La fiesta de unos pocos

El Profeta argentino

Desde una roca en el puerto, el Profeta contemplaba la blanca vela de la nave que habría de llevarlo a su tierra natal.
Una mezcla de tristeza y alegría inundaba su alma.
Durante nueve años sus sabias y amorosas palabras habían caído sobre aquella población.
Su amor lo ataba a esa gente, pero el deber lo llamaba a su patria: había llegado la hora de partir.
Atenuaba su melancolía pensando que sus perdurables consejos llenarían el vacío inevitable que causaría su ausencia.
En ese momento, un político se acerco y le pidió: "Maestro, háblanos de los argentinos.."
El Profeta recogió su alba túnica y dijo:
"Los argentinos están entre vosotros, pero no son como vosotros.
No intentéis conocerlos, porque su alma vive en el mundo impenetrable del dualismo.
Los argentinos beben en una misma copa la alegría y la amargura.
Hacen música de su llanto - el tango - y se ríen de la música de otros.

Todo es igual, nada es mejor,
da lo mismo ser un burro,
que un gran profesor...
Si es lo mismo el que labura
noche y día como un buey,
que el que vive de las minas,
que el que mata,
que el que jura,
o está fuera de la ley...

Los argentinos toman en serio los chistes y de todo lo serio hacen una broma.
Ellos mismos no se conocen".
Prosiguió en tono calmo diciendo:
"Nunca subestiméis a los argentinos.
El brazo derecho de San Pedro se supone que es argentino, y el mejor consejero del Demonio también.
Argentina nunca ha dado ni un gran santo ni un gran hereje, pero los argentinos pontifican sobre los herejes y heretizan a todos los santos.
Su espíritu es universal e irreverente.
Creen en la Difunta Correa, la interpretación de los sueños y el Horóscopo, todo al mismo tiempo.
Tratan a Cristo de "El Flaco" y se mofan de los ritos religiosos, aunque no se pierden ningún Tedeum, ni misa alguna.
No creen en nadie, pero se creen todo.
No renuncian a sus ilusiones ni aprenden de las desilusiones.
No discutáis con ellos jamás!
Los argentinos nacen con sabiduría inmanente!.
Saben y opinan de todo!.
En una mesa de café arreglan el mundo, que siempre funciona como ellos piensan, no como es.
Cuando los argentinos viajan, todo lo comparan con Buenos Aires.
Los argentinos son "El pueblo elegido"..., por ellos mismos.
Se pasean entre los demás pueblos como el espíritu sobre las aguas: sin absorber nada de ellos!
Individualmente, se caracterizan por su simpatía e inteligencia, pero en grupo son insoportables por su gritería y apasionamiento.
Cada uno lleva en si la chispa del genio, aunque los genios, ya se sabe, no se llevan bien entre ellos. Por eso, reunir a los argentinos es muy fácil, pero unirlos es imposible.
Un argentino es capaz de lograr todo en este mundo, menos conseguir el aplauso de otros argentinos.
La envidia es una enfermedad geneticamente arraigada en estos sudamericanos incurables.
No le habléis de la lógica. La lógica implica razonamiento y mesura.
Los argentinos son hiperbólicos y desmesurados.
Si os invitan a comer, no os invitan a una comida sino "a morfar la mejor comida del mundo"..
Cuando discuten no dicen: "No estoy de acuerdo con Usted..", sino: " Usted esta total y absolutamente equivocado".
Tienen una gran tendencia antropofágica.
"Se la tragó"..significa haber sobrepasado o aventajado a otro.
"Comerse un buzón " ..quiere decir haber sido sobrepasado por otro.
La expresión mas oída es la que se refiere al crecimiento sin medida de los atributos masculinos, como por ejemplo:
" Tengo los huevos hinchados.." o .. " Dejate de hinchar las bolas..."
Muchísimas otras de sus referencias son igualmente gastronómicas.
Para referirse a una mujer bien dotada, suelen decir que es un "budín".
Si las cosas salen bien con ella, dicen que se "morfaron una tipa de locura" y si en una fiesta alguien cuenta buenos chistes, se hicieron "el plato".
Aman tanto la contradicción que llaman "bárbara" a una mujer linda, a un erudito lo bautizan "bestia" y a un mero futbolista "genio".
Cuando acceden a hacer un favor no dicen "si" sino.. "como No".
Hizo una larga pausa el Profeta, y continuo:
" Son el único pueblo del mundo que comienza sus frases con la palabra "No".
Cuando alguien les agradece por algo, dicen: "No, de nada" o simplemente "No" con una sonrisa.
Los argentinos, además, tienen dos problemas para cada solución.
Pero intuyen las soluciones a todo problema.
Cuando estuve la última vez en La Plata, me admiro que cualquier argentino dijera que sabia como arreglar la deuda externa, enderezar a los militares, aconsejar al resto de América Latina, eliminar el hambre en África y enseñar economía en Estados Unidos
Cuando quise predicar mis ideas, empezaron por enseñarme como tenia que hacer para llegar a ser un buen predicador.
Se asombran de que los demás no vean que sencillas son sus recetas y no entienden por que el mundo no les hace caso."
El Profeta adopto un tono solemne y añadió:
"Los argentinos también eligen cuidadosamente metáforas para referirse a lo común con palabras no comunes.
Por ejemplo, a un aumento de tarifas lo llaman: "adecuación de ingresos"; a un incremento de impuestos : "modificación de la base imponible"; y a una devaluación del peso: "un cambio en la relación cambiaría".
Un plan económico es siempre un "plan de ajuste", lo que daría a entender que en la economía argentina ya no quedan tornillos por apretar.
A una operación financiera de especulación la llaman con el inocente nombre de "bicicleta".
Todo argentino que se precie, ha pedaleado alguna vez.
Viven, como dijo el filosofo Ortega y Gasset, una permanente disociación entre la imagen que tienen de si mismos y la realidad.
Jamás se miran al espejo para verse bien como son. Tienen un porcentaje altísimo de psiquiatras y psicólogos y se ufanan de estar siempre al tanto de la ultima terapia de moda.
Poseen un tremendo super-ego, pero no toleran que se lo mencione.
Se visten con un uniforme que consiste generalmente, en saco azul, pantalón gris, mocasines, camisa a rayas, y corbata bordo, porque alguien les dijo hace décadas que era el summun de la elegancia inglesa..y ellos lo creyeron.
Tienen un espantoso temor al ridículo, pero se describen a si mismos como liberados y pertenecientes al llamado "primer mundo".
Son convencionales y prejuiciosos, pero creen ser amplios, generosos y tolerantes.
Son racistas al punto de hablar de los "negros de m....." y se jactan, erróneamente, de no tener indios en su territorio..
Espejo e imagen, concentran en ellos mismos el terrible choque entre la fantasía y la realidad".
Había llegado la nave al muelle.
Alrededor del Profeta arremolinábase una multitud dolorida que había acudido a despedirlo en su largo viaje a la remota Argentina, "culis mundi" a la que debía ahora regresar.
El Profeta quiso hablar, pero la emoción, como a Carlos Gardel, le embargaba la voz.
Hubo un minuto de largo y conmovedor silencio, hasta que de repente se oyó una apreciación del timonel del buque que decía:
"Vamos, Che, decidite. Y a ver si subís que estoy apurado..!".
El Profeta, recordando aquellos inefables conductores de autobuses de Buenos Aires que se llaman "colectiveros", hizo un gesto de resignación y lentamente subió al pequeño barco y desde allí saludo a sus fieles por ultima vez.
El timonel, argentino hasta la muerte, lo miró con indiferencia y puso proa al horizonte.