La entonces alcaldesa de la ciudad, Doña Soledad Becerril, "vieja amiga" del entonces presidente del Puerto, Don Félix Manuel Pérez Miyares, lo apoyó incondicionalmente. Ambos fueron los impulsores del desmontaje del emblemático puente de Sevilla.
Ambos vinieron de afuera, y a fuera volvieron. Mientras una ha abandonado nuestra ciudad por un puesto en Madrid olvidándose del tema a pesar de la confianza que en ella depositaron muchos sevillanos; El señor Miyares dejó su cargo también, pasando a la Historia, al parecer, como el presidente del Puerto que "arrebató" el Puente de Hierro a los Sevillanos.
No se hizo un proyecto de reubicación, ni se esperó a que hubiera dinero para ello, como solicitaba Planuente. No se presentaron compromisos ante la opinión pública. No se anunciaron plazos ni se dieron garantías de ningún tipo sobre un traslado, y no se respetó la normativa municipal, algo que se pasará a detallar en la página siguiente.
Una vez desmontado el Puente, la INMINENCIA del prometidísimo Proyecto Delicias desapareció, quedando desierto el concurso del mismo. Todo quedó al descubierto.
Y no solo eso. Los grandes cruceros, que en teoría no podían pasar según el Puerto por culpa del Puente de Hierro, acabaron atracando el el muelle que Planuente propuso como terminal de cruceros: justo antes del Puente de las Delicias.
Hoy creemos saber la causa de la Inminencia del Proyecto Delicias: podría deberse a las prisas del presidente del Puerto por hacer el negocio él antes de ser relevado de su cargo. En sus prisas pareció sacrificar el histórico puente de los sevillanos.
Parecía que el presidente del Puerto había "convencido" a todo el mundo. Bueno, a quienes quisieron creerle...
 | 
