La
Cabeza de Vasco Ya
destroncada la gentil cabeza |
De alcázares de
perlas
ascendieron sirenas melancólicas,
y en el mármol del rostro ensangrentado,
incrustaron sus bocas.
Incrustaron sus
bocas, como incrusta
experto orfebre cinceladas copas
de oro y de mármol o de mármol y oro,
cornalinas de púrpuras radiosas.
¡ Cantaron las
sirenas! Y su canto,
reguero fue de dolientes notas,
que al escuchar sus tristes vibraciones
se estremecieron las rocas