SAMU

 

Hiakujò Ekai(720-814) - El primer Maestro que estableció una comunidad monástica en China, con reglas precisas y reglamentos con énfasis en el trabajo manual (samu).

Después de la comida de la mañana, en la mayoría de los templos y los monasterios, existe el horarrio de samu(trabajo físico/manual), que durante el sesshin toma la forma de barrer, lavar, limpiar los jardines, etc. Desde el tiempo en que, por primera vez, Hiakujò instituyó esto, hace más de mil años, el trabajo manual ha sido un ingrediente esencial de la disciplina Zen.

Cuál es el significado de dicho trabajo en términos de la práctica Zen?

Primero, nos muestra que zazen no es meramente una cuestión de adquirir la habilidad de concentrarse durante el zazen, sino que, en su sentido más vasto, zazen implica la movilización y la utilización dinámica del  joriki(el poder generado por el zazen), en cada acto. El samu, como una forma de zazen en movimiento, también ofrece la oportunidad de aquietar, profundizar y traer la mente al foco preciso, a través de actividades, así como de revigorizar el cuerpo y, en consecuencia, energizar la mente.

El objetivo, aquí como en todo tipo de zazen, es el cultivo de la claridad de la mente y, eventualmente, de la "no-mente". Son simplemente dos grados de absorción.

Claridad de la mente es un estado en que se está totalmente presente en cada situación y así, siempre capaz de responder adecuadamente a cada situación. La "no-mente" es una cualidad tan completa de absorción, en la que no hay vestigios de conciencia de sí. Cualquier acción que aflora de uno de estos estados de la mente no podrá ser ni de apego, ni confusa, ni tensa ni negligente. No hay falsos o erráticos movimientos ni desperdicio de energía. Todo trabajo realizado en esta condición tiene un valor en sí, independiente del resultado concreto que siempre habrá. Esto está en el nivel de lo sin mérito, lo sin propósito del Zen. Relacionándonos con cada tarea dentro de este espíritu podremos comprender verdaderamente cómo cada acto es la expresión de la naturaleza Búdica. Cuando esto es directa y correctamente experimentado, ningún trabajo está por debajo o por encima de la más profunda dignidad. Al contrario, todo trabajo es la expresión de la inmaculada naturaleza Búdica. Esto es verdadera iluminación. E iluminación, en el zen, no sucede jamás para un único ser, sino para todos los seres.

 

tomado de "The Three Pillars of Zen" - Phillip Kapleau(1965)