La fiesta de unos pocos

Chistes

Nikita

Cuando Nikita Kruschev murió, el partido comunista se encontró en una difícil posición: no querían enterrarle en suelo soviético, así que empezaron a charlar con otros países, a ver quien estaba dispuesto a aceptar esta responsabilidad.

Total, que llaman a los Estados Unidos:

-Nixon, camarada, estarían los Estados Unidos dispuestos a enterrar a Kruschev en vuestro territorio?
-Qué dices, socio, estoy demasiado ocupado con el asunto de unas cintas... no tengo tiempo para dedicar tumbas.
Bueno, así se alarga el chiste un rato, con los rusos llamando a todos los países, que están todos demasiado ocupados con sus propios problemas, hasta que llaman a Israel:

-Camarada Golda Meir, el politburó ha pensado que para mejorar las relaciones entre nuestros gobiernos, podíamos ofreceros el honor de enterrar el cuerpo de nuestro gran líder Kruschev en vuestro suelo.


-Bueno, por nosotros vale... pero tengo que advertiros de un problema: Nuestro país tiene el mayor índice de resurrecciones del mundo.