Miembro fundador del MONAREFA
Por el país a todo
tren.
LOS
PUEBLOS TIENEN DERECHO A VOTAR, NO A CAMBIAR DE POLÍTICA
Anne
KRUEGER (Directora General Adjunta FMI)
Le
Monde Diplomatic. Enero 2005.
Tres choques en poco más de una semana es aún
demasiado para incluso para los estándares de TBA, más allá de que en los dos
primeros sólo hubo víctimas del propio personal, y de que TBA es una de las
empresas elegidas, sin licitación previa, ni vaso ni agua, para administrar el
acéfalo San Martín.
Pero lo que debemos analizar aquí es cual es la razón
para que en los últimos meses los concesionarios ferroviarios hayan bajado, más
aún todavía, su escasa guardia y hayan decaído hasta los niveles actuales no
solo los estándares de mantenimiento, sino como ahora vemos, simplemente los
estándares de normas y procedimientos que son los que sin duda han producido
esos accidentes, siendo el de Palermo el más espectacular de ellos.
La causa del relajamiento en las operaciones de
mantenimiento y en las normas que hacen del sistema ferroviario un modo de
transporte seguro, deben buscarse en el decreto de necesidad y urgencia que
dicto Duhalde hace casi dos años y en el cual se exime prácticamente de todo
mal a las empresas concesionarias de la explotación de los
trenes y que inexplicablemente aún sigue en vigencia.
Bueno, lo de inexplicablemente no tanto, ya que como
bien se sabe donde está el control, normalmente está la caja, sobretodo en los
países poco serios donde después de desastres como el de Cromañón o el
Shopping Paraguayo se busca al irresponsable que prendió el fósforo y no al
responsable de la seguridad, verdadero responsable de que la tragedia no pasara.
Como venimos diciendo desde hace mucho, la caja de
recaudación ferroviaria no es nada despreciable, si consideramos que solo 2
pesos de cada 10 que invierte el Estado llegan a las vías y el resto se pierde
en el camino, lo que queda entonces para repartir es un bocado verdaderamente
suculento.
Valijas más, valijas menos, en su gestión el actual
Secretario de Transporte se ha cuidado bien de que esa caja se quedaba en sus
manos, y en virtud del decreto de emergencia ferroviaria que no tuviera que ser
compartida con nadie.
Decimos esto porque el órgano natural de control de
las concesiones, la CNRT, que sí dispone de un cuerpo técnico, que en su
momento, mínimamente, pero controlo al fin, a las concesiones, especialmente en
cuanto a la operatoria y a la normativa de la operación ferroviaria, desde hace
más de dos años está menos que pintada, ya que en virtud del decreto antes
mencionado la CNRT no puede intimar, ni mucho menos cobrar nada a los
concesionarios ya que virtualmente el decreto mencionado queda sin autoridad
real.
Es así que colorín colorado, Don Jaime se ha quedado
no solo con la caja si no también con la responsabilidad, pero como en el caso
de las valijas, no se ha ocupado en lo más mínimo en formar un grupo técnico
de control o en por lo menos absorber o tan siquiera usar el que dispone la
CNRT, es así que entonces estamos en lo
que se debería denominar SEGURIDAD 0, en lugar del publicitado Tolerancia 0,
que aquí tiende en cambio, a infinito.
Los ferroviarios acostumbramos decir cuando se produce
un choque de trenes que el conductor se “encontró con el bulto”, pero si
fuera como dice TBA que el conductor transpuso las dos señales de peligro y que
eso ocurrió la primera vez que lo hacía, decimos que eso es menos que
imposible, en una operatoria normal pasar un semáforo a peligro es un hecho muy
grave, dos semáforos es un hecho inadmisible y si nuestro conductor así lo
hizo quiere decir o bien que es un loquito o que las normas de seguridad de la
empresa están tan relajadas que viajar se convierte en una peligrosa aventura.
En cualquiera de los dos casos, lo que aquí falló fue
el control del sistema, tanto de la empresa como de la Secretaria de Transporte,
y por ese control precisamente, es para lo que le pagamos el sueldo al Sr.
Jaime, más allá de su interés por las cajas o las valijas.
C.N.S.T.
La
Plata, 15 de marzo de 2005