diosas de la fertilidad muy relacionadas con Rod, cuya fiesta se realizaba al finalizar la cosecha.

 

Svantovit: dios de cuatro cabezas, relacionado con el culto a los antepasados.

Sus cuatro cabezas eran la fuente de su gran poder.

Además llevaba un cuerno lleno de vino, cuyo nivel predecía las cosechas.

También se sabe que predecía los resultados de las batallas con la ayuda de un sagrado caballo blanco.

En algunas regiones orientales apenas se diferencia de Rod.

 

Perun: dios del trueno, el rayo y la guerra, en algunos círculos aristocráticos sustituye a Rod en el siglo X.

 

Makosh: la diosa de la fertilidad, la abundancia y la humedad.

 

Veles: dios de los muertos, protector del ganado y del comercio.

 

Stribog: dios de los vientos.

 

Estos dioses y creencias no se acabaron con el cristianismo, simplemente se fueron reduciendo poco a poco a lugares más aislados, aldeas rurales y poblados olvidados en medio de amplios bosques, donde pudieron subsistir durante siglos.

 

Mitos eslavos.

 

La Baba Yaga, las amazonas, el otro mundo, los dragones, los espíritus de los antepasados, el alma de los difuntos, la vila, la rusalka, la sirin, todos ellos son creencias eslavas anteriores al cristianismo, que se mantuvieron durante siglos en la conciencia popular; daremos aquí un repaso a todos estos mitos.

 

La Baba Yaga.

 

Es  la figura más conocida y popular de toda la mitología eslava, se trata de una bruja que tiene un enorme poder sobre los animales, viaja a bordo de un mortero y borra sus huellas con una escoba.

Vive en una choza en medio de un bosque, donde solo se puede entrar pronunciando una fórmula mágica que hace aparecer la puerta.

Es la típica vieja bruja, nariz puntiaguda y cuerpo flaco y repugnante, su rostro parece el de una calavera con dientes puntiagudos.

Su casa es probablemente la entrada al Otro Mundo, y por ello entrar en ella puede llevar a la muerte.

El día y la noche obedecen a la Baba Yaga, su culto puede haber sido antaño el de la diosa del otro Mundo.

No siempre hace maldades, a veces suele ayudar a los héroes en sus búsquedas.

A veces se la nombra como "piernas flacas" aludiendo a su apariencia esquelética.

 

Las amazonas.

 

Son unas guerreras encabezadas por Vlasta que es la más valiente, viven en un castillo y tanto luchan como si fueran hombres como tienen y toman la iniciativa sexual.

Por lo general, en todos los cuentos populares la guerra con los hombres termina en el matrimonio y en paz, aunque a veces estas mueren en la batalla.

En Rusia a las amazonas las llaman polenitsa, y en general son figuras femeninas que cabalgan en solitario.

 

El tres veces décimo reino.

 

Es el "Otro Mundo", ese que se extiende allá lejos, mucho más allá de los bosques impenetrables, en el nacimiento de turbulentos ríos, bajo el mar o bajo la tierra.

El héroe podrá acceder a él luego de un largo y cansador viaje a través de terribles montañas destinado a la búsqueda del objeto deseado, que puede estar representado por manzanas de metal (como en los cuentos búlgaros) o una mágica ave de fuego, o puede ser algún objeto de oro.

En este mundo hay infinidad de palacios revestidos y adornados con objetos de oro y plata, y no suele ser fácil salir de él.

Hay una muy antigua creencia eslava que puede estar relacionada con esta, y es la que cuenta que la Tierra es una isla rodeada de mares y que debajo del mar existe otro mundo que es donde se oculta el sol por las noches.

 

El Dragón.

 

Es muy popular la figura del dragón en las antiguas historias contadas por los serbios y los rusos.

Se lo relaciona estrechamente con el fuego, el agua y las montañas, que son los límites del Otro Mundo.

Suele raptar a las mujeres de los héroes o a doncellas indefensas, a las que se lleva al Otro Mundo.

También puede hacer las veces de guardián del puente de madera de álamo que lleva al Otro Mundo.

La tarea del héroe es derrotar al dragón y liberar a las cautivas, venciendo las las burlas del dragón y el irresistible deseo de dormir que éste le impone.

Hay una historia muy interesante que dice que hubo una gran pelea entre el héroe, representado por la iglesia cristiana, y el dragón, que representa al paganismo: el héroe vence y los pueblos eslavos se convierten en cristianos.

 

Los espíritus de los antepasados.

 

Es una antigua creencia eslava sobre los espíritus domésticos, antepasados de la familia que convertidos en espíritus protegen la vida familiar, a los cuales se les practicaba una verdadera celebración tres o cuatro veces al año, existiendo complicados ritos para satisfacer a dichos espíritus.

Es el dedushka domovoi (espíritu del abuelo) al que la familia debe tratar con respeto, no dormir en su lugar preferido, dejarle platos de su comida favorita todas las noches, y agradarlo con sus actos, porque si no, del domovoi suele enojarse y romper todo, además de molestar a los animales.

Normalmente es invisible, pero quienes lo "vieron" describieron a un viejo de barba gris y cuerpo peludo.

 

La vila.

 

La vila es una muchacha joven y bella de pelo largo y rubio, probablemente una muchacha muerta sin bautizar, según la creencia búlgara, otra de las almas de los difuntos que normalmente es bondadosa en sus relaciones con los seres humanos.

Es muy popular entre los eslavos del sur, donde aparece en muchos de los cantos épicos.

 

La rusalka.

 

Es el alma de niños recién nacidos o de doncellas ahogadas, le gusta cantar y los hombres se ahogaban por el hechizo de su canto, porque tomaba la forma de una atractiva joven vestida con hojas que seducía a los aldeanos y los llevaba a sus moradas subacuáticas.

Sobre el final de la primavera, salía del agua se acercaba a sus víctimas por detrás y las mata a fuerza de cosquillas, especialmente a las mujeres, a quienes odiaba especialmente; hay muchos relatos sobre la rusalka intentando arrebatar el alma de las muchachas ingenuas.

 

El alma de los difuntos.

 

Zdulach llamaban los serbios a las almas, que se reúnen luego de separarse del cuerpo de los hombres que duermen y combaten en la cima de las montañas.

Si el alma del que duerme triunfa, ésta le llevará prosperidad, de otro modo puede venir la muerte.

La kirimora es un alma que adopta la forma de una pequeña mujer con hermoso cabello que se establece en las casas de la familia pero como desempeña el papel de adivinación de las catástrofes no es bien recibida como el domovoi; cuando alguien muere en la casa se dejan las ventanas abiertas para que la kirimora se vaya de la casa silenciosamente transformada en un ave.

 

La sirin.

 

Es un ave del paraíso con rostro de muchacha.

La particularidad de este mito es que fue introducido por los griegos y llegó con el cristianismo ortodoxo.

Está claramente relacionada con la sirena, que induce a los marineros a la muerte con su canto, pero en este caso la sirin es un ser bondadoso que canta maravillosamente y es un ave llena de felicidad y belleza, que desciende de los cielos a la tierra en recompensa por una vida virtuosa.

El que escucha su canto los olvida todo y lleno de felicidad, muere.

 

Otros mitos.

 

Hay otras creencias, el hombre lobo, el licántropo, incluso los cuentos sobre los vampiros, que hacen que el mundo eslavo sea muy rico en cuentos populares y en historias de espíritus y seres mitológicos, un mundo digno de ser explorado mucho más profundamente que lo que se ha hecho en este trabajo, pero como lo que nos interesaba era establecer las creencias eslavas anteriores al cristianismo creo que el trabajo está cumplido, es este mundo el que encontraron los misioneros cristianos cuando fueron a cumplir su misión evangelizadora, un mundo que aún hoy se conserva en pequeños pueblos aislados, especialmente en Rusia, demostrando el poder de los mitos como aglutinante de una sociedad.

 

Rolando Castillo.

 

Fuente: Mitología de Europa Central y Oriental. Por la Doctora Faith Wigzell. Publicado dentro de "World Mitology" Duncan Baird Publishers 1993. Traducción Flora Casas. Editorial Debate. 1994

 

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