Canon 1258 del Código de Derecho Canónico (1917: “Está prohibido participar activamente en el culto de no-católicos.” (comunicatio in sacris)

   Y en al Canon 2316: “El que coopera en comunicatio en sacris en contra de la provisión del Canon 1258 es sospechoso de herejía.”

   En su conclusión sobre el falso ecumenismo, el Papa Pío XI dijo: “Venerables Hermanos, claro está por qué la Sede Apostólica nunca ha permitido a sus feligreses tomar parte en las asambleas de los no católicos”.

¿UNA PAZ SIN CRISTO?

Reunión ecuménica en la Catedral
            (Publicado en el diario "La Nación" Buenos Aires, el 15 de junio de 1992)

   
   El Dalail Lama fue recibido por Quarracino y participó de un encuentro en el que cristianos, judíos, musulmanes, budistas y miembros de otras religiones elevaron preces por la paz
en un templo colmado de público
   El Dalai Lama participó de un acto por la paz en la Catedral de Buenos Aires, donde lo recibió el cardenal Antonio Quarracino. 
   La Catedral estuvo repleta de gente como pocas veces se ve. El publico siguió atentamente la ceremonia en la cual hablaron representantes de distintas, religiones. 
   El Dalai Lama llegó a las 17.30, en momentos en que había una leve llovizna. Entró al templo en medio de una multitud que pugnaba por saludarlo. Enfrente, en la Plaza de Mayo un centenar de personas sostenía un cartelón que decía: "Entre Buda y Jesucristo hay que elegir. ¡Basta ya de sacrilegios!". Otro cartel decía: "Quien no honra al Hijo, no honra al Padre". Serían seguidores de Monseñor Lefebvre. 
   Quarracino dio palabras de bienvenida al líder espiritual tibetano, a quien llamó "Su Santidad".
   Recordó que se cumplían 500 años de la implantación de la cruz en el continente y pidió que "la oración por la paz llegue hasta Dios" .
   Ruth Sandler, de confesión judía, explicó el sentido del acto. "Cada uno es instrumento de lo Absoluto, respondemos de nuestra identidad religiosa. Abrimos nuestros corazones para tender puentes que nos unan pero que no nos confundan".
   Mireya Baglietto recitó "Los espacios que nos unen", mientras se escuchaban, como fondo, sonidos de pájaros, el ulular del viento y una música suave. Muchas personas seguían el acto con los ojos cerrados. Una mujer, arrodillada, desgranaba las cuentas de un Rosario, a su lado, una joven meditaba sentada en la posición de la flor de Loto.
   El rabino Baruj Plavnik, de la comunidad Bet El, leyó un texto del Profeta Isaías; el maestro Zao Ting Chi, el canon budista en chino; el imán Mahmud Hussain, el Corán, y monseñor Carlos Gardella, el Evangelio de San Juan.
   Se escuchó después una música de quenas, que el conductor del acto, el pastor metodista Juan Gattinoni, presentó como muestra de "la sabiduría indígena".
   Quarracino animó a buscar sin descanso la concordia. Dijo que cuando Dios es un ausente, "tampoco la paz está presente ni en el corazón del hombre ni en la sociedad".
   El Dalai Lama habló brevemente. Lo hizo en tibetano y fue traducido al inglés y al castellano. Dijo que las cosas materiales no dan las respuestas que los seres humanos buscan. Estimó afortunada la oración en conjunto promovida por el Papa en Asís. Destacó que, con diferentes tradiciones, las distintas religiones ponen énfasis en la hermandad. Finalmente cantó una oración.
   Luego elevaron plegarias monseñor Kissag Mouradian, de la Iglesia Armenia; la hermana Alda, de las Hermanas de Sion; el pastor danés Andrés Albertsen; el imán Hussain; el rabino Plavnick; el maestro Ting-Chih; Horacio Araujo, del centro de Budismo Tibetano; el pastor presbiteriano Ricardo Couch y el pastor evangélico Rodolfo Reinich.
   Al concluir el acto, los presentes se desearon la paz y entonaron varios cánticos. Y a la salida se escuchó el Aleluya de Haendel.