ARCHIVO PÚBLICO DEL COMANDANTE
CLOMRO
Informe Clomro-1 EL CONOCIMIENTO CÓSMICO
Y EL DIVULGADOR
Sección I EL MENSAJE
Capítulo I
MI MENSAJE, LOS CONOCIMIENTOS CÓSMICOS QUE
RETRANSMITO,
OTROS MENSAJES
EXTRATERRESTRES Y FUENTES HUMANAS
Aunque el mensaje básico de mi discurso
es el de los conocimientos cósmicos que me fueron revelados,
hablar de "mi" mensaje, supone una amplitud que no se
limita a esos conocimientos. Como tengo ciertas diferencias con
algunos aspectos del mensaje que las entidades cósmicas
transmitieron, y que el canal humano que emplearon pudo alterar
en diversos contenidos, cuando expreso mis puntos de vista
personales estoy dando un mensaje distinto del que me fue dado.
Para mantener separadas las cosas, es necesario definir que el
mensaje que doy comprende unos conocimientos que no son míos, y
unos pensamientos que sí lo son. Ambas cosas son dos mensajes
bien diferenciados, dentro de lo que puede entenderse como
"el mensaje de Clomro", en un sentido amplio.
Incluso forman parte de mi mensaje, fuentes
históricas, filosóficas, literarias, cinematográficas,
estudiosos del tema de los extraterrestres, y el trabajo y
pensamiento de diversas otras clases de personas que hayan hecho
un aporte a la comprensión de qué tipo de fuerzas, mentes o
entidades han tenido que ver con la creación y funcionamiento de
este mundo. Por lo que, siendo cada una de esas fuentes,
divulgadora de su propio mensaje, el hecho de que yo retransmita
esa diversidad de mensajes, junto con el mensaje cósmico que me
fue enseñado, a la vez que también cito mensajes
extraterrestres tales como el de los pleyadianos a una contactada
y, finalmente, mis propios pensamientos que son mi propio
mensaje, esta heterogeneidad hace que el mensaje que doy sea un
conjunto de mensajes, donde lo propio y lo ajeno son reunidos, de
modo que calificarlo como "mío", más que una manera
de definir fielmente cómo son las cosas, es una forma de decir.
He venido a este mundo para cumplir un
papel muy concreto y circunscripto a una misión muy particular a
la cual debía integrarme. Mi subordinación a los mandos
cósmicos que así lo determinaron, me limitaba a ser un ejecutor
de directivas aceptando, sin cuestionar, los conocimientos
cósmicos a cuya divulgación debía yo contribuir,
retransmitiéndolos sin quitar, ni agregar, ni modificar
conceptos.
Esos conocimientos fueron transmitidos por
entidades cósmicas a los contactados a quienes debía yo asistir
en su misión divulgadora. Como fueron dados en carácter de
"Verdades Universales", no dejaban el más mínimo
margen al pensamiento cuestionador: un aprendizaje al pie de la
letra y una retransmisión textual de sus contenidos, no sólo no
requería poner en juego ideas personales, sino que dejarlas de
lado era toda una exigencia. No había nada que filosofar acerca
de la inconsistencia o contradicciones en ciertos aspectos de la
cosmovisión que esa información ofrecía: o se aceptaba tal
como se transmitió, o no se aceptaba. Estar en esa misión
exigía una aceptación sin cuestionamientos ni puesta en duda a
esas "Verdades".
Tuve tal grado de aceptación y
subordinación, mientras me fue necesario a ciertos fines. No fue
el caso de la mayoría: la gente solía no tener paciencia para
estar tolerando un autoritarismo intolerante a críticas, con el
cual era divulgado y defendido de ellas el conocimiento cósmico
por parte de sus retransmisores, en especial los contactados
líderes de la agrupación. Esto generaba el rechazo de mucha
gente a la cual no se la podía convencer cuando ciertas
incoherencias hacían dudosa la veracidad del mensaje. Porque la
gente suele creer que si existe una verdad cósmica, ella debe
venir pura, sin errores de conceptos o de formas de explicarla y,
por sobre todo, sin errores humanos en sus retransmisores. Porque
un contactado que no sea un ejemplo de virtud, con sus defectos
hace no creíble que pueda ser verdad lo que enseña.
Decepcionados por la pérdida de algunas
virtudes -reales o aparentadas- y el progresivo aumento de
defectos y desaciertos en la conducción por parte de los
contactados que lideraban el grupo, hasta de los que eran sus
más fieles seguidores, casi todos se fueron yendo y, en muchos
de los casos, dejando de creer en el mensaje, salvo algunos que
lo han mantenido separado del factor humano por cuyos errores se
alejaron.
Estas deserciones no dificultaron, en
principio, (luego sí ante la creciente difamación pública por
la prensa) el constante ingreso de nuevos adeptos. Los cuales se
daban cuenta de que habían entrado en un grupo dictatorialmente
dirigido, recién cuando iban conociendo a fondo la realidad de
la vida interna de la agrupación, que al principio les era
mantenida en reserva para no ahuyentarlos. La suavidad en el
trato hacia los nuevos adeptos iba cambiando por dureza en las
exigencias a medida que asumían y demostraban mayor compromiso,
entrega y participación. Primero eran atónitos observadores del
rigor con que eran tratados los de más antigüedad, y luego iban
siendo convertidos en objeto de la rigurosidad a medida que
pasaba el tiempo y perdían el privilegio de la permisibilidad
"comprensiva" con que en todo lugar es tratada la gente
que recién llega. De ahí en más, el grado de tolerancia a la
humillación y disposición a continuar a pesar de todo, mientras
sea por la causa de "la Verdad", dependía de los
valores de cada uno.
Cuando un contactado que supuestamente
representa a jerarquías cósmicas, se convierte en un dictador
en el grupo que lo sigue, es porque sabe que sus adeptos están
dispuestos a obedecerle, debido a que para ellos es preferible la
humillación en el plano humano, a la pérdida de la vida eterna.
Porque los grupos contactistas de carácter
salvífico-apocalíptico, son armados bajo el fantasma del
castigo a los no creyentes y a los creyentes que no obedezcan a
la autoridad del grupo; castigo consistente en la pérdida de la
oportunidad ("única" y "última") de ser
salvados (evacuados, rescatados en naves) y no ser destruidos y
quedar inmovilizados, con conciencia de existir en estado de
sufrimiento, por tiempos sin fin.
Habrá quien piense cómo es posible que haya
gente que pueda creer en tales amenazas, pero la realidad es que
son miles de millones los adeptos a religiones (y esto incluye al
cristianismo) que temen a la amenaza de un "infierno"
eterno para los pecadores. Por lo tanto, no es raro que
contactados con inclinaciones fascistas recurran al imaginario
popular tradicional para manipular gente en pro de una nueva
creencia, donde en la salvación, la nave y el extraterrestre
reemplazan a la nube y al ángel, y donde en la condena, la
desintegración energética en "polvo cósmico"
reemplaza al fuego eterno y al lloro y crujir de dientes. Pero al
final es más de lo mismo: infundir miedo para lograr la
obediencia del creyente.
Como fui destinado a integrarme a una
luminosa misión que, contradictoriamente, estaba viciada de
todos estos manejos oscuros, tenía que soportar las espinas si
quería llegar a la flor. Y la flor era participar de la
constante recepción de conocimientos cósmicos que eran
transmitidos a los contactados, la posibilidad de ser un
activista en la divulgación, y la oportunidad del merecimiento
de la salvación, premio a lograr con esfuerzo y fidelidad a la
causa. ¿Qué importaba, ante todo eso, tener que soportar los
caprichos, necedades y demás defectos de un sistema autoritario
de gente sin aptitud para hacer las cosas mejor, si era de ella
de donde uno se nutría de información cósmica que era un
privilegio recibir de primera mano?
Pero obtenida la información, pasados los
años, soportado lo soportado, y difuso el fantasma del
apocalipsis que al final no llegó (al igual que la nave de
rescate) en los tiempos anunciados, ¿qué necesidad había de
seguir sometido a ese régimen? O cambiaba el régimen
autocrático por uno de concesión de iniciativas y libertades, o
conmigo ya no se contaría. Tal fue la advertencia que les hice
cuando (habiéndome, meses atrás, distanciado por un tiempo,
pero no definitivamente) les hice saber mis condiciones para
reintegrarme. Las cuales no fueron aceptadas, lo que terminó por
conducirlos a las páginas policiales de la prensa, quedando
definitivamente inhibidos de continuar su actividad pública, de
conferencias, programas y toda vía de difusión. Mientras que yo
quedé definitivamente liberado para obrar por mi cuenta, sin
más fantasmas ni presiones, y sin necesidad de estar de acuerdo
y no expresar mis discrepancias con respecto a cuestiones dudosas
o inaceptables del mensaje cósmico y de los líderes de la
organización.
Antes de eso, sabiéndome incapaz de llegar
a ciertas conclusiones por mis propios medios, dependía de la
incorporación de conocimiento de elaboración ajena para tener
puntos de vista. En ese escalón -en el cual se encuentra la
mayor parte de la humanidad- permanecí sin necesidad de pensar,
hasta que se me acabó la comodidad de disponer del
"conocimiento de la verdad" (similar a la comodidad de
quienes, ignorando la verdad, tampoco piensan lo suficiente para
ir en su busca). Cuando empezaron mis dudas sobre la veracidad de
ciertas cosas (a lo cual los contactados de la misión
contribuyeron con todas sus incoherencias que les quitaron
credibilidad), me vi obligado a reflexionar. Lo cual no hubiera
querido hacer, como tampoco desea hacerlo la mayoría de la
gente, para la cual ser no pensante e ignorante tiene sus
ventajas. Pero tuve que hacerlo, por pertenecer a una minoría
para la cual ser no pensante e ignorante tiene sus desventajas.
Porque dentro de toda la "verdad cósmica" recibida,
las dudas que se me presentaron me situaron en una posición de
ignorancia de cómo eran, verdaderamente, muchas cosas.
Hubo, sí, ciertos conceptos que a la fecha
no dudo que hayan sido ciertos, y de los cuales sigo siendo un
retransmisor, alguien que no opina al respecto de ellos, sino que
reproduce lo que le fue transmitido. No hay nada que opinar sobre
lo evidente, lo incuestionable, lo que no admite discrepancias.
Por lo tanto, cuando se me pide opinión sobre cosas comprendidas
entre tales conceptos, respondo que no opino, sino que
"sé" o "conozco" cómo es que son las cosas.
Que no se trata de suposiciones, teorías, hipótesis,
especulaciones subjetivas mías o de alguien, sino de lo que
objetivamente me limito a retransmitir.
La opinión emerge de la ignorancia y no del
conocimiento, porque se opina sobre lo que no se sabe, pues si se
supiera, no sería opinión, sino conocimiento. Donde hay
información, está de más la opinión. Inversamente, dentro del
mensaje cósmico que retransmito, los puntos oscuros en que falta
información, se prestan para opinar. Pero como la opinión no es
más que una formulación subjetiva que no garantiza nada,
procuro no darla. En lugar de opiniones, prefiero dar elementos
de análisis que puedan determinar conclusiones lo más objetivas
posibles.
Por ejemplo, en vez de opinar que es injusto,
por ser arbitrario y facilista, un plan de salvación de
"elegidos" y destrucción de "pecadores",
prefiero admitir que eso pueda ser "justo" para los
conceptos de quienes ejecuten el plan, pero que para quienes
vemos las cosas desde acá abajo, "justo" sería llegar
a una solución sin tener que operar ningún exterminio. Que, por
lo tanto, los conceptos de justicia no son los mismos para
nosotros que para los otros. Entonces se me pedirá opinión,
sobre cuál de los dos es correcto y cuál incorrecto. Opinión
que puedo eludir contestando que no sé qué es o no es correcto,
pero sea como fuere no estoy dispuesto a someterme a la voluntad
de jerarquías cósmicas que no tengan otra solución que el
exterminio de quienes -según arguyen- son corruptos
irremediables. Que no puedo concebir que sea tan irremediable la
situación de tales seres, y que lo que parece es que las
jerarquías superiores del cosmos se los piensan sacar de encima
como si se tratara de simples e insignificantes hormigas para un
humano. Que no es eso una opinión mía, sino que es lo que me
limito a observar y describir que están haciendo. Y que ante
ello, cuando digo que no estoy dispuesto a someterme a los
designios exterminadores de nadie de allá arriba, no es opinión
lo que manifiesto, sino una posición basada en conocimiento. El
conocimiento de que deben ser agotadas las instancias para
corregir errores, el conocimiento de que -según el mensaje
cósmico- galaxias enteras fueron destruidas sin agotar ninguna
instancia reparadora, y el conocimiento de que, desde el momento
en que seres que se creía irrecuperables, se rectificaron antes
de que recibieran condena, quedó la duda de qué habría pasado
si se les daba oportunidad a muchos de los que fueron destruidos.
Precisamente en este punto es donde radica
mi principal discrepancia con relación al mensaje en cuestión.
Dejando muy en segundo plano conceptos dudosos acerca de las
explicaciones dadas a temas tales como si el famoso túnel del
momento de la muerte es redondo o triangular, o si el universo
tiene o no 50.000 millones de años luz de diámetro, no puedo
considerar como un tema más y nada más al hecho de que estos
seres tengan pensado desintegrar la galaxia por considerar que la
negatividad en ella es una amenaza al resto del Universo. Hasta
donde supe, no tenían pensado dar marcha atrás en los planes de
exterminio. Si los mantienen, allá ellos (lástima nosotros,
¿no?), y si nos dan la oportunidad de rectificarnos a los
"corruptos incorregibles", quizá les demostremos que
se les estaba yendo la mano con tantas ejecuciones prematuras.
Por lo pronto, sea lo que fuere que quieran hacer con nosotros y
con el resto de los habitantes de ésta y de otras galaxias, sigo
sin tener una respuesta concluyente sobre el asunto, y sin
asegurarle ni prometerle a la gente, que va a haber o no tal
destrucción, y si va a haber o no salvación para unos cuántos,
ni cuándo.
Cuando oficio de retransmisor del mensaje que
me fue dado, me limito a informar lo que esas entidades cósmicas
dijeron que sería hecho para poner fin a la negatividad en el
universo. Y cuando fijo postura discrepante frente a tal
planificación exterminadora, me salgo del papel de retransmisor,
para actuar a título personal con mi propia visión de la
realidad. Ésa es la dualidad con la que me conduzco en este
asunto, y que es necesario que la gente tenga en claro, para que
no confunda lo que es el mensaje cósmico que recibí, con
"el mensaje de Clomro". Porque mi mensaje incluye al
otro, pero también cuestiones que se le oponen, y otras que no
tienen nada que ver con él.
Lo que, en resumen, considero verdadero del
mensaje cósmico, es que el proceso supuestamente evolutivo que
otros mensajes cósmicos y doctrinas humanas dicen que estamos
cumpliendo, es en realidad un proceso retrógrado. Mediante el
cual, la clase de mente cósmica que lo ideó, sabía que se
expandiría inevitablemente la corrupción por el Universo, pese
a todos los mecanismos que los gobiernos galácticos pudieran
emplear para mantener bajo control una experiencia que
terminaría por írseles de las manos.
También considero aceptable en el mensaje, la
idea de que ese proceso involutivo interferente en el orden
universal establecido, se cumplió sin que pudiera ser evitado a
altos niveles jerárquicos del Universo (me refiero al denominado
"Padre Universal"), ya que es comprensible que no
exista el Todopoderoso de las religiones, teologías y
metafísicas, sino un Creador con imperfecciones, dificultades, y
limitaciones para evitar que se presenten graves conflictos
cósmicos, a los cuales no tenga posibilidad de resolverlos.
Debilidad ésta que el falseamiento de la realidad ha encubierto
con la idea de un Dios que "permitió" que los males
ocurrieran, pese a que tenía el poder de impedirlos
(omnipotencia que, por ser tan falta de realismo, hasta fue
negada por algunos pensadores desde los primeros tiempos del
debate cristiano, y seguirá negándola tanta gente como la que
hoy la cuestiona).
Se deduce de esto, que la falla en el
sistema, que desconectó a las jerarquías galácticas de las
superiores universales, ocasionó en los actuales transmisores de
los otros mensajes extraterrestres, la pérdida de los conceptos
de lo que realmente es evolutivo y determinado por el Padre
Creador. Por lo cual, están transmitiendo mensajes con los que
enseñan que lo que les pasa a mundos alterados como el nuestro
es "por voluntad de Dios", pues ellos también han sido
víctimas unos, cómplices otros, de procesos existenciales
desviados de los normales carriles evolutivos, creyendo obedecer
a divinos designios. Sin embargo, algunos pocos mensajes de
fuentes extraterrestres distintas de la que conocí, también
hacen referencia a una conspiración operada por agentes
corruptos que no representaban a ninguna voluntad divina, y que
alteraron los procesos de evolución llevando a mundos como la
Tierra a la actual situación o hasta a catástrofes globales.
Por lo visto, no todos los extraterrestres nos quieren hacer
creer que el Mal es agente del Bien para realizar experiencias de
dualidad.
Sin embargo, abundan los mensajes de los
extraterrestres que sí pretenden que creamos eso, ocultándonos
que ambas fuerzas no son "socias" o complementarias
para cumplir un mismo fin dentro de un mismo plan, sino
antagónicas y con planes y fines distintos entre sí. Así como,
en el cristianismo, se dice que la mejor estrategia del diablo
consiste en hacer creer que no existe, la estrategia de quienes
plantean esto de la dualidad "necesaria" para la
evolución, consiste en hacernos creer que "el Mal no
existe", que es parte de la "ilusión", que no hay
oposición de la oscuridad a la luz, sino
"complemento", porque todo es "bueno", hasta
lo que llamamos "malo". Todavía estoy tratando de
entender qué podrá tener de bueno ir a escuchar a Marilyn
Manson, soportar al nada "eminente"
"cantante" (si eso es cantar
) Eminem, o adorar a
Hitler por sobre todas las cosas.
Puedo decir, entonces, que el mensaje
cósmico que me fue transmitido y que retransmito en lo que
respecta a los referidos conceptos sobre lo que ocurrió con la
distorsión de los parámetros evolutivos, es la base de mi
planteamientos de una rebelión contra toda la falsedad de las
enseñanzas ancestrales y actuales de origen extraterrestre, que
mantienen a la humanidad en el engaño. Desde que eran
considerados "dioses" en la antigüedad, han venido
determinando las creencias de los humanos. De ahí que Frederik
Beynon publicara el libro "Los dioses creadores de
religiones". Y de ahí que Salvador Freixedo publicara
libros tales como "Extraterrestres y religión" y
"¡Defendámonos de los dioses!", y que Juan Atienza
publicara "La gran manipulación cósmica". Libros y
autores que me fueron dando la pauta de que no es tan necesario
recibir un mensaje cósmico como el que conocí, para darse
cuenta de la realidad. Si los referidos autores y otros pudieron
hacerlo sin necesidad de ser "contactados", es porque
cualquier cosa que se nos venga a transmitir desde afuera de la
Tierra, no podrá hacer otra cosa que confirmar lo que hay
indicios de sobra en toda la historia humana, para descubrir con
sólo atar cabos usando la razón.
Por eso considero tan importante como la
divulgación del mensaje cósmico que conocí, el trabajo
intelectual de los autores que se han ocupado de aportar
información y puntos de vista personales sobre el papel de
entidades cósmicas con oscuros propósitos, en la historia del
mundo. Mientras tanto, una buena parte del contactismo se
comporta como si tales entidades oscuras "no
existieran", como si todos los extraterrestres fueran unos
santitos en cuyas manos podemos quedarnos tranquilos, haciendo lo
que nos dicen y creyendo lo que les cuentan a los contactados.
Una versión más de la "inexistencia" del diablo y del
Mal, para que la estrategia de dominación se cumpla sin
resistencia.
Si la cuestión de los bandos cósmicos se
resumiera tan sólo en extraterrestres reveladores y ocultadores
de la realidad, mi papel sería muy sencillo. Sin embargo, como
hay muchos matices intermedios entre ambos bandos, con
extraterrestres que no es que quieran engañarnos, sino
ayudarnos, pero que nos confunden por ser ellos los engañados,
la cosa se complica. No es sencillo tener que calificar como
farsantes o como engañados a seres que no estamos en condiciones
de saber si han sido cómplices concientes, cómplices
inconcientes, o víctimas de la distorsión de los conceptos
evolutivos. Seres que no hacen otra cosa que enseñarnos lo que
aprendieron y que creen que es lo correcto, porque nunca tuvieron
la oportunidad de conocer qué es lo correcto en realidad: un
sistema de evolución que no necesite ni permita el uso del dolor
para hacer que los seres se sometan a él con fines de
aprendizaje.
Aunque muy de buena fe esos seres vengan a
decirnos que el dolor es necesario, que nosotros lo elegimos y
por eso estamos aquí, y que por lo tanto no somos víctimas, la
falla del sistema está muy por encima de lo que ellos pueden
conocer, fuera del alcance de estos seres de tan baja evolución
y jerarquía como lo es un plano galáctico. Porque no fue una
falla local, producida y detectable en estos planos, sino que
ocurrió mucho más arriba, demasiado para que pudiera ser
detectada en los niveles galácticos. Porque recién cuando
trascendieran las galaxias ascendiendo a planos superiores del
Universo, estarían en condiciones de encontrarse con que allá
arriba fueron burladas las defensas que debían evitar la
infiltración de negatividad foránea a este Universo (hay otros)
y que alcanzó las galaxias sin ser detectada. Recién
ascendiendo a planos superiores del Universo, se les diría allí
que lo que conocieron como evolución, fue retrógrado y
clandestino. Que fue falso que obedeciera a la voluntad del
Creador y a sus Leyes Universales.
Pero para llegar a tal ascensión no sólo
deberían pasar millones y millones de años, sino que ella sólo
les sería permitida en tanto y en cuanto esos seres no partieran
de los planos galácticos con conceptos evolutivos erróneos que
pudieran transportar a otras dimensiones. Y justamente aquí se
presenta el problema de que, para que tal cosa no ocurra -según
los transmisores del mensaje cósmico que retransmito- fue
determinada la destrucción de las galaxias -millones- donde el
aprendizaje fue incorrecto y donde los aprendices de la
experiencia alterada irían a ser una amenaza de propagación de
esa escuela. Por lo cual, sin previo aviso y sin mediar ningún
"juicio universal" para nadie, de pronto cómplices y
víctimas de las experiencias de dolor, oscuridad, egoísmo,
violencia, fueron sorprendidos, aplastados y desintegrados por
ondas de energía proyectadas por los "Abadones" de la
"Justicia Universal".
Es decir, que no hubo, no hay y tal vez nunca
habrá un plan universal de envío de miles de millones de
mensajeros a todo mundo alterado de toda galaxia corrompida, para
enseñar que todo lo aprendido allí ha sido incorrecto, fuera de
Ley, condenable. Y aunque hubiera tales enviados, ¿estarían los
gobernantes planetarios, los maestros y aprendices de esa
experiencia incorrecta, dispuestos a aceptar que todo fue un
error, y a rectificarse? Sin ir más lejos: ¿han demostrado los
extraterrestres que vienen a hablar de que este mundo obedece al
"Plan Divino", estar dispuestos a aceptar lo que
enseñan los otros extraterrestres que han revelado que nada de
divino hubo en el plan del mundo, sino una conspiración contra
el Universo, violando las más elementales Leyes del Amor
Universal? No, no se observa en ellos ninguna disposición a
rever todos los conceptos que tienen por ciertos o por útiles a
sus fines, y a reemplazarlos por los otros.
Lo que se observa es la insistencia de unos en
seguir con sus experimentos genéticos abduciendo gente, sin
importarles los daños que le causen o si acaso el amor existe,
pues son insensibles; pura y meramente inteligentes, y nada de
espiritualidad. También se observa la insistencia de otros en
jugar a ser dioses y hacerse adorar, enloquecer gente y
succionarles energía porque con el amor no tienen nada que ver.
Y también se observa que otros insisten en querer ayudar a la
humanidad hablándole de amor, de paz, de cuidar el planeta, de
que pasaremos a la cuarta dimensión, a la Nueva Era, y todo eso.
Si no les da la mente para darse cuenta de que toda esta
experiencia en la que están metidos ha sido una mentira que los
ha confundido, pero al menos tienen la intención de hacer el
bien, pues que lo hagan. Por eso no considero ni que ellos, ni
que sus contactados y adeptos de éstos, sean mis enemigos o yo
enemigo de ellos, en lo que se refiere a hacer algo por la
humanidad y por la naturaleza: en eso me pueden contar como
aliado de cuanto quieran hacer. Mi rivalidad con ellos se
circunscribe a lo otro: la concepción de cómo debe ser un mundo
hecho para la evolución de los seres, y si este mundo está
dentro o fuera de tales parámetros.
Por eso, en vez de que tal rivalidad esté
planteada en términos de intolerancia absoluta de mi parte para
con esos seres que considero equivocados y que me consideran
equivocado a mí, prefiero buscar con ellos puntos de
entendimiento con vistas a las cosas en las que podemos estar de
acuerdo, sea que el mundo haya sido hecho como ellos dicen o como
digo yo, para evolución o para corrupción. Por este motivo,
mantengo a través de contactados intercambio con seres de otros
mundos cuyas diferencias con lo que retransmito y también con lo
que yo mismo pienso, serían suficientes para que yo no quisiera
saber nada con ellos.
Sin embargo, como están aquí para ayudar a
la humanidad, incluso muchos de ellos en "kármica"
reparación de daños que ellos mismos han provocado ya desde
tiempos anteriores a esta civilización, pues que cumplan con su
deber. Aunque no quieran hablar de la mentira de las religiones
para no causar problemas (que bien deberían causar pase lo que
pase, mientras la verdad acerca de la mentira sea dicha), aunque
sigan pensando que evolución es esto en lo que estamos y no
mundos de pura luz para ir hacia la luz (considerando tan
importante al camino como a la meta), aunque sigan jugando a las
escondidas en vez de mostrarse de una vez como debieran, en vez
de tratarnos como a niños tontos y asustadizos a quienes juzgan
"no preparados" para verlos y escucharlos hablarle al
mundo de una vez por todas, y aunque digan que "no les está
permitido" (como si no quisieran decir que con autoridad por
sobre ellos hay quienes necesitan mantener al mundo en la
ignorancia); aunque en todas esas y otras cosas no podré nunca
estar de acuerdo con esos extraterrestres, sí estoy y estaré de
acuerdo con todo lo que puedan hacer para ayudar al mundo, y para
corregir sus errores del pasado que, según han confesado,
afectaron a la Tierra.
Por eso, más allá de las diferencias que
mantengo con los creyentes en sus mensajes, no tengo problema en
compartir con ellos momentos, ideas en común y hasta planes en
conjunto que sean para bien de la humanidad y del planeta. En
este sentido, no puedo comprometerme, ni prometer, ni estar
seguro de que vaya a lograrse una transformación del mundo a
niveles de iluminación definitiva para todos. Sería una utopía
poco realista. En un mundo quizá ya irreparable y con una
humanidad de tendencia autodestructiva quizá irreversible, mi
utopía no tan fantasiosa apenas consiste en lograr algunos
cambios mientras la humanidad dure. Cambios que no harán un
paraíso en la Tierra, pero que podrán permitir el afloramiento
de unos cuantos oasis. En los cuales, representados por
individuos aislados, por grupos, por comunidades y hasta por
redes intercomunitarias integradas por gente de diversas razas,
culturas y pueblos, sea posible cierto grado de conocimiento en
lugar de ignorancia, de pensamiento en lugar de dogmatismo, de
arte en lugar de antiestética, de música en lugar de ruido, de
productividad en lugar de consumismo, de colaboración en lugar
de competencia, de unidad en lugar de separación, de servicio
solidario en lugar de trabajo con mera ambición material.
Mientras los extraterrestres "de
Luz" cuyo mensaje acepté y retransmito, puedan estar
pensando en exterminar de una vez la galaxia con este mundo y
nosotros adentro, los otros extraterrestres que dicen ser de Luz,
cuyos mensajes no acepto, están pensando parecido a mí en lo
que a hacer algo por este mundo se refiere. Por lo que me caen
más en gracia que los otros, a los cuales su carácter de seres
"de Luz" lo coloco entre comillas, porque no concibo
como luminosa a la destructividad.
Si las más altas jerarquías del Universo
se encuentran ante el problema de tener que recurrir al
exterminio por no disponer de una fórmula curativa contra la
enfermedad de la corrupción en las galaxias, o bien que se
pongan a buscar tal fórmula si dicen ser de Luz, o bien que se
reconozcan como carentes de esa Luz, que no brilla lo suficiente
para ser considerada como tal. Si fue oscura, sin Luz, la mente
cósmica capaz de concebir un plan de falsa evolución, que
causó la expansión de la negatividad por las galaxias, pero que
no obró de manera destructiva, pues su propósito no era
destruir, sino alterar para dominar, ¿qué puede decirse de la
"Luz" de esas mentes justicieras que no tienen problema
en emplear la destructividad, en una aniquilación que, evaluada
como daño, sería mayor que todo lo sufrido por obra de la
negatividad?
Por lo tanto, no creo en ninguna Luz absoluta
que no esté rebajada por cierto grado de oscuridad. Más aun,
considerando que toda esencia de todo ser tiene su dualidad.
¿Por qué no pensar que, en el momento en que la Justicia
Universal se vale de medidas extremas como el aniquilamiento de
una galaxia, se esté manifestando lo oscuro y no lo luminoso de
esa dualidad? Cuando alguien de allá arriba baje con la cabeza
gacha y no -como lo hacían- con altanería y prepotencia, y
reconozca que el empleo de la destrucción es debido a la
pérdida del poder de la Luz-Amor (incapaz de destruir), por
imperio de circunstancias que les exigen el uso de metodologías
propias de la oscuridad para resolver los problemas
(justificación de los medios por el fin), y que por tal razón
se reconozcan como seres duales y no como seres de Luz, entonces
allí estaré en disposición de no juzgarlos tan severamente
como lo merecen por recurrir insensiblemente al juzgamiento
severo.
Como les falló el Universo con el que
jugaron a ser creadores, es muy fácil romper los juguetes para
no dejar evidencia del error cometido, de haber creado algo que
se tornaría ingobernable, en lugar de ser responsables de una
creación menos ambiciosamente extensa en espacio y dimensiones,
a la que pudieran supervisar eficientemente y que no se les fuera
de las manos como la que hicieron. Dicen que la falla no se les
produjo a ellos, sino que la causó un agente externo al
Universo, que logró infiltrarse y corromper cuanto pudo. Lo cual
puede haber quien suponga que en realidad no se trata más que de
un chivo expiatorio inventado, para justificar cómo diablos fue
que apareció la corrupción en el Universo de ellos, haciéndola
figurar como exógena y no como generada aquí mismo por
ineficacia en los controles que se debía efectuar para impedir
que surgiera. No olvidemos que, hasta la llegada de este mensaje
cósmico, siempre que se habló del origen de la negatividad, en
toda religión o mensaje extraterrestre de otra fuente, siempre
se dijo que se produjo dentro y no fuera del Universo. Pero debe
tenerse en cuenta que en los niveles galácticos en que estamos,
no hay forma de saber de la existencia de algo más allá del
Universo, ni de saber si los conflictos que sufrimos se
originaron más allá del espacio universal, el único que
conocemos.
Por lo tanto, no tiene que parecer tan
increíble el hecho de que vengan seres de los más altos niveles
universales a revelar lo que hay más allá de ellos, y a decir
que la negatividad no se generó aquí, sino que procede de
afuera, de un proceso evolutivo anterior a los actuales
Universos. De los cuales el nuestro es sólo uno entre millones,
cada uno con sus creadores, y éstos con su Creador Principal,
conocido como "Padre Universal", siendo que ninguno de
los Creadores Principales o Padres Universales son "el"
Creador Absoluto, el Ser Supremo, el Increado. Todos fueron
creados, con sus limitaciones, y por eso es falso lo de la
perfección, omnisciencia, omnipresencia y omnipotencia de
nuestro Creador, así como no existen tales virtudes en el Ser
Supremo: había que inventárselas para que el ser humano se
sintiera a resguardo y a la vez bajo la vigilancia amenazadora,
de un Dios que todo lo ve, lo sabe, lo puede, lo ocupa, y lo
dirige. Cuando en realidad, el Ser Supremo -como ya lo decía
Aristóteles- ni está vinculado a lo que pase en este mundo, ni
lo creó. Y tiene sus limitaciones, y su propia búsqueda de
perfeccionamiento, de ampliación de su sabiduría y corrección
de experiencias fallidas.
Los transmisores del mensaje que divulgo,
pese a ser de elevadísima jerarquía cósmica, nunca dijeron
obedecer al Ser Supremo, ni siquiera conocerlo (porque es
demasiado trascendente como para acceder siquiera a la mínima
comunicación con Él). Mientras que simples extraterrestres
procedentes de míseros planetas -y no pocos humanos comunes y
corrientes- dicen obedecer a Dios y hablar con él, como quien
tiene línea directa con la verdad absoluta. Ni siquiera con el
Creador de este Universo hay tales condiciones de comunicación,
porque aun dentro de la pequeñez del Universo en comparación
con la inmensidad de los espacios pluriuniversales, los espacios,
tiempos y dimensiones que nos separan del plano en que se
encuentra el Padre Universal, son enormes. Insuperables para
seres apenas galácticos, y no conductores de ninguna presencia
del "Altísimo" Universal descendiendo hacia nosotros.
Porque para eso están las cadenas jerárquicas responsables de
niveles y sectores concretos, y no la omnipresencia de un
Creador, facultad inventada para involucrarlo de algún modo en
nuestra existencia y en la desgraciada obra de un mundo tan
imperfecto.
Sin falsas expectativas y en rebeldía
Si lo que la gente pretendía que le
dijera, es que estamos en un Universo gobernado por corazones
providentes que nos sacarán de nuestros problemas, lamento
decepcionarla. Ni tienen soluciones para nosotros, ni les importa
buscarlas. Tal vez no les corresponda hacerlo. Tienen su propio
problema de tiempos y plazos, en los cuales están comprometidos
a arrasar con toda partícula de negatividad, que les contamine
un Universo cuyo ciclo (a finalizar pronto) pretenden que cierre
inmaculadamente, caigan cuantos caigan en el camino y deban ser
barridos.
Podemos estar de acuerdo o en desacuerdo con
que esto sea así. Yo, ni una cosa ni la otra, sino todo lo
contrario
Considerando que lo contrario de los extremos no
sea, al menos en este caso, un punto intermedio -no veo cuál
pueda ser- sino una posición al margen: la neutralidad. Porque,
repitiendo lo que dije casi al principio, los conceptos de
justicia no son los mismos para nosotros que para los otros, no
sé qué es o no es correcto, pero sea como fuere y, pese a esa
neutralidad, no estoy dispuesto a someterme a la voluntad de
jerarquías cósmicas que no tengan otra solución que el
exterminio. Así que si pensaran ajusticiarme a su manera, no va
a ser con mi aceptación, ni mi reconocimiento de culpa y cargos,
sino contra mi voluntad. Porque no les admito esa forma de hacer
las cosas. Pero comprendo que así las hagan por tener su cuota
de oscuridad, aunque no tengan la vergüenza necesaria para
reconocerlo.
Yo, dentro de mi cuota de oscuridad, hago uso
del ego necesario para no subordinarme a la voluntad de nadie de
allá arriba que esté procediendo de manera indebida a juicio de
los que estamos acá abajo. No olvidemos que el mismísimo
causante de todos los males, llamémosle el primer corrupto, fue
alguien de más arriba que otros, los cuales no tenían por qué
aceptarle sus errores por el hecho de ser inferiores a él. No
tengo ninguna certeza de que el Universo esté en manos de seres
a los cuales no les quepa cuestionamiento alguno: tal vez vayan a
ser juzgados por cometer "males necesarios" para los
cuales, alguna vez, ya no les quepa tal pretexto. Quizá ese
juicio no empiece descendiendo sobre ellos desde más allá de
donde están, sino que surja de debajo de ellos: de donde estamos
los que según ellos somos los juzgables.
Quisiera creer en la Justicia con Amor y Luz,
en un Orden restaurado, en el final feliz para todos, pero no
tengo los mejores indicios de que todo ello vaya a existir. La
evidencia diaria y el sentido común me indican, en cambio, la
incertidumbre del futuro lejano. Por lo tanto, mi mensaje promete
u ofrece mucho menos que los mensajes de vida y felicidad eternas
pregonados por las religiones y la mayoría de los contactados.
Sólo sugiere que si acaso alguna vez, ya no estemos en estos
cuerpos ni en este mundo, y nos dieran la oportunidad de elegir
si participar en la creación, gobierno o contribución al
funcionamiento de futuros mundos experimentales que empleen la
escuela del dolor que ya nos es conocida, o si elegir no
involucrarnos más en este tipo de creaciones, y en cambio
dedicarnos a formas de evolución tan sólo de amor, paz y
felicidad, hagamos la elección de la segunda alternativa. Parece
una propuesta infantilmente hecha, como que va a tener respuesta
obvia en favor de la segunda opción, pero la cosa no es tan
fácil como parece: a muchos les cuesta (y quizá llegado ese
supuesto momento de la elección les costará) creer que un mundo
como el nuestro, con todas sus imperfecciones, no sea útil,
necesario, imprescindible de existir y hasta de ser reproducido,
tarea a la cual se prestarían gustosos. Por lo tanto, mi
función de preparar mentes como las de ellos para ese futuro
lejano quizá imposible, o quizá posible alguna vez, ni es tan
fácil de cumplir, ni de producir en esas mentes los cambios de
conciencia deseados.
Un mensaje que no era para el mundo
Por otra parte, al margen de la luz
relativa de las altas jerarquías universles que han hecho alarde
de tener Luz absoluta, cuando vinieron a este mundo, resta
aclarar que esa llegada no fue para instruir en altas
revelaciones cósmicas a simples humanos de un microplaneta,
mientras que en el resto de los mundos no bajaron a efectuar
transmisión alguna. El contacto no fue para privilegio de la
humanidad, sino para establecer comunicación puntualmente con
seres de la jerarquía de ellos, que habían venido a parar aquí
como observadores del proceso evolutivo y de las alteraciones
provocadas por la negatividad, y que quedaron sometidos a la
existencia humana, encarnados como personas comunes y corrientes,
inconscientes de sus orígenes cósmicos a nivel espiritual.
Mediante el contacto, les debían restituir parte de sus poderes
y hacerles recuperar la conciencia de quiénes eran. Mientras
esto se iba produciendo, esas personas de tan elevada jerarquía
cósmica y tan remota procedencia, se propusieron compartir con
el mundo los conocimientos recibidos en los contactos. Que de no
ser por vía de ellos, no habrían tenido por qué ser dados a la
humanidad. No correspondería hacer saltar etapas de aprendizaje
a habitantes de galaxias, bajando a revelarles lo que corresponde
que ellos vayan conociendo a medida que cumplan su ascenso
evolutivo. Sin embargo, la divulgación de esos conocimientos,
revelándoles a habitantes de la Tierra información adelantada
para ellos, les hizo saltear etapas que deberían pasar en el
futuro para recién entonces conocer cosas de planos desconocidos
a nivel galáctico. Lo cual plantea el interrogante de hasta
donde corresponde, sirve y vale la pena efectuar esa revelación
antes de tiempo y fuera de contexto.
Al principio los contactados fueron manejando
con humildad el hecho de ser quienes eran cósmicamente, pero no
tardaron en inflar su ego cuando tuvieron oportunidad de hacer
uso del poder que su "autoridad cósmica" les
confería, sobre las personas que iban integrando el grupo que
habían empezado a formar. Grupo al cual, en uno de los momentos
más críticos, fue limitada la misión, considerando que el
resto de la humanidad quedaría librado a su suerte y que había
que ocuparse exclusivamente de la "salvación" de los
pocos fieles adeptos, porque "los tiempos finales ya habían
llegado" y no había más tiempo para buscar otra gente.
En realidad, como conocimiento útil a que su
par de destinatarios puntualmente buscados tomaran conciencia de
quiénes eran y fueran preparados para futuros acontecimientos de
aquí y de fuera de este mundo, puede aceptarse que este contacto
haya servido al menos para ellos. De ahí a pretender que lo que
les transmitieron sea de utilidad para preparar a otra gente para
la "salvación", hay tanta distancia, que el hecho de
que decidieran dejar de divulgar los conocimientos cósmicos
hasta llega a parecer comprensible. Yo mismo dejé de hacerlo
durante años, por haber comprobado -a juzgar por la cantidad de
gente que creyó en todo lo que le dije y cuya vida ni se
inmutó- que a los fines prácticos esa revelación quedaba tan
fuera de la realidad vivenciable de la gente, que creer en ella
servía para muy poco.
Cuando decidí volver a transmitir el
mensaje, en momentos en que ya nadie de mis ex compañeros de
misión lo estaban haciendo (ni siquiera vestigios quedaban de
actividad pública de divulgación), fue porque ya tenía
estudiado cómo bajar el mensaje a la realidad del mundo, para
que tuviera sentido práctico. Por un lado, sin hablar de
salvados y de condenados, de fechas apocalípticas y de
evacuación en naves: la cuestión sería el estar aquí y no lo
que venga o no venga después. Por otro lado, si algún papel
debía yo instar a cumplir en la guerra cósmica de fuerzas
antagónicas, debía ser resistiéndose a los brazos de la
negatividad operando en la Tierra: religiones, gobiernos, poderes
económicos, como estrategias palpables y visibles de un enemigo
invisible. Un mensaje de rebelión con posibilidad de activismo
en causas sociales, pensando en el mundo, sería más operativo
que un mensaje de salvación que separaba al individuo de la
sociedad, haciéndole perder interés en el mundo.
Por eso el mismo mensaje cósmico, puesto en
función de un fin distinto de aquél por el cual fracasó, me
conduce a una convergencia con gente de creencias y de ideas
distintas de las que expongo, al menos en lo que a causas
compartidas por un mundo mejor se refiere. Cosa imposible para el
sectarismo del mensaje cósmico como se lo manejó en los tiempos
de difusión en el grupo, y que generó el antagonismo de otros
grupos y contactados. Con muchos de los cuales mi relación ha
sido buena. Mejor que la de muchos de ellos entre sí, dadas sus
diferencias. Porque no pretendo rivalizar con gente, y ni
siquiera con los extraterrestres que la contactan, cuando tanto
ella como ellos puedan no estar en la verdad en ciertas cosas,
pero tampoco están volcados a la corrupción como quienes sí
pueden considerarme un enemigo declarado: los que en el cosmos y
en la Tierra como humanos, son agentes de la negatividad en sus
formas más claras de manipulación, opresión, esclavización de
los seres. Agentes religiosos, políticos, económicos;
narcotraficantes, fabricantes de armas nucleares y químicas, y
muchos otros cómplices de que el mundo sea lo que es.
Ellos son la vertiente más concreta de las
fuerzas de la oscuridad sobre la Tierra, y el disponer de un
mensaje cósmico con el que puedo mostrarlos como lo que son, me
permite desmentir a los otros mensajes y a las doctrinas en que
"el mal no existe" y en que todos cumplen su
"misión" en el plan divino, incluyendo a Saddam
Hussein... o al mismo diablo como "instrumento del
Señor" para poner a prueba a Job y a Jesús. Ningún ser
maléfico al extremo puede ser instrumento de otro
"Señor" que no sea el de las Tinieblas. Y ningún
mensaje extraterrestre o doctrina humana que pretenda hacernos
creer lo contrario, puede responder a fines favorables a otro
"Señor" que no sea ese mismo.
Conducir a reflexionar acerca de todo esto,
y favorecer la reformulación de muchos conceptos que
equivocadamente se creen verdaderos, es una parte de mi tarea.
Nadie me designó para cumplir la operación como lo hago, sino
que yo mismo decidí hacerlo, no bajo la comandancia de autoridad
cósmica alguna, ni de afuera de la Tierra ni encarnada en forma
humana -comando bajo cuyas órdenes estuve hasta que ya no se los
toleré-, sino que la operación la llevé adelante por propia
comandancia. De ahí salió lo de mi rango de
"Comandante". Y como no se trataba de una operación
destinada a lograr seguidores a quienes liderar, sino a lograr la
formación y conjunción de mentes autodeterminadas, libres y
comandantes de sus propias funciones, hablé de mí como un
"comandante de comandantes y no de comandados". Y que
la obediencia de cualquiera de los comandantes libres y rebeldes
que militemos en esta causa, no será a líderes, sino a
principios. Esa fue la base de lo que sería la idea de la
"Red Mundial de Libres Rebeldes" con sus multicomandos.
La causa, las adhesiones y las condiciones requeridas
Lo del pasamontañas para resguardar mi
identidad, y lo del uniforme como símbolo de la resistencia a
los poderes opresores, son cuestión personal mía y no
requisitos para que vista igual quien desee integrarse a esta
causa. Quien quiera hacerlo a cara descubierta y exponerse en
televisión, vestir de blanco o de negro, aquí lo hace sin
problema: yo no lidero nada, y cada uno hace lo que le parece, en
tanto y en cuanto no se declare como activista en esta causa y a
la vez sea católico, neonazi, narco o admirador de Rockefeller,
porque eso sería inconsistente con la causa. De la cual siempre
habrán unos que sean más representativos que otros, que no
harán más que desvirtuar los conceptos que la rigen, y que
pretenderán figurar en algo que no es para ellos, haciendo creer
o hasta creyéndose que son "freerebels" (como nos
denominamos), cuando en realidad seguirán siendo esclavos del
sistema aunque coincidan con nosotros en ciertas cosas que les
harán creer que son de los nuestros.
En ese sentido, un tanto harto de recibir
adhesiones de autodenominados "nuevos integrantes de la Red
Mundial de Libres Rebeldes", cada vez que recibo un nuevo
mensaje de esos me tomo el tiempo suficiente para no engañarme
creyendo que contamos con quienes el tiempo demostrará que no se
podía contar. Cada tanto alguno que otro pasa el tamiz y
demuestra que es un freerebel realmente, pero eso en la menor
parte de los casos. Porque, como conclusión final, la
experiencia me ha demostrado que ni el mensaje ni los ideales de
lucha que propongo, son para cualquiera. Y gente que quiera
salirse del común, de la masa llevada de las narices, ser
distinta y correr los riesgos que eso le ocasionará, hay tan
sólo una pequeña minoría.
Comandante Clomro
2001-marzo 26/28