LAS CAJAS CHINAS




Cuando una persona cobra conciencia de que sabe, se siente tan asombrada como desconcertada; asombrada porque el hecho de saber y de ser son cuestiones muy extranias y desconcertada porque saber que uno sabe despierta una serie de resonancias y ecos en los que uno puede acabar perdiendo todo contacto con el sonido original. Quien es el que realmente sabe cuando uno cobra conciencia de que sabe, el que sabe, el que sabe que sabe o acaso el que sabe que sabe que sabe?.

Hay que decir, por una parte, que el hecho de saber que uno sabe es pensar, tener en mente un conjunto de palabras o de simbolos. Por otra, sin embargo, tambien significa deirigir los sentidos hacia si mismos, en un intento de tratar de cobrar conciencia de los organos implicados en el acto de ser conciente. Eso es, precisamente, lo que hacen los ninios desde muy pequenios: tocar, chupar y manipular las partes accesibles de su cuerpo, meterse los dedos en la orejas, frotarse los ojos y dar vueltas y mas vueltas hasta terminar completamente mareados. Pero el problema es que nuestro cuerpo no nos resulta completamente accesible y que nuestros sentidos tampoco pueden percibirse a si mismos. Ademas, aunque podamos explorar el cuerpo de otra persona de un modo mucho mas completo que el nuestro, eso no nos basta, porque lo que queremos es sentir las cosas desde el interior y no desde el exterior.

Pero, si los sentidos no pueden percibirse a si mismos - es decir, si no puedo percibirme a mi mismo-, pareceria que le acto de conocer brotara de la nada y careciera de todo fundamento tangible. Es como si el conocimiento fuera una luz capaz de iluminar los objetos pero incapaz de iluminar los cables que la mantienen conectada con el mundo. En este sentido, bien podriamos decir que somos unos extranios para nosotros mismos que, si bien vivimos en el mundo, no pertenecemos realmente a el..
Y es precisamente en esta desconexion donde debemos buscar la sensacion de individualidad y aislamiento que nos convierte en seres desterrados del paraiso. La raiz es la que permite que el arbol se yerga hacia el cielo y, del mismo modo, para poder regresar al paraiso y elevarnos hacia la luz debemos restablecer el contacto con nuestro ser mas profundo. No ser conscientes de esa conexion es como tener el corazon en el sitio equivocado, en el fruto en lugar del tronco, en el yo encapsulado en la piel en lugar de tenerlo en la savia que nutre las diferentes encarnaciones que constituyen variaciones interminables sobre el mismo tema.


Allan Watts
El Arte de Ser Dios
Mas alla de la teologia

Cien racimos brotan
de una sola parra!.


No obstante, la sensacion de estar perdido y solo no es algo fortuito sino que constituye un reto, una aventura, una especie de juego del escondite semejante al que juegan los ninios. Jugar a ser un individuo aislado y solo que teme a la muerte es un juego extraordinariamente fecundo en el que se originan todos los mitos, religiones, filosofias, ciencias, tecnologias y, en suma, todo el espelndido acervo que caracteriza a la cultura humana. De este juego tambien se deriva el sentimiento, tan placentero como doloroso, de amar a otra persona que nos lleva, sin saber por que, a salvar la distancia que separa el YO encapsulado en tu piel del YO encapsulado en la mia... El Yo nunca muere, sino que tan solo se pierde y desconecta en cada encarnacion, exiliandonos asi de la totalidad.

Hasta donde puede llegar este juego del escondite? Cuales son los limites de la realidad? Esa es, precisamente, la cuestion que el ninio trata de descubrir cuando pone a prueba la autoridad sin llegar a despertar su ira y lo mismo que hacemos cuando nos implicamos en todo tipo de juegos. Hasta que punto podemos desarrollar nuestra personalidad sin llegar a perdernos? Cuan singulares podemos llegar a ser? Cuan sensibles, respetuosos y compasivos podemos mostrarnos hacia la vida humana o hacia la vida animal? En que medida nuestra humanidad depende del desarrollo de nuestros derechos individuales frente a los que nos impone la colectiviidad? y, lo que es mas importante todavia... acaso el hecho de tratar de llegar a ser una persona significa, necesariamente, perder la conexion o quizas, por el contrario, una vez perdido ese contacto, la unica posibilidad de la que dispongamos sea la de convertirnos en seres tan personales como sea posible?

Todas estas preguntas son muy importantes porque la cultura occidental ha alimentado un tipo de ser humano que se siente profundamente enajenado de otdo lo que no sea su propia conciencia, un ser humano que ha perdido el contacto con el universo que le rodea y se siente tan extraño en el mundo externo como en su propio cuerpo e ignora, en consecuencia, que, en lo mas profundo de si mismo, se en cuentra el INTERIOR del cosmos o, dicho en otras palabras, que su sensacion habitual de identidad constituye un palido reflejo del universo que alberga en su interior. Se trata de un individuo, en suma, que ha sido educado en la creencia de que las cosas que se encuentran fuera de su piel no son sino mecanismos completamente despojados de los sentimientos y los valores humanos. No es de extrañar, por tanto, que ese individuo se perciba como un espasmo tragico de sensibilidad e inteligencia atrapado, como un raton en un laberinto, en los recovecos del cosmos.

Y esta experiencia resulta doblemente heroica, porque combina la sensacion de hallarse perdido con la necesidad de afrontar esa situacion. Pero he aqui que uno de los tipos de persona mas inquietante con el que podemos encontrarnos es el heroe carente de todo sentido del humor, el individuo que se pierde en su personaje y que interpreta a Hamlet tan bien que llegar realmente a matar al actor que interpreta a Polonio. En el plano de la VIDA REAL, al igual que ocurre en el mundo del teatro, siempre debe conservarse una referencia o clave UN HILO DE ARIADNA que le mantenga en contacto con la realidad e impida que el actor se pierda en el papel. El dominio del arte de la interpretacion reside, precisamente, en ocultar ese tipo de pistas hasta el punto de que casi de la impresion de que no existen y los espectadores lleguen a olvidar la diferencia existente entre el escenario y la vida real. Del mismo modo, la excelencia del arte de la naturaleza consiste en desarrollar un organismo individual tan singular y autonomo que parezca casi un universo separado... Y eso es, ni mas ni menos, lo que ocurre con la personalidad del ser humanol. Aunque oculta, la clave se halla siempre ahi porque si la conexion llegara realmente a cortarse, la ilusion de ser un individuo separado tambien se desvaneceria.

Los occidentales no somos los unicos que nos sentimos individuos aislados pero somos los unicos que nos vanagloriamos de ello, debido a que nuestras tradiciones religiosas y filosoficas valoran muy positivamente la nocion de individualidad aislada. La combinacion de las visiones judia y griega del mundo con el cristinanismo proporciono el caldo de cultivo mas idoneo para el crecimiento desporporcionado de la sensacion de identidad personal. Es por ello que, hasta la fecha, tanto la ortodoxia catolica como la protestante se oponen de plano a cualquier teoria que ponga en entredicho la INTEGRIDAD del alma individual. La sola mencion de la existencia de un estrato mas profundo, en el cual Dios y el hombre son identicos - la vision hinduista del TU ERES ESO, por ejemplo - es inmediatamente desdeñada como panteista - como si bastara con esa acusacion para zanjar definitivamente la cuestion-. Y, en cierto modo, resulta logico que asi sea, porque la vision dogmatica y autoritaria que desdenia a la criatura - COMO TE ATREVES A SER DIOS? constituye, precisamente, el rasgo mas distintivo del individualismo occidental. Se trata de un estilo de personalidad que nos obliga a esforzarnos denodadamente por alcanzar todo tipo de objetivos personales y novedosos para agradar al Senior, quien no solo lo sabe todo sino que tambien ama y juzga con serveridad a cada criatura de un modo separado. Como observo en cierta ocasion martin Buber, el dia del Juicio Final el Senior no me preguntara POR QUE NO HAS SIDO COMO MOISES O ELIAS?, sino, POR QUE NO HAS SIDO COMO MARTIN BUBER?. No hay que olvidar nunca, desde esa perspectiva, que, si bien somos unicos a los ojos de Dios, hemos sido creados de la nada y dependemos absolutamente de El. No podria haberse concebido otro sistema mejor para generar esa ansiedad que los occidentales consideramos como el motor esencial de todos nuestros esfuerzos morales y sociales.

Pero en la actualidad, el occidental inteligente se halla en una encuricijada que le obliga a reconsiderar en profundidad su vision del ser humano. Hace poco menos de cien anios que los norteamericanos y los europeos hemos cobrado conciencia de que somos una minoria y de que nuestra civilizacion no es la unica que existe sobre la faz del planeta. Los hindues y los budistas, por ejemplo, no han idealizado la individualidad y tampoco han subrayado la division entre el espiritu y la materia, lo infinito y lo finito, el Creador y la criatura y, en consecuencia, tampoco conciben la relacion entre el ser humano y lo divino como la existente entre huerfano y sus padres adoptivos.

Por otro lado, la imagen que nos proporciona la ciencia moderna sobre el ser humano tampoco se corresponde con nuestra experiencia subjetiva de ser una conciencia - o alma - separada que habita en un cuerpo fisico. Segun afirman la biologia, la fisica y la psicologia, sin embargo, el ser humano es una pauta de conducta que tiene lugar en el seno de un campo - como los remolinos que se forman en el agua - y que tanto podemos atribuir al organismo como al entorno. Y esta vision ecologica del ser humano en tanto que - organismo/medio ambiente - resulta tan ajena a la concepcion cristiana del alma encerrada en el cuerpo como a la difundida vision materialista del hombre como una chispa de inteligencia fortuita en un universo mecanico y carente de todo sentido. La vision ecologica, no obstante, afirma que, alli donde existe un organismo inteligente, el entorno tambien debe, en cierto modo, serlo, porque organismos y medio configuran una unidad indisoluble que evoluciona conjuntamente.

Pero el modo en que los seres humanos PERCIBIMOS subjetivamente nuestra existencia todavia se halla fuertemente condicionado por las imagenes teologicas y misticas - en nuestro caso, las visiones del mundo helenica y judeocristiana - que fundamentan todas nuestras instituciones sociales y se hallan inscritas en nuestro sistema juridico, en la estructura familiar y en el modo en que educamos a nuestros hijos, en la distribucion de los roles sociales, en el sistema educativo y academico y, quiza lo mas importante de todo, en la misma estructura del lenguaje. Tal vez convendria, pues, comenzar a cuestionar el hecho de que ese sujeto - ese ego unico y especifico - que sabe, siente y es responsable de sus actos, ese yo que mora en el cuerpo pero que no pertence completamente a el y que se considera como algo separado de sus experiencia y duenio de su pensamiento y de su voluntad y que damos por sentado en nuestra vida cotidiana, no es mas que una creencia transmitida por la sociedad.

EL ARTE DE SER DIOS


Poco importa que una determinada persona sea cristiana o judia, fundamentalista o atea, porque su identidad siempre se hallara determinada por una imagen teologica, imagenes que siguen pesando profundamente sobre nosotros aun cuando hayamos dejado de frecuentar la iglesia y ya no leamos la Biblia. Y es que nuestra sensacion de identidad no es algo meramente biologico - como la respuesta de los ojos al color - sino que es el fruto de una serie de condicionamientos sociales y constituye, en si misma, una isntitucion social. El ninio va forjando su identidad en base a las palabras, actitudes y gestos de las personas que le rodean, hasta el punto de que bien podriamos decir que el yo es el producto del proceso de aprendizaje de las reglas del juego impuestas por la sociedad concreta en que vivimos. Y estas reglas, a su vez, se hallan historicamente condicionadas por la vision cosmologica imperante y por el significado ultimo que una determinada cultura atribuya al proceso del nacimiento y de la muerte, a la felicidad y al sufrimiento. Es por todo ello que el estudio serio de la teologia - aunque no con el espiritu de los seminarios y mucho menos como una mera curiosidad historica - resulta de capital importancia para la cultura occidental.



Tal vez mi Yo profundo sea capaz de imaginar mi personalidad y las circunstancias concretas que configuran actualmente mi vida. Y lo mismo podria aplicarse a cualquier persona porque - siguiendo con nuestra hipotesis - todos nosotros compartimos el mismo Yo profundo y la apariencia de otredad, dualidad y multiplicidad forma parte intrinseca del mismo juego. La leccion, pues, que podemos extraer de este fantastico juego es que el intento de llevar nuestros suenios hasta sus ultimas consecuencias, de encontrar una explicacion a este universo y de representarnos de la manera mas clara posible la naturaleza de la beatitud eterna, terminan llevandonos, precisamente a ocupar mas plenamente el lugar en el que nos hallamos ahora mismo. Aunque, para ello, es necesario disipar cualquier rastro de resentimiento por el sufrimiento pasado y presente y convertirlo en gozo, despertando y reconociendo que todo forma parte de un suenio deliberado de nuestro Yo mas profundo que se halla inmerso en el deleite eterno.

Atencion

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