Esta instantanea fue tomada cuando partimos de Seara. Vemos a la bella Sumobla tras haberse "cargado" una cucaracha que merodeaba debajo de una litera.
Sumobla, según cuenta la leyenda, se convierte en jaguar cuando lucha contra sus enemigos. Su zarpazo y mordisco son mortales de necesidad (que se lo pregunten al bicho). Lady Sumobla campa por las Tierras Medias, allí oyen su gruñido en la quietud de la noche. Su naturaleza no es perversa, al contrario, pero su personalidad impone un orden que ha de ser respetado.
Viajeros me han comentado que sus huellas se pueden encontrar en casi toda Europa...y es que el Jaguar emigra más que las golondrinas en otoño.