*****
Hubo una �poca en que todo era m�s f�cil.
Tu mam� decid�a que ropa te pon�as.
Te peinaba.
Te cuidaba.
Y cuando ten�as hambre, s�lo llorabas.
Ibas a ser abogado.
O tal vez ingeniero.
Pero un d�a, sin que te dieras cuenta, creciste.
Y aprendiste a decir que no.
No te conformaste.
Empezaste a tomar tus propias decisiones.
Y sentiste que quer�as cometer tus propios errores.
Entonces tomaste el camino m�s dif�cil.
El que no estaba hecho.
Te dedicaste a lo que realmente quer�as.
Te animaste a ser distinto.
Escuchaste esa voz que te sal�a de adentro.
Y por primera vez sentiste que pod�as.
Era tu lucha.
Tu convicci�n.
Y sin dudarlo arriesgaste todo lo que ten�as.
Porque en el fondo, sab�as que hab�a algo mucho peor que fracasar.
No haberlo intentado.
�No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudar�, siempre te sustentar� con la diestra de mi justicia.�
(Isa�as 41: 10)