La fiesta de unos pocos

La Previsión social

¿Qué es un sistema previsional?

Los grandes doctores, hoy acomodados periodistas televisivos, dirían que viene del latín "pre vedere", y no sé cuanta "sanata" más. Pero ellos jamás profundizarán en este tema.

Yo me lo explico así:

Es un sistema, donde los trabajadores, empresarios y quienes quieran, aportan todos los meses una suma de dinero, la que se le reintegrará también en forma mensual, cuando esa persona haya cumplido determinados requisitos legales, fundamentalmente para asegurar la subsistencia y una vida digna, cuando las fuerzas físicas no les permitan trabajar.

No hablé de los aportes patronales, que también existieron, porque ello me parece una farsa.

Parecido a un ahorro mensual, en el que vamos depositando en ciertas manos, que usarán ese dinero para beneficio de otros que por su edad o condición física, no pueden estar activos y luego nos será reintegrado, cuando nosotros estemos en las mismas condiciones de los beneficiarios de hoy, mientras los jóvenes del mañana depositarán y así sucesivamente.

Ese rol, en nuestro País, lo tenía el Estado y mas o menos, funcionaba así: con lo que se recaudaba de los jóvenes, se les pagaba a los viejos y había cierto equilibrio entre lo uno y lo otro.

Recuerdo que cuando era niño, para mi cumpleaños, esperaba la llegada de mi abuelo, que venía seguro con un regalo que consistía en un billete de los más grandes, para que me comprara lo que quisiese.

Hoy son los abuelitos, los que esperan el regalo de los nietos. Y los padres de los chicos, no tienen trabajo donde conseguir ese billete.

Creo que nos deben una explicación del por qué, las Cajas de Jubilaciones "quebraron", o bien están como están. Y tal vez ahí, sabiendo que pasó, podamos empezar a solucionar algo.

Que el Estado gastador..., que el Estado pródigo..., que la mala administración del partido político opositor..., qué los militares..., ¿que se yo cuántas palabras golpearon mis oídos?, pero ninguna con una explicación determinante de las causas.

Todo eso sirvió, para que prosperara una idea, que es la de manejar al Estado con eficiencia Empresarial, sin darnos cuenta de que Estado y Empresa no son sinónimos y que los objetivos son distintos.

Un Estado, es una comunidad organizada en donde su fin es el bien común. Pero también, un Estado es una persona jurídica que puede administrar los bienes que produce, pero siempre con ese único fin, el bien común.

En cambio, una Empresa sólo procura beneficios económicos y sus caminos pueden ser muy variados. Uno de ellos y tal vez el preferido de hoy en día por las grandes es: dentro de la ley (no estoy tan seguro de ello), procurar que se fundan los competidores, o sea que se eliminen y quedar con su parte del negocio.

La ley madre del Empresario, que constituye su regla de juego, es tu o yo, en cambio en el Estado, debería ser tu y yo (bien común).

Pero sigamos con el régimen previsional.

Como el Estado era ineficiente, pese a que nunca nos dijeron exactamente cuales eran las causas, lo mejor que se les ocurrió a los políticos, fue suplantarlo por Empresas: las A.F.J.P.
O sea, que antes con lo que se recaudaba de los trabajadores activos, se atendía las necesidades de los pasivos (los jubilados). Ahora, tenemos que optar por una A.F.J.P., que recibe el dinero, con él hace inversiones que les producen beneficios y/o perjuicios y cuando le llegue la edad y haya cumplido con los requisitos legales, Ud., deberá recibir el dinero recaudado por ellas.

¿Y si en el camino alguna se funde?, ¿Si justo a la que elegí yo, llegan a salirle mal los negocios, quien me responde? ¿No hay un caso en España donde una empresa de estas, ha hecho desaparecer 16.000 millones (o algo así)?

Pero no es el único problema, ya que las Cajas de jubilaciones del Estado, tienen compromisos que cumplir con los ancianos de hoy y recaudan muchísimo menos, porque lo que reciben las A.F.J.P., no les llega más.

Claro cuando dejen de existir los ancianos, el problema de las Cajas de jubilaciones, habrá desaparecido. Sólo nos quedaría el riesgo de las A.F.J.P. y ya vuelvo a entrar en lo místico: Dios quiera que haya elegido a los decentes o a los más capaces inversores, si no, correré la suerte de los ancianos de hoy.

-Acuérdate de que entre bueyes no hay cornadas-, diría mi abuela.

¿Pero sabe por qué insisto en esto de las causas?

Es que el Estado como persona jurídica, firmó un contrato con los abuelos de hoy en día, y ese contrato no se está cumpliendo. Así como suena, no da para más que un reclamo civil, pero si las causas fueron espurias, puede transformarse en un delito muy grave.

¿No se ha hablado de jubilaciones "truchas"?

Algún funcionario, tiene que ser responsable de ello... En algún lado tiene que estar el dinero que desapareció.

Ya lo sé abuelita:

-Entre bueyes no hay cornadas-.
-Pero compréndeme..., quiero hacer algo útil, no sólo esperar el tiempo en el que "a las putas, los hijos les quitarán las dudas".-

 

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