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El Castillo de
las Maravillas se engalanó para saludar a su nuevo señor con un suntuoso banquete,
colmado de manjares. Gawan aprovechó de entregar el anillo a su hermana y se propuso
ayudar a la pareja a reunirse. Luego de la comida, sacaron las mesas y todos los presentes
bailaron alegremente. Entretanto, el escudero que envió Gawan llegó a la corte y
entregó la carta a su destinatario. Arturo se comprometió a cumplir, en la medida de sus
fuerzas, lo que le pidió su sobrino. Entre las cuatro
reinas que habitaban el castillo estaba Sangive, madre de Gawan; y Arnive, madre de
Arturo. Esta última, a pedido del nuevo señor, le relató por qué Clinschor se
convirtió a las artes mágicas, y por qué construyó ese castillo. "La inteligente
Arnive, que había llegado de la juventud a la vejez con una dignidad que ninguna mujer
había alcanzado, le contestó: Señor, estos portentos no son más que pequeños
portentos, comparados con las grandes maravillas que erigió en muchos países. Todo el
que nos reprocha haber sucumbido a sus artes se ofende a sí mismo. Señor, os diré cómo
es. Ha sido malvado para mucha gente. Su país se llama Tierra de Trabajo. Procedía de un
antepasado que también había creado muchas obras maravillosas: Virgilio de Nápoles.
Clinschor, su pariente, también las creó. Capua era la capital. El llegó a las más
altas e intachables cimas de la gloria. Los hombres y las mujeres hablaban del duque
Clinschor, hasta que le sucedió una desgracia. Sicilia tenía un noble rey, que se
llamaba Ibert. Su esposa llevaba por nombre Iblis y era la mujer más encantadora que
había mamado de los pechos de una madre. Clinschor entró a su servicio, hasta que ella
se lo recompensó con su amor. El rey entonces lo deshonró'." " 'Si os
cuento su secreto, tenéis que perdonármelo, pero no es muy decoroso que os diga cómo
llegó a la artes mágicas. De un solo corte, Clinschor quedó castrado. Gawan se
rió mucho de esto, pero la reina continuó: En Caltabellota, que es un castillo
seguro y famoso, se convirtió en la mofa del mundo. El rey lo encontró con su mujer:
Clinschor dormía en sus brazos. Durmió allí caliente, pero tuvo que pagar por ello: el
rey con sus propias manos lo dejó liso entre las piernas. El señor del castillo creyó
que era su derecho. Lo castró tan bien que nunca pudo volver a dar placer a una mujer.
Mucha gente padeció penalidades por ello. Por lo demás, la magia no fue inventada en
Persia, sino en una ciudad que se llama Pérsida. Clinschor viajó allí y aprendió cómo
conseguir con artes mágicas lo que quería. Debido a la ignominia que había sufrido su
cuerpo, guardó siempre rencor a los hombres y a las mujeres (me refiero a los
distinguidos). Se alegra de todo corazón cuando puede arrebatar la fidelidad'." " 'También
un rey llamado Irot, de Rosche Sabins, tenía miedo ante el peligro, por lo que le propuso
regalarle todo lo que deseara a cambio de obtener la paz. Clinschor recibió de él este
monte, famoso por ser inexpugnable, y además ocho millas a la redonda, y erigió sobre
él, como veis, este castillo maravilloso. Aquí hay muchas maravillas de todo tipo. Si se
quisiera sitiar el castillo, habría aquí arriba víveres variados para treinta años.
Clinschor tiene asimismo el poder sobre todos los malos y buenos espíritus que viven
entre el firmamento y la tierra, a no ser que estén bajo la protección de Dios. Señor,
como habéis vencido el peligro y habéis salido vivo de él, el regalo que él recibió
es ahora vuestro: este castillo y la tierra que lo circunda. El ya no se ocupa de ello.
Había dicho públicamente, y hay que confiar en su palabra, que dejaría en paz a quien
superase esta aventura y le cedería el regalo. Todos los nobles cristianos - hombres,
mujeres y doncellas- que raptó y trajo aquí son ahora, por tanto, vuestros vasallos.
También tuvieron que vivir aquí arriba muchos paganos y paganas. ¡Dejadles regresar a
sus países, donde tanto se ha llorado por nosotros!'." Fastuosamente
llegó el ejército de Arturo a la pradera de Joflanze; el sitio acordado para el duelo; y
allí establecieron sus tiendas. Posteriormente llegó el ejército de Orgeluse, para
apoyar también a Gawan. La pradera se llenó de caballeros. |