LA  INICIACIÓN  SECRETA

-- DIKSHA -- 

 

Visión de: Mahatma Krishananda Ji

 

 

RAZONES DEL SECRETO

 

Desde los tiempos más remotos, el saber fue derecho exclusivo de algunos iniciados. Sus secretos eran celosamente guardados, pues sabían que la divulgación de éstos hubiese sido nefasta para los hombres no preparados.

En efecto, se nos informa de que, cada vez que una parte de esta ciencia mágica, por insignificante que fuese, se hizo pública, fue utilizada invariablemente para fines egoístas o peligrosos y para su transformación en magia negra.

No es necesario, pues, asombrarse de que un espeso velo cubra las enseñanzas de los Maestros: todos han recomendado el silencio y el secreto, puesto que confiar esta ciencia misteriosa al profano que se burla o la malemplea, sería perderla.
Digamos finalmente que tales prácticas no están exentas de peligro, ya que quien, sin preparación ni guía, se lanzase por ejemplo a la «práctica de los cinco soplos, acabaría en un desorden mortal, tanto fisiológica como psicológicamente».
Con todo, muchos preguntan por qué es necesario envolverse en semejante misterio cuando se trata de doctrinas y técnicas que, en conjunto, han sido reveladas al público con frecuencia en libros corrientes.

Nosotros les respondemos que la verdad entera jamás ha sido revelada por quien la cree inaccesible a los profanos o no preparados, y que muchos eslabones faltantes no han sido explicados más que en una pequeña parte. Porque toda ciencia tiene su lado luminoso y su lado de sombra, y estos dos atributos, empleados en forma práctica, conducen -el uno- al aprovechamiento, y -el otro- al abuso.
La experiencia nos demuestra que, hablar de estas cosas sin preparación ni consideración, es privarlas de todo su valor.

Muy pocos son capaces de captar lo más elevado que encierran; menos aún tienen la paciencia de llegar a la meta. El por qué nos lo dice Rushin, citado por D.T. Susuki en su obra sobre el Budismo Zen: "Tened la certeza de que, si el Maestro vale, no captaréis de golpe todo cuanto él quiere decir, e incluso tardaréis tiempo en comprenderle enteramente. Es más, tampoco él lo quiere, sino que, al contrario, se expresa de modo velado y mediante parábolas para asegurarse de lo que necesitáis".
Cuando el Maestro tiene la certeza de que el esfuerzo es válido, que el deseo es ardiente y que existe un mérito suficiente, levanta una esquina del velo, y, como recompensa, ofrece la enseñanza que ha de abrir nuevos horizontes, permitiendo llevar adelante la experiencia.
El adepto podrá comprender entonces todo el valor de la Ciencia que de este modo le es transmitida, sacando el máximo provecho, ya que su idea se unirá firmemente a ella.

 

LA INICIACION SECRETA

Los sociólogos explican la Iniciación Secreta como uno de los artilugios más efectivos de que se valen los cultos místicos. Por medio de este secreto, dicen ellos, se crea un aura de poder y de misterio que inspira curiosidad, admiración e incluso miedo en los no iniciados, haciéndolos más fácilmente manejables.
Aunque en las sesiones Iniciáticas no se permiten observadores y los iniciados hacen juramento de no repetir nunca lo que se les ha revelado, la experiencia misma de la Iniciación demuestra que las anteriores explicaciones o teorías sobre la función del secreto son totalmente irrelevantes.
Si un observador pudiese filmar y grabar en una cinta una de estas sesiones, no habria recogido por ello con su tecnología en sus aparatos la verdadera experiencia impartida. 

Porque la esencia de la sesión de la Iniciación no está en lo que se dice, ni en la enseñanza de técnicas de meditación; la Iniciación es más bien un acontecimiento espiritual profundo, en el que una esencia o energía indefinible se transfiere de un ser humano a otro.

El Iniciado sabe esto no sólo a causa de la brillante Luz que se revela dentro de su propio ser, sino también a causa, o como consecuencia, de los importantes cambios irrevocables que ocurren en su vida: descubre una nueva confianza y una motivación; se acaban sus miedos y sus limitaciones; llega a una verdadera conciencia de su propia identidad; un aumento de sensibilidad hacia los demás; un elevado sentido de la percepción, un renovarse de su vitalidad fisica; experiencias más frecuentes de lo que se ha dado en llamar «suerte» y «coincidencia», y por último, y como lo más importante de todo, el sentimiento cada vez más intenso y seguro de «la paz que sobrepasa toda comprensión».
Muy lejos de utilizar la Iniciación secreta para fomentar un sentido de exclusivismo, los Maestros están llamando a todos a experimentar esta conexión mística, a que la gente venga a probar y,  completamente gratis.
Hemos de reconocer que el secreto de la Iniciación evita que la Enseñanza se adultere.

Los sociólogos son libres de pensar que el secreto es una buena arma para mantener en vigor cualquier dogma políticamente útil, pero publicar completamente las técnicas empleadas en las sesiones de Iniciación, sólo conducirla a producir confusión entre los que buscan sinceramente.

Podría retardar la recepción del Conocimiento, al inducirles quizá a pensar que con sólo conocer técnicas y mandamientos ya reciben la esencia.

Cuando la realidad es que la esencia de esta experiencia --la gracia-- no puede ser escrita, explicada o recogida en una película.
Es la pérdida de esta esencia de las Enseñanzas impartidas por los Maestros la que ha dejado tras ella y en su defecto una estructura religiosa frágil y vacía de verdadero contenido, dependiente por entero de palabras y ritos, sujeta a manipulaciones externas y convertida en inflexible a través de los cambios históricos y sociales.

Sólo cuando la energía verdadera y la gracia es transmitida personalmente  sienten en si los devotos la pura experiencia espiritual que les guía hacia la Verdad.