ARCHIVO PÚBLICO DEL COMANDANTE
CLOMRO
Informe Clomro-1 EL CONOCIMIENTO CÓSMICO
Y EL DIVULGADOR
Sección II EL COMANDANTE CLOMRO
Subsección B HISTORIA PERSONAL
Capítulo III
ANTECEDENTES CERCANOS DE MI APARICIÓN PÚBLICA
COMO EXTRATERRESTRE
Parte I
LOS MOVIMIENTOS PREVIOS A MI SALIDA A ESCENA
SE VIENE OTRA VEZ EL EXTRATERRESTRE JUGUETÓN
Mensaje de un extraterrestre, en una botella flotando
1995, enero. Al
regresar de Capilla, en una parada a la noche, tuve un momento de
necesidad de dejar un testimonio escrito de mi presencia en la
Tierra; sin firma, anónimo, contenido en un envase de gaseosa.
Dejado flotando en una fuente de una confitería, era como si
fuera el mensaje de un náufrago queriendo que se sepa algo de
él, sin importar quién es o dónde
está. No dejaba de ser parte de ese
juego de poner a la gente ante la sorpresa; me divertía
imaginándome lo que pasaría con esa, en cierto modo,
"maldad" de dejar pensativo al que encontrara la carta,
y motivarlo a reflexionar sobre estas cosas. Por aquellos días,
crecía en mi mente la idea de presentarme públicamente en
radio, sin nombre; manteniendo el anonimato, podía ser
extraterrestre ante un micrófono y humano "normal" en
la calle. Y dentro de ese juego mental que iba tramando, una
Coca-Cola junto a una fuente, una mezcla de soledad, de necesidad
de comunicación, y de ese espíritu bromista que a veces me
aflora, fue la combinación inspiradora de esta ocurrencia. Algo
se estaba preparando en mi destino; la hora de mi aparición
pública estaba cerca.
Este fue el texto del mensaje:
Una fuente puede ser como un océano:
alguien puede necesitar enviar un mensaje, alguien puede
recibirlo en una botella; alguien que esté necesitando descubrir
algo. Y yo necesito revelar algo: algo que tal vez llegue a quien
necesite saberlo.
He de revelar que en el océano del Universo, cada mundo es
una isla desprendida de un continente, y que en cada isla todo
puede ser tan diferente de las otras, tan particular, que
"la Verdad" puede parecer mentira según dónde, y que
la verdad de la vida en la Tierra es que lo real y lo ilusorio
han sido divididos por la mente humana. Se confunde realismo con
escepticismo, y al ilusionismo con engaño a los sentidos. Como
soy extraterrestre y no creerían que lo soy, engaño a todos
bajo mi apariencia humana, que es engañosa a los sentidos. Y el
mundo, que sólo cree en lo que ve, ignora lo que merece ignorar
por falta de sentido común, que no es el más común de los
sentidos.
Tal vez alguien necesite saber si nosotros
existimos. Tal vez nos haya imaginado dejando un mensaje en las
pirámides o mandándolo por interferencia a las redes
televisivas. Pero no creo que haya imaginado a uno de nosotros
dejando un mensaje en una botella de Coca-Cola; supuestamente, no
tomamos bebidas así y no naufragamos por la vida en cuerpos
humanos, pero este mensaje está más allá de tales supuestos.
Bell Ville, Córdoba, 22 de enero de 1995
Domingo 12 de febrero en Capilla del Monte.
La mejor voz femenina de las radios locales está jugando conmigo
en su casa; jugando al extraterrestre y la periodista. La
grabación quedará guardada un tiempo. Algo se mueve en mi
mente; algo se está preparando.
Terminaba febrero, y el
diario La Prensa publicaba una nota sobre el
"Proyecto E.T." del CAIRP (Centro Argentino Para la
Investigación y Refutación de la Pseudociencia), consistente en
recompensar con U$S 10.000 al primero que presentara una prueba
de la existencia de los extraterrestres. Les escribí en el acto,
no en mi condición de humano, sino como extraterrestre que
trataba de ridiculizar el referido proyecto, explicando que
nosotros no tenemos ningún interés en hacer demostraciones de
nuestra existencia. Lo hice tanto con intenciones de burla, como
con intenciones de que hubiera cosas veraces y serias en el
contenido. Hablaba de los extraterrestres que no son de mi bando
y que sí parecen interesados en ser vistos, y hablaba de los que
preferimos pasar inadvertidos, produciendo cambios desde adentro
de la sociedad, viviendo como si fuéramos humanos comunes y
corrientes. Titulada como CARTA ABIERTA DE UN EXTRATERRESTRE
(ver Informe Clomro-2, Sección I CARTAS) estaba pensada
para ser enviada y entregada a toda persona a la que pudiera
interesarle la temática, de modo que imprimí cientos de copias,
que por la no caducidad temporal del contenido, estarían
destinadas a circular indefinidamente, lo cual continúa
ocurriendo.
Así fue la primera manifestación mía como
Clomro el extraterrestre, en un papel impreso y fotocopiado. Este
sería, entonces, mi seudónimo para cuando efectuara mi
aparición en los programas de radio (seudónimo = "nombre
artístico" para unos, "nombre cósmico" para
otros, ya que luego se plantearía la discusión sobre si este
personaje sería un actor o un extraterrestre de verdad).
Parte II
UN HOMBRE ENTRE HOMBRES, QUE PREPARA SU APARICION
PEQUEÑAS EXPERIENCIAS PREPARATORIAS
No tardó en llegar la hora de las FM,
(junio) si bien tres meses puede parecer un poco demorado. La
idea de ir a los programas con pasamontañas, empezó como una
medida precautoria en resguardo de mi identidad ante quienes
justo pudieran estar dentro o a la entrada y la salida. Pero
entre mi realidad y mi ficción, esto del personaje encapuchado
produjo un impacto que no sé si yo preveía. Y supe que
debía explotar esta debilidad de la gente. Había quedado
definida una imagen visual. Aun cuando en radio a uno sólo se lo
puede escuchar, la descripción que hacían los conductores de
los programas, me ponía pasamontañas en la imaginación de la
audiencia.
1996 me vería definir la imagen
física a proyectar. Tras un paréntesis de un año desde aquella
experiencia en dos FM, en junio el comandante extraterrestre tuvo
una reaparición en radio "con bombos y platillos", en
cuanto a la propaganda primero y la repercusión después, en la
emisora y su audiencia. Dentro del juego con fondo real, el hecho
de que fuera comandante me permitía utilizar un vestuario acorde
con el rango. Más que permitírmelo, era en cierto modo una
exigencia: el imaginario colectivo no admitiría un comandante en
jeans y zapatillas. Podría haber ido de blanco espiritual o de
metalizado espacial, pero yo no era ni un guía espiritual de
onda gurú, ni un maestro cósmico bajado de una nave. Mi mensaje
era el combate, la resistencia a las fuerzas opresoras del cosmos
y sus ramificaciones en la Tierra con los imperialismos
políticos y económicos. Mi ropa debía ser la de un
combatiente. Mitad símbolo de las revoluciones guerrilleras que
se rebelaron contra el sometimiento de los pueblos, y mitad
símbolo de una lucha que en el cosmos también tiene rebeldes al
imperialismo de las fuerzas oscuras. Usé, en principio, ropas de
color marrón claro, con una gorra encima del pasamontañas
verde. En los hombros, dos "platos voladores" de metal
dorado. En el pecho, una insignia, una estrella plateada de cinco
puntas (tanto usada por los izquierdistas, como por esotéricos
como los masones, siendo un símbolo cósmico, que en su sentido
mágico corresponde a la magia blanca), un extraño símbolo de
ocho puntas a modo de mandala o estrella cruciforme doble; en la
gorra, otra estrella de cinco puntas, dorada, un cristal, un
angelito dorado (guardián celestial) y un tiranosaurio dorado
(guardián de "la pesada"); las manos enguantadas,
anteojos oscuros y... listo el personaje. Más adelante,
utilizaría un uniforme militar, verde, obsequio de un héroe de
guerra que enfrentó infringiéndole decenas de bajas, a uno de
los imperialismos que, en la Tierra, cumplen los propósitos del
imperialismo cósmico. Uniforme que, ahora, estaba otra vez en
combate, pero ya apuntando contra el enemigo cósmico, y contra
sus poderes que, en manos humanas, dominan a los pueblos y
ocultan información que destaparía la verdad liberadora.
La idea de un lanzamiento a gran escala
Una breve y superficial
primera aparición televisiva en cable (agosto), y la cuestión
Clomro pasó a retiro por unos nueve meses. Algo, sin embargo, se
estaba gestando por entonces. El juego del extraterrestre
mandando cartas o charlando en las radios o algún canal de poca
audiencia, era tan sólo el entrenamiento preparatorio para lo
que vendría. Las radios, los medios televisivos y gráficos de
alcance nacional e internacional, serían la rampa de
lanzamiento. Pero salir a la escena para un público de millones
de personas, no sería lo mismo que llegar a algunos miles, como
venía sucediendo. Se acababa el juego de guerra y comenzaba el
verdadero combate.
Era inevitable en mi destino que yo mismo me
estaba programando, que mi aparición ante un gran público se
produjera en algún momento. Pero el momento de mi irrupción era
tan deseado como lamentable para mí. Tendría que hacerlo en
algún momento, y cuanto más tarde, mejor para mi tranquilidad.
Pero no para mi inquietud, que me impulsaba a apresurarme cuanto
pudiera. Lo que yo tenía que cumplir, cambiaría la visión de
la historia y la perspectiva del futuro. No porque yo solo fuera
a cambiarlo todo, sino porque en el gran cambio a producirse, mi
papel sería clave, como lo serían los papeles de todos los
participantes en este Plan en que estaba. Y esa importancia de
los papeles de otros, llevaron a la parte humana de mi ser a
pensar muchas veces, en que si yo no hiciera nada, habría
quienes cumplirían mi parte. Por lo tanto, más de una vez, ante
las dificultades de mi vida, a mis superiores que me hayan
enviado, y a mis compañeros y subordinados de "allá
arriba", pendientes de mi operatividad, les
dije: "¡váyanse al diablo, y arréglenselas sin
mí!". Pero nada me garantizaba que, si no cumplía con lo
que me era posible, otros pudieran lograr ciertas cosas. No me
creía irreemplazable, pero tampoco podía estar convencido de
que no lo fuera. Más aún teniendo en cuenta que formar una
mente con la aptitud de la mía para cumplir esta función,
costó décadas, planificaciones cósmicas, y circunstancias que
a nadie más se le brindaron del modo en que ocurrió conmigo.
Vine a este cuerpo para esto, mal que le pese a mi parte humana.
El extraterrestre esperaba y buscaba su
momento de aflorar. El humano se lo postergaba, por su deseo de
mantener su estado terrenal y común, para seguir siendo uno más
entre los demás. Pero en esa dualidad, como el extraterrestre
estaba humanizado, y el humano, trascendido mentalmente, no
podía menos que prevalecer el equilibrio de las dos naturalezas,
para que mis pasos se fueran cumpliendo en los momentos precisos.
Mientras tanto, un libro de Giovanni Papini (Lo
trágico cotidiano) dormía en mi biblioteca, para abrirse a
mi lectura recién en momentos en que mi trascendencia pública
ya se había empezado a materializar. En él encontré lo
siguiente:
1
"Imaginaos a un
hombre que proyecte una terrible empresa que parecerá loca
incluso a las más orgullosas imaginaciones; un hombre que tenga
en el corazón un secreto propósito de realizar tales acciones
que alterarán la historia, la vida y el mundo, y que este hombre
no pueda ni quiera todavía decir nada de lo que piensa hacer y
hará, y los que están a su alrededor no comprenden nada de lo
que prepara. Imaginaos, pues, el éxtasis y el dolor de este
hombre. Solo, mudo, a rápidos pasos, con los ojos absortos, anda
en medio de la multitud de los hombres y nadie lo mira con
maravilla, nadie lo sigue, nadie se aparta o lo contempla con
estupor. Por su aspecto es un hombre como todos los demás. Por
sus vestidos, por su rostro, por las formas de su cuerpo, parece
en todo semejante a ellos: ¡hombre entre hombres, y nada más!
Va por las calles densas de pueblo y no lo señalan con el dedo;
lo miran y no lo ven, y todo lo más algún ocioso sonríe a
causa de sus cabellos no demasiado bien peinados y de su aire de
sonámbulo. Pero imaginaos el alma de este hombre, de este hombre
que pasa con su invisible secreto por entre estos hombres ciegos,
que pasa por entre ellos taciturno y lleva dentro de sí aquello
que puede cambiar toda su vida, su futuro y su suerte; que se
confunde con ellos, que los roza con el brazo, que los golpea con
su cuerpo, y que no quiere decir todavía la palabra, que no
quiere realizar todavía el acto que hará que todos los ojos se
dirijan hacia él, que hará que todas las voluntades se doblen
bajo la suya, que iluminará a todos esos ciegos y dará nuevas
palabras a todos esos tartamudos. El hombre sigue andando con sus
rápidos pasos y sus enormes sueños, y ya se ve a sí mismo en
el momento de la revelación y toda su obra está delante de él
por divino espejismo. Experimenta ya la viril alegría de la
creación; su gallardo corazón late a grandes golpes; sus ojos
grises se dilatan como en los arrebatos de la carne.
Imaginad, pues, la alegría de este hombre
del loco secreto. Imaginad la dureza de su placer mientras él
pasa por entre la multitud indiferente o burlona que no sabe nada
de él, que lo tiene por una parte cualquiera de sí misma, un
átomo de su gran cuerpo, hombre entre los hombres y nada más.
La multitud no sabe lo que se está preparando bajo la frente del
hombre que pasa. Ve sus vestidos grises, su paso desigual, sus
cabellos abundantes, su rostro descarnado, y no sabe distinguirlo
de otros tantos semejantes a él. Sin embargo, llegará un tiempo
en que muchos intentarán recordar cuándo y cómo lo vieron, e
inventarán discursos y palabras que él no dijo nunca, que
jurarán haber estado cerca de él y haber sido sus amigos
durante el período de su oscuridad. Pero, por ahora, éste no es
él , éste es un número, un elemento, una
unidad, un ciudadano, un nombre, una ficha del registro civil.
Todavía no ha llegado su día. Los hombres no saben ver más
allá de sus ojos, y no piensan que dentro de aquel cuerpo casi
corriente hay un pensamiento capaz de iniciar un nuevo capítulo
de la historia del universo.
Se parece a un hombre que anduviera de
noche y llevara bajo su capa una lámpara encendida que
deslumbrará a los que la vean cuando la capa se abra. Es como un
dios de incógnito que hará temblar al que primero le dirija la
palabra.
2
Imaginaos, pues, a este hombre y sus
pensamientos, ¡oh muchos para quienes hablo, oh muchos de
innumerables cegueras! Y no os lo imaginéis como un sueño vano,
como una fantasía de un instante. Imagináoslo como una cosa
posible, como algo que podría ser verdad, como algo que acaso es
verdad. Imagináoslo, pues ¡oh muchos de breves miradas!, como
algo verdadero, real, presente, como algo que existe
verdaderamente hoy, en esta hora, en este momento, cerca de
vosotros, ¡en medio de vosotros! ¡Yo os digo que este hombre
existe! ¡Os digo que este hombre existe y se prepara! ¡Os digo
que este hombre anda por vuestras calles, entra en vuestras casas
y mira a vuestras pupilas! Este hombre vela, piensa, se arma. Su
día no ha llegado, pero llegará. Su boca sólo pronuncia las
palabras habituales de los hombres, pero aquel día dirá otras
palabras. Pasa humildemente entre vuestros cuerpos en
movimiento, pero un día estará solo ante vosotros, y todos lo
verán, y todos recordarán haberlo esperado en algún efímero
momento de su miserable vida.
¡Guardaos de este hombre, oh, muchos! Su
secreto lo corroe y lo hiere, pero él no se retuerce ni
demuestra su dolor. Su sueño lo exalta, lo ensalza, lo
beatifica, pero él no sonríe y no demuestra su alegría.
Hombre terrible, hombre que parece una
tumba de esperanzas y es en cambio un fuego preparado para
arrojar chispas e incendiar todas vuestras ciudades sucias e
inseguras. Sabedlo distinguir en la multitud, corred detrás de
él, apoderaos de él enseguida, y acaso consigáis apagar su
lámpara con vuestros alientos, ahogar su llama con las cenizas
de vuestros sueños muertos.
Estad alerta, vigilad por todas partes.
Acaso en este mismo instante está cerca de vosotros; acaso pase
mañana por debajo de vuestra casa y vosotros, desde la ventana,
lo sigáis con la mirada unos momentos; acaso es aquél que ayer
se volvió para miraros, como sorprendidos por una reminiscencia.
Vosotros no sabéis por dónde vendrá. No
sabéis cuáles serán sus nombres y su origen. Pensad en todas
las antiguas revelaciones precedidas por el silencio y por la
ignorancia universal; pensad en aquéllos que vieron a Cristo
niño. ¿Cuántos de ellos habrán pensado que aquel niño daría
al mundo un nuevo sentido y a los hombres una nueva palabra de
vida? ¿Cuántos habrán adivinado que su rubia cabeza se
doblaría sobre una cruz y que de su pálida boca saldrían las
potentes palabras que harían mover a los enfermos y resurgir a
los muertos? Pensad en todos aquéllos que hablaron en un
determinado momento y se convirtieron en guías, en reveladores,
en reformadores, y que nadie supo distinguir de los otros hasta
que dijeron e hicieron lo que tenían que decir y hacer. Para
todos los grandes y famosos, para todos los renovadores y
creadores ha existido un tiempo en que fueron desconocidos y
oscuros, en que parecieron semejantes a los demás, en que
parecieron hombres y nada más. Nadie se preocupó entonces de su
origen, nadie los miró maravillados, nadie procuró recordar sus
primeras palabras y describir su aspecto, sus costumbres, su vida
exterior. Y cuando, de repente, subieron por encima de todos
vosotros, ¡oh, muchos de ojos velados!, os maravillásteis y os
dolísteis en el fondo de vuestro corazón por no haber adivinado
el prodigio que se preparaba. Y también hoy, os lo repito a
todos, también hoy, sin duda, se prepara algún prodigio. Cada
edad tiene que tener sus héroes y sus reveladores.
Hoy espera, en medio de vosotros, no visto
e insospechado, el héroe y el revelador de mañana. Es imposible
que este hombre no exista ya. Vive en la sombra, su luz está
todavía escondida, pero él es, él vive, él camina con
rápidos pasos en medio de vosotros; semejante a vosotros, no ya
hombre entre hombres, sino futuro pastor en medio de sus
rebaños, futuro jefe en medio de sus ejércitos.
Yo quisiera hacer nacer en vosotros la
sensación y la expectación de este dueño que vive nuestra
vida, junto a nuestra vida, y que vosotros no conocéis ni
sospecháis. Yo quisiera provocar en vosotros el estremecimiento
de la improvisa llegada de este Uno. Buscadlo en vuestras
muchedumbres, buscadlo sin tregua, y que nadie se os escape; que
cada ojo os diga si tiene un secreto. Él existe y os mira: ¿no
notáis el peso de su mirada sobre vuestra pequeña vida? Él
existe y espera: ¿no notáis la opresión de una espera ya
demasiado larga?
Helo aquí en mitad de vosotros, solo,
mudo, con la mirada absorta... Se ha detenido un momento y os
contempla. Pero he aquí que reanuda su rápido camino y ahora ya
no es, en la multitud creciente, en la niebla que cae, sino un
hombre entre hombres, una sombra entre sombras, una esperanza
terrible entre mil cegueras."
Salvo porque no pretendo ser un
"pastor" conduciendo rebaños, ni "jefe" de
ejércitos, hay en Papini palabras que parecieran caberle a mi
propósito. Ser comandante de una tremenda operación como la que
vine a cumplir, implica ir movilizando gente que se va adhiriendo
a la causa. Pero eso no significa que pretenda ser un
conductor, un líder. No porque no sepa o no pueda hacerlo:
conozco bien los mecanismos psicológicos del ser humano, lo
suficiente para saber cómo atraer hacia mí a la gente y hacerla
integrarse en grupos y comunidades bajo una doctrina, que bien
sé cómo podría convertir en una pseudorreligión de la cual yo
fuera el "gurú" o "pastor" seguido por
multitudes.
Pero no vine a ser seguido; el síganme
que lo propongan los que pretenden manipular a los demás; yo
sólo pretendo que me acompañen. Y eso supone igualdad
con los demás, y no autoridad sobre ellos; porque si de algo
pretendo ser comandante, es de una operación formadora y
reclutadora de comandantes, no de comandados; personas
autodeterminadas que se comanden a sí mismas, y que marchen
conmigo, no detrás de mí. Que no sigan directivas mías,
sino que, siendo soldados como yo, obedezcan principios,
no órdenes; principios universales, leyes cósmicas que
reglan lo que un ser en evolución debe hacer. Y que siendo
comandantes como yo a partir del momento en que decidan liberarse
de las mentiras con que se manipula al mundo, no caigan en el
error de Papini, de creer que sea necesario un jefe conductor, y
crean verlo en mí. Si alguien viniese a ponerse a mis órdenes,
esperando que yo lo integre a mi "ejército" y le diga
qué hacer de su vida, sepa que lo decepcionaré al dejarlo solo,
para que no caiga en ese error; solo, por ser incapaz de
conducirse, lo cual es más difícil que ser conducido. Solo,
como debería estar todo aquel que siempre necesita estar
creyendo en alguien, humano o celestial, por no creer en sí
mismo.
Cuando todos los que, marchando conmigo en
conjunto o a miles de kilómetros de distancia, sin que yo los
conozca, integremos ese ejército sin un jefe, porque será
de jefes, tal vez el alma reencarnada de Papini esté
participando de este movimiento revolucionario. Así como yo he
participado de su literatura que sirvió para activar y reforzar
algunas de mis potencialidades. Y verá que un "hombre entre
hombres" era un "extraterrestre entre
extraterrestres" que estaban todos aquí sin saber que lo
eran. O algunos sabiéndolo como yo lo sé, dispersos, aislados y
silenciosos como hasta hace poco permanecí, y como todavía
permanezco en parte. Y saldrán a decir lo suyo cuando la hora
llegue. Y en cada rincón del mundo habrá alguno de ellos
revelando su secreto; hombres entre hombres, ignorados por
quienes los rodean o los ven pasar; imaginadlos...
DEL MENSAJE CÓSMICO AL INTERÉS
EN LO SOCIAL
Definiciones en la
propuesta mientras preparo mi aparición a gran escala
UN GRUPO AL MARGEN DEL SISTEMA
Hasta no
mucho antes de presentarme como Clomro, pensaba que era necesario
darles conocimientos cósmicos a los seres humanos para
espiritualizar a los pueblos y elevar el nivel de vida de las
sociedades humanas. Para eso, había trabajado en varios
proyectos tendientes a la difusión de temas cósmicos y
místicos. Pero desde el año siguiente, algo pasó; algo
definió un cambio de ideas y de planes, para que tomara impulso
algo que también venía pensando, más social, más terrenal. Y
en el camino del cósmico guerrero que proponía un combate en el
que la información, formando conciencia, le ganara terreno a la
ignorancia, apareció alguien cuya propuesta no era cósmica,
sino que estaba en el plano social. Esta persona de propuestas
aparentemente tan terrenales era, sin embargo, lo más parecido
que en la Tierra se puede encontrar a un ángel.
Muy linda,
rubia, con ideales que su madre traía de otros tiempos de más
idealismo, lanzó una invitación para que chicos y chicas se
acercaran a su grupo de amigas. Tímidas, sobre todo ella, con
pocas amistades, estaba en una búsqueda en la que la soledad
debía tener alguna solución. Y esta invitación pretendía
establecer nuevas amistades para llenar ese vacío. No vacío
interior, sino vacío de relaciones: justamente la falta de
relaciones se debía a que ella, interiormente, no tenía esa
vaciedad de los adolescentes perdidos en las propuestas del
sistema, los cuales no tienen tanto interés en relacionarse con
gente de cierta profundidad y riqueza interior.
La
propuesta de esta chica y sus amigas consistía en que se
acercaran a ellas quienes no estuvieran de acuerdo con el modelo
que propone la sociedad de consumo, con sus modas, marcas y esas
frivolidades. Este grupito empezó a funcionar a fines de 1995.
Mi ingreso fue a principios del enero del año siguiente. No como
Clomro, sino con mi nombre "oficial". En el grupo, la
historia del extraterrestre salió a luz más adelante.
Las ideas
que se trataban en las reuniones de este grupito, no tardaron en
darle espacio a pensamientos tales como los de Leo Buscaglia,
Antoine de Saint-Exupery en El Principito, alguna literatura onda
new age... y la chica que fuera la impulsora de la propuesta,
estaba siendo llevada inevitablemente al campo espiritual: no era
posible tener ideales de una sociedad más justa, de saber estar
al margen del sistema, sin que los ideales humanos más nobles
llevaran a los caminos de perfeccionamiento interior propuestos
por los más conocidos guías espirituales o autores de libros de
la temática. La propia personalidad de esta chica angelical, la
predisponía más a un Richard Bach que a un Carlitos Marx. Por
lo tanto esta rebelión que en cierto modo ella estaba
"comandando" contra la sociedad de consumo, tenía más
perspectivas de correr por lo espiritual que por el lado
político.
El
proceso de integración de los miembros del grupo tuvo problemas
de funcionamiento, por el hecho de que las charlas les parecían
inconducentes a algunos, que pretenderían algo más activo o
concreto. Hubo en el medio paseos, visitas entre unos y otros,
charlas de café; todo lo cual permitió que a pesar de los que
se iban yendo, algunos fuérmos estableciendo amistades. Pareció
que los tres o cuatro que quedamos fuimos poca cosecha para tanta
siembra. Pudo haber sido un grupo enorme, y flotó por un tiempo
la idea de que este tipo de grupos pudieran multiplicarse
crecientemente en el país y en otros países. Pero no, todo
quedó ahí, en esos poquitos que nunca pasamos de veinte y que
cada vez éramos menos.
Dos de los
participantes, dedicados a la informática y con orientación de
hackers en potencia, pasarían a ser grandes colaboradores en
buena parte del que sería mi trabajo con Internet, enseñándome
a utilizarla. Con ellos, los ideales rebeldes a la sociedad
manipuladora fueron tema de conversación permanente. Y
encontré, en ellos, oídos para compartir pensamientos sobre lo
que pasa en el mundo y qué hacer ante eso como ciudadanos, al
margen de qué hacer como seres cósmicos.
Este par de
personajes fue influyente, si bien no determinante, porque estas
ideas ahora visibles en mi mensaje, ya estaban esperando aflorar.
Por ejemplo, la idea de la Organización de la Humanidad Unida
(O.H.U.) era de 1993. Pero mi idea de fundar un
"Movimiento de Resistencia al Sometimiento
Antinacional" (M.R.S.A.), y de la Red Mundial de Libres
Rebeldes (RMLR), emergió favorecida por el impulso de las
reuniones y amistades que la angelical chica hizo posibles.
Decepcionada por la ausencia de los resultados que hubiera
esperado, y sobre todo por la deserción de varias de sus amigas,
la iniciadora de lo que parecía ser un masivo movimiento
revolucionario de libres rebeldes al margen del sistema, dejó de
invitar a reunión, se dedicó más a sus estudios y no ya a
poner sus expectativas e ilusiones en gente que no daba la
respuesta esperada. Los tres o cuatro que perduramos hasta el
final, ya estaban; ya eran amistades que no era necesario
mantener a través de un grupo que se reuniera, sino que se
mantenían por sí mismas. Y ya vinculados entre sí, estos
"sobrevivientes" de la experiencia grupal abortada,
daríamos continuidad al intercambio de ideas sobre qué cosas
hacer en lo inmediato o algún día; proceso durante el cual,
como un Clomro de orientación rebelde, revolucionaria, fui
definiendo esta nueva perspectiva de mi mensaje.