ARCHIVO PÚBLICO DEL COMANDANTE
CLOMRO
Informe Clomro-1 EL CONOCIMIENTO CÓSMICO
Y EL DIVULGADOR
Sección II EL COMANDANTE CLOMRO
Subsección B HISTORIA PERSONAL
Capítulo II LOS TIEMPOS DE MI ALEJAMIENTO DE LA MISIÓN
continuación...
"COINCIDENCIAS SIGNIFICATIVAS"
Un cuento, o... ¿quizá una realidad?
1994 arrancó con mi insistencia en
aquella idea de la misión cósmica de Xuxa, y publiqué algo al
respecto; un cuento infantil que escribí en 1991 y que
permaneció guardado en un estante hasta 1993, cuando tras todo
ese letargo, me pareció sensacional y publicable al releerlo.
Publicado en enero del 94, el librito tenía sobre el final, este
diálogo entre seres cósmicos:
- Creemos que ya es momento de entrar en
contacto con ella. Las cosas en el planeta están muy mal y ella
está trabajando con éxito total. Si nos conociera y le
diéramos la conciencia que le falta, la esperanza de salvación
sería todavía mucho mayor...
- ¿Están seguros de que ella necesita
eso? Miren lo que ha logrado sin saber ni por qué está donde
está, ni quién es, ni de donde llegó. ¿Para qué hablarle de
su misión? ¿Creen que en el fondo no lo sabe?
- Lo sabe, sí, pero le falta una prueba;
los humanos siempre necesitan pruebas...
- Si algo de ella ayudará a salvar al
planeta, no es su parte humana imperfecta. La otra parte, su
corazón, no necesita pruebas.
- Ella lo siente, sí, pero deberíamos
darle un estímulo mayor, estar con ella, que sepa que la hemos
estado ayudando, que sienta nuestra compañía, que se sienta
segura, protegida.
- Ya hemos despertado su interés por cosas
de otros mundos, y momento llegará en que se autodescubrirá.
Con menos argumentos de los que ella tendría si quisiera, muchos
buscan seguidores diciendo ser enviados de Dios. Y ella, a quien
muchos la ven como enviada, prefiere verse como una persona más.
Así era el plan: había que evitar la adoración. Y ella lo
está cumpliendo.
- Pero si se autodescubriera, ¿peligraría
el plan? ¿se sentiría ella diferente y ya no sabría mostrarse
como una humana más?
- Aunque supiera quién es, de dónde
viene y para qué, no dejará de ser una humana más: lo es en
realidad; para eso tomó ese cuerpo humano y nunca dejaría de
sentirse como cualquier persona. A fin de cuentas, todos los
habitantes del mundo son seres cósmicos que bajaron a tomar
cuerpos físicos. No hay ninguna diferencia sustancial.
En el siguiente diálogo, que antecede al arriba transcripto, se deja una importante reflexión:
- En tu nueva película eres de otro planeta -dijo
el periodista- En el fondo, detrás de todo esto, ¿qué puede
haber de cierto? ¿Crees, como muchos, que eres de otro mundo?
- Los seres de otros mundos que llegan en
misiones de ayuda, existen. Que yo sea o no sea de otro mundo es
una circunstancia que no puedo afirmar ni negar, porque no soy
como esos niños que están naciendo y que recuerdan de dónde
vienen y a qué vienen. Lo único que puedo decir es que por
alguna razón yo no me acuerdo de nada, y lo mismo me da si vine
de otro planeta o si siempre estuve aquí. Lo importante no es de
dónde una viene, sino que una está aquí y que, vengamos todos
de donde vengamos, todos debemos hacer lo mismo: hacer el bien.
Llevado a Río para su cumpleaños, y
entregados otros ejemplares para productores, Paquitas, etc.,
nunca nadie lo mencionó ni me respondió. Quizá el contenido
era inconveniente a cierta forma de pensamiento. No por saber
eso, iba a esperar que no se me diera ni las gracias, pero tal
omisión encajaba en mi percepción de lo que estaba sucediendo.
Por lo tanto, no había en ese silencio algo que pudiera
sorprenderme, sino que me habría sorprendido cualquier respuesta
de alguien.
Otro cuento, o... ¿aquella misma realidad?
La sorpresa fue grande y grata cuando,
meses después, en octubre, día 3, llegó a mis manos la única
copia por entonces existente de un libro escrito a máquina,
titulado Xuxa, la magia de un ángel. Claudia Igoa, su
autora, recibió de mí con una emoción que por carta intentó
describirme, mi libro tan parecido al suyo. Nos habíamos
encontrado dos seres que pensábamos y sentíamos con claridad e
intensidad lo mismo. Y, entre otras coincidencias, vivíamos en
la misma ciudad, y hasta simpatizábamos por el mismo club de
fútbol. Pero para que nos encontráramos, tuvo que aparecer en
mi camino alguien que venía de más de mil kilómetros al sur,
en la Patagonia; era una contactada con extraterrestres y había
leído aquella única copia del libro, que estaba en Buenos
Aires, en casa de una fan de Xuxa a la que había visitado, y a
la cual fui a ver la misma noche en que supe esto.
La historia de Claudia y su libro merecen una
historia aparte, que tal vez publique algún día. Para dar
alguna idea, todo sucedió cuando la chica se curó de una
parálisis, a partir de la fuerza que encontró en el mensaje de
Xuxa. Pero algo anterior fue clave: una vez había soñado con
una mujer luminosa que llegaba, que le hablaba, que le decía que
podía sanarse, que debía luchar, vivir. Su rostro no era
visible, o por lo menos no recordaba haber podido verlo. Cuando
Xuxa llegó a la Argentina, Claudia sintió, percibió en ella a
quien la había visitado en el sueño. El personaje onírico se
le había presentado con un arco iris y un cristal; dos de
los símbolos que más definían a Xuxa y su mensaje. Pero había
algo más; acaso el detalle más contradictorio y enigmático de
este paralelismo: la mujer del sueño, oh, detalle: ¡no era de
este mundo!
En consecuencia, su libro muestra una Xuxa que
se mueve entre dos realidades: la terrena y la cósmica. Esa Xuxa
es una guía espiritual, que la lleva a la autora a recorrer
mundos, a enseñarle los secretos de la existencia, el valor de
los sentimientos, las posibilidades de una conciencia que
despierte a la humanidad. Es la Xuxa opuesta a ésa real que yo
describo (que no está en papel de guía, sino de guiada; pero
guiada precisamente hacia su autodescubrimiento de su guardada
condición de guía, ya que por ahora se mantiene confundida).
Sin embargo, esta admiración superlativa de Claudia hacia Xuxa,
sólo parece exagerada en el plano físico, donde la mente de
Xuxa está a años-luz de esta historia literaria, de esta
aparente fantasía. Porque hay una realidad que para la chica
hubo en su "experiencia mística", y esa realidad es
que el sueño no parecía sueño, y la curación producida entre
cassettes de Xuxa y sus programas, es una experiencia que, no por
ser física, vaya a ser más real que la otra. Si hasta la
confirma. Quien sepa sobre bilocaciones, sobre la actuación que
una parte de alguien puede estar haciendo en otro plano mientras
está mental y físicamente en éste, comprenderá. Esa Xuxa
cósmica de la que Claudia habla en su libro, no es la que todos
conocemos, sino la que ella conoció en otra dimensión: la que
no era un ser de este mundo.
Citaré algo del cierre del libro:
"A tres años de ese fantástico
viaje, debo confesarles que no la he visto nunca en el plano
corporal, sino que la he visto únicamente a través de una
pantalla de T.V.
Pero le estoy agradecida porque demuestra a
cada paso, que en esta tierra hay lugar para todas las almas y
que podemos convivir perfectamente".
"No sé realmente si fueron muchas las
personas que realizaron un viaje similar al que yo he realizado;
pero tengo la certeza de que muchos le agradecen su maravilloso
mensaje, como así también son miles quienes la respetan y aman
sobremanera".
"Y a los jóvenes y adolescentes nos
deja una gran misión, la continuidad de su mensaje, el
compromiso con la vida".
"Hoy vi su último programa en mi
país. Vi y sentí todo el amor, la pasión, y los más puros
sentimientos que pudo cosechar. Y observé cómo desafiaba al
dolor y al pronóstico reservado de su lesión.
Se emocionó y agradeció tanto cariño; y
cuando sus incondicionales seguidores, entre canciones y
lágrimas, se transformaron en un manojo de manos que querían
alcanzarla, ella rió y lloró con la misma fuerza.
Yo, desde el otro lado de la pantalla,
también lloré.
Hoy, como muchos, pido a Dios que la
bendiga y que la ayude a concretar sus sueños más fervientes.
Y hoy, más que nunca estoy segura de
que Dios permite que algunos ángeles vivan en la tierra".
Poco después de haber leído mi cuento, agregó una página final aludiendo a su enfermedad, a su curación, y al sueño que había tenido:
"No fue para nada difícil, a los
15 años, tener que elegir entre dos mundos. Entre el mundo de la
mentira, la oscuridad y la desilusión, y el mundo de sueños, de
colores, de arco iris y de lunas de cristales, me quedé con este
último.
Un temprano dolor físico me ayudó a
descubrir que el cambio era posible.
Y el milagro se produjo con los colores del
iris y la imagen de un cristal.
Algunos años más tarde, este ángel rubio
e iluminado abrió las puertas de mi corazón sin pedir permiso;
me ayudó a realizar un fantástico viaje, y, a partir de su
presencia me demostró que mi mundo interior podía ser posible
también fuera de mí.
Relaté mi viaje cuando transcurría el
año 1991, y permaneció guardado en un cajón hasta el 31 de
diciembre de 1993, en que agregué la última página.
Para algunos seré una idealista sin
remedio, pero sé que para otros soy un medio de expresión de
sus más importantes sentimientos.
Este ángel es como vos y como yo, que por
el sólo hecho de habitar este mundo tiene su parte imperfecta...
...pero como muy bien lo ha expresado, el esbozo de otro
ángel:
"LA OTRA PARTE, SU CORAZON, NO
NECESITA PRUEBAS".
Hice entregar en mano una copia del libro para Xuxa. Claudia nunca tuvo respuesta: se lo merecía, por "haberse atrevido" a expresar lo que su admirada parecía seguir resistiéndose a que se diga o se escriba sobre su posible otra realidad.
LA "MENSAJERA CÓSMICA" SEGÚN OTRAS VOCES
El Show de Xuxa había terminado en
el 93, tanto para hispanoparlantes, como para los brasileños;
más de siete años de un programa que iba de lunes a viernes.
Dada la salud de la animadora, afectada en la columna vertebral,
su trabajo en el 94 fue reducido a un programa semanal, los
sábados, sólo en Brasil. El Xuxa Park, presentaba una
curiosidad: el característico plato volador había sido cambiado
por una esfera de apariencia cristalina, con los colores del
iris, que se abría para que Xuxa saliera de ella. Y el fondo de
la escenografía estaba dominado por reproducciones, en resina,
de enormes cristales de cuarzo. Se habían cumplido más de dos
años desde que le efectuara a ella mi propuesta de colocar
cristales en la escenografía, lo cual en principio yo había
pensado en tratar antes con el escenógrafo, pero, ante su
ausencia el día en que pedí verlo, decidí derivar directamente
el asunto a Xuxa. A dos años y fracción, sin que la propuesta
le llegara, el escenógrafo tuvo también la ocurrencia de
trabajar sobre esta idea.
Mi amigo Mauricio Elías es conocido en el
ambiente de las modelos por su actividad como fotógrafo en
castings y desfiles, sus filmaciones y producciones televisivas,
pero pocos saben que pese a esas frivolidades entre las que se
mueve, tiene un profundo interés en lo espiritual, y altos
conocimientos al respecto. En una de mis charlas con él sobre el
tema Xuxa (11-9-94) me decía:
"Cuando uno encara un trabajo, un
programa de televisión, donde uno tiene que estar, como en todos
los programas de televisión, en comunicación con el público,
uno tiene que tender siempre a seguir la línea que sigue la
sociedad, en cuanto a todo tipo de temas. En ese momento, en los
primeros programas de Xuxa, estaba de moda todo lo que se refiere
a sectas pararreligiosas; el mensaje era el mismo que el de la
religión: era un advenimiento, era una espera de supuestos seres
que nos iban a venir a llevar, a los buenos, y los malos se iban
a quedar acá, o caer en los fuegos del infierno. Eso es lo que
dicen los libros religiosos. Y ellos dicen lo mismo, sólo que en
vez de decirles ángeles, dicen extraterrestres.
Después de esto es como que la gente ya no le
da mucha bolilla con el correr del tiempo, y ya la gente pasa a
afirmarse más sobre la tierra y a darse cuenta de que eso no es
tan importante, sino que más importante es un desarrollo
psico-espiritual, sin importarle a uno en qué momento va a
llegar la muerte de uno; si va a llegar por un fin total de la
humanidad, o si va a llegar por un fin natural de uno. Entonces,
la persona comienza a darle más importancia a un trabajo
psicológico e intelectual, que eso hace a un enriquecimiento
espiritual. Por eso, en estos momentos, los programas de ella
están más encarados hacia esos temas; todo lo que se refiere a
energía, al mundo espiritual, en contacto con la naturaleza, en
contacto con... bueno, con los temas de las piedras, la
composición energética de las piedras, que hace una armonía
entre el ser humano y todo lo que lo rodea.
El tema del plato volador representó un
momento, una moda; una moda que estaba buscando la gente, una
esperanza. El hecho de tener fe en algo, sin saber en que volcar
esa fe, es una necesidad espiritual de la gente. Pero como toda
etapa, son etapas que van pasando".
¿Y el hecho de mostrarla a ella como una
extraterrestre? Porque obviamente, un plato volador no es de
acá, es de otro lado...
Sí, todo individuo necesita siempre tomar un
modelo. El individuo tiende a endiosar ese modelo, porque
necesita apoyarse en ese modelo, para salir adelante, para
crecer. Con el tiempo, el ser se da cuenta de que ese modelo
sólo es un vehículo para que él mismo pueda progresar y
evolucionar. Y eso es un poco lo que está pasando: sí, la ven a
ella como una mensajera de todo este tipo de cuestiones de
índole espiritual; en ese caso era ella un extraterrestre, que
daba mensajes, muy lindos mensajes para los chicos, para un mundo
mejor.
¿Y el hecho de que ahora no salga de un
plato volador, sino con una escenografía de cristales?
Y... es un poco que la han humanizado más a
ella. Primero era una semi-diosa, una extraterrestre, una persona
que es más que un ser humano, porque es una extraterrestre, con
otras cualidades, otras virtudes. Y ahora, ella es más
terrestre, más humana; es como que está más cerca de la gente
que antes. No tan idealizada, como un advenimiento de una era de
seres extraterrestres que nos rescatan y que nos dan un
conocimiento, sino que más humana y más cerca de la realidad,
más cerca de todo eso que habíamos hablado: de las piedras, de
la energía, de la composición química de las piedras, de la
composición química de la materia... o sea, más humana, más
cerca de la realidad. El ser humano se ha establecido más cerca
de la realidad y se ha alejado un poco de la mística, que es lo
que lo saca al ser humano de contexto, lo que no lo hace razonar,
digamos, con la realidad.
Sin embargo, ¿Podría verse al cristal
como místico en parte?
El cristal, sí, se lo toma también como
místico porque la espiritualidad del ser es mística también;
el ser, todo lo que no puede tocar y no puede ver con los
sentidos, lo tiende a ver como algo irreal y fuera de toda
realidad, como una ilusión.
Sería como que el plato volador está más
fuera de los sentidos que el cristal, porque (éste) es más del
mundo físico...
El plato volador, sí, sí, pero sigue siendo
una ilusión, porque es como un deseo el plato volador. Una
piedra es más palpable, se puede tocar. Y si uno comprende como
está formado todo el universo, está formado por electrones, que
son algo que no se puede agarrar, no se puede tocar, sino que
también forma parte de una esencia que forma parte de una
tridimensión en que se densifica en forma de materia. Yo lo que
puedo apreciar es que en la actualidad ella (Xuxa) está más
cerca de la realidad, y que, considero yo, que es lo que busca la
humanidad. A la humanidad uno no le puede hablar en estos
momentos, de que nos van a venir a buscar, que nos van a venir a
rescatar, que hay que hacer el bien; yo creo que la humanidad,
aparte de eso, requiere otra cosa: requiere un proceso de
conciencia, requiere un conocimiento, una educación; una
educación intelectual que le dé un desarrollo espiritual. Eso
es lo que está buscando ahora la humanidad, y es lo que ella le
está queriendo dar a la humanidad también.
Es como que la nave representaría la
búsqueda de algo en el más allá, mientras que el cristal
estaría en el más acá...
Exactamente. Sí, la realidad es ésa.
Y desde la perspectiva del escenógrafo,
¿esto habría surgido inconcientemente o marcaría un propósito
conocido por él, de lograr ese efecto? Es decir, ¿esto se hace
a nivel intuitivo, las cosas salen así porque hay alguna fuerza
interna que hace que a alguien se le ocurra poner un plato
volador o un cristal de cuarzo, o acá hay alguna elaboración
mental?
No, acá hay una elaboración mental. Para
poder crear una escenografía primero hay que tener un
conocimiento al respecto del tema que se está tratando. Acá hay
un conocimiento grande sobre el tema, y obviamente, yo considero
que está manejado por un grupo de gente. Ese conocimiento no es
innato, sino que es adquirido, porque vos fijate cómo se ha
manejado la cuestión: ella primero empieza como una mensajera,
da mensajes, aparece como que baja de una nave extraterrestre, y
ahora el tema se ha profundizado un poco más; se ha profundizado
porque es como que esa extraterrestre se hizo humana, está en la
tierra. Y está en contacto con todos los materiales que
conforman la Tierra, con los minerales por ejemplos, con las
piedras. Y para poder hablar de eso hay que tener un
conocimiento; ese conocimiento no es innato, es adquirido;
adquirido o por otra persona o por esa misma persona. No es nada
innato, es una cosa elaborada. Como cuando uno hace un estudio,
también, de marketing, no hay nada innato en eso.
Es decir que han querido mostrar una imagen
de una nueva Xuxa...
Sí, sí, exactamente, más acorde con los
tiempos que se están viviendo actualmente. Yo creo y considero
que el hecho de que baje un extraterrestre a la Tierra, en estos
momentos, no creo que le interese a mucha gente, no creo que a
toda la gente le interese. Lo que si a la gente le interesa es el
proceso interno que pueda desarrollar un individuo y que lo haga
crecer, no el hecho de que digan: bajó un extraterrestre y dio
lindos mensajes, y si hubo un extraterrestre e hizo un milagro o
no lo hizo, a una persona no le puede servir, no le sirve. Yo
creo que lo que le sirve a una persona es que ese mensaje para
él sea práctico y lo pueda aplicar en él, que pueda aplicar un
conocimiento en él, que pueda valorar todo lo que tiene la
naturaleza, que toda la composición química y en cuanto a
composición espiritual, energética de todos los objetos, forma
parte de él también, porque él está dentro de la
tridimensión; que aprenda a vivir en armonía con todos los
elementos y pueda llevarlo a la práctica. Que sepa que una
piedra a él le sirve, porque está compuesta también por
materia y está compuesta por energía; que el agua no solamente
es un líquido sino que también tiene energía. Que sepa lo que
justamente el hombre no sabe en estos momentos, el hombre ha
separado la espiritualidad por un lado y la materia por el otro,
y se ha quedado con lo que puede conocer y lo que puede ver, que
es la materia, que es lo que nos enseñan desde que vamos a un
colegio primario, secundario, a una universidad, y cuando vamos a
hacer un trabajo solamente hablamos de cosas materiales. Pero el
ser ha dejado de lado todo lo que Oriente, por ejemplo, lo tomó
como algo primordial, que es la esencia del ser, que es la
energía, el impulso-vida. Y lo que ahora Occidente quiere hacer
es vivir una fusión materia-espíritu, que esa densidad del
individuo sea un poco más espiritual. Eso es lo que yo veo en
los programas, por ejemplo en el caso de Xuxa. Que lo que pasó
en programas anteriores de ella, ese vuelco hacia que ella bajaba
de una nave, eso es común; es común porque la persona que no
está enriquecida espiritualmente tiende a volcarse de golpe a la
mística, porque ve a la mística como algo... lo
sobredimensiona, digamos. Ese sobredimensionamiento da lugar a la
adoración de ídolos, ese sobredimensionamiento da lugar a que
el hombre tienda, justamente, a endiosar a las personas. Necesita
el hombre eso, porque está carente, afectivamente,
espiritualmente, está carente de esa fuerza del espíritu,
porque él es débil. Una persona que está intelectualmente
educada, que espiritualmente ha realizado procesos de consciencia
que lo han enriquecido y lo hayan elevado espiritualmente, no
necesita eso. No necesita que le digan que tenés que portarte
bien y hacer lo que te van a decir, porque si no, los
extraterrestres que van a venir mañana no te van a llevar.
Entonces eso ha sido, es una cosa lógica y común: cuando el
individuo está en pasión, necesita que baje una nave y baje un
mensajero de esa nave. Pero llega un momento en el que el
individuo deja esa pasión de lado y comienza a educarse
espiritualmente e intelectualmente y comienza a desarrollar su
personalidad de una forma más firme, más fuerte, y no necesita
de todas estas cosas.
Por eso este vuelco; ahora, eso es un cambio
bastante grande, el hecho de que ella haya tomado conciencia y
que hable de... que tenga una escenografía, el ambiente que la
rodea a ella, que sea más terrícola digamos, o humana, con
piedras y con cuarzo.
Yo viajaría a Río en octubre, y trataría de ver al escenógrafo para que me diera su explicación de todo esto. El jueves 13 le dejé una carta en la producción del programa, y el viernes 21 pude localizarlo allí mismo. Salió, acompañado por Marlene Mattos, y fui con ellos hasta el Teatro Fénix, de la TV Globo. Entramos como a las 15.00, en que Xuxa haría una grabación a puertas cerradas. Éramos unos poquitos allí, entre ellos unos cinco o seis argentinos, a los que yo conocía. Mientras esperaba que el escenógrafo se desocupara para que conversáramos (lo cual sucedió recién a las 21.30), conocí a dos músicos autores de varios de los temas del recién editado último disco de Xuxa. Uno era Cláudio Matta, a quien le contaba mi visión de un universo en conflicto, donde no podía caber la idea de un Dios feliz de ver mundos como éste en la enfermedad en que están. Cláudio parecía no coincidir, y su compañero, Álvaro Socci, citó una frase de una de sus canciones ya editadas en una placa anterior de Xuxa, donde decía "Deus não deve estar nada contente, uma parte de sim está doente". El tema se llamaba "Terra e coracão", y yo lo conocía del año anterior. Hablándoles de la relación de la cuestión Xuxa con la Era de Acuario, Álvaro me habló de uno de sus temas, que estuvo a poco de ser incluido en el último disco de Xuxa (Sexto Sentido); el tema se llamaba Aquarius (!).
La conversación con el escenógrafo
transcurrió en una oficina, mientras Xuxa continuaba con su
grabación. Lo siguiente fue lo sucedido.
Entrevista a João Cardoso, en oficinas de TV Globo, Río, 21 de octubre de 1994
¿Cómo es esta idea de hacer así, una
escenografía que presente ese tipo de imágenes?
Cuando nosotros pensamos sobre este decorado,
había necesidad de hacer como si fuera una caverna, una gruta
mágica. Entonces teníamos que utilizar todos los elementos
que... no es que uno no supiera, uno comenzó a escoger los
elementos que dieran esa idea de magia, que pudiera darnos idea
de elementos que entrasen en contacto con planos más elevados,
con planos etéreos. Entonces fue ahí que uno empezó a trabajar
con los cristales.
Nacía de una caverna, dijiste.
Dentro de una caverna. Yo tenía que crear,
como si fuera así: el ambiente donde Papá Noel vivía, una de
las residencias de Papá Noel, sería dentro de esa caverna. Es
como si fuera... ella escondería como una fuente de
informaciones, tanto del pasado, del presente, como del futuro.
Entonces quiere decir, ¿cómo es que uno iría a mostrar eso de
forma mágica? El nombre era "caverna mágica",
"gruta mágica". Entonces, tenía que crear toda esa
atmósfera de sueño, de todo... Entonces, quiere decir: una de
las cosas que imaginé, de donde Papá Noel, en el plano físico,
pudiese captar energía para poder pasar para todas las personas,
poder saber del futuro de las personas, es decir, para poder
hasta aconsejar a las personas, sería a través de un cristal,
que sería el receptor de esa luz divina, ¿entendió? Entonces a
partir de ahí fue que uno comenzó a usar.
¿Tenía relación con Jesús también? La
caverna del Niño Jesús... Jesús cuando nace; ¿tiene que ver
la caverna?
No necesariamente; fue una cosa muy intuitiva.
Porque hay personas que aseguran que no fue
en un pesebre, que fue en una gruta que él...
Que él nació, ah, sí. Yo no sé; sólo sé
que... sólo puedo decir que fue muy intuitivo.
Inclusive, hay alguien en Río de Janeiro que se llama
Francisco Bostrom, que escribió un libro sobre cristales (El
mago de los cristales). Él dice que la palabra
"cristal" viene de Cristo.
Ah, puede ser, puede ser...
Ahí tú puedes haber captado
intuitivamente.
Puede ser... Lo que yo sé, que aprendí
durante un tiempo, es que "Cristo" es un estado
elevadísimo de la espiritualidad.
El estado crístico.
Exactamente. Entonces, quiere decir, un día
todos nosotros seremos cristos. Pero eso, con experiencias y
experiencias para nuestra alma. Pero... es posible, ¿no? que
tenga que ver, ¿no es? El cristal, como todo el mundo habla, es
uno de los elementos más puros que la propia Naturaleza puede
crear. Irradia salud, irradia buenos fluidos, de acuerdo con la
manipulación que uno tenga con él.
¿Hace cuánto tiempo tienes todos esos
conocimientos de cristales?
¿Yo? hace poco tiempo (ríe). Después de que
yo fui a hacer ese trabajo, esa cuestión del cristal fue una
cosa tipo así...
Artística, decorativa.
Sí, y también fue muy intuitiva.
Simbólica.
Simbólica, exactamente.
Transparencia, pureza, luz.
Exactamente, exactamente.
Y de ahí halló la parte mística, alguien
te comentó que tenía otras...
Exactamente.
¿Y quién fue?
Bien, comenzó, la verdad, con mi mamá.
¡Ahá!
Ella manipula mucho, a ella le gustan mucho
las piedras. Ella manipula, el cristal le gusta. Entonces yo
creía antes que era un hobby de ella, pero después comencé a
percibir que tiene realmente una fuerza mayor. Inclusive, en casa
yo ahora tengo varios cristales: cuarzo, cuarzo rosa, amatista,
todo. Yo gusto. Y por ese trabajo también es que yo fui...
¿Tú fuiste el creador de la escenografía
que después fue hecha para este Xuxa Park?
Fui.
¿De ahí mismo?
Fui. Quiere decir: cuando uno utilizó los
cristales en el escenario de Navidad, Xuxa se entusiasmó tanto,
que en el año siguiente ella quería hacer un trabajo con
cristales.
Ah, ella tuvo la propuesta entonces.
Sí. Lo de este Xuxa Park fue un pedido de
ella.
Ahí ella pensó una cosa más grande
todavía.
Mayor todavía. Ella gustó tanto, quedó tan
encantada con el trabajo que uno hizo dentro de esa gruta, que
ella... "Ah, yo quiero tener un escenario que tenga muchos
cristales". Y a partir de ahí es que fue creciendo. Y ella
comenzó a hasta convivir más con eso, comenzó a despertar, a
descubrir hasta la potencialidad...
Trascendente.
Trascendental que ella posee. Unos usan
mediumnidad, otros magnetismo, otros... qué se yo... Xuxa tiene
eso.
Cuando tú dices que ella comenzó á
interesarse más...
Sí, porque ella siempre tuvo... sólo que
ella nunca paró para analizar. Ella ya viene de otros años. Yo
siento eso, que ella viene de otros años...
Ella ha hablado en el programa, de eso.
No, no ha hablado. Ella habla más de shows.
Tú percibes: ella tiene, Xuxa tiene unas cosas así medio...
Nilton (Gouveia, de la producción), me dijo que está muy
mística este año.
Yo pienso que, la verdad, Xuxa siempre tuvo un
poder enorme, un magnetismo enorme. Yo pienso que es una dádiva,
¿no?; ella ya nació con ese don. Sólo que ahora ella paró
más para percibir ese poder que ella posee.
Yo pienso que ustedes, los que están en
torno de ella, son los que tienen que crear las condiciones para
que ella pueda aflorar ese potencial. Sin ustedes ella no podría
haber conseguido. Por eso la síntesis es hecha aquí.
Ah, puede ser (ríe), puede ser. Dicen que no
existe casualidad en el mundo...
Eso que está en el librito que te mandé:
que escenógrafo, director de cine, músicos, todos veían en
ella el personaje estratégico para que, a través de él, se
realizaran los ideales de cada uno. Tú como escenógrafo puedes
tener un ideal que, a través de ella, consigues realizar.
Puede ser, puede ser; realmente ella me
estimula para eso. Ella... mucho, es verdad. Es gracioso que...
realmente una cosa casi a nivel inconsciente, como tú ves. No es
sólo trabajo, ¿entiendes?, se desenvuelve... qué se yo,
acontece una necesidad; tu conciencia interior pide para que tú
eches mano en esas informaciones que están en lo inconsciente de
cada uno.
Otra cosa: el cambio del plato volador de
tantos años; desde el inicio estuvo el plato volador, ¿no?
¿los primeros programas del año 86, por ahí?
Ahá.
¿Por qué cambia? Ustedes colocan ahora
algo que es como si fuese de cristal también, que ella sale...
Es una iris. Es porque, en verdad, la
propuesta de escenario este año, quiere decir... uno siempre
hacía que Xuxa llegase a determinados lugares, con la nave. Es
eso que, la verdad, las cosas hablan más en forma intuitiva.
Pero la forma de uno explicar eso en el plano racional, es así:
Xuxa siempre llegaba a determinados lugares y transformaba, ¿no
es así? Y esa vez, uno comenzó a imaginar... a ir a de donde
ella vino. Es decir, el escenario ahí sería tipo así:
los portales, las cercanías, los sitios más próximos de donde
ella realmente, ella podría vivir.
En todos los otros trabajos, nosotros siempre
hicimos así: Xuxa viene con su plato volador.
Como que viene de fuera de la Tierra.
Sí, viene de fuera, y llega a determinado
sitio, y transforma aquel sitio, ¿eh?
Las personas, todo.
Las personas, los colores, todo.
Y ahora ella sale...
Ahora nosotros estamos YENDO A BUSCARLA DONDE
ELLA, DE DÓNDE ELLA PODRÍA VENIR. (las mayúsculas destacan el
tono de voz).
"Foi até o infinito no meu disco
voador..."
¡Siií!... (riendo).
"...lá acima eu descobrí de ónde eu
vim, pra ónde eu vou".
Sí... es por ahí.
Entonces ella es como que sale del cristal
(...) ¿y ahí ella?
Llega... sería el patio de entrada de su
residencia, en su casa. Y aquella... como está el decorado,
sería los portones de entrada de su castillo, que podría estar
muy después; todavía no hicimos.
Ese castillo estaría en otro mundo.
Sí, puede ser, de otra dimensión, otra
esfera.
Y la diferencia del mensaje entonces sería
que, todos estos años, era como que ella llegaba aquí a dar un
mensaje.
Sí.
Y ahora es como que ella está volviendo a
su origen.
Sí, puede ser, puede ser.
Tú hallas que la misión está terminando,
entonces.
(ríe)
Intuitivamente...
No sé, no sé; puede ser que, en mi cabeza,
sería una nueva etapa. Es que, en verdad, para nosotros, la
misión de Xuxa no... todavía falta mucho. Está pasando por una
nueva fase, no sé si me comprendes.
¿Será que ella está más asentada en la
realidad ahora?
Mm... me parece que sí...
Porque ella puede ser más mística en el
pensamiento, pero tiene cosas que parecen más concretas ahora.
Sí, sí, va quedándose... para nosotros,
más madura ¿no? Ahora me parece que está empezando a poner las
cosas en su equilibrio.
¿Será que el cristal, como elemento que
es de la Tierra, a diferencia del plato volador, que no es de la
Tierra, tenga algo que ver con eso de estar más en este sitio,
que aquel mensaje de que ella llegaba de otro sitio, o no sería?
No sé, no sé... puede ser... Lo más
importante de todo es que el cristal es pureza, para nosotros
significa pureza...
Elevación.
Elevación, pureza, todo. Entonces... no sé
si es exactamente eso. No sé si es eso. Me parece más que...
eso mismo: pureza, una forma de contacto celestial, esas cosas.
Ahora, todo lo que tú hablaste, tu
pensamiento particular de que ella viene para cumplir una
misión, ¿todo eso ya desde el año 86 fue pensado
escenográficamente, como una propuesta, o fue un descubrimiento
posterior?
No, no: una después de la otra. No. Jamás.
Cuando nosotros estamos haciendo un trabajo, jamás pensamos
que... No tiene nada programado por nosotros. Es una cosa...
Espontánea, es hecha espontáneamente.
Espontánea. Incluso nosotros hablamos mucho.
En los últimos trabajos Xuxa habló mucho sobre... ¿sabes?,
hubo una interrelación muy fuerte entre nosotros y Marlene, Xuxa
principalmente. Muy fuerte.
Porque tú hablaste convencido de que ella
viene de fuera para cumplir una misión.
Bueno... (ríe) no sé, bueno, es el trabajo
que nosotros hacemos; no sé si eso pasa así.
Si es así o no es así, ahá.
Pero los trabajos que hacemos, es así, en ese
ritmo; para mí en ese ritmo. De esta forma, ¿comprendes? Ahora,
que me estás hablando, estás poniendo en mi cabeza algunas
cosas pero que... puede ser que sí: yo pienso que Xuxa tiene una
misión, realmente. Ella descubrió una cosa que tenía que hacer
y está, puede ser que ahora más clarito en su cabeza que...
alguna cosa tiene que hacer en este mundo.
Parecería que algunos de los músicos que
hacen las canciones para ella, pensasen que ella viene de afuera,
que ella tiene una misión respecto de la Nueva Era, el Nuevo
Planeta, como que para los músicos esos mensajes ellos pasan a
través de Xuxa, el mensaje para los niños, como que Xuxa es
preparatoria para eso.
Puede ser, puede ser.
Parecería ser que estos músicos, Paulo
Massadas, por ejemplo, Michael Sullivan...
Michael Sullivan, puede ser; me parece (ahora
como yo soy una persona espiritualista), todos nosotros tenemos
una importancia en el Universo, si no, no existiríamos. Ahora,
algunas personas tienen más peso.
Más determinación.
Y más peso; puede ser que sean más antiguas.
Entonces, me parece que Xuxa sería una de esas personas. No
solamente ella, pero que ella es una de esas personas. Me parece.
Yo me siento dentro de ese universo.
Yo también (lo veo así), por eso... estoy
hablando con un escenógrafo, porque para mí un escenógrafo es
importante. Inclusive un escenógrafo, un músico, para mí son
tan importantes, que el mensaje que Xuxa transmite, no sería el
mismo, si no fuera por las imágenes y por las músicas.
Ah, sí.
Porque personas que juegan con niños,
puede haber muchas, pero lo que diferenciaría a Xuxa de otras
animadoras, es la variedad y cantidad de canciones que ha hecho.
Yo pienso que la parte musical es muy importante.
Es verdad, es verdad; muy importante. La
imagen y el sonido, es verdad.
Por eso pienso que los músicos, y todos...
personas así de producción de aquí son todos (río)
iluminados.
¡Mm... por Dios! (ríe) ¡Dios mío!...
(...)
Pero yo pienso que... ahora tú realmente
tocas una cosa seria. Realmente yo pienso que acontece esto a
uno: uno es llegado a eso, es impresionante. Es como si fuese
así: el movimiento... es decir, si uno no hiciera eso, parece
que alguna cosa está en desequilibrio, qué se yo. Uno es
llevado a hacer, a actuar de esa manera, a crear de esa manera,
¿entendiste? Qué se yo; es impresionante eso.
Hace tres años que yo no pisaba aquí la
Globo para ver a Xuxa. Inclusive, si tú no me hubieses invitado
a pasar aquí, yo no podría haberla visto. Es como que siempre
hay una fuerza que me conecta con ella, para hacer estas cosas,
hacer el libro...
Ahá; hay mucha gente que tiene esa...
Siempre llega alguien, llega
información...
Sí, es impresionante. Es gracioso (...) pero
uno es llevado a producir de esa manera. Yo estoy hasta
acordándome de algunas creaciones que acontecen, a veces durante
sueños; ya aconteció ver escenarios para Xuxa, que ya hasta
hice en sueños. Ellos surgen en sueños. Algunas cosas así.
Y después tú hiciste.
Y yo ya miré cosas en sueños que todavía no
hice. Hay cosas así, impresionantes.
¿El año que viene tiene idea de cambiar
la escenografía, o no se sabe si va a ser hecho el programa en
el Brasil?
No sé, no sé. Cada año uno tiene que (...)
puede ser.
Está muy linda, una lástima sería que
cambiase.
Ah, sí (ríe).
Por primera vez, la escenografía no fue modificada
al año siguiente, y se la mantuvo también en años posteriores,
definiendo una imagen y un mensaje.
Cambios y definiciones escenográficas
El programa Xuxa Park, en el 97, combinó una pequeña innovación con una reaparición: por un lado, Xuxa saliendo de una pirámide y no ya de aquella esfera iridiscente cristalina. Por otro lado, la animación computarizada, con el plato volador como en los viejos tiempos. La pirámide, con un interior metalizado iridiscente, como los CD. Por fuera, plateada y con triángulos equiláteros formando una trama. Inconfundible símbolo de fuerzas energéticas, vinculado con inteligencias cósmicas que operan en la tierra desde la antigüedad. Rodeada de cristales, mantiene el mensaje de la escenografía anterior, que no cambió en esa parte. Parece ser que la perdurabilidad de esos cristales durante los tres ciclos desde el 94, habla de una definición en el mensaje. Si cada año la escenografía era renovada, pero la nave era mantenida, y eso ahora ocurre con los cristales, así como antes el mensaje era la procedencia cósmica de Xuxa, ahora se pasa a lo espiritual, lo energético de su naturaleza y su propósito. Vuelve la nave y, con los cristales, se sintetizan ambos mensajes: lo cósmico y lo sublime.
La imagen de diosa extraterrestre que le
fabricaron, se volvió contra su deseo de ser "de carne y
hueso". El "plan Marlene Mattos" -la manager-
parecía limitarse a la imagen de super mujer inalcanzable. Yo le
propondría algo por lo cual no sería valorada por su figura,
sino por lo que transmitiera: lo importante no sería
"ella", sino "su" mensaje, que no sería tan
suyo, sino universal. Porque una cosa es el transmisor y otra
cosa es lo transmitido. Y a mí lo que me interesaba de Xuxa era
su papel de comunicadora, en función de lo que podría comunicar
sobre la vida, no sobre sí misma. La transmisión de virtudes y
espectacularidades personales puede ser muy deslumbrante, pero es
preferible alumbrar a deslumbrar. Porque ser deslumbrante no
ayuda al deslumbrado a manifestar su propia luz. El deslumbrado
queda invadido de una "luz" externa que, al estimular
la admiración, eclipsa la mente, impidiéndole observar con
claridad. En vez de esclarecimiento, el deslumbrante genera
confusión, por lo que la supuesta luz que proyecta es, en
realidad, oscuridad. El deslumbrante encandila, enceguece, y esa
ceguera sólo difiere de la negra, en que se ve como un fogonazo
blanco, que es la otra forma de oscuridad: la de la luz que
quiere brillar más de lo que debe. Tal fue el problema que tuvo
Lucifer ("portador de luz") que no se volvió oscuro
por falta de brillo, sino por exceso: él podía ser un nuevo eje
autosuficiente, un ser endiosable.
El endiosamiento del ídolo, artista,
deportista o lo que sea, reedita en el plano terrenal aquella
génesis cósmica del Mal. No se habría perdido el orden
universal a partir de una nueva deidad brillando en exceso, de no
ser por el deslumbramiento de los que la aceptaron. No hay
líderes de sectas, ni sectas, sin seguidores que los endiosen.
Lo que el deslumbrante hace -diablo, ídolo popular o líder
sectario- es usufructuar la potencialidad de deslumbramiento que
los seres tienen por naturaleza, y que se manifiesta cuando
están dadas las condiciones. Dejando de lado las condiciones por
las cuales ángeles y seres cósmicos en general fueron
deslumbrados por el Diablo, limitémonos al plano humano y veamos
cuáles son las condiciones necesarias para ser deslumbrado y
usufructuado por el deslumbrante.
El individuo que idolatra, cree ser un planeta
necesitado del brillo de su estrella, sin la cual se siente
apagado; cree que su alegría, su estar bien, pasa por la
transmisión de "energía eléctrica" con que su ídolo
le enciende su luz. Vale decir, que descubrió tal energía en la
otra persona y se conecta a ella para recibirla. Si hubiese
descubierto el mismo potencial dentro de sí, la conexión le
hubiera sido innecesaria. Pero no, no estaba en condiciones de
conocerse a sí mismo, de sentirse tan estrella como el que más,
o de percibir que su admirada estrella era tan planeta como el
que menos. Pues todos somos centrales y orbitales en la vida,
ejes y circundantes, según las circunstancias.
Por lo tanto, para que de esta falta de
conciencia pueda sacar provecho el deslumbrante, necesita que el
deslumbrado permanezca en la confusión. Una mente confundida,
incapaz de ser conciente de sí misma y de lo que el mundo le
propone, se logra mediante cualquiera de los medios de difusión
y educación que poseen los manipuladores de la sociedad como
mercado. Ser consumidor de ídolos deslumbrantes es proporcional
a la incapacidad de ser productor de ideas alumbrantes. Quien
produce alumbramiento de conciencias, desactiva potenciales
consumidores, transformándolos en nuevos productores y
transmisores de claridad mental. Eso le resta gente a los
ídolos, y eso está funcionando como fisuras en la sociedad de
consumo, que los que la manipulan no pueden evitar. Es menos
perceptible que las usinas generadoras de ídolos y sus líneas y
torres de alta tensión por donde se los impone, pero las fisuras
están, y por ellas circula el pensamiento de los que tratamos de
no deslumbrarnos y de ayudar a otros a no ser deslumbrados.
Porque los que para esto estamos, no
pretendemos deslumbrar, sino alumbrar. Y
alumbrar es esclarecer.
Presentar a Xuxa como persona deslumbrante e
idolatrada por todo lo hasta aquí explicado, sería simplista y
condenatorio. Sería absolutismo en la interpretación del
problema, cuando el relativismo necesario para comprenderlo
plantea el otro lado, el beneficioso, de la idolatría a Xuxa.
Porque limitarse a observar el lado negativo del endiosado,
impediría considerar, además, las ventajas que esta sociedad de
consumo ofrece a la transmisión de valores positivos mediante la
figura idolatrable. Sin detenernos en el eclipse mental que
Xuxa produce en el fanático admirador, veamos el otro lado, el
de la claridad mental, la conciencia de muchas cosas sobre la
vida, el ser y el Todo.
Ídolos como Xuxa pueden ser objeto de
infinidad de críticas a la dependencia mental que generan. Pero
ya que el sistema de mercado los hace surgir y los mantiene
inamovibles, por lo pronto, resulta más beneficioso pensar en
qué se puede hacer para que esa idolatría rinda frutos que la
gente pueda cosechar. Por nuestra parte, los que le hemos
acercado literatura destinada al desarrollo interior y a la nueva
conciencia, hemos tratado de apostar a la utilidad del ídolo. La
persona idolatrada sería más inútil y perjudicial para la
sociedad, si no se sacara provecho de todo lo bueno que tiene
para ofrecer. Y, paradógicamente, mucho de eso bueno no podría
ofrecerlo si no fuera esa idolatrada estrella con posibilidad de
llegar a millones de personas. Si alguien "Allá
Arriba" tenía esto como fin, se justifican entonces los
medios.
A quien idolatra a Xuxa, si algún día dejara
de endiosarla, por lo menos el haber estado tan fanatizado le
habrá servido para prestarle atención y aprender ciertas cosas.
Un día la idolatría pasa, y quedan esas cosas.
Mi hipótesis de trabajo en cuanto a la
utilidad del fenómeno Xuxa y cómo aprovecharlo, es justamente
la imposibilidad de que, para muchos, se acceda al conocimiento
de dichas "ciertas cosas", sin este fanatismo como
requisito para atender a lo que Xuxa transmite de positivo. Y el
presente trabajo plantea, sin embargo, una posibilidad
intrínseca de esta entrada en el campo magnético de Xuxa y la
obtención de cierta información y valores: la paradoja de que
esa información y valores adquiridos del mensaje de Xuxa,
actúen como fuerza centrífuga capaz de alejar al seguidor, al
fan, al que idolatraba, del campo magnético de la estrella,
pasando de planeta que era, a brillar con luz propia. Quien haya
seguido, escuchado y comprendido lo esencial del mensaje que Xuxa
propone, sabrá que eso es el amor, que no permite idolatrías
inventadas, vendidas y compradas, con la consecuente servidumbre
o esclavitud psicológica. Como todo guía espiritual que genera
tanta atracción, Xuxa ofrece valores que permiten a quien los
cultive, darse cuenta de que el trabajo del guía terminó para
él; él ya sabe orientarse por sus propios medios.
No es frecuente para los niños encontrarse
con padres o maestras de escuela que hablen de cosas
espirituales, de fuerzas positivas, de la capacidad que la mente
tiene de realizar sueños si se lo propone. No de la forma en que
Xuxa lo llegó a hacer después de años en televisión y de
vinculación con personas que la fueron orientando, nutriéndola
de valores trascendentes mediante conversaciones, cartas, libros
y hasta canciones que le compusieron. No es frecuente tampoco
para los adolescentes escuchar en el colegio estas cosas. Y ahí
estaba Xuxa, para decirles lo que ni en sus casas, ni en la
escuela podían escuchar y aprender.
Y en esta relatividad de la idolatría, en
cuanto a su lado desventajoso para la sociedad, y las ventajas en
contrapartida, mis definiciones sobre la estrategia de canalizar
a esta persona con fines útiles a la humanidad, partían del
principio de que "los pensadores influyen sobre los
artistas, y estos sobre las masas".
La imagen de Xuxa tiene algo de mítica y
algo de cuento de hadas. La parte mítica sería la sobrenatural,
ya que el mito es, en cuanto al personaje caracterizado como tal,
superhumano, posee virtudes que una persona común no posee, hace
cosas que nadie haría. El personaje del cuento de hadas, en
cambio, tiene la humanidad de cualquiera, y lo que vive le puede
suceder a cualquier persona.
La Xuxa del mito, la que es vista como una
persona especial, única, dotada de un don misterioso y
sobrenatural, es una semidiosa, una superheroína, alguien que
tiene un poder secreto.
La Xuxa como personaje de cuento de hadas, es la
"princesa" que recorre el laberinto de dificultades en
la vida, o que espera en la torre de marfil la llegada del
"príncipe azul". Mientras tanto, es salvada de la
tristeza por el lector del cuento: es un cuento interactivo donde
el personaje está en comunicación con el que sigue la historia
(el público) y es por él que vive una alegría o felicidad en
compañía de muchos, al no tener su amor para vivir íntimamente
otro tipo de sentimiento.
Como mítica que es, esa soledad es producto
de la inexistencia de algún hombre mítico a su nivel. Y eso no
es cosa de gente de la calle. Nadie vivirá una historia de esas:
es una historia con magia, para la leyenda. Sólo los míticos
Pelé y Senna tuvieron lugar -y determinación- allí.
Pese a todo, como subyace la idea mitológica
de que Xuxa está para una misión, toda privación y
postergación se hace comprensible y admisible desde este punto
de vista. Por lo tanto, las postergaciones amorosas serán
incorrectas para una humana normal, pero son necesarias a la idea
y a los fines de una "humana" sobrenatural. Y una
persona así, no es modelo a imitar, porque trasciende la
condición humana: no está para brindarle a los niños un
ejemplo de lo que deberán ser y hacer cuando crezcan, sino para
ayudarlos a vivir felices mostrándoles una forma de actuar en la
vida, con alegría, esperanza, fe en los sueños. Un mensaje
celestial, con escenografías y vestuarios creando climas
cósmicos, y con esas canciones de contenido espiritual. En este
sentido, no pretendía ser modelo a imitar: sólo era modelo de
una clase de ser que habita en mundos mejores, como si quisiera
decir que "este mundo va a ser mejor, porque hay mundos
mejores y yo vengo de uno de ellos; crean en mí, y creerán en
que el futuro será mejor". Para una propuesta optimista,
nada mejor que alguien que testimonie la existencia en alguna
parte, del ideal que se desea alcanzar. Una Xuxa cósmica,
amorosa, está indicando que hay mundos de amor. Si en otros se
pudo lograr el amor, por qué no en éste...
Esta fantasía del personaje del plato
volador, se corresponde con la vida real de una Xuxa que vive
para su trabajo (misión - niños) más que para s&iaacute;
misma, y lleva el sello de los enviados, los santos, los
mártires, los que, en fin, han sacrificado sus aspiraciones
personales dedicándose al servicio de la humanidad. Los que han
venido a ayudar, por más penurias que debieran sufrir. Los que
no vinieron como modelos a ser imitados (nadie podría ser un
Jesús o un Buda de la noche a la mañana), sino a producir
cambios de conciencia, dejando enseñanzas. Por eso Xuxa no es
modelo: no lo es por su imperfección, así como Cristo no lo es
por su perfección. Un modelo es algo que se puede imitar. Xuxa
no es un modelo en su parte cósmica perfecta (la Xuxa personaje
de la nave y las canciones de amor), eso no se puede imitar; y
tampoco lo es en su parte humana, tan imperfecta como la de
cualquiera, y eso no se debe imitar.
En su desdoblamiento entre el mito y el cuento
de hadas, veamos estas definiciones:
Mito: super persona (lo super humano, no
imitable). Misticismo. Fantasía. Trascendencia cósmica.
Cuento de hadas: personaje noble (la princesa
solitaria, cuando se casa termina el cuento y pasa a ser modelo a
imitar).
Superposición de lo humano y lo fantástico.
Modelo: persona (lo humano imitable).
Reina = madre; Princesa = chica. Como
"Reina de los niños": maternal; como
"princesa": amiga, compañera.
Princesa Cósmica (la semidiosa del plato
volador): sabe, enseña. Es mítica.
Princesa Humana (la chica): busca el saber,
aprende. Es común.
Hada madrina: protege, guía.
Hada envejecida: bruja (hechiza, absorbe y
reprime a la princesa o chica; la manager de Xuxa es vista por
muchos en tal papel).
Mito: super humana. No puede vivir como
humana. Renuncia a sus poderes para hacerse humana (el mito se
convierte en cuento de hadas: el personaje se humaniza). Logra
casarse y tener hijos. Si es sin padre, sigue el mito: nadie
puede acceder a ella. Y en casos como el de Madonna, incluso con
padre, luego se restablece el mito: no es hombre para permanecer
con ella.
(Estas consideraciones datan de enero de 1996; como agregado posterior al embarazo de Xuxa, cabría destacar que su pareja procreativa siguió el mismo curso que el "semental" de Madonna).
Quizá no lo pensaron y les
salió así. Quizá no podían imaginar lo que iría a suceder.
No debe haber estado previsto que la cosa sería tan conmovedora.
Que ver y escuchar a tan especial persona causaría en muchos una
emoción indescriptible como la que he sentido y no puedo definir
con palabras. Lo que yo sentía no era algo limitado a esa
persona, sino que estaba dado por lo que parecía existir detrás
de ella, por sobre ella. Verla y escucharla era como estar ante
la personificación misma de la magia y la divinidad; como una
enviada que simbolizaba la presencia divina en un mundo en crisis
que parecía iluminarse de esperanza con sus canciones y mensajes
de amor y paz; magia transformadora de la dura realidad del
mundo.
Como sucede con las películas en las que uno
"se mete" y se olvida de que no son realidad, sino
actuación cinematográfica, y ríe o llora ante situaciones
ficticias, como si fueran verdaderas, en esta
"película" de Xuxa el proyector no duraba un par de
horas, sino años produciendo emociones en millones de
espectadores. En buena parte de las emociones, había una
motivación dada por el trasfondo fantástico imaginado por el
público; más allá de ser cierto o no lo de la misión divina,
la idea estaba. Intencional o no, planificada o espontánea, esta
Xuxa revestida de magia y divinidad, fue conmovedora aunque se
haya tratado de un juego de fantasía. Los conmovidos, en tal
caso, vivimos ese juego como cosa seria, como real la fantasía y
como en otro mundo dentro del mundo. Xuxa era símbolo de un
ideal de cambio mundial, y puesta allí por todos los que la
veíamos como una abanderada, no éramos resultantes de su
mensaje, sino que ella y su mensaje entraron en escena porque
estábamos. El producto comercial fue creado porque había
mercado. Nosotros lo consumíamos en tanto estuviera hecho a
nuestro gusto. Nos gustaba un mundo mejor, feliz, de amor. ¡Sea
entonces un producto artístico de tales connotaciones! Como lo
televisivo y discográfico no saben de valores sentimentales o
espirituales, sino de cifras, la explicación a nivel de
producción y publicidad, es ésta. A los empresarios de esos
niveles no se les explica que detrás de todo esto hay valores
espirituales y fuerzas cósmicas; se les habla en términos de
producto, motivaciones del consumidor, marketing, rating... Y el
argumento es que, dado el estado de conciencia de la gente en el
mundo actual, es viable vender masivamente algo que genere
diversión, alegría, optimismo y, ante las carencias afectivas
de los niños, una suerte de maternidad suplementaria.
Nos fabricaron, entonces, un personaje a la
medida de nuestros conflictos y estados emocionales. Y nos hemos
emocionado no tanto por el personaje o la persona, sino por el
juego de fantasía con que ella y nosotros, autoengañados todos,
hemos jugado. Conmovidos mientras el proyector funcionara y
guardando algo de infantilidad mientras los años pasaran y
creciéramos, nos resistiríamos a aceptar que todo fue una
representación teatral. Pero muchos de los que nos conmovíamos
ya no nos conmovemos tanto; muchos, ya crecidos y bastante, le
son indiferentes a una Xuxa que cada vez parece más diferente,
menos celestial, menos hada madrina y más normal, más terrenal;
menos fantástica y más real. Quizá el final de la película,
del juego, del encantamiento. Quedará para la historia un
segmento de tiempo de más de una década, en el que un mito
viviente surgió a partir de una fantasía, como un cuento de
hadas con personaje existente en la realidad; cuento en el que
nos tocó cumplir papeles menores en general, pero con cierta
importancia en otros casos, como el mío, en que me tocó en
suerte protagonizar situaciones de bastante injerencia en algunos
tramos de la historia y, finalmente, ser quien contara el
cuento.
La Plata, noche del 5 al 6 de setiembre de 1996
Volviendo a 1994, sobre el
final del año, viajé a Río, busqué una habitación con
televisión, y esperé la hora del programa especial de Xuxa con
motivo de la Navidad. Entre lo que cantó, reproduciré la letra
de algo que nunca había escuchado, pero identifiqué
rápidamente: era aquel tema del que me hablara su compositor,
Álvaro Socci.
Aquarius
Ya fue el día
en que calles eran lares
de menores y mujeres
y familias por millares.
Ya fue el día
de niñez abandonada
sin amor, sin pan, sin nada,
sin sus padres, ni país.
Ya fue el día
en que nuestros gobernantes,
hermanos no semejantes,
no sirvieron a nadie.
Llegó Aquarius,
Nuevo Tiempo, Nueva Era,
que viene cual primavera
floreciendo en larga espera.
Llegó el día
en que todos ya son libres
para hacer lo que quisieren,
pero sólo harán el bien.
Llegó el día
en que el miedo no existe
y nadie se siente triste.
Violencia nunca más.
Llegó el día
de cambiar de pensamiento,
de hacer el movimiento
de revolución en paz.
El corazón es presidente
de este Mundo Nuevo,
un mundo todo un sólo país,
todos un sólo pueblo.
En que la esperanza
no es sólo otro bichito verde,
pues su luz está aquí.
(...)
Hoy es el día
en que el amor no es más un sueño
y la vida es el camino que tú quieras.
Ya fue el día.
Llegó el día:
Aquarius está aquí.
(La traducción del Portugués y adaptación a rima y métrica es mía, con muy leves variantes de la letra original de Álvaro Socci)
Uno se pregunta por qué al tema Aquarius, que iba a integrar el disco Sexto Sentido, no se lo colocó en el mercado discográfico. Y no quisiera dar mi apreciación al respecto, quizá equivocada, pero no sé hasta que punto. Una lamentable omisión, considerando lo transmitido en esa letra.
Ya Xuxa ha hecho bastante, a
pesar de lo que no pudo ser. Poco me quedará por decirle. Porque
a estas alturas ya he llegado a la conclusión de que ella no
tiene por qué cargar en sus espaldas con la responsabilidad de
hacer demasiado por el mundo. El mundo está lleno de gente
que hace demasiado, porque también está lleno de gente que hace
poco, que hace nada y que deshace. Si todos hiciéramos lo
justo, nadie tendría que llevar demasiado peso encima. Y si
muchos se descargaran de ese peso, otros tendrían que empezar a
ocuparse de lo que omiten. ¡Descansa ya, trabajadora
incansable! Que sea la hora de tus deseos personales postergados.
Sacrificados por un trabajo tomado como misión, convertido en
una cruz. No ya...
Y ya terminando el año, le enviaría un libro
de cuentos recién publicado (con mención, en un concurso
literario), en donde encontraría uno titulado:
Bella, famosísima, amada
y admirada por millones de chicos y grandes, vivía con las
comunes complicaciones de toda persona común, buscando
respuestas a los misterios de la vida en los libros comúnmente
buscados por buscadores como ella o escuchando hablar a las
comúnmente consideradas personas "de conocimiento".
Pero las búsquedas de años y años que pasaban, no le dejaban
en claro cuál era el sentido de su vida.
Cuando apareció en su camino el
enigmático personaje del país vecino, el mensaje que él le
transmitió coincidía con el que otras personas le transmitían
también sobre la misión de ella. El mensajero tan extraño, un
día le dijo que era un extraterrestre ocupando un cuerpo humano,
sin sentirse por ello más extraterrestre o menos humano que
cualquier persona, porque él sabía que los demás también eran
extraterrestres, sólo que la mayoría no lo sabe. La diferencia
era que él recordaba el momento en que, para cumplir con una
misión de mensajero, tomó el cuerpo de un periodista,
divulgador del tema ovni, artista plástico y otras cosas
favorables a dicho fin. Una estratégica elección de un cuerpo
con una mente apta para la misión a cumplir.
Poco después de su llegada, se
encontraría con ella, y comenzaría a transmitirle todas esas
cosas que, a la par de las que recibía por otras fuentes,
le fueron mostrando su imagen de cósmica princesa en la Tierra,
con una misión de ayuda a un mundo que iría a salvarse de la
destrucción gracias a ella y a todos los que lucharan por el
amor y la paz. Los best sellers de un escritor en auge la
convencieron de la futura inexistencia de catástrofes, guerras,
pestes y otras formas de destrucción que el Apocalipsis bíblico
anunciaba.
Pero, un día, el enigmático mensajero del
optimismo cambió sus palabras. Como humano que era en ese cuerpo
que había venido a ocupar, había dejado de lado los
conocimientos cósmicos que tenía, dejándose influenciar por
falsas convicciones humanas, que no eran más que confusiones.
Hasta que conoció personalmente al exitoso escritor, y ahí se
dio cuenta de que sus ideas antiapocalípticas no procedían de
alguna divina inspiración, sino que eran expiración de sus
propios temores que le hacían negar como el avestruz, el
Apocalipsis innegable; aquél de Jesús, de Ramatís o del viejo
Romaniuk. Una inevitable lavada de cara para el planeta, gracias
a la higiene del agua salada en maremotos, inundaciones, y a
movimientos telúricos. Un microsegundo de dolores de parto para
una eternidad, en el paso de un planeta decadente a una nueva
humanidad naciente.
El enigmático mensajero volvió tras sus pasos y dijo lo que
tenía que decir y había omitido bajo aquellas influencias de
fantasioso optimismo. La princesa lo vio como bajado del limbo de
dulces sueños de un futuro sin cambio doloroso; parecía más
realista y más caminante que volador. Y él le dijo:
"Retiro de tus espaldas la carga que
te puse, de querer hacerte sentir una pieza clave para salvar a
la humanidad de la destrucción. Te dejo libre de andar por la
vida, con la tranquilidad de que no dependerá de ti lo que vaya
a suceder. Que tu meta no sea ayudar a salvar al mundo: está a
la vista que sin la destrucción de todo lo denso y efímero que
hay a tu alrededor, no habrá lugar para lo etéreo y eterno de
una nueva realidad, con otra forma de materia y de estructura
molecular. No será producto del esfuerzo humano que todo el
ambiente y los cuerpos físicos cambien y ya no haya dolor: será
producto de radiaciones cósmicas, venidas del Amor".
Entonces la princesa, preguntándose para
qué vivir sin ser capaz de salvar al mundo, recibió estas
finales palabras de su amigo cósmico:
"No has venido como salvadora, porque
nada es necesario salvar que no se salve de un modo distinto de
lo que los humanos entienden por salvación, queriendo salvar lo
físico cuando está allí lo que debe ser cambiado. Has venido a
dar en este tiempo y espacio, una alegría más. Con tus
vibraciones de amor, alegrando corazones, haces al mundo un poco
mejor".
Ese presente pasaría, y con ella se iría. El Apocalipsis,
irreversiblemente, se cumpliría. Pero en un mundo de dolores,
ella había puesto flores.
CUESTIONES CÓSMICAS Y MI VERDADERA FORMA DE PENSAR
Publicado el 19 de noviembre, lo envié a Xuxa el 7 de diciembre, aprovechando el viaje de una seguidora que la vería. El libro y una improvisada grabación, iban en un paquete cerrado con una cadena y un candado. Lo siguiente es parte del contenido de la cinta.
"El libro que va en el paquete, dice algunas
cosas que nunca quise transmitirle a esa Xuxa ilusionada de una
vida que iría a convertirse en un paraíso en la Tierra. Nunca
quise decir cosas que... bueno, las sé; las supe siempre, pero
no a muchos se las dije. Muy seleccionado a quién decirle y a
quién no. ¿Por qué iría a decirle a una chica con una
esperanza tal, que las cosas no son exactamente como ella cree?
Preferí que Xuxa siguiera ilusionándose e ilusionando
gente. Hasta hubo un tiempo en el cual yo también
tuve mi propio autoilusionamiento. Uno está
en este planeta, uno puede saber que viene de otro lado, uno
puede saber a qué vino, y uno puede saber qué es lo que va a
pasar. Pero uno puede hacerse una "autohipnosis", uno
puede convencerse de aquello que ni siquiera cree.
Y eso me pasó. ¿Por qué lo hice?, quizá porque fue un
juego, dentro del laberinto: entrar por una puerta, olvidarme de
aquello que dejaba atrás, aquellas convicciones, aquellos
conocimientos; meterme en el juego, el juego de Xuxa, Enrique
Barrios, etcétera. ¿Y qué había allí?, había todo lo que en
el fondo deseamos todos. Era lindo; más valía eso, que la
verdad dolorosa. Verdadera, pero dolorosa. Aunque ahora digo:
dolorosa, pero verdadera.
Me costó un poco, o bastante,
desengancharme de este ilusionamiento. Pero, finalmente, volví a
lo que verdaderamente soy y sé; a mi verdadera convicción. El
otro día estuvo una estudiante de Astronomía en mi casa. Y
cuando me dijo: "los extraterrestres no existen, porque la
Teoría de la Relatividad dice que a velocidad de desplazamiento
de 300.000 kilómetros por segundo un objeto no puede penetrar...
blá, blá, blá", todo eso de siempre, de los astrónomos
que pretenden justificar a través de esas limitaciones
científicas, algo que desconocen. Y dijo: "por lo tanto,
los extraterrestres, no existen" (risa mía en la
grabación). Y entonces, le respondí: "Yo soy
extraterrestre". ¿Me estás tomando el pelo?, dijo.
"No, soy extraterrestre". ¡Demostrámelo! "No,
demostralo vos. Andá afuera y decí: (mi nombre) es un
extraterrestre. Y yo diré: nunca dije eso. Entonces vos dirás:
¡Sí, me lo dijiste! Y yo diré: nunca dije eso. Entonces vos,
te quedarás con la incógnita". Porque yo no soy un
extraterrestre que viene a traer pruebas de que es
extraterrestre. Soy un extraterrestre que no quiere que se sepa
que es extraterrestre. Si no, nada me costaría aparecer en
televisión, radio y prensa gráfica, porque los contactos los
tengo, y podría aparecer donde yo quisiera, diciendo: "Soy
extraterrestre". Y si no lo hago, es porque mi finalidad no
es la de darme a conocer como tal, al menos POR AHORA
(las mayúsculas destacan mi tono en la grabación).
Entonces, esas pruebas que ellos exigen
para demostrar que una cosa es cierta... muy bien,
¿por qué no las demuestran ellos? ¿Por qué? La ciencia, los
astrónomos, los físicos, no tienen una forma científica de
demostrar que los extraterrestres existen. No existe forma,
porque lo que no es del plano físico, no puede ser investigado
con las herramientas del plano físico que utiliza la ciencia.
Entonces aquí se plantea un doble problema: que para los que
creen en los extraterrestres ha sido siempre tomado como una
desventaja, y en realidad, es una ventaja, si lo vemos del otro
lado: el problema de la ciencia es que no puede, no solamente
demostrar que existan los extraterrestres, sino que tampoco
puede demostrar que no existen. Es
indemostrable científicamente; la limitación está dada tanto
si se quiere decir que existen, como si se quiere decir que no
existen. ¿Por qué? Porque no es cuestión científica. Lo mismo
que si hablamos de espíritus, o de reencarnación, o de
energías. Son cosas que van más allá de la ciencia, y que la
ciencia no tiene cómo negar ni afirmar. La ciencia no está
hecha para afirmar o negar cosas que no pertenecen al plano de
las tres dimensiones.
Por lo tanto, señores de la Astronomía, y
señores escépticos: yo, para mí mismo (y no me importa lo que
piensen los demás), yo soy extraterrestre. ¿Por qué? ¡muy
sencillo!: porque me acuerdo de cuando bajé a tomar este cuerpo.
Era 1986, abril 20, antes de medianoche. Recuerdo cuando salió
quien estaba, y yo ingresé a este cuerpo. ¿Mm? ¿Clarito Xuxa?
Bueno. Ése soy yo. Pero no podía decirle a la Xuxa del 91, ni a
la del 92, ni a la del 93, lo que soy, cuál es el propósito
para que me mandaron aquí, qué era lo que yo tenía que hacer,
y qué era lo que debía transmitir. No es tampoco el propósito
de esta grabación detallar todo eso; ya me encargaré a través
de un libro, cuando el momento llegue, de dar a conocer a todos
una serie de cosas que tienen que ver con los que estamos
cumpliendo un Plan. Porque los extraterrestres no vienen todos
del mismo lado.
Los del comando galáctico están
preparando la evacuación del planeta (...) y se están
ocupando de preparar y seleccionar a la gente que será
transportada en la nave cuando lleguen los momentos en los que
este planeta no podrá soportar condiciones de inestabilidad
climática, ambiental en todo sentido, y deban ser retirados de
aquí aquéllos que pertenezcan a esta selección. Luego serán
traídos de nuevo, cuando (...) esto se reestabilice.
Además serán traídas las personas con un determinado grado de
vibración, y otras serán llevadas a otros lugares. Ése es un
plan.
Pero hay otros seres (...) los del
planeta Venus están tratando de evitar que el planeta éste se
destruya. Están preparando a la gente con mensajes (que tienen
mucho que ver con Ami o con lo que usted está transmitiendo) que
son mensajes por los cuales se propone la posibilidad de que el
mundo no sea destruido y se salve. Eso sí: ellos no afirman que
esto se vaya a salvar. Ellos creen que es posible salvarlo, pero
no dan ninguna certeza, a diferencia de Enrique Barrios que, para
él, esto no se termina: esto se salva, fácilmente, y así,
punto. ¿No? Antojadizamente para él porque se le ocurrió,
bueno; es el único tipo entre miles y miles de contactados o de
gente que tiene que ver con extraterrestres, que dice eso. Bueno,
él dice eso, se le ocurrió eso. Tengo todo un estudio sobre
Enrique Barrios, y bueno, eso también será publicado en su
momento. ¡A mí no se me escapa uno! A mí no se me escapa uno,
porque me ocupo de esto, y no soy tan fácil de convencer. Sí
hasta cierto punto; después, que no me defrauden, porque ahí
sí que la cosa cambia. El supuesto Ami que
había transmitido el mensaje aquel, de la
"inspiración", bueno, hay cosas que parece que... no
son tanto de Ami, porque el fenómeno de los contactados con
seres de otros campos, siempre parece ser el siguiente: hay un
tanto por ciento de mensaje emitido por el transmisor que
trasciende esta dimensión, en un lenguaje de determinadas
características, a un receptor aquí en la Tierra que, de ese
lenguaje y de esa transmisión, obtiene una X cantidad o
porcentaje de información que, a su vez, queda interferida por
conceptos de la propia personalidad. Es decir: A dice a B lo que,
a su vez, retransmitirá a C... que es como el juego del
teléfono descompuesto.
Entonces, no hay un mensaje textual que
pueda llegar desde el cosmos sin distorsionarse y,
lamentablemente, Enrique Barrios ha incurrido, como casi todos
los contactados, en una distorsión de los conceptos originales
que le fueron transmitidos. Yo lo tengo investigado, y ya le
llegará su hora a Enrique, así como a otros habrá de llegarle.
También me llegará a mí la hora, así que yo rendiré cuentas
de mis cosas. No tengo un ciento por ciento de acierto en mis
conceptos, pero me he ocupado con mucha responsabilidad, la misma
que me exige trabajar en estos temas, hacer una recopilación
durante años y años, de todo este tipo de información, de
conocimiento, de autores, de contactados, etcétera.
El problema de los contactados es que ellos
transmiten su propio mensaje, cada uno dice lo suyo;
lo que tienen para decir, bueno, eso dicen. Mi función es
diferente: recopilo todos los mensajes, y de todo, expongo
todo. Es como el supermercado: para
que no haya monopolios, ahí están todos los productos. De eso
me encargué; lo que quieren los contactados es el monopolio:
cada uno decir la suya, y no le importa lo que digan los demás.
¿Mm? Entonces, ahí no hay unidad, ahí no hay intercambio, ahí
no hay nada. Y eso no es a lo que yo apunto. Hace años que estoy
apuntando a otra cosa, y siempre he sido respetado y no he sido
calificado como "elemento peligroso" por los
investigadores de sectas de la Argentina, justamente por la forma
en que me desenvuelvo. Ganarse respeto por parte de esta gente
acá en la Argentina, es una cosa muy difícil. Si ellos lo han
hecho para conmigo, entonces por algo debe ser.
Ahora bien, ese librito contiene ese
mensaje. Esta grabación no sé si es una bienvenida a un nuevo
tiempo, o una despedida de un tiempo que se va. No sé si habrán
nuevas grabaciones. No sé si habrán nuevos mensajes o nuevas
cartas; no sé, no sé nada.(...) Estoy solamente en el
campo del presente, que me muestra claramente, que hay en Río de
Janeiro una persona con la cual no he establecido comunicación
durante cuatro años, de la manera que hubiera sido deseable, por
lo menos para mí (...) Pero el tiempo pasó... y se está
yendo... nuevamente, un año en el cual mi ausencia ha definido
la forma en que aquello que Xuxa representa para mí, ha quedado
más guardado que evidenciado. (...) Creo que si le vamos
a dar importancia a la no proximidad física, estamos olvidando
que hay cosas más importantes que eso (...) He hablado a
veces con los fans, que hay una cosa más importante que seguir a
alguien, y es amar a alguien. ¿Y qué diferencia hay entre amar
y seguir? Se puede seguir sin amar, y se puede amar sin seguir.
También se puede seguir y amar. Amar... ¿Y qué es amar?
¿Poseer? Creo que no...
"Amar", esa palabra viene de (a mors = no muerte)
(...) Si no es muerte, es vida. ¿Y qué es vida? ¡He...!, la
vida es una expresión de libertad, una expresión de expansión,
de alegría, de creación. Pero, ¿hay vida sin libertad? ¿hay
"amar" en el "querer" que posee? ¿Qué es
"muerte"? Olvidemos la muerte física, porque ella no
existe, es nada más que un paso a otro estado. Pero
"muerte" es odio, muerte es dolor, muerte es egoísmo;
eso es la verdadera muerte. ¿Y dónde está el dolor, y dónde
está el odio, y dónde está el egoísmo, sino en esas
relaciones por las cuales una persona ata a la otra, la limita,
la posee, la persigue, la oprime? En un casamiento, en una
pareja, ¿acaso está ausente todo esto? ¿Qué clase de amor es
aquél que limita tanto? Eso es querer,
querer poseer; poseer es poner límites. Y,
a veces, cuando hay un sentimiento de pasión (porque una cosa es
amor y otra pasión), la pasión puede expresarse en sentido
positivo o negativo, siendo el sentimiento de alegría, un
sentimiento de felicidad, o un sentimiento de bienestar, lo
contrario al sentimiento de malestar o de odio (el odio también
es un sentimiento, una pasión, ¿mm?). Entonces, una pasión se
desdobla en odio y... "cariño", podríamos decir, como
el opuesto. Pero el amor, no es el opuesto del odio: es el
opuesto de la pasión, que se desdobla en odio y cariño. El
amor, al ser opuesto de la pasión, es algo muy elevado. Amar,
liberar, "permitir vida", sería. Si "amor"
viene de "no muerte", y no muerte es vida, aquello que
libera, aquello permite vida. Y yo,
creo que permitir vida, muchas veces es estar lejos, dejar que la
persona distante sea. Y no querer
imponer la presencia. Quizá quise imponer presencia en algún
momento (al principio, cara a cara). Recurrí a las cartas: ya
era una presencia más distante, que permitía un mayor espacio.
Y después, ni cartas siquiera: permití un mayor espacio aún.
Entonces parecería ser que he amado más a Xuxa cuanto más
lejos he estado. Porque menos la he molestado.
Y los fans (...) Tengo amigos allí,
pero se lo he dicho a algunos: esto que ustedes están
haciéndole a Xuxa, no es amor. Si la amaran verdaderamente, se
tratarían ustedes, entre ustedes, de otra manera. Porque si lo
que ella transmite es amor, y si lo que ustedes rescatan de lo
que ella transmite, es eso, ustedes deben incorporar eso y
expresar eso. Y, en muchos actos que cometen, no lo están
haciendo. ¿Qué es lo que rescatan de Xuxa entonces, su otra
parte, que todos la tenemos? ¿La parte pasional? ésa que puede
incurrir en odios, envidias, roces entre unos y otros, y
problemas, bueno, ¿eso es lo que rescatan de ella, y no lo otro?
Parece que sí. Quizá por eso, y por otras cosas, no he tratado
de integrarme a grupos de fans, salvo comunicarme, o hablar o
charlar con algunos, o tener amistad (...).
Ahora debo irme. ¿Qué dejo en esta cinta?
quizá más incógnitas que esclarecimiento. Quizá no mucho de
nuevo, salvo mi voz que aparece, de esta manera por primera vez.
Una voz que yo mismo me doy cuenta de que es algo dura, poco
afectiva (...) La frialdad de un lenguaje de esas
características, pues, está dada por la necesidad de mantener
este trato más formal (...) no es que estoy poniendo distancias;
es que las distancias siempre existieron. Lo que pasa es que uno
creyó que no existían (...) Entonces vamos a recuperar las
debidas distancias.
Bueno, no quiero excederme (...) no quiero
cubrir dos lados de un cassette, para hacer perder una hora, que
ya es bastante haber perdido 35 minutos; es mucho. Desde ya que
conmigo el tiempo no se pierde del todo, porque, como le dije a
mucha gente: no te hagas problema por el tiempo que pierdas
conmigo. Alguna vez, si no lo aprovechás ahora, alguna vez te
darás cuenta del provecho que tiene. Pues todo es aprovechable,
no todo es valorable en el momento en que se produce.
(...) Me voy. Chau. Nos vemos. ¿Nos vemos? Bueno, quizá
alguna vez; quizá no, pero eso no importa. No importa. (cantando:)
"Me voy alejando despacitooo... me voy yendooo... tomo mi
nave imaginariaaa... y emprendo vuelooo... mmm... Allá arriba
descubrí... de dónde vine y dónde voy..." ¿Cómo era?
¿algo así? ¿mm... cómo? ¿usted viene de allá arriba?
¿cómo es? ¿"Fui hasta el infinito en mi disco volador /
allá arriba descubrí de dónde vine, adónde voy"? ¿Ah,
entonces yo no estaba loco cuando decía que Xuxa era
extraterrestre, ella misma lo cantaba? ¡Mmm hmm...! ¡Qué cosa,
¿eh?, cómo cambian los tiempos! Bueh. Bueno, estamos todos
locos entonces, ahora me quedo más tranquilito. Bueno (...)"
En unas páginas que
encontré, escritas por aquellos tiempos, explicaba mis
comportamientos en cuanto a no decir ciertas cosas a Xuxa:
"Sabiéndome poseedor de un gran poder
de influencia sobre las personas, estaba seguro de que Xuxa
podía ser privilegiada por mis ideas positivas, o ser víctima
de mis errores de pensamiento. Mi problema era cómo hacer para
transmitirle sólo las cosas que no alteraran el curso de su
misión. Había cosas que yo sabía y no debía revelarle. Y el
problema era que algunas de esas cosas afloraran entre todo lo
que debía transmitirle.
Habían en mi mente dos realidades, dos
cosmovisiones antagónicas: la que el mundo aceptaría
fácilmente y la que fácilmente el mundo rechazaría.
Mis influencias sobre ella pretendían no
ser optimistas al extremo, en cuanto al futuro de la humanidad.
Si logré mi propósito de reforzar sus esperanzas, cumplí con
mi objetivo. No sé si así sucedió; al menos no lo sé a
ciencia cierta. Pero puedo suponer que en algún rincón de su
interior quedó pulsando toda esa carga de pensamientos y
sensaciones que le transmití. Yo creía que era para su bien que
cumplí ese propósito. Pero tres años deberían pasar para que
cesara de ilusionarla con esperanzas que por fin descubrí que
eran irrealizables. El mundo cumpliría irreversiblemente un
ciclo más sin final feliz. Luego vendría un paraíso, sí, pero
tras los dolores del parto.
Xuxa no debía recibir ni transmitir cosa
alguna que tuviera que ver con las finales desgracias de esta era
de la humanidad. Era necesario mantenerla envuelta en el capullo
de seda del final feliz de Ami: era una mariposa demasiado
frágil para que saliera del capullo protector a volar a la
realidad dolorosa del futuro planetario.
Pero claro, tarde o temprano ella, como
todos, iría a descubrir la verdadera tendencia de las cosas de
la vida, el verdadero destino de esas tendencias irreversibles. Y
la mariposa angelical vería deshacerse sus alas frente al
decepcionante cuadro de la realidad.
Por eso yo no debía seguir pintándole un
cuadro promisorio de felicidad apocalíptica: debía prepararla
para lo contrario de lo que durante tres años contribuí a
prepararla.
Mi mundo ilusorio de Xuxa y Ami (el mismo
mundo por ella soñado y por Ami pregonado) quedaba cada vez más
deshecho por la realidad misilística, económica,
plurirreligiosa y polucionada. Que Enrique Barrios continuara con
su universo personal de sus esperanzas ilusas; yo debía buscar
esperanzas más concretas. Debía ser fiel a mi sentido de buscar
la verdad, sea cual fuere, y decirla, pese a quien le pese.
Si yo le contaba a Xuxa lo que, finalmente,
decidí creer y hacer que la gente sepa, iría a destruir aquella
fantasía bonita que le pinté. Quizá iría a influir en la
posible destrucción de las fantasías bonitas que ella misma se
pintó gracias a sí misma, a Ami, a mí y a otras influencias.
Ella iría a contar con mi ayuda para descubrir que las cosas de
la vida no son como parecen. Sólo conmigo podría contar para
eso. ¿Por qué? Porque había dos planificaciones a cumplirse:
la del mundo acuariano, y la de los que vinimos a decir cosas que
trascienden esa realidad planetaria microcósmica.
Tuve que bajar al nivel del jardín de
infantes de la New Age y sus hadas madrinas. Allí estaba Xuxa y
su mensaje. Pero el Universo y lo que hay más allá de él...
tienen niveles superiores a ese jardincito de ilusiones
planetarias. Y yo no podía hablar de cosas universitarias a una
niñita. Tuve que ponerme el guardapolvos cuadriculado y el
pantaloncito corto. Entonces la niñita y yo jugamos
amistosamente como compañeritos de misión en la Tierra, entre
cartitas de amor y besitos mandados con cariño de chiquilina.
Demasiadas flores para pincharla con las espinas de mi saber
oculto. Pero debía hacerlo alguna vez. Debía mostrarle cuál
era la finalidad real de su misión. Mostrarle qué era lo que se
podía y lo que no se podía hacer. Bajarla de aquel rol de
salvadora donde la puse por error en los inicios, en el 91, y
situarla en el papel que ella tenía en el planeta. Un papel por
el cual no habría salvación ni solución agradable para la
humanidad; un papel tan sólo destinado a cambiar la conciencia
de muchos frente a lo que existe y lo que vendrá, pero no para
evitar lo que vendrá, ni para cambiar lo que existe".
El libro que no debía faltarle
Cuando en 1995 sea el cuarto
cumpleaños seguido en que llegaré hasta su casa en Río para
dejarle mi regalo, recibirá La Novena Revelación, el
best seller mundial de James Redfield. De ese último 27 de marzo
en que estaré allí, pasarán como seis meses, y la revista
dominical de La Nación pondrá en su tapa el título de
la nota principal: La otra Xuxa. ¿Cuál? La que
por decir que, habiendo leído el referido libro, al comprender
las relaciones entre ciertos acontecimientos, será mostrada como
una "nueva" Xuxa recién incursionada en lo místico.
Nada más lejos de la realidad en el tiempo: el
"descubrimiento" de la periodista firmante estará ya
muy lejos de los tiempos de la película dirigida por Anna
Penido, lejos de El Alquimista, lejos de la literatura de
Barrios, y de muchos otros antecedentes de la verdadera
incursión de Xuxa en el tema.
Poco me quedará ya por transmitirle, a esta
ex niña mimada por mí y por tantos en otros tiempos. Ha
crecido, ha cambiado, ha elegido un destino. Ha abandonado ya
hace rato (93) a todos los niños de Hispanoamérica a los que
acompañaba todas las tardes, y a los que había habituado a su
compañía que, a veces, ella prometía para siempre, y que, a
veces, dudaba de poder seguir ofreciendo. Quizá esa compañía
empezó a ser verdaderamente eterna, cuando pronunció sus
finales palabras con que se despidió para cerrar el programa
final del Show de Xuxa: "los amigos no dicen adiós;
amigos, son para siempre...", entre un diluvio continental
de lágrimas propias y ajenas, en Buenos Aires, y frente a cada
pantalla en cada país de América.
Habrán pasado dos años
desde esa despedida, cuando ella recibirá el último sobre de
aquel muchacho encariñado que le mostró y que le entregó lo
que muchísimos otros; aquel humano y extraterrestre que le
mostró y que le entregó lo que ningún otro. Será diciembre de
1995 y, en ese sobre, ella encontrará una grabación. Entre
mucho más, podrá escucharme decirle que si bien ella se define
como católica, no es tal cosa si cree en la Nueva Era. Al día
siguiente, cuando Mirtha Legrand le pregunte si es católica,
responderá que sí, dudará, y se rectificará manifestando: "no
voy a decir más que soy católica, porque si no van a pensar
que voy a la iglesia".
También encontrará en el sobre la Guía
Vivencial de Redfield, Servidores de la Luz, de Rhea
Powers (el mensaje venusino), y el mensaje de las Pléyades
publicado por Bárbara Marciniak, que contendrá la primera
aproximación a mi "verdadera verdad" que en cinco
años recién entonces le habré revelado a Xuxa; porque ese
mensaje dice lo que en realidad pasó con este mundo, y no el
cuento de hadas de todo lo que hasta ese momento ella habrá
leído por mi intermedio, dada mi autohipnosis acuariana
primero, y mi precautoria reserva después.
Quedará en ella si deseará enfrentarse a la
realidad de un mundo preconcebido para la manipulación de las
almas puestas en él, o si seguirá con el bello y tranquilizador
cuentito del mundo hecho para la evolución dolorosa de las
almas, bajo el supuesto cuidado de un Dios supuestamente
providente, que evitará los acontecimientos trágicos de la
Apocalíptica profecía bíblica.
Pero ya no será cosa mía lo que haga de este
último material; y ya no habrá cartas cariñosas y tampoco
libros reveladores. Todo estará hecho. Será el final de un
proceso de media década de preparación de su mente. Su misión
estará cumplida. Su mente cargará la información transmitida.
Su corazón guardará las vibraciones de mi sentir. Y mi
corazón, guardará las vibraciones de su sentir. De misión a
misión, habrá quedado efectuada la mutua
"trans-misión". Cuando este extraño transmisor de
sentimientos y conocimientos cierre contacto, sin que ambos
sepamos que eso estará ocurriendo, mi desaparición no anunciada
quedará como un enigma. Terminará su tiempo de verme como un
pro-acuariano más. Mi ausencia será indicio de que algo
en mí estará cambiando; algo se estará preparando en mi
mente y espíritu, y no consistirá precisamente en volver alguna
vez como aquel soldadito planetario a las órdenes de un proyecto
galáctico de comandantes confederados. Si alguna vez algo de mí
supiera, será lo que ahora sí podrá encontrar en mi discurso.
De ese derecho la habré estado privando hasta entonces, pues
ella no tenía la obligación de vivir en un cuento de hadas, y
quizá subestimé su sensibilidad e inteligencia para percibir y
saber comprender este otro mensaje que le ocultaba. Pero, como
todo ser humano tiene el derecho de saberlo, ella tendrá la
posibilidad cuando le llegue el momento.
Toda esta extensa historia en la que la
cuestión Xuxa ha ocupado un destacado lugar dentro de la
historia personal del Comandante Clomro, tiene sus razones,
quizá no muy claras para los que no entiendan por qué dedicarle
tanto análisis, si es un tema colateral. Si hubiera dado un
salto en este tema, de 1990 a 1995 en que aparece Clomro, la
incógnita de la ecuación a formular por el lector, estaría
dada en qué sucedió durante todo ese tiempo para que aquel
extraterrestre que en 1989 había empezado a lanzarse por radio,
se mantuviera silencioso. Considero un hecho trascendente la
aparición de Xuxa en mi esquema mental, así como los libros y
personas que, afines al mensaje de ella en cuanto a contenidos
acuarianos, fueron influyentes en mi pensamiento. Estas
influencias fueron breves, a tal punto que mis archivos de
reflexiones que escribí en 1992, me recuerdan que mis
convicciones anteriores fueron rápidamente restablecidas, y que
las ideas New Age no permanecieron por muchos meses en mi
propósito de fondo.
Pero mis propósitos de superficie no tenían
por qué rivalizar con muchas de las finalidades nobles, útiles
y prácticas de los adeptos a la Nueva Era. Por eso Xuxa no
tenía por qué caer fuera de mis planes y estrategias. Y
encuentro interesante compartir con el lector, ese conflicto
interno que yo tenía al saber ciertas cosas que a ella no
quería revelarle, y que se iban perfilando para ser destapadas
en algún momento.
También es interesante el estudio de esta
persona y del fenómeno en sus aspectos vinculados con lo
cósmico. Si alguien tuviera que imaginar cómo sería un
extraterrestre viniendo a transmitir un mensaje, pero viviendo
como humano, hay dos arquetipos implantados en la mente colectiva
de la sociedad: el superdotado intelectual transmitiendo
información, y el beato espiritual transmitiendo paz y
elevación. No cabe la idea de un extraterrestre pasional, con
oscilaciones emotivas, una ilógica en sus comportamientos y una
contradicción en sus conceptos religiosos y cósmicos. Y, sin
embargo, un extraterrestre así estaría más cerca de la
realidad humana de la mayoría de la gente. El intelectual llega
más a la razón, despierta el sentido crítico hacia la historia
turbia y los dogmas científicos y religiosos. Es el arquetipo en
el que se ve reflejado el Comandante Clomro. El extraterrestre
espiritual va más al plano intuitivo y sublime, a la
inclinación hacia realidades trascendentes. Pero llegar a la
inteligencia de la gente, que es mi función, tiene la desventaja
de toparse con la rigidez de las estructuras mentales que la
mayoría no desea cambiar, ya por temor a ser diferente y parecer
conspirador contra el orden establecido, ya por comodidad, pues
pensar y reformular una estructura de pensamiento exige esfuerzo
mental. Y llegar a la espiritualidad de la gente, tiene la
desventaja de que este plano está muy relegado por las
aspiraciones materiales de la sociedad, al menos en Occidente.
Por lo tanto, extraterrestres como yo o como los de esta otra
propuesta, no tenemos capacidad de llegada a la mentalidad de la
mayoría de la gente.
En Xuxa, considerada como "mensajera
cósmica", su estilo de transmisión difiere del mío y del
de los espiritualistas. Ella no pretende llegar ni al intelecto
ni a la espiritualidad del público. Sabe que hay mucha gente
necesitada de un mensaje que llegue al corazón, y que recién
después de eso se puede empezar a brindar un mensaje que llegue
a la cabeza o al espíritu. Sabe que las emociones son una
realidad que los mensajeros extraterrestres parecen ignorar o
menospreciar, con sus habituales mensajes intelectivos o
espirituales. El amor del que hablan es descripto por ellos o con
demasiado tecnicismo, o con una dimensión cósmica que escapa a
las posibilidades de la experiencia sensible.
El propósito de Xuxa es mentalizar y
espiritualizar, sí, pero partiendo del sentir en un plano humano
en el orden emocional. Por eso no es de extrañarse que en ella
pueda aflorar lo pasional y algún descontrol emotivo. Esto no se
corresponde con ningún arquetipo extraterrestre conocido.
Precisamente porque nunca se supo advertir que muchos
extraterrestres han venido como mujeres y han cumplido con
propósitos cósmicos mediante la energía yin, el plano
pasional, a la vez que los que vinimos para una función yang y
mental, o los que vinieron para lo espiritual, parecemos quizá
más extraterrestres que una poetisa, una cantante o una actriz,
porque demostramos menos los sentimientos, y el arquetipo del
extraterrestre no tiene a la expresión sentimental como
característica identificatoria.
Xuxa ha sido la demostración televisiva de
cómo puede ser transmitido un mensaje si, en vez de empezar por
lo intelectivo o lo espiritual, se empieza por las emociones. Y
con respecto a las proyecciones de la acción de quien luego se
conocería como Clomro, sobre toda la cuestión Xuxa, los
alcances todavía posibles han hecho que todo el espacio dedicado
a ella haya tenido un sentido no sólo histórico en cuanto a mi
trayectoria, sino también ligado a hechos por suceder.
Similitudes que moverán a otros a advertir que la cuestión de
fondo no es ni más ni menos que una cuestión de naturaleza
cósmica expresada en un cuerpo femenino. Lo cual podrá sugerir
una visión retrospectiva de la cuestión Xuxa, que dejará en
claro y a la vista la parte trascendente del fenómeno, en el
orden cósmico.