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La biblioteca municipal Domingo F. Sarmiento de Morón tiene casi un siglo de existencia, desde sus orígenes como biblioteca popular, hasta su actual pertenencia al Estado municipal. Nos proponemos en este artículo hacer una reseña de su historia, estado actual, concepción general y perspectivas.
La actitud ante el tema pretende ser constructiva, con reconocimiento de los aportes y sugerencia de mejoras.
Los censos nacionales y provinciales mencionan la existencia de una biblioteca en Morón, a fines del siglo XIX. Según el censo provincial de 1881 y el anuario estadístico de 1896, había una biblioteca pública, fundada en 1872, con alrededor de 190 libros.
El origen de la biblioteca Sarmiento data de 1911. La idea surgió de las docentes de Morón. Cora Pacull, directora de una escuela local, propuso durante una conferencia la creación de una biblioteca, a efectos de promover la lectura fuera de las escuelas. Se formó de inmediato una comisión organizadora, presidida por la Srta Pacull.
La biblioteca comenzó a funcionar el 28 de abril de 1911, con el nombre de Biblioteca popular Domingo Faustino Sarmiento, en una habitación del Concejo escolar de Morón. Más tarde se trasladó a un salón del municipio, el 10 de noviembre de 1913, cedido al efecto por el comisionado Máximo Portela.
El escribano Eusebio Giménez, miembro de la comisión organizadora, pasó a ser su presidente, y principal benefactor de la biblioteca. La dotó de un edificio propio, construido a su costa, y donó unos 2000 nuevos libros, además de muebles y útiles. Cedió además un museo de ciencia natural, propiedad de su difunta esposa. La entidad comenzó a funcionar el 25 de junio de 1914 en su nueva y definitiva sede, sobre la calle Brown.
La biblioteca fue donada a la municipalidad en 1936, por el Dr. Ángel Giménez, hijo del escribano Giménez, y en cumplimiento de su testamento. Fue aceptada, por ordenanza nº 641, del HCD del 27 de noviembre de ese año. La Comuna aceptó además las condiciones fijadas por el donante. La principal era la entrega “con cargo.”
“Art. 2 º - a) que el inmueble nunca será destinado a otros fines que no sean para Biblioteca o Museo.”
La biblioteca, como entidad estatal, fue inaugurada oficialmente el 17 de agosto de 1941. El acto fue presidido por el comisionado municipal, Dr. José M. Perissé. El director designado fue Didier Villegas.
La entidad prestó servicios, y aumentó su patrimonio bibliográfico en las siguientes décadas. Artículos de periódicos locales y diarios metropolitanos dan testimonio.
Según La Nación, en 1961 había más de 4.000 socios, la mayoría estudiantes primarios y secundarios. Su fondo contaba con unos 25.000 volúmenes. Una “Asociación de amigos de la biblioteca” colaboraba con la organización de conferencias, concursos y exposiciones.
Entre sus directores mencionaba a Lilí Bonafer, y el periodista Amadeo Blotta. En 1961, el director era Ignacio Rodríguez Argibel.
Según el mismo artículo, la biblioteca fue clausurada en un tiempo, por motivos políticos. Se supone que en tiempos del gobierno peronista.
“esta noble obra educativa, tan ajena a las discordias cívicas, no escapó sin embargo, al embate despiadado de la menuda política lugareña, que en no lejano pasado llegó hasta la clausura de sus puertas...” [ 1 ]
Sede:
Calle Almirante Brown 763, Morón.
Ocupa una casa de principios de siglo XX, provista por Eusebio Giménez. Su hijo la donó en 1936 a la Municipalidad, para biblioteca pública. Es una donación “con cargo”.
Estado del edificio: Es una casa, adaptada para la función de biblioteca. El cielorraso está desmontado, como parte de los trabajos de reparación del techo. Según el informe de la Secretaría de Planificación, los anteriores problemas de filtraciones fueron solucionados, con la colocación del enchapado. Hacia octubre de 2007, no se concretó la restauración del cielorraso, pero fue rehabilitada la sala de lectura.
Personal
Directora: licenciada María Eugenia Di Miro
Empleados: 9
Fondo bibliografico
Cuenta con unas 31.000 piezas. Había una parte correspondiente a fines del siglo XIX y primera mitad del XX. Incluía la colección Calixto Oyuela, las obras completas de Carlos Pellegrini, primeras ediciones de escritores argentinos, como Ricardo Rojas, Leopoldo Lugones, etc. Permanece una colección de la revista “Caras y Caretas”. El fondo bibliográfico más reciente proviene del subsidio para bibliotecas populares de La Plata, donaciones, etc.
Las filtraciones de lluvia causaron la pérdida de la mayor parte de la colección antigua.
Lectores preferentes
La mayor parte de los consultantes son estudiantes de escuelas secundarias y lectores en general. Los problemas recientes causaron una significativa caída de lectores.
informatización
Hay un proyecto de informatización del fondo bibliográfico. El objetivo era usar Winisis, pero hubo problemas de utilización. Cuentan también con el software Aguapey, para bibliotecas populares. Con él ingresaron obras de literatura. Es un programa fácil de usar, pero limitado.
Según la información de la Secretaría de Cultura, hay un plan para instalar dos computadoras PC, con acceso a internet, para uso de los lectores.
Servicios
Consulta y préstamo de libros, a lectores asociados. Cuenta además con cursos de extensión cultural, como ser un curso de introducción de bibliotecas escolares, y otro de taller literario.
La biblioteca prestó servicios al público hasta fines de 2006. Problemas de filtraciones causados por las lluvias de fin de año motivaron su cierre, y nuevos trabajos en el techo. Hasta entonces, los problemas de goteras se resolvían con la colocación de membranas asfálticas. Al comienzo de 2007, quedó suspendida la atención al público. Los trabajos de colocación de enchapado en el techo ocurrieron a mediados de año, y luego la entidad siguió cerrada, por la necesidad de secado del cielorraso. Meses más tarde, se reabrió en forma limitada, para atención a socios. La sala de lectura fue reabierta al público en octubre de 2007.
Presupuesto
Los gastos y recursos de la biblioteca están integrados en el presupuesto de la Secretaría de Cultura. Esto es, no tiene un presupuesto individual. Recibe además un subsidio de la comisión de bibliotecas populares, de La Plata.
Concepcion general
La entidad comenzó como biblioteca popular, y más tarde pasó al Estado municipal. Se adecuó a un concepto clásico, como era lógico en el contexto temporal. Ahora bien, la revolución tecnológica y la introducción de los nuevos medios y la informática a los procesos bibliotecarios supuso nuevos aportes a esta clase de instituciones. Por diversos motivos, la biblioteca municipal no pudo adecuarse a las tendencias modernas de la bibliotecología. Se aclara que esto no puede adjudicarse necesariamente a las direcciones de ese tiempo. Otro aspecto que perjudicó a la biblioteca fue el escaso aporte de nueva bibliografía.
La aparición de internet fue un factor significativo desde la década del 90. Los jóvenes buscan normalmente la información en la Web, o bien en recursos multimedia como MS Encarta ®, que antes iban a buscar a bibliotecas. Ha de aclararse que estas instituciones no quedan desplazadas por la Web o las enciclopedias multimedia, sino que pueden complementarse.
Como resultado de estos desarrollos, la biblioteca municipal quedó desactualizada en relación a las tendencias modernas de la bibliotecología.
La moderna concepción de las bibliotecas municipales define en primer lugar las áreas y funciones en las que estas entidades son más eficientes. En función de esto adopta las medidas y los planes que correspondan. Estas zonas de mayor eficiencia son la oferta de libros y en general de textos de extensión mediana y larga, los libros de texto, y publicaciones periódicas. Si bien el área de búsqueda de información no puede abandonarse, se da por supuesto que el promedio del público utiliza la Web para esos fines. Una función tradicional que sigue siendo útil es la sala de lectura y estudio, para lectores con materiales propios.
La automatización de los procesos bibliotecológicos es otra de las normas de la concepción moderna. Incluye la catalogación y clasificación del material bibliográfico con bases de datos bibliográficas. Además, puede agregar textos digitalizados sobre ciertos temas, como ser historia, geografía, etc.sobre Morón. Una colección de CD-Roms multimedia pueden ser también una opción positiva. Sería deseable que la biblioteca tuviese conexión en red con otras bibliotecas, a efectos de intercambiar información.
Estas y otras alternativas demandan un edificio más amplio, mejor iluminado y con equipos de prevención de incendios. Debe contar también con métodos que controlen la humedad y la difusión de hongos. Esto es necesario tanto para la conservación del material como para la salud del personal. La sede actual es deficiente en estos aspectos. [ 2 ]
El autor de esta nota solicitó informes a la Oficina de Información Pública (OIP), del municipio de Morón, sobre el estado de la biblioteca municipal.
Los documentos publicados pertenecen al expediente n° 0042-58/07 , y fueron escaneados (Hewlett Packard) y presentados en forma completa y sin cambios. El autor de este sitio no se hace, por lo tanto, responsable de su contenido.
En forma sintética, la Secretaría de Planificación estratégica informó que se resolvió el problema de las filtraciones de lluvia, mediante la instalación de una cubierta de hierro galvanizado, sobre el antiguo techado. La obra se ejecutó entre el 16 de julio y el 27 de agosto de 2007. El costo de la misma fue de $ 40.700. En una futura etapa se proyecta colocar la nueva cubierta del cielorraso.
El director de Cultura, por su parte, respondió que no tenían previsto el traslado de la biblioteca, porque no quería correr el riesgo de perder la propiedad. El motivo era la condición de “donación con cargo del inmueble.”
Puede responderse que la solución del problema de las filtraciones llegó después de semanas de lluvias y filtraciones, que motivaron la destrucción de la parte antigua del fondo bibliográfico. Esta solución a un tema particular deja en pie los problemas estructurales de la institución.
En segundo lugar, puede ser correcta la intensión de conservar la propiedad de la calle Brown, por su interés histórico. No obstante, este inmueble es anticuado y poco apto para las funciones de biblioteca moderna. Pensamos que es necesario un edificio moderno, diseñado para la función bibliotecaria. El municipio puede conservar la propiedad antigua con un rol auxiliar, considerando que la condición de la donación mencionaba los fines de “biblioteca o museo” (ver arriba). Con un poco de imaginación, puede diseñarse un proyecto de “museo de sociedad y cultura de Morón a comienzos del siglo XX”, o una biblioteca especializada, mientras se delega las funciones principales a un lugar más apto. [ 3 ]
La evolución de la biblioteca Sarmiento en los últimos tiempos muestra, en una aproximación general, que la institución no formó parte de ninguna prioridad de las administraciones comunales. Algo parecido ocurrió con el Museo de Historia y Artes de Morón.
Las malas situaciones económicas y los problemas políticas contribuyeron además a estos problemas. El crecimiento demográfico implicó un aumento de la demanda de servicios, mientras el edificio no podía ampliarse. El deficiente mantenimiento llevó a problemas edilicios y a pérdidas de fondos bibliográficos valiosos e irremplazables.
Los nuevos recursos multimedia y la difusión masiva de Internet llevaron además a un replanteo del concepto y funciones de las biblioteca, pues se perdieron lectores concurrentes. Como se dijo arriba, esto de ningún modo supone la desaparición o decadencia de estas instituciones, sino su adecuación a la nueva realidad.
Consideramos que la biblioteca debe tener una nueva sede, diseñada para ese fin. Puede estar incluida en el centro cultural que se proyecta en el lado norte del centro de Morón. La propiedad antigua en la calle Brown puede conservarse, con una función auxiliar.
En cuanto a los fondos y servicios, pueden complementar perfectamente a la oferta de la Web. En líneas generales, el lector prefiere consultar textos largos en formato de papel, y no en una pantalla. Los estudiantes necesitan además libros de texto, para la escuela primaria y secundaria.
Los problemas de la Biblioteca Sarmiento, como los del Museo General San Martín, muestran que dichas entidades culturales no son relevantes, en la fijación de prioridades de las administraciones municipales. Tal vez porque no tienen rentabilidad electoral. Esto es significativo en particular con relación a la asignación de los fondos presupuestarios. En efecto, la administración actual hizo remodelar la plaza general San Martín, a un costo de alrededor de $ 1.600.000, y a un año de los comicios municipales. Del mismo modo, se había construido una plaza contigua al Museo de Morón, el Paseo de las artes, inaugurado en agosto de 2003, poco antes de los comicios de renovación de concejales. Mientras tanto, el Museo seguía cerrado por problemas del edificio. Además, tuvo que pasar una temporada de lluvias, y la pérdida de la colección antigua para que la administración municipal colocase la cubierta de hierro galvanizado en el techo. Por otra parte, la direccion de Cultura pretende mantener la biblioteca en su sede actual, pero no ofrece un plan sustentable para la entidad. En efecto, el edificio no admite más ampliaciones, ni muestra espacio para el ingreso de grandes fondos bibliográficos. No hay mención de adquisición de obras nuevas, para mantener actualizadas las colecciones. Aún en el caso hipotético en que ingresasen, ¿ dónde las depositarán ?.
La mejor solución para la Biblioteca municipal consiste en su traslado a una sede apropiada para la función, conservando la propiedad de la calle Brown, con funciones auxiliares. Esto no es una ocurrencia del autor del sitio, sino que ya fue sugerido por anteriores direcciones de la Biblioteca municipal.
Carlos Gustavo Maldonado
Bibliotecario
gustavocarlos66@hotmail.com
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