ARCHIVO PÚBLICO
DEL COMANDANTE CLOMRO
Informe Clomro-1 EL
CONOCIMIENTO CÓSMICO Y EL DIVULGADOR
Sección I EL MENSAJE
Capítulo IV
LA TRANSMISIÓN DE LOS
CONOCIMIENTOS CÓSMICOS
LO AQUÍ REVELADO NO ES PARA CUALQUIERA
Los transmisores
cósmicos del conocimiento
aquí contenido, han tenido que enfrentar serias dificultades
para romper el bloqueo de información impuesto a la
humanidad por los manipuladores galácticos de mundos como
éste. Haber logrado poner en nuestras manos este conocimiento
capaz de liberar y desplegar las mentes que lo
reciban, ha sido producto de un gran esfuerzo de las Altas
Jerarquías Universales que
han tenido que descender hasta estos densos planos.
Muy pocos
humanos están a la altura de esto que desde el Cosmos se les
ofrece. Porque casi todos viven aferrados a dogmas que les
impiden liberarse mentalmente en busca de esclarecimiento. Así,
se quedan en el conformismo de creer tener claras las cosas. Y
confiando en "pseudoverdades de repuesto" para sentirse
integrados a la masa de los que creen en algo ("pues en algo
hay que creer", dicen). Así como están también los que no
creen en nada y que nada quieren indagar. Para ellos, no deja de
ser una comodidad intelectual y emocional el vivir en la
ignorancia.
Por eso
éste no es un conocimiento para todos: sólo es para quienes, con esfuerzo y por mérito, sepan liberarse de los conceptos
con los que la humanidad es adoctrinada por los diversos sistemas
de creencias. Es un conocimiento para quienes se propongan
dejar de lado dogmas y estructuras mentales que impiden el libre
pensamiento.
La
realidad de las cifras marca una minoría de gente apta para esta esforzada tarea. Una
tarea de búsqueda de respuestas distintas de las que a diario
ofrece el supermercado de creencias. Es de tenerse en cuenta que
no se pretende en los altos planos del Universo producir, con
esta transmisión, una adhesión masiva de gente. Se sabe que
serán pocos los que
responderán favorablemente a este llamado al despertar de la
conciencia. Porque el somnífero que ha aletargado a casi todos
ha sido administrado en este planeta con una alta sobredosis
de mentiras y engaños. Por lo que las verdades revelables a
una humanidad en estas condiciones, tienen pocas posibilidades de
ser creíbles donde impera lo falso. Ya dijo Goebbells, el
Ministro de Propaganda del Tercer Reich: "una mentira es
tanto más creíble cuanto más grande es". Y he aquí
que aplicando una deducción por proporción inversa: cuanto
más grande es una verdad, es menos creíble.
A lo
largo de casi dos décadas, estos conocimientos fueros puestos al
alcance de una buena cantidad de público. La escasa adhesión
que tuvieron ha confirmado la regla: si hubieran sido una gran
mentira, habrían tenido masiva aceptación.
Somos
pocos los que estamos en esto. Y somos cada vez menos los que
quedamos de todos estos años en los cuales hubo divulgación y
adhesiones. Porque la luz es absorbida por la oscuridad cuando no
brilla intensamente, legítimamente, y cuando no resiste
tenazmente ante la adversidad y el desgaste del tiempo.
Somos
pocos, pero al menos algunos somos, dispersos por ahí, con la llama encendida porque nuestras convicciones y
nuestro esfuerzo por buscar la verdad han sido grandes.
Somos
pocos, y cada vez menos los que quedamos, porque "el
viento apaga las velas y enciende las hogueras", y hubo muchos que
se apagaron al menor soplido de la adversidad o de la duda, y muy
pocos que han resistido firmemente, encendidos, las tempestades
oscuras que azotan a todo aquél que está en este camino.
Somos
pocos los que quedamos, pero seremos cada vez más, con los que se sumen: no
teníamos Internet por aquellos años, y se nos decía que si
esto fuera la verdad, debería llegar a todo el mundo. Pues bien,
el avance de la tecnología parece haber respondido a esas
expectativas: aquí está, llegando a todo el mundo, este conocimiento revelado.
Conocimiento que, para la mayoría, será una mentira, pero que
la minoría por la cual tenemos esperanza, seguramente habrá de
identificarlo como verdadero. Verdaderamente transmitido por
seres cósmicos de Amor y Luz, para esclarecer y liberar del engaño a todos
aquéllos que procuran incansablemente la Verdad.
Esta
página web ha sido construida con el propósito de que cada
lector incorpore a su vida los conceptos y valores aquí
ofrecidos. Para que lleve adelante una existencia más digna; la
que merece un ser humano que se ha esforzado
por esclarecerse.
El día de mañana, otros irán abriendo nuevos espacios de divulgación. Pero aunque los futuros retransmisores de estos conocimientos irán siendo cada vez más, sabemos que el reino de la mentira seguirá vigente. Y que en medio de él deberemos seguir moviéndonos, sin que esto que conocemos y que divulgamos logre niveles masivos de aceptación y de difusión. No pretendemos cambiar el mundo, pues el mundo no quiere cambiar, ni permitir que ninguna verdad remueva sus falsas estructuras sobre las cuales funciona. Pero no podrá ser impedido que, en medio de esa inmutabilidad, logremos producir cambios de mentalidad en muchos. Porque no todos están rendidos, resignados y entregados al sistema que rige aquí: hay quienes están a la a la espera de algo que pueda darles las respuestas que el mundo y sus sistemas de creencias no les ofrecen. Y lo contenido en esta página está a la espera de esta clase de personas. Que, afortunadamente y pese a todo, las hay.
Parte II
UN MENSAJE FUERA DE CONTEXTO
EL MENSAJE CÓSMICO Y LAS JERARQUÍAS GALÁCTICAS
Más allá de los
planos galácticos, hay niveles a los cuales no pueden acceder ni
siquiera las más altas jerarquías de las galaxias.
Desde esos planos
extragalácticos, ha sido transmitida información que desmiente
lo que a nivel galáctico ha sido establecido como perteneciente
al Orden Universal y la evolución del ser.
Esa información es
resistida por los gobiernos galácticos, estelares y planetarios.
Porque al no tener acceso a los planos superiores, no pueden
constatar la veracidad de esa información.
La divulgación de esa
información es impedida y dificultada por quienes obedecen a las
jerarquías galácticas. Sólo quienes advierten la trama oculta
de manipulación de mundos, se rebelan y, al recibir la
información, la aceptan y, entre ellos, hay quienes cooperan
para difundirla.
LA FALTA DE CONTACTOS MÚLTIPLES
Los dos
siguientes textos fueros escritos por separado, en distintos
momentos. Aunque repiten conceptos, el propósito de publicarlos
es mostrar de dos maneras no del todo semejantes, con qué fin
llegó a la Tierra este mensaje cósmico y sin múltiples
contactados.
1
Muchas
veces me han dicho que si lo que estoy difundiendo, realmente
hubiera sido transmitido por seres del cosmos con el fin de que
llegue a todo el mundo, ellos habrían hecho múltiples
contactos. Suena lógico que así se piense. Porque, realmente,
esto que estoy haciendo es demasiado difícil y no tan expansivo,
y si fueran muchos los contactados y divulgadores, la tarea
sería más efectiva y sencilla.
Ésta es mi coincidencia
con esa gente que no cree en el mensaje porque no hay contactados
múltiples. De donde podría deducirse que tal mensaje debe ser
un invento de quien dijo haberlo recibido, no habiendo otros
receptores que sirvan de apoyo y den crédito a la existencia
real de este contacto. Ante esto, podría uno suponer que se me
puso en este cuerpo para que cumpliera la función de difundir
estas revelaciones, de modo que yo, así como algunos pocos que
también están en esto, llevemos el mensaje al mundo entero. Tal
suposición sería muy optimista, considerando que no hablo chino
ni tengo forma de lograr, salvo que pasaran veinte siglos, que
todo el mundo se entere del mensaje. En veinte siglos no se
conoció todavía a Jesús en gran parte de Oriente. ¿Por qué
habría yo de tener mejores posibilidades? Descartado, entonces,
que TODO el mundo pueda recibir el mensaje por mi intermedio y
por otros que están conmigo en esto, volvemos al punto de
partida: debería haber contactados múltiples. Como no los hay,
debiendo haberlos, la explicación es ésta: a las altas
jerarquías universales que hicieron el contacto con el único
receptor humano, no les interesa que el mundo se entere de nada.
Más aun, estas informaciones que han transmitido son ignoradas
en todos los mundos físicos de las galaxias. No corresponde
bajar a estos planos a impartir enseñanzas sobre planos
cósmicos ajenos y superiores a las realidades galácticas.
Estos seres vinieron,
muy puntualmente, a contactar a semejantes suyos que habían
venido a parar aquí en medio de grandes conflictos cósmicos.
Llegaron hace millones de años, quedando sometidos a la
condición física humana, y sus mentes quedaron bloqueadas. Al
llegar en busca de ellos, las altas jerarquías universales los
contactaron y les transmitieron a sus conciencias toda esta
información que, interiormente, tenían almacenada. De ese modo,
el conocimiento recibido en los contactos les permitiría
recobrar parcialmente el estado de conciencia cósmica que
tenían adormecida.
Logrado esto, esos seres
que vivían como humanos, con la conciencia ya reabierta,
podrían cumplir en la Tierra con el propósito de localizar a
otros. Otros que tuvieran un valor superlativo a nivel universal.
Porque, según Ellos dicen, "uno solo que sea rescatado de
este mundo nefasto, tendrá el valor de mil galaxias". Así
se dio inicio a la difusión del mensaje. Para lograr la
aproximación de quienes tuvieran la posibilidad de luchar por su
"salvación". Porque a la luz del mensaje recibido, la
nueva mentalidad podría hacer que las pobrezas interiores se
reemplazaran por brillanteces. Y con la vibración energética en
más alta frecuencia, la posibilidad de salvarse, a bordo de la
nave evacuadora, sería mayor que la de quienes ignorasen o
negasen el mensaje.
Así, se fue
constituyendo un sectario grupo en el que sus
líderes-contactados mentalizaban a los adeptos para que se
sintieran distintos del "hostil y nefasto" mundo de
"allá afuera" (la sociedad en general). Todo esto,
producto de que las altas jerarquías universales sólo se
proponían la "salvación de unos pocos
elegidos", tras lo cual este mundo, esta galaxia y
galaxias enteras serían destruidos.
Dejo aclarado, entonces,
que el mensaje cósmico que estoy difundiendo no fue transmitido
ni para esta humanidad ni tampoco para la de ningún otro mundo
galáctico. Es un mensaje que, desde el principio, pretendieron
que fuera para unos pocos, y que, por una insurrección como la
mía, ahora está al alcance de muchos.
Los dos contactados que
recibieron esto, hicieron en su momento el intento de darle
difusión masiva. Fracasaron. Por ineptitud para conducir un
grupo humano sin convertirlo en una secta destructiva
(psíquicamente para sus miembros). Ambos líderes fueron un
verdadero fracaso. Cientos de adeptos terminaron dándoles la
espalda y alejándose. La mayoría dejando de creer en el
mensaje.
Tuve que trabajar mucho
para rescatar al mensaje de ese descrédito en que había caído.
Rescatarlo de los manoseos humanos y cósmicos de los que se lo
hizo objeto. Limpiarlo de las suciedades mentales con que se lo
contaminó. Liberarlo del hermetismo en que se lo seguía
manteniendo como patrimonio de unos pocos, incluso con
restricciones a nivel editorial, como si la libre publicación de
un conocimiento tal, no fuera lo que le corresponde a una Verdad
cósmica que la humanidad debe recibir.
Tuve que salir a hablar
cuando ya no lo hacían los que encabezaban esta misión. Cuando
todo el plan de difusión terminó en el más rotundo fracaso y
toda esta lucha cesó, y los líderes pasaron a cuarteles de
invierno, salí al frente a librar el combate actual. Cuando los
que debían ir al frente hasta el final en esta lucha, se
quedaron en la retaguardia (universal o terrenal), yo estaba a la
vanguardia en radios y programas de TV, en conferencias,
difundiendo esto.
Ëste no fue, no
pretendió ser un mensaje para toda la humanidad. Pero llegado a
mis manos, no podía ser para unos pocos: no podía alguien como
yo seguir en esa misión. Debía yo cumplir otra función, una
que no fue aquélla para la cual vine a este cuerpo, a colaborar
con el rescate de unos pocos. La otra función consistiría en
que esto llegue a todo el mundo. Este propósito no obedece a
ningún mandato que se me haya dado: es una decisión personal.
Queda en la decisión
personal de cada uno, si va a dedicarse a buscar a unos pocos que
deban ser "salvos", o si la lucha debe apuntar a otra
cosa. Yo estoy en otra cosa, diga lo que diga o haga lo que haga
quien o quienes hayan dispuesto esta misión a la que fui
integrado.
Elija cada uno su
destino. Tal vez no esté preparado, y deba ser construido. Al
mío, no lo acepté programado como se me puso: lo rediseñé yo
mismo.
2
Es comprensible que
mis argumentos parezcan infundados, considerando que los seres
cósmicos cuyo mensaje retransmito, no han efectuado contactos y
transmisiones múltiples en el planeta, de modo que el mensaje
cuente con suficientes divulgadores para que parezca más
creible.
Debo explicar que los
transmisores de dicho mensaje no tienen el más mínimo interés
en que la humanidad sepa lo que ellos dicen. Porque han venido a
efectuar una búsqueda selectiva de personas que, cósmicamente
en espíritu, pertenecen al nivel de ellos. En otras palabras,
esos seres vinieron a buscar a algunos de los suyos que están
aquí, y el contacto con ellos y las transmisiones que les
hicieron, fueron para prepararlos, y no para que difundieran
mundialmente la información recibida.
Sin embargo, dentro de la libertad que como
humanos tuvieron, estos contactados revelaron lo recibido y la
información trascendió. Pero dentro de las limitaciones de una
misión que nucleaba a cierta clase de seres, y que no pretendía
una difusión masiva, esa trascendencia fue mínima.
Por eso, la información
que transmito no tiene, para ser creíble, el respaldo de contar
con tanta gente como la que tienen las líneas contactistas de la
Confederación Intergaláctica. Haber salido a dar este mensaje
careciendo de puntos de apoyo en otros contactados, implica estar
en una desventaja de la que nadie de "Allá Arriba" me
va a venir a sacar, porque allá no les interesa que yo lleve
esto al mundo entero o que no lo haga. Los que sí pueden tener
interés en que esto se difunda, deberían ser las jerarquías
cósmicas de estos planos bajos de la galaxia. Y los propios
habitantes de la Tierra. Como a nosotros nos interesa difundir
este mensaje que era para unos pocos, lo hacemos masivo cuando
era selectivo o en cuentagotas. Pero eso no implica ninguna
modificación del plan de quienes lo trajeron: no habrá
contactados múltiples a los cuales recurran para que todo el
mundo se entere de estos conocimientos.
Esas altas jerarquías
universales no pretenden que los seres de los niveles galácticos
sean sometidos a un salto de conciencia, haciéndoles aprender
cosas que sobrepasan la experiencia que deben vivir en estos
planos del cosmos. Ni siquiera pretenden llevar a los mundos
sometidos a la negatividad, la información esclarecedora sobre
la causa de todos los conflictos cósmicos, para que se sepa lo
que realmente pasó y se revierta la historia de cada mundo.
Pareciera ser que no hay intención de ningún despliegue de
enviados a cada mundo a llevar este mensaje. Pareciera que lo que
para ellos corresponde es que los ciclos de esos mundos se
cierren y que, luego de eso, los seres salidos de tal experiencia
sigan con su búsqueda ascendente de desarrollo de la conciencia,
de manera que, alguna vez, alcancen el conocimiento de todo lo
que hay más allá de la experiencia vivenciable en estos niveles
cósmicos. Y no que ese conocimiento tenga que venir a ser
transmitido desde niveles más altos.
Por lo tanto, sabiendo
que tenemos en nuestras manos información que no corresponde a
este nivel de experiencias cósmicas en que estamos, debemos
tener presente que esa información no era para nosotros. Que era
para seres ajenos a estos niveles, que debían ser localizados
aquí y contactados mediante este mensaje, para reactivarles sus
conciencias que aquí estaban bloqueadas. Seres que, por vivir y
sentir como humanos, no pudieron evitar su necesidad emocional de
intentar una transmisión masiva de este conocimiento que se les
revelara. Tentativa que fracasó, cuando sólo unos pocos entre
muchos que recibieron el mensaje, sintonizaron con él. Como si
eso dejara demostrado que información sobre una realidad
cósmica ajena al plano de experiencias vivenciables, no tiene
fines pragmáticos, y que será tomada como mentira o fantasía
por quienes no estén en el nivel de conciencia cósmica del
mensaje que se transmite.
Esta información no era
para nosotros, no era para la humanidad. Pero las circunstancias
nos llevaron a encontrarnos con la información, o la
información fue llevada por circunstancias a encontrarnos a
nosotros. Y a partir de ese momento se toma una decisión:
negarse a hacer de este mensaje un factor de cambio de nuestro
destino, y continuar con el curso que llevábamos, o iniciar una
nueva vida. Esta segunda alternativa implica el reconocimiento de
que toda nuestra vida hemos estado creyendo en mentiras y
falsedades, y que hemos sido unos míseros esclavos manipulables.
Para no tener que admitir esto, lo mejor es decirse a sí mismo
que este mensaje es falso. Así se puede seguir viviendo como
hasta ahora, sin tener que reformular conceptos de esencia y
existencia. Pero si se elige admitir la veracidad del mensaje, y
uno se propone compartirlo con otros, divulgarlo, está la
posibilidad de propagación de estas revelaciones del cosmos. No
depende de los altos mandos universales: depende de nosotros.
Nadie nos ayuda desde arriba ni nos impide que llevemos adelante
esto.
Desde los altos planos
consideran que el conocimiento debe ser alcanzado ascendiendo
hacia él, y no haciéndolo descender a quienes no están en el
grado de evolución necesario para asimilarlo. Algo parecido
sucede cuando los que estamos aquí difundiéndolo, decidimos a
quién hablarle y a quién no sobre esto, de manera que
respondemos preferentemente a quienes se muestren en ascenso de
conciencia mediante sus indagaciones insistentes. Por semajanza,
diríamos que los habitantes de otros mundos de planos
galácticos, si creen estar en la verdad y no buscan un ascenso
de conciencia, no van a recibir este conocimiento ni de arriba,
ni de nosotros que estamos acá abajo. De quienes, como todo
maestro que aprende del alumno, se puede aprender aunque les
parezca que no es posible.
El conocimiento fue
revelado, en este insignificante mundo, para seres que no eran de
aquí, y no para nosotros. Pero ahora que tenemos este
conocimiento, y que podemos ofrecerlo tanto a la humanidad de la
Tierra como a la de otros mundos galácticos, ¿acaso vamos a
decir que es un conocimiento tan fuera de nivel, que no nos
corresponde transmitirlo? ¿van a decir seres humanos de la
Tierra y de otros mundos, que no les interesa porque no es algo
que se haya venido a traer masivamente a todo el mundo y a todos
los mundos? Pues sí, podríamos no querer transmitirlo para
quienes no quieran que se les transmita. De todos modos, le
manifestamos a la humanidad y a los seres de otros mundos que se
contactan con gente de la Tierra, que este conocimiento existe,
que está para quien desee recibirlo. Fuera de todo plan
universal, pues no lo hay para que en las galaxias esto sea
revelado. Pero nosotros podemos hacer que estas revelaciones que
han llegado hasta aquí, se expandan por el mundo y por otros
mundos. Es nuestra libertad como seres en evolución. Nosotros
los divulgadores hemos elegido hacerlo, hacia todo el mundo y
ofreciéndolo a seres de otros mundos.
Desde un mundo tan
imperfecto como la Tierra, aunque parezca mentira, podemos llevar
mediante este mensaje, iluminación a otras esferas superiores a
ésta. Lo cual será posible si en ellas se admitiera que esto es
real, que un mensaje completamente fuera de contexto cósmico ha
venido a parar aquí, que hay quienes lo tenemos y que puede ser
retransmitido. Para eso estamos. Y esperamos que en éste y en
otros mundos haya disposición para recibir este mensaje, para
que la transmisión de nuestra parte pueda efectuarse.
Mi forma de transmisión
del mensaje hasta aquí, para ser más simple a las posibilidades
de comprensión, ha dejado de lado terminología y conocimientos
que fueron dados por los mensajeros cósmicos. También he
omitido durante varios años las referencias a nombres de quienes
mantuvieron este contacto y el grupo por cuya denominación
sería identificable la fuente de lo que he publicado hasta
aquí. Pero el lector llegará, en otra sección, a un punto en
el que encontrará los nombres y datos que, para que todo se
sepa, ahora estoy dispuesto a revelar.
EL OCULTAMIENTO Y LA REVELACIÓN DE LA VERDAD
La ignorancia humana
siempre ha sido más que suficiente para que debiera ser
erradicada del planeta, como primer propósito de todo gobierno,
para que la sociedad funcione mejor. Sin embargo, siempre se supo
que ella es necesaria, útil y favorable a los gobiernos para
manejar a los pueblos. Por lo tanto, vemos la diferencia entre la
teoría política del logro de una mejor sociedad mediante un
mejor ciudadano, y la práctica pseudopolítica del logro de una
peor sociedad mediante un peor ciudadano, siendo que esa sociedad
peor es manipulable, controlable, utilizable, esclavizable y
redituable para quienes tienen el poder.
Pretender que una
nación o que un mundo puedan deshacerse de la ignorancia estando
bajo el poder de quienes procuran mantenerla, no es posible para
los pueblos ni es permisible para sus gobernantes. Cuando las
personas menos ignorantes quieren iluminar las mentes más
oscuras, se dan cuenta de que el eclipse provocado por los
poderes que favorecen la ignorancia contrarresta toda luz que se
pretenda brindar. Se llega a la conclusión de que no hay que
darle conocimiento a quien no lo pueda asimilar.
Historia y perspectivas futuras
La humanidad ha
tenido, durante milenios, sus diversos transmisores de
conocimiento para la iluminación del ser, y ninguno de ellos ha
pretendido que su mensaje llegara a todo el mundo. Tanto se
tratara de humanos en grado superior de conciencia, como de
enviados a la Tierra procedentes de otros mundos o dimensiones,
ninguno vino a producir modificaciones radicales en el agónico
proceso decadente de la humanidad. Más aun, hasta han anunciado
las penurias a sufrirse hasta que el ciclo de la actual humanidad
concluya, sin que el conocimiento revelado llegara a ser
patrimonio de todos desplazando a la ignorancia. Es decir, esos
mensajeros de conocimiento cósmico, espiritual, no vinieron a
arreglar el mundo, a poner fin a la ignorancia, a dignificar la
existencia e implantar la justicia. Vinieron a decirnos que todo
seguirá igual hasta que termine, y que a lo sumo podrán
encontrar la luz aquellos pocos que serán los
"elegidos" entre todos los llamados.
Ante semejante
diagnóstico, surge la consecuente resignación a que nadie
vendrá de más allá de la atmósfera a poner remedio a los
males del mundo. Que los extraterrestres seguirán sobrevolando
el planeta, observando, contactando a unos pocos para dar sus
agoreros mensajes de los famosos tres días de oscuridad, de las
catástrofes para las que habrá que prepararse, de la
evacuación de los elegidos... Mientras que al resto de la
humanidad seguirán sin transmitirle mensaje alguno, pudiendo
hacerlo si quisieran, dada la tecnología de que disponen. No
quieren intervenir en el destino de la humanidad, porque la ley a
la que obedecen les impone no interferir en la evolución de las
humanidades atrasadas, que deben buscar por sí mismas su
perfeccionamiento. No importa -no les importa, parece ser- si
esas humanidades, en realidad, no es que estén atrasadas, sino
que son vestigios de civilizaciones avanzadas destruidas. Que
poseen en los genes y en las memorias extracerebrales -en el
espíritu- un conocimientoo superior, archivado, bloqueado. Que
ese bloqueo les fue producido mediante ingeniería genética, por
agentes conspiradores contra la normal evolución, que condujeron
a la ignorancia a seres con conocimiento, impidiéndoles
utilizarlo. No parece importarles a los extraterrestres que pasan
en sus naves, que esta humanidad está como está por lo que le
ha sido hecho, y que eso debiera ser reparado por alguien de
afuera, ya que desde afuera es que fue operado el gran daño.
Pero la mayoría de los mensajeros extraterrestres no hacen
mención de tal conspiración de que ha sido objeto la especie
humana. Y les dicen a los contactados, que nosotros debemos
arreglárnoslas como podamos, porque hemos sido nosotros los
causantes de todo lo malo que nos pasa. Que ellos no pueden hacer
nada por nosotros, porque es contra la ley cósmica de la
evolución autónoma de los mundos
¿"No-interferencia" o no-revelación de la verdad?
Si la autonomía de
la humanidad no fue permitida, porque desde afuera hubo quienes
vinieron a interferir sometiendo a los seres a la ignorancia,
debería haber alguien de afuera que viniera a liberar a las
víctimas de esa conspiración. Y no dejarlas sufriendo lo que se
les ha hecho, con el pretexto de que "no se debe
interferir". Esa liberación requeriría, ante todo, la
revelación de una verdad que en la mayoría de los mensajes
extraterrestres sospechosamente se omite: que aquí o algo ha
fallado, o que en realidad no es falla, sino un propósito
maquiavélicamente bien orquestado para que todo funcione
anormalmente. En la mayoría de los mensajes extraterrestres se
da a entender que no hay ninguna falla, sino que hasta en los
hechos más catastróficos y las injusticias humanas más
atroces, "el plan divino se cumple al pie de la letra".
Que todo lo aparentemente negativo que sucede "es parte
natural de la evolución".
Muchas personas no
aceptan que lo dicho en tales mensajes pueda ser veraz, que esto
pueda ser parte de un plan divino, de una natural evolución.
Tales personas pueden preguntarse si los extraterrestres están
diciendo tal cosa porque pretenden mantener en el engaño a la
humanidad, para que persista el proceso de su decadencia, o si
será porque la humanidad no está preparada para escuchar que
aquí no rige ningún plan divino y ninguna natural evolución. Y
que, en tal caso, conviene decirle lo que quiere escuchar. Para
que todo parezca estar en orden y no haya motivo de alarmarse.
Después de todo, cuando todo el teatro del engañoso mundo
termine alguna vez, ya habrá tiempo, millones de años de
tiempo, para que las víctimas de esta experiencia anormal
descubran que todo fue una farsa, un proceso fuera del orden
universal, durante el cual había sido conveniente que no
supieran la verdad, para que sufrieran menos. Para que la
ignorancia permitiera, al menos, una cuota de dicha en el diario
existir, manteniendo un cierto grado de paz, de frecuencia
vibratoria no tan baja; mientras que la revelación de la verdad
generaría conflictos, inestabilidad, peligro de bajar de
frecuencia y provocar males mayores que los existentes.
Sin embargo, aunque
hay en el cosmos quienes piensan así, manteniendo a la humanidad
en los goces de la ignorancia, transmitiendo mensajes que no
cometan el error de revelar nada que provoque algún conflicto,
parece ser que allá arriba no todos piensan lo mismo. Hay
ciertos tipos de seres que sí han venido a revelar que aquí las
cosas no responden a ningún plan divino, a ningún orden
cósmico natural y normal, y que ha existido una conspiración
operada por mentes cósmicas enfermas que generaron los males del
mundo. Que la negatividad no sólo no es necesaria como escuela
de evolución de la conciencia, sino que hasta es contraria a las
posibilidades de evolución del ser. Por lo cual ha sido empleada
para corromper a los habitantes de mundos como la Tierra, y no
para que evolucionen. Los seres que en sus mensajes han
transmitido esa información, sin embargo, tampoco parecen
empeñados en efectuar transmisiones masivas, permaneciendo en
sus selectivos y limitados contactos con algunas personas
receptoras.
Vemos, entonces, dos
clases de mensajes: los que omiten y los que revelan lo que ha
pasado en este mundo. Unos parece ser que no están interesados
en que se sepa lo ocurrido, o tal vez están interesados en que,
directamente, no se sepa. Los otros, parecen interesados en que
cierta gente lo sepa. Pero en ambos casos, la coincidencia es que
ni los unos ni los otros consideran que la humanidad, en su
totalidad, deba enterarse de la verdad. Por lo menos no en el
actual ciclo decadente de la civilización. Se habla del
advenimiento de un "Nuevo Hombre", una "Nueva
Tierra", una "Nueva Era", con un grado de
conciencia que podrá comprender muchas cosas que recién
entonces, tal vez, sean reveladas.
Qué puede pasar con una revelación masiva
Mientras tanto,
¿qué hacer con las revelaciones aisladas, selectivamente
efectuadas a ciertos individuos, si no es conveniente que todo el
mundo las conozca? ¿Qué pude hacer un individuo de esos, con
información reveladora, que le ha llegado de extraterrestres que
prefieren decir la verdad en vez de omitirla en sus mensajes? Si
tal verdad no es para todos, sino para algunos, ¿no irá contra
ciertos planes cósmicos el hecho de transmitirla por medios
masivos? ¿No causará conflictos en quienes puedan escucharla?
¿Qué sentido tiene transmitirla si, de todos modos, el mundo
seguirá su curso? ¿O acaso es una verdad tan evidente que es
capaz de cambiar el curso del mundo, y por eso vale la pena
transmitirla?
Para saber qué tan
posible es que una verdad llegada del cosmos, cambie el destino
de la humanidad, veamos en qué les ha cambiado el destino a
ciertas personas el descubrimiento de ciertas verdades
transmitidas por extraterrestres. Luego de ser efectuada la
referida transmisión por parte de esa clase de extraterrestres
que revelaron lo que los de la otra clase no dijeron, los
mensajes fueron difundidos, muchos los aceptaron como ciertos,
pero sólo una mínima parte de esa gente se hizo activamente
retransmisora de tal información. Podría pensarse que una tal
verdad es suficiente para movilizar a cualquiera a ir contra la
corriente del mundo y contra los molinos de viento, para que
todos la escuchen. Sin embargo, esto no suele suceder en la
mayoría de los casos. La mayoría de los que se dan cuenta de
que, al descubrir la trama oculta de la historia y prehistoria de
la humanidad, pasan a ser individuos diferentes, y temen ser
descubiertos como tales, por lo que se abstienen de hablar de lo
que han descubierto. Pretendiendo pasar inadvertidos en la
sociedad, hacen que la verdad que les ha sido revelada pase
inadvertida por muchos que podrían enterarse si la compartieran
con ellos. Por lo tanto, esos poseedores de la revelación no han
cambiado radicalmente luego de recibirla. Siguen con sus temores,
siguen con sus precauciones para no arriesgarse a caer bajo el
juicio ajeno, siguen con sus rutinas esclavizantes, con sus
vicios, con sus defectos que ni siquiera procuran tratar de
corregir. Y siguen siendo iguales a cualquier persona que no
posee el conocimiento cósmico y espiritual del que ellos
disponen. Así demuestran que si en ellos la verdad cósmica
recibida no ha tenido más fuerza que sus miedos y que su falta
de voluntad de lucha interior, lo mismo habrá de pasar
multiplicado por miles de millones, si toda la humanidad se
enterara de esa verdad oculta reservada a unos pocos.
También hay casos de
individuos que, al recibir la revelación, tuvieron
transformaciones tales, que la divulgan sin temor a lo que digan
los demás, y que han hecho procesos de perfeccionamiento
interior, que parecen dar esperanzas al mundo: si ellos pudieron
cambiar gracias a esa verdad, el mundo puede cambiar
Pero esos casos han sido
y siguen siendo una minoría, por lo que la realidad es que las
posibilidades y esperanzas de cambio para el mundo son
proporcionales a esas cantidades. Si pocos reaccionan
positivamente ante la revelación, y muchos siguen su inercia, ni
la más grande y evidente verdad tiene la fuerza suficiente para
cambiar a la mayoría de la gente y al curso del mundo. ¿Vale la
pena transmitir tal conocimiento cósmico a todos? ¿No será
mejor mantenerlo fuera del alcance de la mayoría, donde sólo
puedan llegar quienes estén a la altura de él?
Por alguna razón (o
sinrazón, el tiempo lo dirá
) las informaciones sobre la
gran manipulación cósmica, transmitidas por los extraterrestres
reveladores, están siendo divulgadas en forma paralela a las
transmitidas por los extraterrestres ocultadores. Publicadas en
medios de tanto alcance como Internet, van encontrando respuesta
a favor, en contra, neutra, y en cualquiera de los tres casos, un
interrogante en común: si acaso esto es verdad, ¿por qué los
extraterrestres no lo transmiten masivamente, en vez de a sólo
algunos pocos contactados? Los que ante esas informaciones se
ubican entre el neutro y en contra, se preguntan: ¿por qué va a
ser verdad esto, y no lo de los otros extraterrestres, que hablan
de que estamos en el plan divino y en un proceso evolutivo
natural, donde la negatividad es necesaria como escuela? Como,
por parte de los extraterrestres reveladores, no hay planes de
transmisión masiva para ser más creíbles que los ocultadores,
parece ser que no les importara quiénes de los dos lograrán
más adhesión. Quizá por saber que, aunque dando mensajes y
pruebas convencieran a todo el mundo, no lograrían que el mundo
cambie. Y por lo tanto no tendría sentido ningún plan masivo de
transmisión.
Reveladores-retransmisores extraterrestres encarnados como humanos
La pregunta,
entonces, es: ¿para qué una transmisión extraterrestre
selectiva, a determinadas personas, que operen una retransmisión
masiva por Internet, medios de prensa, libros, conferencias y
otras vías de información? Si muchos seres de otros mundos han
tomado cuerpos humanos, naciendo como cualquiera nace, sin ser
conscientes de su procedencia (salvo algunos casos de quienes sí
lo son), se supone que entonces los extraterrestres están aquí
mismo, efectuando la transmisión masiva como humanos, pasando
inadvertidos hasta para sí mismos. Sin necesidad de que bajen en
una nave a decir las cosas, y asusten a medio mundo.
Si tal es la estrategia
de transmisión de información, podría entenderse, entonces,
por qué el mensaje llega en cuentagotas y por qué es
retransmitido con tantas limitaciones y dificultades, siendo
rechazado por la mayoría y aceptado por una minoría Se
entendería que los extraterrestres que transmiten desde el
cosmos, no están interesados en transmitir la información
masivamente ellos mismos, porque esa tarea le corresponde a los
extraterrestres que reciben y retransmiten viviendo como humanos
en la Tierra. Por lo tanto, debería entenderse que el desarrollo
y crecimiento de la divulgación mundial del conocimiento
revelado no está en manos de seres que andan en vehículos
espaciales, sino de seres que usan vehículos corpóreos con los
pies sobre la tierra. Que son parte de la humanidad, por las
circunstancias que los trajeron a este mundo procedentes de otros
lugares. Que les corresponde hacer que la humanidad se entere de
las verdades y de las mentiras de toda la historia del mundo, si
consideran que es conveniente, y si no, hablarán lo
estrictamente necesario en las situaciones adecuadas.
La revelación y el "orden establecido"
La ignorancia humana
siempre ha sido más que suficiente para que debiera ser
erradicada del planeta. Para que la sociedad funcione mejor. Para
que el individuo tenga un pleno desarrollo biopsicoespiritual.
Los que tienen el poder político, religioso, económico y
militar, han procurado preservarla en los pueblos para
beneficiarse con ella. Los que tienen el poder cósmico de
transmitir conocimiento, no lo han hecho masivamente, porque
saben que la ignorancia es a prueba de cualquier sabiduría que
la amenace, por lo que ella tiene sus mecanismos de defensa, de
supervivencia, y de ataque destructivo contra todo aquello que
pueda traer luz donde está la oscuridad. Contra esos mecanismos,
tanto los transmisores extraterrestres como los retransmisores
humanos saben que no se puede, razón por la cual son partidarios
de que el conocimiento revelado no sea para cualquiera.
Pero cuando cualquiera
llega al conocimiento por alguna vía de información, como
Internet, un programa o algún medio gráfico, es inevitable que
a cualquiera que no esté a su altura le moleste, le parezca
engañoso, ofensivo, peligroso para el orden público, para la
estabilidad mental y emocional de quienes lean o escuchen eso. Y
como es mayoría la gente que reacciona así, habría que
preguntarse si es correcto exponerla a un conocimiento tan
conflictuante que sólo una minoría está en condiciones de
asimilar, y si por una minoría que sepa aprovecharlo, vale la
pena poner las cosas al alcance de todos. A la vista y oídos de
una mayoría a la que, de ese modo, no se le estaría respetando
su derecho a seguir en la ignorancia y en creencias engañosas.
Habría que
preguntarse si se le está dando a esa gente, miles o millones de
años antes de tiempo, una información que algún día, en éste
o en otro mundo, podrá recibir cuando las condiciones sean
propicias, y no como ahora. Habría que preguntarse si una
revelación efectuada en un mundo de ignorancia, no será acaso
un salto que omite pasos, y si saltearlos va contra reglas
cósmicas. Reglas por las cuales la ignorancia debería
continuar, al igual que los poderosos de los gobiernos, de las
religiones, de la economía y de las milicias, que se aprovechan
de los pueblos ignorantes. En tal caso, habría que preguntarse a
qué directrices obedecen tales reglas, y si romperlas es para
mal o para bien del Universo. Si lo correcto es el ocultamiento o
la revelación de la verdad. O ambas cosas según el caso y las
circunstancias; según a quién, en qué situación.
Por lo pronto, estamos
ante la evidencia de que a nadie fuera de la Tierra le parece que
haya que revelarle al mundo, a todo el mundo, verdad alguna para
que la ignorancia termine de la noche a la mañana. Por lo cual,
los que estamos como humanos en este planeta, seamos o no de esos
extraterrestres que han venido a tomar cuerpos, tampoco tenemos
por qué tratar de evitar que sigan pasando miles de noches y
mañanas con la ignorancia sustentando la cima del poder. Así
que, aunque haya llegado un conocimiento cósmico que pueda
desenmascarar la gran farsa de la obra de este mundo, y aunque
esto esté a disposición para ser retransmitido, ignorarlo,
dejarlo guardado, callarlo, son una alternativa respetable.
Si al final de esta
existencia, algún jurado cósmico nos reclamara por qué no
divulgamos esa verdad pudiendo hacerlo, tendremos la excusa de
que "todo a su tiempo, paso a paso, y no era el
momento
ya se sabrá todo dentro de miles o millones de
años". Pero en caso de hablar la verdad en forma masiva, si
algún jurado cósmico nos recriminara por qué hablamos
indiscriminadamente para todos, si el conocimiento no era para
cualquiera, tendremos la excusa de que a nosotros no nos
importaron los "cualquiera", sino los "no
cualquiera" que estaban en medio de ellos, como la fina veta
de oro en la roca. Y que al noble metal había que extraerlo a
fuerza de golpes en la roca, por más que a la roca le doliera
que no fuera a ella a quien se buscara, sino a lo que entre ella
estaba aprisionado, escondido, invisible e inutilizado. Fuera de
la roca, el oro va camino a ser joya. Evitando tener que esperar
miles o millones de años para separarlo de lo impuro, lo que
vive a gusto con lo falso, con lo engañoso, con la ignorancia.
Ambas opciones están
dadas. El porvenir nos clasificará en el Gran Juicio, según
nuestro respeto a las reglas de "paso a paso, tiempo al
tiempo", o según nuestro desacato, movidos por el
"demos el gran salto, ahora o nunca". Las dos
alternativas parecen correctas. Por lo que el problema de las
elecciones posibles no plantea cuál es la que corresponde y
cuál la que no. Quizá no se vaya a medir con la misma regla al
que habló que al que calló. Cada uno habrá tenido su razón,
quizá las razones de ambos sean correctas, y la diferencia esté
sólo en la metodología. Hay en el cosmos quienes emplean una
metodología de transmisión de información que cambia las
estructuras mentales del ser humano, y quienes emplean una
metodología que deja esas estructuras como están. Hay en la
tierra personas con metodología transformadora, y otras con
metodología preservadora. Hay mensajes llegados del cosmos, que
se pueden usar para operar transformaciones, o que se pueden
callar para que nada sea transformado antes de tiempo,
considerando que vaya a existir tal tiempo futuro de
transformación. Y el problema es tomar una posición absoluta:
decir todo, o no decir nada. Porque, en general, estamos en
posiciones relativas en que hablamos o callamos según la
variabilidad de las situaciones.
Esa tendencia permite
suponer que no habrá en lo sucesivo, como no lo hubo hasta
ahora, ni un ocultamiento absoluto ni una revelación absoluta
por parte de quienes posean el conocimiento cósmico. Y que, si
como es abajo es arriba, tampoco podrá esperarse que el
suministro de información desde el cosmos se corte del todo o
llegue en torrentes; seguirá en cuentagotas. Goteo que seguirá
provocando sed por escasez, a quien deseara que llegara más
caudal de mensajes, pero que lo mantendrá irrigado al menos a
niveles de subsistencia en un mundo donde eso ya es bastante.
Goteo que seguirá perturbando, como la gota de la tubería cuyo
ruido fastidia, a quien deseara la paz de la ignorancia, de la
ausencia de cualquier conocimiento que pueda cambiarle la visión
de la realidad. Gotas de luz para saciar la sed de una minoría,
y para pasar inadvertidas en medio de la oscuridad mental de la
mayoría. Apenas una débil lluvia llegada desde el cosmos para
el riego de muchos, que no son mayoría, pero que no son pocos, y
que con la difusión creciente del mensaje, son más cada vez.
Que vinieran de allá arriba a desparramar un gigantesco caudal
de información para todos, no parece ser la idea. Y, como es
arriba es abajo, tampoco la idea es que personas que tengan la
información, abran las compuertas para que ella circule
torrentosamente por el mundo.
Así, entre la tan
medida provisión cósmica y la tan restringida difusión por los
retransmisores humanos, esta información, a la mayoría, no
tiene forma de parecerle tan real como la Coca-Cola o como
cualquier cosa palpable del mundo de la materia. A quien sepa que
esto es así, porque sabe cómo funciona el mundo, no le
resultará incomprensible por qué un conocimiento tan revelador
puede parecer increíble, discutible y falso, en un mundo hecho
al revés, donde lo falso está implantado como verdadero.
COMANDANTE CLOMRO
25 de noviembre de 2000