Contiene música, prenda sus bocinas.
Crónica de Quique Montoya
(Lima, Perú)
-
TODAS LAS MIXTURAS TODAS
Se acabo, el haber comprado la entrada hace casi dos
meses, haberla guardado bajo siete llaves esperando
la noche de ayer, con la emoción que sólo da la
impaciencia de la espera, y después haber gozado por
dos horas y medio de un singular recital, ya paso,
como las cosas buenas y malas de la vida, como el
tiempo, como todo, pasó o como dicen los jóvenes de
mi país “YA FUE”.
Ayer, aparte de la calidad del recital, yo me sentí
raro, sobre arena movediza, como con un falso piso,
y después me di cuenta la razón:
Fueron las muchas mixturas que se dieron, a saber:
Serrat, estuvo menos poético pero mucho más
ocurrente, menos formal y mucho más espontáneo, era
un Serrat sabinisado, obviamente increíblemente
bueno, que cuando canto sólo dejo constancia de su
alcance con el público. Serrat experimentaba una
mixtura para no ser uno de los cantantes de la
noche, sino para establecer que era parte de un dúo.
Sabina, estuvo más formal que otras veces, siguiendo
mucho más la pauta, y más generoso con Lima por ser
la tierra de su amada, también diría que era una
Sabina serratinisado, con la ironía medida por la
circunstancia, y dejando siempre claro su respeto
hacia Serrat, obviamente también dejo establecido
que era parte de un dúo.
Es la primer mixtura que se estableció un Serrat muy
Sabina, y un Sabina muy Serrat, lo que a mí me
desconcertó para bien, y me hizo gozar de nuevas
interpretaciones de temas que he escuchado hasta el
hartazgo.
Por otro lado, estuvieron los asistentes, el amplio
auditorio estaba dividido, quizás a partes iguales
de jóvenes entusiasmados por Sabina, y personas
adultas más adeptas a Serrat, era notorio, las
canciones de Sabina eran coreadas por los jóvenes de
cabellos largos, barbas desordenadamente crecidas,
atuendos extravagantes, que saltaban y aplaudían
como en un concierto de rock, mientras que las
canciones de Serrat eran coreadas por personas
mayores con los cabellos recortados o con calvicies
incipientes, y abdómenes pronunciados en los varones
(y en algunas damas también), y en un indiscriminado
uso de tintes capilares (tanto en damas como en
varones), al comienzo esta combinación me
desconcertó, pero después cuando Serrat interpretaba
a su estilo y a su aire las canciones de Sabina, y
Sabina aceleraba para su estilo las canciones de
Serrat, todos jóvenes y adultos nos sentimos un solo
grupo. Es más cuando Serrat canto a su estilo
“Pueblo Blanco”, unos jóvenes dijeron “PUTA MADRE
QUE TEMON”, y así paso también con los mayores
cuando Sabina interpretó “Cenicienta”.
Lo que al comienzo me desconcertó después me dio un
gusto del carajo, un gusto de saber que la música y
la poesía tienen espacio en todas las generaciones,
y que las letras con contenido no dejarán de tener
vigencia jamás.
Esta es la segunda mixtura, jóvenes y adultos,
juntos en un solo sentimiento, que no es otra cosa
que unir vidas de proyectos ilusionados con vidas de
proyectos logrados, pero todos en el mismo
derrotero, la búsqueda de la música y las letras con
contenido y calidad.
Fue una noche increíble, con emociones tan intensas
como las de siempre, pero transmitidas en otros
códigos, en otros ambientes que enriquecieron a
ambos cantantes y que nos dejaron con ganas de
repetir.
Eso es todo, vuelvo al trabajo.
Un Abrazo
QUIQUE MONTOYA
LIMA - PERÚ
La
melodía que escucha se llama "Balada de Otoño", del cantautor Joan Manuel Serrat, y puede guardarla en
su Pc oprimiendo el icono con el mouse derecho y "Guardar
Como".
Oprima en la
ventana superior derecha la "X" para que vaya a la página
anterior.
|