Su padre ganó un concurso de nuevos talentos y decidió convertirse en artista. Su madre abrió un local de ropa para mantener la familia. Ambos fracasaron. El pequeño Robbie decidió intentarlo con una boy-band. El no fracaso.

Robbie habla mucho. Le gusta hablar, de cualquier cosa, incluso de los primeros años de Take That cuando "sólo cantábamos en clubs gays".

Todavía no escribía canciones, el compositor -y líder- de la banda era Gary Barlow: "Nunca me cayeron bien, salvo Marky. El pajero de Gary Barlow, que nunca tuvo idea de nada, era el único al que se le permitía tomar decisiones."

Renunció para tomarse su "fin de semana perdido": engordo, se emborracho en público y protagonizó incidentes olvidables en fiestas inolvidables. Reapareció con "Freedom 96", cover de George Michael que llegó al segundo puesto del ranking ingles.

Life Through a Lens, su primer disco solista, incluía "Angels": "El álbum había vendido algo así como 33.000 copias, luego vino "Angels" y repentinamente el álbum paso de 33.000 a 300.000 copias vendidas."

El éxito no ayudo: antes de irse de Take That, Robbie comenzó con la cocaína, en un boliche españ ol probo el éxtasis y siempre le gusto regar sus salidas con mucho, mucho alcohol. "La bebida y la cocaína vienen juntas, para mí. Si bebo, tengo sueño; así que tomo cocaína para despertarme, pero me pierde. Soy desagradable cuando tomo cocaína. Ojalá nunca la hubieran inventado. No sé si soy alcohólico. Lo que es cierto es que no sé tomar socialmente. Tomo sólo para emborracharme".

Al igual que Lennon, sus mejores temas son descripciones personales de defectos, errores y miedos. En South Of the Border predice: "Habrá lágrimas cuando me vaya/ pero no duelo/ porque la ciudad olvida pronto/ Para mí es mágico/ pero para el que me alquila el departamento es trágico/ porque le queda un cuarto vacío", y en "Old Before I Die" confiesa: "Espero ser viejo antes de morir/ espero poder recordar estos días/ pero esta noche voy a vivir como si fuera la ú ltima".

Arrogante, exhibicionista, inmaduro y cómico, se ríe de si mismo y de sus antecedentes familiares: "Mi aliento huele a miles de cigarrillos/ y cuando bailo me parezco demasiado a mi papá". Cuando recibió el premio a Mejor Solista en los MTV Video Awards del 2000 agradeció "por mis varias casas, mis autos último modelo, mis millones y mi novio supermodelo".

Todo parece caber dentro del universo Williams; el mismo juega constantemente con su imagen: niño malcriado, sensible y fino songwriter, actor... "Mi vida es como el Truman Show. Todo el mundo sabe cuándo y dónde me mudo, o lo que desayuno cada mañana. Tengo una percepción completamente distorsionada de la realidad. Hace diez años que no tengo realidad. La prensa siempre cuestiona cuán de verdad soy. Pero no soy demasiado real. Soy un showman, un resultado de la industria del entretenimiento."

En su último disco, Swing When You're Winning, se mide con Frank Sinatra, Nat King Cole, Dean Martin y Sammy Davis Jr. Seguramente le hubiera gustado estar en el rat-pack, bebiendo martinis y persiguiendo coristas. Cinco décadas después, se da el gusto de hacer un dueto con Sinatra en "One for my Baby" y con Nicole Kidman en "Something Stupid".