CÉSAR ALBISTUR VILLEGAS
AL PUEBLO DE MORON
“El país entra en una nueva época. Triunfantes las armas de la. Revolución iniciada el 16 de setiembre, los hombres que actuamos en el Gobierno que ese movimiento militar depusiera, y que tenemos conciencia de nuestra responsabilidad, estamos obligados a dirigirnos al sector de pueblo que nos depositó su confianza para rendirle cuenta., con sinceridad y claridad, de nuestro comportamiento.
Comenzaré por decir algo que estimo fundamental: no me arrastra el torbellino del éxito adversario, y las claudicaciones a costa del honor y la vergüenza no se han hecho para mí. Considero la obra del General Perón en integridad y no solamente a través de sus errores. Y la considero grande. Sentado ello, admito que sus errores, sobre todo en el orden político y en la selección de sus colaboradores inmediatos, pudieron ser muchos y graves.
Lo malo es que muchos que hasta el 16 de setiembre cantaban loas a esta situación y hasta fueron ejecutores materiales de violaciones legales o morales, creyeron adaptarse cómodamente al cambio trocando en sus solapas el escudo peronista por la escarapela.Nosotros adoptamos otra postura.
Nadie nos puede enrostrar, aquí en Morón, haber cometido ninguno de los hechos lesivos a la libertad ciudadana de que se acusa, desde el gobierno revolucionario, al peronismo.No solamente los actos electorales y sus prodromos fueron en nuestro Partido, invariablemente, ejemplares contiendas democráticas, sino que todo el proceso comicial se inspiró siempre en prefijadas normas de respeto, corrección y consideración vecinal. No hubo jamás un vecino de tendencia política opuesta a la oficial que recurriera a reclamar un derecho o realizar un trámite en la Municipalidad y se sintiera injustamente tratado. En las designaciones del personal comunal no se exigió nunca ni afiliación ni contribución regular para el partido oficial, aunque, como es lógico y se hace en cualquier gobierno, se buscó la colaboración de los allegados políticos para asegurar la eficacia de la gestión y la solidaridad en los altos propósitos que nos guiaron.
Ningún periodista puede negar honradamente que jamás, desde el gobierno local, fué molestado por la expresión de sus ideas u opiniones; aunque en muchos casos éstas pudieron excederse en términos licenciosos u ofensivos.Todos los actos de la administración municipal tuvieron el sello de la decencia y del servicio a Morón por sobre cualquier circunstancia. Cuatro pruebas interesantes del clima político local pueden ser las siguientes: 1) Las Ordenanzas Municipales desde 1948 a 1955, en un 90 %, fueron aprobadas por el voto unánime de peronistas y radicales, únicos sectores que integraban el Concejo Deliberante; 2) Nunca fue cerrado un debate en el que la oposición quiso manifestarse, y nunca fue negada ninguna investigación administrativa a la oposición; 3) El Cura Párroco de Morón, R. P. Juan Pressas Serra, ha expresado, en la Misa del día 25 de setiembre de 1955, su reconocimiento público hacia la conducta de las autoridades locales para con la Iglesia, en todos los momentos; y 4) Que la única lucha violenta que alguna vez hubo de sostenerse en el plano político, la entablamos con hombres de nuestro propio Partido, a quienes entendíamos desviados de los altos objetivos de la acción que nos inspiraba. Pero siempre, éstos se sentían y manifestaban más peronistas que nosotros y eran amparados por “influencias” nacionales y provinciales; aunque ahora no los encontremos, a unos ni a otros, por ninguna parte.
La administración municipal, desde 1948 hasta la fecha de su entrega por el digno y honestísimo intendente Eugenio Pérez Quintana, todo el mundo la conoce, y hay un solo juicio acerca de ella: fue, no solamente ejemplar en la corrección de su desempeño, sino -podernos decirlo sin modestia y con orgullo legítimo- de lo mis progresista., serio y respetado entre todas las administraciones comunales de la República.. Quedaron en caja, al 21 de setiembre, más de seis millones de pesos. Se llevaron a cabo obras de excepcional importancia, para las cuales no contrajimos, como lo hicieron los últimos gobiernos conservadores y radicales, ningún empréstito. No dejamos deudas, ni embargada la Municipalidad, como la encontramos. En cambio, hemos llevado a cabo realizaciones de todo orden para el progreso de Morón y el bienestar de sus habitantes: Municipalización del Policlínico, Cuerpo de Bomberos, Hogar de Ancianos, Policía Municipal, Equipos de Pavimentación (aplanadoras, 8 tractores, máquina para el riego a petróleo), Motoniveladora, 7 camiones, equipos de limpieza y riego, 3 ambulancias (cuando llegamos no había ninguna) 8 automotores varios, Construcción de edificios comunales por valor de varios millones de pesos, instalación de talleres, Guardería Infantil, Pavimentos en Morón, Haedo, Ituzaingó y Villa Sarmiento, asfaltado de la avenida Rivadavia entre Morón y Haedo, Mecanización de las Oficinas de Catastro y Padrones, jerarquización de la función de obreros y empleados de la Comuna mediante la jubilación, ordenanza de estabilidad, sueldos adecuados y con cobro puntual, seguro de vida, condiciones dignas de trabajo, cooperativa de consumos, Colonia de Vacaciones en Mar del Plata en edificio propio, Caja Mutual de préstamos y ahorros, etc.En obra cultural: Museo de Historia y Arte; Cinco Escuelas Municipales de especializaciones culturales; Teatro Experimental; Salones Anuales de Arte; Certámenes Anuales de Literatura y Poesía; Teatro Rodante (único en el país y quizás en América); Camión Sonoro y Cinematográfico; Orquesta Sinfónica; Coro Mixto: Banda Infantil; remozamiento y progreso actual de la Biblioteca Sarmiento; creación, con auspicio municipal, de cinco nuevas Bibliotecas; creación, por gestión municipal, del Colegio Nacional, de la Escuela Fábrica n° 63, de cuatro Jardines de Infantes en Morón, Castelar, Ituzaingó y El Palomar, así como de catorce nuevas escuelas primarias.
En el orden asistencial: el viejo, sucio y pobremente administrado ex Hospital Vecinal, es orgullo de la población desde que la Municipalidad por nuestro intermedio se hizo cargo de él y lo transformó en el Policlínico Municipal “Ostaciana B. de Lavignolle”; nuevos y bien instalados consultorios, aparatos, heladeras, rayos, Banco de Sangre, incubadoras, total modernización de las Salas de Maternidad y Niños) nuevos pabellones para Cirugía, construcción y ampliación de la Capilla, lavadero y planchadero mecánicos, cocinas totalmente reconstruidas, juegos infantiles, etc., le dan su actual brillante fisonomía. La Sala de Auxilios de Hurlingham, totalmente equipado y con su casa propia, recientemente adquirida. El Consultorio Dental Infantil en Morón, y, por último, la contribución a las Salas de Auxilios de Ituzaingó y El Palomar.
La Municipalidad ha contribuido durante nuestras administraciones, material y financieramente, para la construcción de edificios escolares en Morón, Castelar, Ituzaingó, Hurlingham, Haedo y El Palomar; ha atendido la subvención de establecimientos filantrópicos como el Hogar de Ciegas; ha colaborado en la conservación y erección de Templos –arreglos en la Iglesia Parroquial de Morón, Oratorio de Santiago Apóstol en Haedo, Capilla de Nuestro Señor de los Milagros, Capilla del Policlínico--; ha tomado a su cargo la conservación, arreglo y pintura de edificios policiales; ha colaborado con locales, personal y refecciones en instituciones provinciales como el Registro Civil, Juzgado de Paz y otras, a fin de que éstas pudieran prestar un eficiente servicio al pueblo. Y con las Sociedades de Fomento; instituciones beneméritas por tantos conceptos y de auténtico bien público, ha realizado invariablemente una común obra proficua para el beneficio de los vecindarios más distantes.
En todos sus actos hubo siempre un ritmo creador y dinámico, serio y honrado, tendiente en forma exclusiva a mejorar a Morón en los distintos órdenes de su actividad.
Todas nuestras inquietudes de todos los momentos, fueron para Morón. Nuestros mejores pensamientos, nuestras acciones y nuestras obras, en el orden administrativo o político, no tuvieron mayor objetivo que servir a Morón. El vecindario tiene constancia de que fué respetado y atendido. Y nosotros la certidumbre de haber cumplido lealmente con el mandato que nos otorgó en su oportunidad la mayoría en comicios limpios.
A mis convecinos, pues, me remito en esta fugaz rendición de cuentas, que no puede terminar sin que me refiera a mi situación patrimonial.
En 1948 entré a la Municipalidad sin bienes de fortuna. Sin bienes de fortuna salgo hoy de la función pública, después de casi diez años de actuar en ella intensamente. No tengo para vivir más que mi cabeza y mis manos, y con ellos me arreglaré, siempre con la ayuda de Dios que nunca me ha faltado.
Mi única propiedad es la casa donde vivo, en Villa Udaondo, Partido de Morón. Reconoce hipotecas por su valor casi total, y saldrá a la venta, en remate público, el 4 de diciembre próximo, con la base única de sus gravámenes, ya que, en las presentes circunstancias, no puedo hacer frente a los mismos.
Quédense contentos, pues, los que deseaban verme sin nada. Desengáñense los que pensaron malévolamente en mi holgura financiera, pues ahora quedará en evidencia su inferioridad. Y estén satisfechos, en cambio, mis amigos, ya que les puedo demostrar que merecí su confianza y, su amistad, que es de lo único que salgo rico.
A todos ellos me dirijo en este mensaje, que es también un llamado a la unidad y a la lealtad para que juntos soportemos estos instantes de prueba y cuando la oportunidad nos vuelva a convocar, reemprendamos, juntos también, el camino del triunfo que sin duda nos aguarda. por haber sabido cumplir con el pueblo en la forja de siempre por la justicia social, la soberanía política y la independencia económica, que fueron, son y serán nuestras gloriosas banderas de lucha. ”
CESAR ALBISTUR VILLEGAS
Morón, 9 de Octubre de 1955
Esta fue la proclama que dio el entonces Intendente César Albistur Villegas. Cuando muchos peronistas se escondían ante el peligro de muerte, cárcel y torturas de aquellos tiempos, él valientemente dio la cara. De inmediato se exilió en Chile donde vivió en la pobreza y subsistió gracias a la ayuda de algunos compañeros que desde Morón secretamente le hacían llegar en el exilio.
Ernesto G. Fatigati.
Morón, 2 de Mayo 1990.
Véase además: Entrevista con César Albistur Villegas