Parques
y Paseos públicos de nuestras ciudades se han convertido en
el reservorio de perros y gatos que la gente abandona a su
suerte con la esperanza, quizás, de que algún alma piadosa
quiera recogerlos y ocuparse de ellos.
La
única realidad es que estos animales abandonados se convierten
prontamente en un problema para ellos mismos y para las personas
del lugar. Parque Lezama, el Jardín Botánico, Parque Centenario,
entre otros, se ven invadidos por estos pequeños animales
que cuando suman un número que de algún modo molesta o llama
la atención de las autoridades son retirados... para
proceder a su exterminio.
Así han cobrado un "novedoso"
uso aquellas cámaras de gas que tan malos recuerdos traen
a la memoria de la humanidad.
Cada
tanto el problema recrudece y los canales de TV se ven copados
por las notas de grupos de vecinos, que elevan su voz para
reclamar por el derecho de estos pequeños "parientes" indefensos.
Sin
embargo, como todo problema, la solución se encuentra en el
seno mismo donde se crea.
*
PENSEMOS ENTRE TODOS UNA SOLUCIÓN POSIBLE QUE DESESTIME LA
MATANZA INDISCRIMINADA DE ANIMALES SANOS.
|