La estructura del Gran Universo.
¡Este es el mundo de la Verdad!

El Quinto y Sexto Cielos.
Dónde vive el Diablo?

El Quinto Cielo se llama los Cielos del Placer por la Creación. Los seres que habitan allí se deleitan consigo mismos creando cosas que deseen con ayuda de sus capacidades místicas. Quienes han practicado para satisfacer sus propios deseos suelen renacer en ese cielo. El Sexto Cielo tiene un nombre muy largo: los Cielos de Quienes Se Ocupan de Satisfacer los Deseos de Otros Dioses Mediante Creación Divina. Los seres que han dedicado sus talentos o capacidades místicas a sus gurús u otras almas con altos méritos, renacen en ese cielo. Cada uno de ellos tiene allí sus dioses que le esperan y cumplen sus deseos.
Allí termina el Reino de Pasiones. El rey del Mundo de Pasiones se llama Mara, el dios de la destrucción. Otro nombre de Mara es Diablo. Posee todas las capacidades místicas existentes y pasiones inimitablemente grandes que satisface en plena medida.
Asimismo, satisface los deseos de otros seres y, como consecuencia, luego los dirige. Es imposible pasar del Reino de Pasiones a los Santos Cielos sin superar antes la fuerza de Mara.


De "Tathagata Abhidhamma, libro1".

La experiencia de permanecer en los Cielos
del Placer por la Creación.

El Quinto Cielo -los Cielos del Placer por la Creación- es un cielo donde usted se deleita creando diversas cosas, como lo indica el propio nombre. Uno de los discípulos del Reverendo Maestro Asahara, San Manjushri Mitra-Seygoshi -el Alma Digna de Ofrendas- habla de las experiencias que ha adquirido en ese cielo.
"En ese mundo no tuve forma fija y pude deleitarme con convertirme en diversos objetos. Primero tuve la forma de ser humano, mas no estaba seguro si era mi forma inicial. Adquiría diversas formas como un róbot transformador tirando hacia adentro y estirando las partes de mi cuerpo. A veces la parte inferior de mi cuerpo se transformaba en un automóvil o avión. En una ocasión gran cantidad de piernas femeninas me crecio por toda la superficie del cuerpo. La velocidad de transformación fue muy alta, como el movimiento acelerado de una ameba. Yo no estaba solo en ese espacio; existían allí otros seres como yo en constante transformación. Cambiaban de color, dimensiones y formas y, al parecer, se deleitaban con tal transformacion. Desde luego, los Cielos del Placer por la Creación son un mundo lleno de placeres, mas tuve la impresión de que esos seres competían unos con otros procurando adquirir formas raras y sorprender mucho a los demás".



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