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“Las
Redenciones de Sombra: una luz en la oscuridad” (fragmentos)
Sólo
unos pocos humanos, los que tienen el suficiente potencial, pueden ser
portadores de una sombra de vampiro(...) Sólo el ser humano que
tenga asignado el mismo signo y elemento del horóscopo chino podrá
ser compatible con el vampiro que desee la redención. Sólo
el extracto de plata pura mezclada con agua lunar en una ampolla de diamante
puede identificar a los seres compatibles.
El
símbolo mágico debe realizarse con el fluido vital de los
dos, y el vampiro no debe beber ni una gota de la sangre del humano. Luego
deben vestirse igual, y beber nueve gotas de la ampolla en una mezcla de
doce cucharadas de polvo de ortiga en agua.
Sólo
si el humano (en su mayoría mujeres) lo bebe hasta el final lograrán
acceder al mar de la decisión, un lugar oscuro y nublado, en donde
el destino del vampiro está en manos del humano(...)
Al
aceptar, el humano adquiere las habilidades de su animal del zodíaco
chino, mientras que el vampiro debe quedarse como sombra, sin ninguna clase
de poder, sólo puede actuar si su portador se lo permite. Al fusionarse,
luego de las apariciones físicas a los seis meses de orejas, garras
y colas –y alas en algunos casos- el humano puede obligar al vampiro –que
no tiene voluntad al respecto- a fusionarse con él, obteniendo una
apariencia humanoide, en una mezcla de su animal común y el ser
humano.
Aunque
se puede separar la sombra del portador sólo se logra si el humano
entra en hibernación por medio de la magia, y la sombra es desterrada.
Aún así, el humano posee los poderes con o sin sombra, y
puede controlarlos a voluntad.
Los
poderes de los humanos que poseen sombra de vampiro, independientemente
de su animal común, varían según su elemento; agua
(NDA: poderes síquicos y espirituales), fuego (poderes de guerrero
y estratega), tierra (poderes relacionados con la naturaleza, similares
a los poderes Banshêê, un espíritu femenino muy apegado
a la naturaleza), metal (los Cables y Escudos de Plata, aparte de poder
manipular todo tipo de tecnología al antojo del Portador o Portadora)
y madera (poderes mágicos, pero no relacionados con el mundo espiritual)
Pueden fusionarse seres de distinto sexo. Si los dos son de igual elemento,
no sólo podrán controlarlo, sino que tendrá el poder
de invocar a su guía espiritual, su animal sagrado para algunos.
Además, desarrollarán algunos poderes mágicos relacionados
con su elemento.
La
Redención de Sombra sólo terminará con la muerte del
humano. Sólo en casos muy especiales, con la ayuda de dos seres
poderosos de la Luz se lograría separar cuerpo y sombra, y darles
un cuerpo individual a cada uno (...)
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Ni
siquiera después de leer el libro que Daisuke me había indicado
pude entender bien a qué me enfrentaría. Yo era el único
que lo había visto en medio del festival de floración de
los cerezos, después de meses de seguirme. No sabía si podría
ser un buen Portador, aunque Daisuke me decía en mi cabeza que sí,
que por algo nos habíamos reunido. Nunca me dijo cuántos
años tenía, de dónde venía, en qué ciudad
había nacido o cuándo se había vuelto un vampiro.
Ni las razones por las cuales había hecho eso. No se lo pregunté.
Él me dijo que le hablara con mi mente, que él me respondería
por el mismo modo. Me dijo a la primera que por favor no le preguntara
nada de su pasado, que por favor nos concentráramos en nuestro futuro.
Tal vez sea demasiada responsabilidad para un chico de nueve años,
pero yo la acepté. A mí también me hubiera gustado
que me ayudaran si yo estuviera en la misma situación.
Como
Daisuke me hablaba a mí con su mente, no me preocupaba que lo descubrieran,
pero apareció un brazalete en mi mano izquierda, que se dividía
en dos, que sí podían descubrir. Era plateado, una parte
me tapaba la parte posterior de la mano, me tapaba desde el dedo medio
hasta la muñeca, y había una gema blanca en el medio. La
otra parte partía de la muñeca y seguía hasta casi
llegar al codo. Las dos partes estaban unidas por una fina cadena, y había
dragones tallados alrededor. Sin embargo, nadie pareció notarlo.
Daisuke me dijo que sólo los seres que poseyeran poderes especiales
lo verían, y me tranquilicé un poco.
No
le dije nada a mamá ni a papá. Osamu me quiere, pero no creo
que lo entienda. Además, él está acostumbrado al éxito,
y hasta ahora el único ser que lo ha contradicho fue Daisuke. Durante
los primeros cinco meses y medio no hubo problemas, pero Daisuke me hizo
notar que en menos de dos semanas podían aparecer mis alas de dragón,
y sería algo difícil de explicar. Así que les dije
a mis padres que me iba a la casa de Takeru, un compañero de clase,
al que le dije que necesitaba su ayuda por un asunto personal. Le dije
que era algo que no le podía decir porque había hecho una
promesa, pero que, llegado el caso, le diría todo. Takeru me preguntó
–preocupado- si era algo grave, y yo le dije que sólo necesitaba
pasar veinticuatro horas fuera de casa para arreglarlo. Aceptó y
me fui a su casa a dormir, pero a la medianoche me fui por el techo.
Sé
que Takeru estaba despierto, pero no podía decirle nada sobre Daisuke.
Me llevé algo para comer y pasé toda la noche volando con
mis alas de dragón plateadas a la luz de la Luna llena. Cuando salieron
tuve un sentimiento extraño, como de picazón, y el mismo
símbolo que hicimos Daisuke y yo, apareció a mis pies. Cuando
la luz que me había rodeado desapareció, tenía mis
alas de dragón, junto con mis garras. Era raro tener dedos de la
mano que se doblaran a la mitad, y que la mitad superior fuera una gran
garra muy afilada, y que tuviera las mismas garras uniéndose al
pie en vez de dedos, pero lo que más me asustó fueron los
colmillos de dragón. Pensé que eran de vampiro, pero Daisuke
me tranquilizó, diciéndome que eso era normal.
Mis
primeros intentos de volar fallaron, pero después pude elevarme.
Volé sobre los árboles desnudos del parque –en ése
entonces era invierno- y Daisuke me avisó que ya iba a amanecer
y que debía esconderme. Fue una suerte que ése día
fuera domingo, porque no tenía que ir a la escuela. Me escondí
todo el día en un local abandonado que antes había sido una
discoteca. Practiqué con mis garras y me di cuenta que eran peligrosas,
así que tuve mucho cuidado de no lastimarme. Hubiera sido difícil
explicar cómo me había hecho lastimadoras como si me hubiera
arañado un gato de dos metros.
Comí
poco, en parte por la emoción y en parte porque tenía miedo
que me descubrieran. No lo hicieron, y la noche cayó con lentitud.
Cuando faltaba media hora para la medianoche salí volando, agradeciendo
que fuera una noche nublada, y volví a casa de Takeru cinco minutos
antes que se deshiciera el efecto. Me escondí hasta que el símbolo
volvió a aparecer y recobré mi forma humana. No sé
cómo mis zapatos reaparecieron en mis pies, ni cómo mi remera
se reparó de inmediato en la parte de atrás, donde salieron
mis alas. Sin embargo, estaba contento. Daisuke no lo decía, pero
él y yo compartíamos sentimientos y pude saber que estaba
muy feliz. No dejó de hablar sino hasta que Takeru apareció
por la ventana de su pieza.
-Tuve
que decirles que habías regresado temprano porque tenías
que hacer algunas cosas- me dijo Takeru -¿Has hecho lo que querías
hacer?-
-Sí-
le respondí, yendo hacia su ventana y entrando –Y no sabes cuánto
te lo agradezco-
-¿Es
por una chica?-
-No,
es por otra cosa, pero me has ayudado mucho. Si hay alguna manera en que
pueda pagarte, dímelo-
-Si
quieres, no me respondas, pero ¿en qué estás metido?-
-Es
algo difícil de explicar. Estoy tratando de ayudar a alguien, pero
no lo conoces-
-¿Es
un amigo tuyo?- Takeru se sentó en su cama y yo me senté
a su lado.
-Sí-
dije. No habló, pero pude sentir que Daisuke primero se sorprendía
y después se alegraba.
-¿Puedes
decirme qué problema tiene? ¿Es con respecto a su familia?-
-No
sabría decírtelo. Es algo... complicado-
-Oh-
hizo una pausa -¿Quieres que vayamos juntos a la escuela? Ya casi
es hora de desayunar-
-Creo
que mejor iré a mi casa. Estarán preocupados por mí-
pero lo dudaba. Si Osamu estaba, no creía que mi desaparición
se notara.
Me
despedí de Takeru y salí por la ventana. Salté al
patio –Dios, era increíble cómo habían mejorado mis
habilidades físicas- y me fui corriendo a casa. En efecto, nadie
notó mi ausencia. Se sorprendieron un poco cuando aparecí
por la puerta, pero enseguida Osamu dijo que había ganado un premio
nuevo, y no sabía si lo hizo para evitarme una explicación
que no quería dar o si era por costumbre. De todas maneras, me senté
a desayunar.
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-¿Te
divertiste?- me preguntó Osamu cuando íbamos a la escuela.
Él era tres años mayor que yo, y los dos íbamos a
la misma escuela.
-¿Qué?-
todavía estaba pensando en lo que había pasado el día
anterior, mi cambio físico. No dejaba de sorprenderme.
-Vamos,
sé que eso de Takeru fue una cortina para hacer otra cosa- insistió
mi hermano. No en vano era inteligente -¿Fuiste a ver a una chica?-
-No-
-¿A
un chico?-
-¡No,
cómo se te ocurre!-
-Hum...
Bueno, era una broma. ¿Fuiste a un club secreto?-
-No,
Osamu... –
-Ya
sé que no fuiste a la casa de Takeru porque te invitó, así
que dime a dónde fuiste-
-Osamu,
eso es algo difícil de explicar, y, además, yo no te pregunto
qué haces con Mamini cuando sales a bailar con ella-
-¿No
me lo quieres decir?-
-No
es eso... Hice una promesa y la voy a cumplir-
Osamu
estaba sombrado. Era la primera vez que no conseguía algo. Fue una
suerte que Mamini lo llamara, así me pude escapar. Llegué
al aula a tiempo, y Takeru omitió comentarios acerca de lo que había
pasado. Le agradecí mucho por eso.
Las
clases pasaron normalmente. Takeru me preguntó si estaba bien, que
me veía más callado que de costumbre, y yo le dije que sí,
que era por lo que había pasado anoche.
-¿Acaso
fuiste a ver a un chico?-
-No,
fue para ayudar a un amigo, no te miento-
-Si
tú lo dices... –
No
me preguntó más, pero me dijo que, si necesitaba ayuda, que
le avisara. Mientras tanto, Osamu quiso sacarme algo de información,
pero no le dije nada. Hasta me preguntó si no tenía una novia,
pero le dije que no era eso. Además, dudo que me hubiera creído
si se lo hubiera contado todo. Yo mismo no lo creía totalmente,
y lo que hice fue en parte porque me hubiera gustado que me ayudaran si
yo estuviera en la misma situación en que estaba Daisuke, y en parte
porque no quería saber qué pasaría conmigo si me negaba.
Osamu volvió algo molesto a casa, pero no dijo nada a mamá
y a papá. Cené poco, y me fui a mi pieza. Osamu se había
ido a casa de Mamini, a una fiesta por el cumpleaños de ella, y
la tenía toda para mí. Me senté enfrente de mi laptop
y empecé a navegar.
Me
bajé algunas cosas para la escuela, y después consulté
mi correo. Luego de salir, escribí en mi diario lo que me había
pasado. Lo empecé a usar desde que aprendí a escribir, porque
me sentía muy solo y escribir era terapéutico para mí.
En ése entonces no teníamos Internet, así que empecé
a escribir primero en Bloc de notas y después en Word, para pasar
a una página web que nunca sería publicada.
No
sabía si Osamu la había usado alguna vez a mi laptop son
que yo lo supiera. Yo nunca había tocado su computadora para nada,
pero a veces dudaba que él no hubiera mirado mis archivos. Creo
que no, pero al ver la gran seguridad que tenía él frente
a la vida me cohibía un poco. Nunca fui un chico fuerte que se destacara
en deportes y nunca fui popular, pero me di cuenta que eso no era lo principal.
Sin embargo, veía que mi hermano salía todos los fines de
semana y siempre tenía amigos a los cuales acudir. Mamá y
papá estaban felices con él, y yo entendía que no
podría estar al mismo nivel que Osamu. Sé que me querían,
pero estaban más satisfechos con Osamu. Yo, en cambio, era un chico
solitario, y tenía pocos amigos. Algunos, como Takeru, me eran más
simpáticos, pero nunca tuve una amistad verdadera con alguien. Muchas
veces tuve problemas, pero no quería ser sólo una fuente
de conflicto en mi familia, así que los resolvía como podía.
Fueron muchas las noches en que me la pasé llorando en silencio,
para que mi hermano no me oyera.
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Daisuke
me decía que no me callara los problemas, que eran mis padres y
que me querían. Pero yo no le hice caso. Me fui a dormir y soñé
con un mundo extraño. Parecía una isla normal, pero tenía
partes raras: una montaña, bosques, una zona de hielo... y una gran
playa. Y vi volar algunas criaturas extrañas entre los árboles,
cuando miraba los bosques. Insectos gigantes, aves que parecían
peluches y también seres pequeños que saltaban entre las
piedras.
No
fue un sueño desagradable, son extraño, pero a la mañana
siguiente me sentí mejor. El día pasó sin novedades,
pero a la noche decidí salir a entrenar. Sabía que debía
ejercitar mis poderes, pero no sabía cómo sacar mis poderes
de “metal” como decía el libro que me había dicho Daisuke.
Era una noche sin viento, y pude salir por la ventana. Afuera me transformé,
porque el resplandor del símbolo podía despertar a mi hermano.
Volamos
hasta el mismo local abandonado donde habíamos estado antes. Allí
empecé a probar cuánto podían partir mis garras. Después
volé con rapidez, doblando bruscamente de tanto en tanto, girando
y viendo cuán alto podía subir. Bajé antes de llegar
a mi límite, porque ya casi había perdido de vista el local
entre tantas luces.
Cuando
volví, seguí probando mi fuerza física. Era mucha
más de lo que había visto. Pude levantar una vieja caldera
de trescientos kilos sin problemas, y sin el menor esfuerzo. Pero lo que
yo quería era controlar mi elemento, el metal. Intenté durante
dos horas, diciéndole a la caldera “levántate”, “rueda”,
“elévate” y cosas así, pero no lo logré. Daisuke me
decía que era demasiado pronto, que había progresado mucho
para alguien que era poco más que un niño. Me animó
un poco, y volvimos a casa. Cuando entré, ya en mi forma netamente
humana, eran las tres de la mañana. Osamu estaba durmiendo, o así
me pareció.
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A
la mañana siguiente me llevé una sorpresa. En mi laptop habían
un mail extraño. No tenía virus ni era spam, pero no aparecía
el remitente. Osamu no me había visto entrar... ¿O era él
y me estaba haciendo una broma? No, él me dijo que no me había
mandado nada, que para qué me lo iba a mandar si vivíamos
en la misma casa. Me convenció, pero si él no me lo había
mandado, ¿quién? El mensaje era corto, pero me dejó
una inquietud constante, como si alguien me estuviera vigilando. El mail
sólo decía esto:
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Ken,
bienvenido a mi mundo.
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Guts!
Yo de nuevo, ésta vez con un Fanfic de Digimon 02. Es una realidad
alterna, como se habrán dado cuenta, y tal vez aparezcan personajes
de otras series de Digimon y algún que otro personaje mío.
Como ven, hay algunas grandes diferencias; todos los chicos van a la misma
escuela –Taichi y compañía también- Osamu está
vivo y Daisuke tiene una historia bastante diferente... Supongo que ya
se imaginarán quién aparecerá más adelante
en la historia, así que no les digo nada.
Chau
Nakoruru
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