Estrategias de aprendizaje
Contenidos:
De la escuela de la homogeneidad a la escuela de la diversidad
Definición del pensamiento estratégico
Estrategias de dominios específicos
Modelos de desarrollo del pensamiento
Estrategias de enseñar
Ayudar a formar pensadores competentes y responsables (pensamiento estratégico) para que actúen en un medio caracterizado por la diversidad y la impredecibilidad (acción estratégica) es una respuesta necesaria y posible de la escuela.
El desarrollo de esas competencias y responsabilidades por los grupos escolares supone necesariamente una participación de ellos en la toma de decisiones. Si no se cumple esta premisa el cambio hacia el pensamiento estratégico del alumno es superficial.
Este enfoque supone cambios importantes en el rol docente, en la organización de la escuela y en su papel como actor en la cultura de la sociedad.
De la escuela de la homogeneidad a la escuela de la diversidad
El carácter de la profesión de maestro implica "vivir en el medio" de perspectivas analíticas diferentes. En mi caso soy un maestro de escuela que ha vivido más de seis décadas en el entorno escolar como alumno, como estudiante normalista y como docente, lo que -sumado al contacto con los impulsores de las llamadas Escuelas Experimentales que realizaron su obra a partir de la década del 20- me permite dar un testimonio de la evolución de la institución escolar en nuestras sociedades urbanas, prácticamente durante el siglo XX.
Aquí pues habrá un relato con un gran contenido subjetivo, de historia personal.
La escuela que conocimos los niños montevideanos allá por los años 30 ó 40 era una institución pensada para la llamada "clase media", una capa de población en ascenso, que formaba barrios de tejido social muy integrado. Una escuela adecuada para un país de estructuras económicas y políticas consolidadas, de conflictos asordinados, en el que las expectativas personales y familiares se fundaban en la predecibilidad, donde la pobreza era cuestión de grados, no de extremos.
Una escuela individualista, informativa, que tendía a la nivelación cultural hacia arriba, que enseñaba mucho y reclamaba que se memorizara mucho, que ponía su mirada en la masa, la que a su vez confiaba en la educación como el factor fundamental de su movilidad social. Una escuela que no reconocía a una élite más que por la calificación en los trabajos de aula y el posterior ingreso a Secundaria y que tampoco reconocía como propia la necesidad de atender a los niños llamados discapacitados, a los que segregaba en escuelas especiales.
El soporte psicológico era muy pobre ya que la propia Psicología del Niño era una disciplina en formación: se partía de la concepción de la inteligencia como una facultad medible, entre cuyos componentes se privilegiaba la memorización. El empleo de la memoria había sido una respuesta adecuada de la escuela rioplatense de principios del siglo XX ante el aluvión de inmigrantes que tenían que retener la información básica que les permitiera sobrevivir en un medio distinto al suyo-, pero para nuestras viejas maestras la memoria seguía teniendo hacia el año 1940 un papel protagónico: nos hacían memorizar listados, tablas, fórmulas, usos de las letras, fechas, lecciones enteras.
El vértice privilegiado del triángulo didáctico (objeto de conocimiento, alumno, docente) seguía siendo el contenido. La lección de carácter verbal a cargo del maestro y la pregunta verificatoria dirigida a los alumnos constituían las herramientas didácticas.
Ante la necesidad de actuar, cuando se requería emplear un procedimiento, el camino algorítmico era el recorrido.
¿Cómo caracterizamos la conducta algorítmica?
La empleamos permanentemente al conducir, un vehículo, al cocinar, al emplear la computadora, y en muchísimas circunstancias de la vida cotidiana y de la investigación, cuando utilizamos un "conjunto ordenado y finito de operaciones que nos permite hallar la solución de un problema" (Diccionario de la Real Academia Española).
La elaboración y el empleo de un algoritmo supone que las situaciones que se van a enfrentar pueden reducirse a modelos ya conocidos, repetidos, regulados, es decir que esas situaciones son normalizables. Para eso, frente a un escollo, a partir de ubicarlo en una categoría se desencadena la secuencia de actos que van a llevar al objetivo perseguido.
Tiene más que ver con un monólogo que con un diálogo en el que las intervenciones del otro generan cambios en mi discurso, con un acto reflejo que reconoce una condición dada y no lo único e irrepetible que puede tener la situación.
En la escuela de antes del medio siglo se trataba de trasmitir los guiones para actuar, de que se memorizara fielmente esa herramienta. Finalmente se controlaba el conocimiento con la propuesta de ejercicios similares a los ya desarrollados.
La escuela tradicional desarrollaba el pensamiento algorítmico en sus alumnos, por ejemplo, a través del énfasis que ponía en la operatoria aritmética, en el manejo reproductivo del problema-tipo, en la secuencia de pasos en el trazado geométrico, en la lectura mecánica y la escritura ortográfica. Se explica esta tendencia por la facilidad de evaluar una destreza algorítmica, cuando de ello dependía muchas veces el pasaje de grado. La justificación se encontraba en la utilidad personal de disponer de un anillo de certezas, de dominar procedimientos seguros en un primer acercamiento del niño al conocimiento disciplinar.
La evolución que experimentó la escuela en la época en que yo empezaba a desempeñarme como maestro llevó de la escuela memorística a la escuela explicativa. En mi país nos salteamos el paidocentrismo. La Escuela Nueva fue un movimiento en el que predominó la influencia decrolyana que nunca se expandió más allá de las escuelas experimentales. El enfoque hacia la expresión creadora de la escuela de Canteras de Riachuelo fue incomprendido y aislado por un supuesto carácter de excepcionalidad.
Pero hacia el medio siglo y la década del 60 podemos observar que se inicia y consolida un cambio importante en la función escolar, especialmente en las escuelas públicas, respondiendo al peso social y cultural de las capas medias de la población que aspiraban a ocupar posiciones de responsabilidad social y a compartir el poder político.
Para ese objetivo ya no alcanzaba con memorizar, se requería entender. El mérito de la escuela después del medio siglo fue la preocupación por incorporar formas de razonamiento, lo que significó el respeto a la inteligencia infantil, ya por entonces comprendida más como una potencia que como una facultad inamovible. El maestro explicaba y si el niño no entendía el maestro buscaba otra forma más accesible de presentar el tema, volvía a explicar allanando las dificultades.
Lo que caracteriza esta postura docente es un planteo que comienza por definir el punto de llegada que generalmente corresponde a un contenido del programa escolar (por ejemplo, enseñar a escribir una carta o distinguir las clases de triángulos según sus ángulos). Partiendo del objetivo definido, el docente trataba de escalonar las dificultades proponiendo actividades secuenciadas, cada vez más complejas hasta que el niño alcanzara la competencia buscada. Se trata de un proceso de los que se denominan "de arriba-abajo", ya que se estipulan los pasos a dar por el niño tomando en cuenta y a partir no sus experiencias anteriores sino de las dificultades del contenido a abordar.
A pesar de ello se inició un auspicioso camino de búsquedas didácticas dirigidas a que el alumno común, el alumno medio dejara de repetir respuestas y pensara "con su cabeza". Ese alumno medio era el niño proveniente de las capas medias de la población o de sectores de la burguesía. Con el propósito de que "fuera entendiendo" se secuenciaban las dificultades hasta diseñar escalones minúsculos, lo que culminaba en la "individualización" de la enseñanza. A partir de allí si persistían las dificultades, el lugar del fracaso se instalaba en el alumno.
Quienes "perdían" en la escuela eran en su mayoría niños provenientes de los sectores desfavorecidos socialmente, que tenían otras experiencias, otras destrezas, otro lenguaje que les servían en la vida cotidiana pero que en la educación formal no tenían cabida. La escuela los conducía así al llamado triángulo vicioso del fracaso escolar:
- me cuesta comprender: debo ser tonto,
- lo vuelven a explicar y sigo sin entender: es seguro que soy tonto, mejor no hago nada (o mejor hago cualquier cosa),
- lo que hice no sirvió: soy más tonto de lo que creía.
Se contribuía de ese modo a conformar el grupo de los que se acostumbran desde chicos a ser perdedores, con una marginalización escolar que retroalimenta la marginalización cultural del sector social del que se proviene.
Pero analicemos el caso de los niños exitosos en la escuela que hemos llamado explicativa: el niño aprendía lo que el maestro le explicaba; había una circulación del conocimiento desde el que sabía (el que tenía el conocimiento científico o socialmente aceptado) y que pretendía rellenar un hueco de ignorancia en el niño o desplazar lo que sabía de otra manera.. Pero no se enseñaba a aprovechar lo que ya se sabía, a reconocer el porqué de los errores de lo aprendido fuera de la escuela, que simplemente se sustituían; no se enseñaba cuándo y dónde aplicar lo que se sabía, a transferir los conocimientos, a vincularlo, a evaluarlos, a modificarlos. Se enseñaba a responder, no se enseñaba a preguntar, no se enseñaba a tomar decisiones.
Ahora vemos dónde se cortaba el camino explicativo: la escuela que enseñaba a razonar ponía su acento en la comprensión conceptual, no en la acción posterior cuando esta ofrecía alternativas. No en la toma de decisiones por parte del niño. Aunque se trabajara con los niños el juicio crítico, la toma de decisiones a partir de opciones quedaba en la mayor parte de las veces a cargo del maestro o de la dirección del establecimiento. El juicio crítico era para el escolar de hace treinta o cuarenta años un entrenamiento en la argumentación, no era la antesala de una acción por la que hay que dar respuestas.
La misma escuela que era explicativa en lo conceptual, en lo procedimental seguía siendo algorítmica. Remedos de trabajos colectivos no disimulaban el carácter individualista de la enseñanza, y el mantenimiento de la estructura verticalista del sistema centralizaba la toma de decisiones. Avanzar hacia una escuela que abriera alternativas hacia lo diverso, que apuntara hacia la enseñanza recíproca y que hiciera participar a los alumnos en la toma de decisiones no estaba planteado (no podía estar planteado) en la agenda docente de hace dos o tres décadas.
La sociedad de esa época ya había ingresado en un período crítico multifacético, en lo económico, en lo social, en lo político. Los círculos de la pobreza se reproducían y se ampliaban. Pero las escuelas habían ido diluyendo sus responsabilidades como protagonistas culturales de sus comunidades, por diversas razones entre ellas las trabas impuestas por las autoridades que administraban el sistema. Encerradas en un didactismo que se retroalimentaba a sí mismo se quebró la comunicación con los padres que ya no podían ayudar a sus hijos por los contenidos abstrusos de la enseñanza (teoría de conjuntos, por ejemplo) o por las metodologías crípticas (abordaje psicogenético de la lectura) dejaron de ser vistas por las clases populares como el factor de su avance social .
Los itinerarios de la sociedad rioplatense y de la escuela en este último cuarto de siglo quedaron dramáticamente separados. Alternativas nunca antes pensadas llegaron a constituirse como opciones válidas para individuos y comunidades: la emigración en países de inmigración, la marginalización ya no de individuos sino de capas de la población; la mirada al otro, no como semejante sino como distinto; el trabajo obtenido como antesala del desempleo; la exposición de lo privado y la restricción de lo público; la diversificación extrema de las experiencias vividas y las expectativas que nos mueven; lo aleatorio, lo casual como el único vínculo con el futuro.
La diversidad de situaciones y de respuestas se instaló en la sociedad antes que en la escuela.
Y la escuela, por su parte, que no ha enseñado a sus alumnos a preguntar y a preguntarse sobre lo que sucede a su alrededor, que como sistema tampoco se lo pregunta, llega por su parte al constructivismo, a partir de concepciones epistemológicas, psicológicas y didácticas.
Instalado de pleno el constructivismo entre nosotros veamos qué provecho podemos obtener de él.
En la polémica de qué contenidos y qué modalidades va a tener la vida escolar en nuestras sociedades debemos tener presente una perspectiva política, una científica, una psicológica, una pedagógica, que consideren, entre otros: el rol social de la escuela, la provisoriedad del conocimiento científico, la persistencia de los saberes personales, las perspectivas de una educación para la responsabilidad.
La escuela de hoy, alienada en un pensamiento de raigambre positivista de arrinconar la ignorancia con técnicas didácticas, de pronto se ha encontrado:
* en una sociedad con un alto grado de tensión, donde afloran las resistencias y se tornan menos visibles las formas de ejercicio del poder, del control y de la contención,
* con una masa de conocimientos científicos, cuantitativamente crecientes y cuya validez se determina por criterios distintos a los de la experiencia,
* con aportes de la investigación cognitiva sobre el aprendizaje (la existencia y el peso de las ideas previas espontáneas, las diferencias entre la educación formal y la educación informal, la percepción de las posibilidades y restricciones que determinan las herramientas culturales de esa sociedad, etc.),
* con una población escolar heterogénea, reflejo de una comunidad desintegrada que la ignora, que desconoce su influencia.
El desarrollo del pensamiento algorítmico ya no alcanza.
Definición de pensamiento estratégico
Una estrategia es un curso de acción elegido entre distintas alternativas previstas tras conocer el objetivo de la tarea, las condiciones de la situación y los recursos de que se dispone y que se lleva a cabo atendiendo en su desarrollo las condiciones cambiantes que se generan.
Si el pensamiento algorítmico resulta adecuado para la actuación en una situación reducible a datos repetidos, normalizables, el pensamiento estratégico se emplea con más eficacia en una situación única, o por lo menos con caracteres distintivos, por lo que es adecuado explorar en la misma las distintas posibilidades que se abren, para reconocer qué alternativa se empleará en la prosecución de las acciones de respuesta. El pensamiento estratégico está alerta a las condiciones: su fórmula básica parte de "si se dan ciertas condiciones o si las variables operan de tal modo, entonces..." y a partir de allí no descarta de antemano ninguna posibilidad de acción sino que las analiza todas para tomar después la decisión que se considera más apropiada.
Si la acción algorítmica es un flujo predeterminado de pasos sometido originalmente a la lógica de la razón, la acción estratégica es la elección y prosecución de un camino alternativo, elegido deliberadamente luego de considerar los variados factores que consideramos relevantes en la situación.
En torno a los términos
Entremos al Diccionario de la Real Academia Española.
Algoritmo: Conjunto ordenado y finito de operaciones que permite hallar la solución a un problema.
Estrategia: Arte de dirigir las operaciones militares. // Matemática. En un proceso regulable, el conjunto de las reglas que aseguran una decisión óptima en cada momento.
Decisión: Determinación que se toma en una cosa dudosa.
Duda: Vacilación. Suspensión del juicio.
En la estrategia hay dos momentos: uno de duda y otro de decisión. Esta decisión es óptima (dentro de las alternativas, la que no puede ser mejor y es temporaria (la decisión es para cada momento).
Estratagema: Medio empleado hábil y mañosamente para el logro de algún intento.
Se reconoce aquí una destreza, pero también una intencionalidad, un componente de astucia que permite encontrar un ardid para lograr artificiosamente o con engaño cualquier fin.
Estrategia, acción estratégica, pensamiento estratégico
No hay un empleo unívoco del término estrategia. Así, por ejemplo, se habla de "punto geográfico estratégico" para referirse a un lugar con condiciones adecuadas para cubrir determinados funciones. Las definiciones y clasificaciones se han diversificado a un extremo que torna dificultoso encontrar criterios comunes entre los distintos autores que tratan el tema.
Podemos comenzar a superar la equivocidad distinguiendo estrategia, acción estratégica y pensamiento estratégico. La estrategia sintetiza componentes de reflexión y de acción y en ella ambos procesos se retroalimentan.
El pensamiento estratégico es un hecho mental, la acción estratégica se refiere a conductas perceptibles; uno crea alternativas, otro las concreta. La decisión es el puente entre ellas.
En la medida en que se reflexiona y se actúa de este modo se desarrollan en cada uno nuevas formas de saber y de saber hacer, es decir se mejora el aprendizaje potencial.
Si desplazamos nuestra mirada desde el análisis de las estrategias centrado en la tarea a realizar hacia una perspectiva centrada en el niño que aprende el objetivo ya no es solamente la solución a un problema sino que pasa a ser su desarrollo cognitivo y afectivo, el de sus capacidades, destrezas y actitudes.
Si se buscamos abarcar diferentes ámbitos podemos definir una estrategia como una respuesta a una situación problemática para cuya solución se proponen diferentes alternativas entre las cuales se opta, para llevar a cabo la acción en un proceso de evaluación continua, con un criterio de eficacia.
Problema, alternativas, respuesta, eficacia: tal es el aura conceptual que rodea a la noción de estrategia.
Hablar de estrategia es considerar:
a) una situación de desequilibrio que nos preocupa,
b) la exploración de soluciones alternativas,
c) una acción coyuntural de respuesta,
d) la valoración de la acción en términos de eficacia.
e) la movilidad de la propia estrategia empleada.
a) No en todas las situaciones de desequilibrio empleamos la vía estratégica. Si disponemos de recursos algorítmicos específicos para enfrentar una dificultad los emplearemos a menos que la situación que la incluye forme parte de nuestro espacio de problemas.
Se puede prever un espacio de problemas con respecto a un sujeto que tiene la posibilidad de comprender una tarea sin que pueda resolverla de inmediato. Esa tarea debe despertar su interés prolongado, que le comprometa a llevar a término la resolución, puesto que la persona debe experimentar la necesidad de tener éxito.
Las condiciones para que se intente resolver reflexivamente un problema son que el individuo (y la institución, la comunidad) lo reconozca como un problema suyo, que esté decidido a enfrentarlo y que tenga instrumentos para hacerlo, aunque el esfuerzo sea costoso.
Nosotros hablamos de un espacio de problemas que puede ser personal, institucional, de la comunidad escolar o social, o sea que la persona, la institución o la comunidad los reconocen y los enfrentan. Allí ubicamos aquellas cuestiones que entendemos que deberían ser cambiadas, las interrogantes que nos incitan, las contradicciones que nos movilizan, las injusticias que nos conmueven.
El espacio de problemas comprende el conjunto de las interrogaciones que efectuamos -a nosotros mismos y a los demás- que pueden estar vinculadas a una esfera de conocimientos, a un conjunto de procedimientos, al campo afectivo, al cuidado del ambiente o de los otros. Ese espacio puede contraerse, a veces por una represión voluntaria (cuando anticipamos que nuestra acción puede volverse negativa para nosotros mismos), otras veces por factores no intencionales (como la rutina que va oscureciendo nuestra percepción) o por los desfasajes que permiten contradicciones en nuestro propio pensamiento (los mismos hombres que, en el Río de la Plata, lucharon por la libertad política en la década de 1810 no concebían el problema de la falta de libertad individual y convivían sin mortificación con los esclavos.).
Pero también el espacio personal (institucional, social) de problemas puede expandirse por una creciente toma de conciencia de nuestras necesidades y de nuestras posibilidades, causada entre otras razones porque la situación sea asumida como problema en los otros ámbitos. Puede ser un ejemplo de esto el que a partir de que muchos individuos comprenden las ventajas de reconocer y apreciar lo diverso, la escuela adopta una posición de intervención en el tema y ello ayuda a que la sociedad en su conjunto, que segregaba ese trozo de la realidad circunscribiendo y tratando de enquistar los conflictos derivados, encare políticas que lo atiendan promoviendo su ingreso en el espacio social de problemas
El concepto de espacio de problemas -que es claramente subsidiario de la noción de zona de desarrollo próximo- pone atención no solo en el aspecto del saber, en tanto se parte del reconocimiento de un desequilibrio cognitivo, sino también en el aspecto actitudinal ya que es necesario correr los riesgos de una frustración cuando se toma conciencia del obstáculo que se presenta y se le da respuesta, sabiendo que las consecuencias de las decisiones que se adopten no son rigurosamente previsibles.
Rara vez una propuesta escolar toma estas características. La posibilidad de incidir en el espacio de problemas infantil no es abordada en las aulas tradicionales y la intervención docente se reduce al planteo de labores impuestas, ajenas, cuyo objetivo se desconoce y que no generan el compromiso actitudinal de enfrentarlas con una intencionalidad que exceda la búsqueda de la calificación escolar. De ese modo el niño fracciona su mundo en dos: "el mundo real" y "el mundo escolar" y en este último sitio sigue el camino del menor esfuerzo, el de la repetición de la fórmula socialmente aceptada, lo que está supuesto en el llamado "contrato pedagógico". No hay proyecto propio, no hay exploración de caminos alternativos, no hay opción posible, no hay riesgo de seguir secuencias incorrectas, no hay responsabilidad social, no hay entusiasmo.
b) La segunda característica mencionada entre las que distinguen a la acción estratégica es la exploración de caminos alternativos de solución al problema reconocido, es decir considerar el objetivo independiente mente de una transformación específica. Esta conducta de rodeo supone un corrimiento de lugar para juzgar nuestra primera idea, aun cuando nos parezca pertinente, no atribuyéndole " a priori" corrección y a pesar de lo fatigoso del procedimiento abrir un nuevo aplazamiento de la acción.
Este carácter se ve favorecido por el intercambio de saberes y de pareceres. El "otro" nos muestra una interpretación que no habíamos percibido o una consecuencia de la acción que no habíamos tenido en cuenta, pero, a la vez, la presencia del otro nos obliga a una explicitación clara de nuestra pensamiento que probablemente haga aflorar dudas y confusiones. El "otro" argumenta, replica, prueba. Se abre así la posibilidad de desarrollar la llamada "enseñanza recíproca" que favorece la inclusión por el cruce de competencias y destrezas dominadas e impide la marginalización escolar.
La exploración de posibilidades divergentes es, a la vez que el fundamento de la acción posterior, una actividad que acrecienta la competencia procedimental de quien la lleva a cabo, en tanto el niño va internalizando las preguntas que formuló, las miradas distintas hacia el objeto de su análisis, lo que le resultará útil en múltiples ocasiones y especialmente cuando deba explicarse un hecho científico en el que la interacción, la multicausalidad, la retroalimentación, la articulación dialéctica muy probablemente estén presentes.
Este segundo carácter se vincula con el procesamiento de la información (evocada o recibida) a través de la creación de la trama de relaciones entre todos los datos disponibles y el objetivo perseguido. Desde este punto de vista. tiene primacía aquí lo intelectual.
c) La tercer característica de una estrategia es que lleva a una acción coyuntural, en dos direcciones: tiene la posibilidad de modificarse en función de los cambios de la coyuntura y tiende a modificar la coyuntura en el sentido previsto intencionalmente.
La acción algorítmica es refleja, predeterminada, general, obliga a insertar la situación en un modelo ya diseñado con anterioridad; la acción estratégica es abierta y adaptable, en tanto la actuación no queda desligada del objetivo, sino que se evalúa constantemente la medida en que nos acercamos al mismo considerando el riesgo eventual de error, las interferencias imprevistas y las reacciones del medio ante las primeras acciones, por lo que deja abierta la posibilidad de modificar y adaptar la secuencia pensada.
Toda acción estratégica entraña un riesgo en tanto no son totalmente previsibles los efectos de nuestra decisión; en la medida de la singularidad de la situación, la decisión es probabilística. Por eso, si la responsabilidad es el "cargo que resulta para uno del posible yerro en asunto determinado" (Diccionario R.A.E.), responsabilidad y riesgo son caracteres de la acción estratégica que se suponen mutuamente.
Cognitivistas norteamericanos han investigado las diferencias entre la educación formal y la informal. Entre las diferencias resalta la vinculada con la noción de responsabilidad social implícita en la educación informal (una madre que deja al cuidado de su hijo mayor al hermano pequeño), frente a las consecuencias puramente escolares que tiene el cumplimiento de una tarea en la educación formal (un "problema" aritmético común).
Una escuela que se plantea proyectos de repercusión en la comunidad y que estimula a sus miembros a cumplirlos recogiendo la mayor información posible, empleándola para descubrir vías alternativa y tomando decisiones que luego se concretan y evalúan, nos pone en el camino de la educación hacia la responsabilidad.
d) De allí surge la cuarta característica: la necesaria eficacia. El trabajo realizado se evalúa en función de la obtención del fin que se perseguía porque no alcanza con la convicción de que se obró reflexivamente. Lo que satisface, incluso podría decirse lo que alegra al niño, es el éxito o el acercamiento al éxito.
Se puede presumir que un niño que utiliza estratégicamente su pensamiento: que asume como suyo un problema, que explora todas las posibles vías de solución, que actúa en la dirección que le parece más adecuada y encuentra éxito en su búsqueda, aumenta su autoconfianza en la medida que ha dado una respuesta propia, ha interpuesto un hecho personal en la cadena de los hechos.
¿Qué sucede en el caso de que no resultara exitoso el emprendimiento? Corresponde al pensamiento estratégico la capacidad de sobrellevar la frustación consiguiente, utilizando la experiencia anterior y sobre todo los errores reconocidos en la tarea realizada para apreciar que se está en condiciones distintas a las iniciales.
Como en la característica anterior juegan en ésta tanto los factores intelectuales como los afectivos.
e) Analicemos finalmente en nuestra descripción del pensamiento estratégico de los niños su movilidad.
Reconocemos pensamiento estratégico en muchas actividades infantiles al jugar y al cumplir tareas en el hogar, el Jardín de Infantes y la escuela.
A veces estos recursos que emplean los niños son muy poco potentes:
El inspector pregunta cuánto mide el lado de un cuadrado cuyo perímetro es de 60 centímetros.
Un alumno intenta varias respuestas:
- 8..., 6..., 10..., 12...
-A ver- interrumpe el funcionario. -Para decirme esos números ¿en qué estás pensando?
- En qué número querrá oír usted para decirme que está bien.
Este niño muestra que está empleando una estrategia: reconoce la situación como un problema, recuerda que los problemas matemáticos se responden con números, evoca sus conocimientos sobre "cuadrado", "perímetro", tiene la certeza de que el perímetro es mayor que cada lado, supone que la respuesta debe ser un número menor de 60, dice números de 60 porque alguno seguramente corresponde a la respuesta. Por lo tanto, a su manera, está razonando.
(Si en lugar de diseñar modelos didácticos de arriba-abajo que privilegian el punto de llegada proponemos un camino opuesto (de abajo-arriba) partiendo de averiguar lo que los niños saben o creen saber y las estrategias que ya han adquirido, buscaremos formas de que se pongan en juego esos conceptos erróneos y esas estrategias débiles y se modifiquen.)
¿Desde qué edad favoreceremos su desarrollo?
Los procesos psíquicos asociados con el pensamiento no están limitados a alguna etapa avanzada ni de "nivel superior" del desarrollo psíquico. Por el contrario las "habilidades del pensamiento" están íntimamente vinculadas con el aprendizaje exitoso incluso de los niveles más elementales de lectura, matemática y otras materias. El pensamiento debe ocupar todo el currículo escolar, para todos los alumnos, desde los primeros grados."
¿Por qué una estrategia se perfecciona, se transfiere, se enriquece? ¿Por qué se ha señalado como una de sus características la sofisticación ? "Una estrategia debe ir "madurando" a través de su repetida aplicación, haciéndose más dúctil y eficaz, adquiriendo matices y permitiendo cada vez una mayor profundización y calidad en los productos intermedios y finales que produzca." Porque todo el proceso de pensamiento ha facilitado ese bucle mental recursivo que es la metacognición, en este caso, la toma de conciencia de los recursos empleados y su adaptabilidad a muchos otros campos, lo que de algún modo genera de un modo honesto ese anillo de seguridades que necesitamos para no quedar indefensos frente a lo múltiple, desgarrados por la desconfianza.
Es mucho más accesible para el niño la autoevaluación de la aplicación de un procedimiento que la de un avance conceptual; incluso algunos investigadores piensan que si durante la aplicación de un procedimiento el sujeto se centra en los estímulos externos y en la solución inmediata, a partir del éxito de esa conducta el niño accede a una fase metaprocedimental redescribiendo sus representaciones anteriores, unificándolas y coordinándolas en función de ese nuevo saber hacer, mejorando así su control sobre el entorno y sobre su propio conocimiento.
Pero este proceso de cambio y enriquecimiento estratégico no es fácil.
Tampoco es fácil la transferencia de estrategias de un campo a otro. Entre las personas que trabajan hurgando residuos en Montevideo es muy frecuente encontrar niños. Una de las tareas que desempeñan con total eficiencia es la clasificación de papeles, de vidrios, de residuos orgánicos, etc. La clasificación incluye generalmente subclasificaciones de materiales que tienen distinto destino. Así como habitualmente los escolares no reconocen en una situación escolar de clasificación (figuras geométricas, acentuación de palabras, etc.) que la índole del trabajo es análoga a otra en otro campo (acentuación de palabras, etc.), los niños hurgadores tampoco reconocen la similitud de la tarea propuesta en el aula con la que ellos desempeñan en el medio familiar. Sin duda que el foco de la atención está en el contenido, en el material con el que se trabaja y el manejo de la estrategia se reduce a su empleo con materiales familiares.
Se ha investigado ampliamente la dificultad que experimentan los niños para el cambio conceptual considerando que al disponer de un modelo que le resulta adecuado para explicarse lo que sucede a su alrededor, el niño tiende a mantener ese modelo, lo vuelve a emplear y el propio uso lo va consolidando.
Son menos los trabajos dirigidos a estudiar la persistencia de las estrategias previas, aún cuando puede estimarse que se requieren similares condiciones para producir un cambio conceptual o un cambio estratégico, es decir: tomar conciencia de la estrategia que estamos empleando, reconocer que la misma no nos satisface totalmente (por ejemplo, por ser antieconómica), encontrar otra estrategia que puede sustituirla, dominar la nueva estrategia con fluidez.
El ensayo y error es, sin duda, uno de los caminos que el niño aprende a emplear desde muy temprano. Juegos de ocultación del tipo de "¿En qué mano está?" así lo muestran. Dado el éxito que acompaña a esta modalidad de actuar su uso se afirma y amplía. Podemos realizar una prueba con respecto a la persistencia de esta estrategia infantil. (PRUEBA DEL RECORRIDO DE LA MANZANA)
¿Por qué cambiar una estrategia que se domina?
Si observamos a un niño practicar un deporte colectivo no será difícil distinguir cómo se produce un recambio estratégico; tienen que darse ciertas condiciones para que eso suceda:
a) reconocer que los resultados de la aplicación de la estrategia inicial no fueron lo satisfactorios que esperaba,
b) entrever una nueva alternativa a partir de su imaginación, de la participación colectiva en la búsqueda de otras soluciones o de la imitación de modelos,
c) probar la nueva estrategia y comprobar su eficacia en esa situación y
d) comprender su utilidad al ser posible su transferencia a otras situaciones.
La toma de conciencia de que se estaba aplicando automáticamente un procedimiento ineficaz no siempre deriva en un cambio de estrategias pues éstas están conectadas a creencias y representaciones personales configurando un verdadero paradigma explicativo del sujeto.
Entre las formas empleadas para persistir en las concepciones y procedimientos de que se dispone de antemano se encuentran "el cuestionamiento de la evidencia en contra, la consideración de la anomalía como una excepción y la incorporación de variables en forma inadecuada. Los sujetos tienen una tendencia a la asimilación y prefieren asimilar antes que acomodar."
De cualquier modo el proceso de equilibración a partir de conflictos en el plano cognitivo que reclamen la superación de la disonancia parece ser el mecanismo de reelaboración o sustitución de la estrategia primitiva por otra elaborada en el plano personal o social. Es decir, partimos de que las estrategias espontáneas son modificables y que le cabe a la enseñanza un papel importante en ese cambio.
Observando las posturas de distintos autores en torno a la descripción de principios generales respecto a la enseñanza de estrategias se ve un notorio deslizamiento de las acciones preconizadas hace unos quince años atrás, cuando recién se comenzaba a tratar seriamente el tema hasta los actuales planteos. En el comienzo se insistía en el entrenamiento de habilidades para saber cómo, cuándo y en qué situaciones era pertinente el uso de las estrategias. Pressley y otros en 1992 siguen hablando de "Enseñar y practicar las estrategias durante un período de tiempo largo y en tareas diversas."
"Entrenar en estrategias" retorna el enfoque a su carácter algorítmico, cerrado. Lo valioso del aprendizaje estratégico no está en ampliar el repertorio de recursos de los alumnos sino en que reconozcan su capacidad de evocar, adaptar o crear las estrategias alternativas que atiendan las condiciones de la situación. La experiencia señala, además, que la transmisión individual de una estrategia no tiene efectos duraderos: el niño la aplica en el momento en que le es enseñada pero planteada la misma tarea poco tiempo después vuelve a desarrollarla según sus estrategias espontáneas.
Hoy el acento se pone ya en los caminos heurísticos, ya en la observación de la conducta de otros y su imitación, en la participación cooperativa, en el modelado como comportamiento cognitivo visible del docente, en el andamiaje, en la responsabilidad asumida en la tarea por parte del alumno o del grupo y sobre todo en el debate metacognitivo sobre las formas de pensamiento elegidas para alcanzar los objetivos.
Es un punto de vista que permite entroncar el desarrollo personal del alumno y su responsabilidad con los otros, en la trama de solidaridad social que hace posible compartir los bienes culturales.
Si entendemos todo proceso de aprendizaje como una acción mediada, el aprendizaje de estrategias asume íntegramente esa condición: allí tienen lugar los recursos de enseñanza como plantear problemas, modelar y andamiar , evaluar el camino recorrido y sobre todo favorecer la toma de decisiones con la carga de responsabilidad y valoración personal y social que ello entraña.
El inventario
Resnick y Klopfer hablan en "Curriculum y cognición" de la elaboración de un Currículum para desarrollar el pensamiento."Este currículo no es un curso que se pueda agregar a un programa cargado de cosas para "cuando haya tiempo". No es un programa que comience después de que se hayan dominado las cosas "básicas". Y no es un programa reservado para una minoría de alumnos, como, por ejemplo, los más dotados. El currículo para desarrollar el pensamiento pretende que se comprenda que todo aprendizaje verdadero implica pensamiento, que la capacidad de pensar puede nutrirse y cultivarse en todos y cada uno de nosotros y que todo el programa educativo debe ser reconocido y revitalizado parta que el pensamiento invada las vidas de los alumnos desde el Jardín de Infantes en adelante, en las clases de matemática y en las de historia, en la lectura y en la ciencia, en la composición y en el arte, en la educación vocacional y en la educación especial."
Para inventariar las estrategias que los niños pueden construir en la el Jardín de Infantes y la escuela podemos seguir distintos itinerarios: uno es a través de las disciplinas, otro a partir de los procesos de pensamiento. Estos tratamientos son distintos pero no son excluyentes.
El estudio de las estrategias a partir de las disciplinas encuentra su fundamentación en las diferencias de cada una en cuanto a :
- su objeto de estudio (en algunos casos se estudian seres u objetos, otras disciplinas estudian sucesos, otras analizan símbolos, etc.) y
- la producción y el registro del conocimiento con metodologías y lenguajes propios de cada una de ellas.
Esto ha llevado a hablar de dominios específicos de conocimientos y procedimientos y de competencias metaconceptuales y metaprocedurales en los mismos.
Desde algunas décadas atrás predominan las teorías de raíz funcionalista que señalan que el aprendizaje en un dominio específico está influido por la pericia en ese dominio, a diferencia de la teoría piagetiana en su versión más estructuralista para la que el aprendizaje está determinado por los estadios evolutivos y es independiente de los dominios.
"Un dominio es el conjunto de representaciones que sostiene un área específica de conocimiento " dice A. Karmiloff Smith . "La teoría de los dominios supone procesos peculiares de aprendizaje y de enseñanza en cada uno de ellos: la meta del desarrollo no está determinada desde el comienzo (como en la inteligencia formal de Piaget), que previamente definió en qué consiste un estado de equilibrio) sino que se orienta desde abajo con la posibilidad de que exista una direccionalidad múltiple." De allí que se hable de lograr pericia en un dominio, en lugar de alcanzar nuevos estadios de pensamiento por reestructuraciones globales del mismo.
"Los expertos en un dominio (escritura, número, concepciones físicas, concepciones históricas y sociales, etc.) tienen una estructura de conocimientos conceptuales y procedimentales más amplia, precisa, integrada y coherente que la de los novatos en ese dominio, siendo el conocimiento de estos más fragmentado y menos interconectado.
Los expertos tienen más facilidad para manipular sus conocimientos atendiendo a rasgos profundos, lo cual es evidente en la diferencia en los procesos de categorización y clasificación que llevan a cabo con propiedad. También manifiestan habilidad en formular explicaciones causales y no basadas en rasgos irrelevantes. Todo esto facilita el automonitoreo de su aprendizaje en ese campo, de modo que lo que se haya aprendido en un ámbito específico y la pericia alcanzada en ese dominio facilitan en el mismo los nuevos aprendizajes.
Vemos a través del cuadro siguiente el condicionamiento que una destreza tiene respecto del objetivo con que se hace efectiva y de la situación en la que se cumple. Tras la apariencia de una destreza única, vemos la diversificación de las características con que se emplea:
OBJETIVO (leer para...)
1. Preparar un examen
2. Realizar un estudio
3. Preparar una clase
4. Aprender
5. Efectuar una aplicación
6. Buscar un dato
7. Estar informado
8. Cambiar de opinión
9. Estimularse
10.Pasar el tiempo
EJEMPLOS (Leer un/a...)
1. Texto de química
2. Artículo para escribir un informe
3. Capítulo para discutir en clase
4. Capítulo para entender un tema
5. Receta para cocinar un plato
6. Guía de TV para elegir un programa
7. Biografía para saber sobre un personaje
8. Noticia para confrontar el propio punto de vista
9. Novela
10. Historieta
CARÁCTER DE LA TAREA
1. Leer despacio y de forma concentrada, emplear técnicas de estudio, autointerrogarse.
2. Ser crítico con el contenido, analizar el estilo de escritura, implicarse emocionalmente,
3. Captar lo central del contenido, no atender a detalles.
4. Leer despacio, volver atrás y repetir la lectura.
5. Leer despacio, memorizar los pasos.
6. Leer deprisa sin retener más información que la que se buscaba.
7. Leer despacio, comprender y memorizar.
8. Leer de prisa, visualizar las ideas para confrontarlas.
9. Concentrarse, retener la información del relato, anticipar sucesos.
10. Leer de prisa y superficialmente.
La corriente que enfatiza las habilidades generales del pensamiento encuentra su mejor expresión en la teoría de la modificabilidad cognitiva de Reuven Feuerstein que a través de su programa de enriquecimiento instrumental ofrece al alumno una experiencia de aprendizaje mediado por un adulto que regula las fuentes externas de estimulación, retroalimentando los hábitos de aprendizaje.
Uno de los autores que ha enriquecido este campo, John Bruer, propone como necesaria la búsqueda de una síntesis de las pericias en los dominios específicos, las habilidades metacognitivas y las estrategias generales del conocimiento.
¿Es posible esta convergencia? Un ejemplo de la misma podría ser la transferencia o generalización de modos de operar con una información específica a otros dominios.
Es obvio que en algunos casos se producen solapamientos de esas estrategias por la complementariedad de los enfoques disciplinares. Así, Bernard Rey, hablando de los prerrequisitos para abordar ciertos conocimientos, señala que es frecuente que ciertas competencias que son exigidas por una disciplina sean, sin embargo, enseñadas por otra, como es el caso de la lectura y producción de gráficos, del mismo modo que existen competencias metodológicas, como prestar atención, que no parecen pertenecer a ninguna disciplina pero que sin embargo son necesarias para promover todo aprendizaje. (5)/.(5) Rey Bernard "De las competencias transversales a una pedagogía de la intención"
La síntesis que propone Bruer puede buscarse a través de la articulación del desarrollo de estrategias en los procesos mentales básicos, tales pomo la memoria o la atención, con estrategias en dominios específicos que, a los efectos de su tratamiento escolar, pueden hacerse corresponder con las áreas disciplinares.
Veamos entonces cuáles son las estrategias diferenciales de cada disciplina que podemos abordar en el ciclo preescolar y escolar.
estrategias de dominios específicos
Estrategias en el área de las Ciencias Naturales
Son las que tienen más vinculación con lo biológico, en tanto el objetivo del estudio de estas disciplinas es comprender las formas vitales para asumir conscientemente conductas que nos permitan adaptarnos para subsistir como individuos y perdurar como especie. Las primeras que mencionaremos como observar, relacionar, las compartimos con otras especies animales, que las emplean para reconocer el entorno que posibilita su existencia. Otras estrategias son más complejas como las de clasificar o la de captar la estructura de un material o de un ser, pero tienen también como propósito comprender reflexivamente la función biológica básica de adaptación al ambiente, la preservación deliberada de éste y su modificación para mejorar la calidad de vida.
Aunque las actividades que se desarrollan en el aula mencionen títulos como "Higiene de la alimentación" o "Flora y fauna" debemos recordar que el objetivo de las mismas es la defensa de nuestro organismo y el de otros seres vivos y el estímulo a su mejor desarrollo, sustituyendo o complementando con la circulación de saberes lo que en otras especies se obtiene como equipo genético.
El estudio de las Ciencias Naturales y Físico-químicas nos permite aproximarnos a la captación de la causalidad de un hecho. Las estrategias específicas del dominio tienen que ver entonces con posibilitar la integración de cadenas de causalidad, al responder al interrogante ¿por qué?
Si recordamos que una estrategias es un curso de acción condicionada a los objetivos, la situación y los recursos disponibles podemos enumerar las siguientes estrategias vinculadas al conocimiento científico que los niños pueden apropiarse, algunas de ellas desde la edad preescolar:
observar
comparar
reconocer las partes y sus funciones
preguntar
formular hipótesis
experimentar
dominar el lenguaje específico
La observación del entorno (y eventualmente de sí mismo como ser vivo) es una fuente de información imprescindible que puede ser complementada con otras, aportadas por comunicaciones orales, escritas, gráficas.
El niño pequeño emplea espontáneamente las vías sensoriales para recoger manifestaciones externas, comprobándose una predominancia inicial de los sentidos del gusto y del tacto, que se va desplazando hacia la esfera de lo visual y lo auditivo.
Pero ese empleo se torna más complejo cuando se plantea la actividad de observar que supone:
- una intención de aprendizaje en la acción,
- una mediación de personas o instrumentos,
- la resignificación de lo observado y
- el pensar sobre los procedimientos empleados.
Cuando existe intención de aprendizaje el niño se implica en la situación porque ésta le pre-ocupa, pero además, reconoce que la entiende o la puede entender lo que genera en él autoconfianza. La motivación tiene componentes afectivos y cognitivos que se retroalimentan mutuamente.
Cuando la observación está mediada por otros o se emplean técnicas o instrumentos productos de la cultura los datos se diversifican, se amplían o se les da mayor precisión.
Al interpretar una información el niño busca resignificarla en términos personales, bien por el encuentro de analogías con anteriores informaciones de las que dispone, o bien por la inclusión en modelos o clases que permitan asimilarlas. Cuando el niño dispone de experiencias anteriores y vinculables al nuevo dato, interpreta las nuevas informaciones "anclándolas" en esas redes o esquemas de conocimiento . Es posible que el nuevo dato manifieste incoherencias con el esquema previo, lo que puede llevar a una ampliación o reestructuración del mismo o a una represión cognitiva de la nueva información.
El pasaje de "hacer la observación" a "pensar sobre cómo se observó" es el camino de la construcción de estrategias en la edad infantil. En esta dirección el niño avanza diferenciando qué observa (los estados del medio con sus elementos naturales y artificiales, a los demás, a sí mismo; las transformaciones de esos estados), cómo observa (recogiendo datos con todos los sentidos, seleccionando las notas relevantes, volviendo a observar atentamente para comprobar suposiciones que elaboró en la primer observación) y reconociendo el papel que juega la atención deliberada en la búsqueda de información..
Hemos observado que desde los 3 años los niños tienen capacidad para atender y memorizar numerosos datos de la realidad, así como se esbozan estrategias que facilitan esa búsqueda y su posterior evocación.
En ellos hay factores que operan contra dicha capacidad. Uno es la rápida elaboración de "guiones" con los datos que consideran esenciales, referidos siempre a sus acciones. Así cuando les preguntamos cómo llegaron al Jardín generalmente ofrecen un relato troncal, sin detalles: "Subí a la camioneta, me senté y llegamos". Otro factor es la desmedida valoración de sus propias capacidades que le impide tomar conciencia de los verdaderos resultados de su acción cognitiva. Un tercer factor es que el niño preescolar ve suplidas sus carencias por las ayudas de los adultos que lo rodean, lo que no es apreciado negativamente por ellos en tanto la desatención y el olvido - a diferencia de la desobediencia- no son castigables. Un cuarto factor que obstaculiza el desarrollo es esas carencias metacognitivas y esa dependencia social mantienen a los niños en niveles de egocentrismo, imposibilitando la internalización de los procedimientos que emplea su entorno social.
Relacionar
Las conductas de vincular las informaciones resultan eficaces. Entre ellas se encuentran:
- la comparación para buscar analogías con otros objetos o situaciones, conformando grillas semánticas que atienden a las analogías y a las diferencias; por ejemplo entre pájaros y mariposas, entre las distintas fuentes de energía, etc.
- el establecimiento de clases entre todos los elementos que sean equivalentes en una característica, por ejemplo: niñas y varones, alimentos proteicos, glúcidos y grasos, etc.
- el reconocimiento de un ordenamiento posible por rasgos vinculados a una magnitud: edades de las personas, ritmos respiratorios en situación de reposo o de agitación, etc.,
- la ubicación espacial: junto a..., lejos de ..., escenarios que favorecen o dificultan el desarrollo, etc.
- la ubicación temporal: antes que..., al mismo tiempo que..., los momentos de un ciclo de vida, la duración de cada fase en una metamorfosis
Asistidos por el adulto o ante el aviso de que le vamos a preguntar acerca de lo que observan esos mismos niños manifiestan capacidad de observación y retención de información (la nominación de sus compañeros de aula arroja resultados de más del 50% de los nombres) y en algunos casos de generar procedimientos que les faciliten esas funciones (la nominación de los compañeros de acuerdo con la conformación habitual de las mesas de trabajo no favoreció la evocación en 3 y 4 años, pero sí, claramente, a partir de los 5 años.)
En una prueba en la que niños de 3/4 años guardaban una pelota azul en una caja azul y una pelota roja en una caja roja, se les avisaba que íbamos a mover las cajas y ellos tendrían que decirnos al detenernos, dónde estaba la pelota roja, una conducta frecuente fue seguir con las manos o los ojos los desplazamientos de las cajas. Sin embargo una niña (3a,1m) al explicar su respuesta correcta señaló que se había fijado en que los colores de las pelotas y las cajas eran los mismos; a continuación cambiamos las pelotas de modo que quedaran en cajas con colores diferentes y la niña volvió a responder adecuadamente, tanto en acto como en su explicación.
Esto nos lleva a pensar que el empleo de estrategias de atención y de memoria está en la zona de desarrollo próximo de los preescolares. En los años escolares se procesa el paso de esas funciones naturales a funciones culturales lo que supone el empleo intencional de recursos como:
* la conformación de redes conceptuales,
* la ubicación espacial o temporal de lo percibido,
* la yuxtaposición de la información en categorías,
* el recorrido ordenado de lo observado,
* el repaso o vuelta atrás y
* el empleo de registros o indicadores para un empleo posterior de la información obtenida.
Considerando los niños con discapacidades sensoriales advertimos que la pre-percepción, el reconocimientos de pistas, la contextualización de la información contribuyen a darle a cada nueva información un significado global desde el que se recupera lo no percibido.
Así en el caso del niño hipoacúsico la escucha como acto consciente, deliberado, reemplaza a la audición natural, involuntaria a través de dos recursos:
- el entramado en una situación definida del texto oral que recepciona: el niño conoce de qué se necesita hablar aquí, de qué se está hablando aquí, de quién, para qué se está diciendo eso, es decir prepara su audición,
- la difusión de la carga semántica de lo captado hacia el total de lo transmitido se apoya en su experiencia en el sistema sintáctico de los textos habituales.
El empleo de ambos recursos permite resignificar el conjunto de la información.
Cuando estas estrategias son imposibles de aplicar, como en un examen audiométrico en el que se pide repetir palabras descontextualizadas (y no textos), que no pueden asociarse a ninguna situación cotidiana, se experimenta un sentimiento de agresión que tiende a anular la autoconfianza que necesita para construir, desde la sordera, relaciones sociales.
Reconocer las partes y sus funciones
Podemos seguir avanzando en la fase descriptiva de los fenómenos que estudian las Ciencias Naturales.
Hasta este momento la atención se ha volcado en el aspecto exterior de los seres o fenómenos en estudio. Por eso los caracteres que han llamado la atención de los niños pueden ser circunstanciales (el material con que está fabricado un objeto, el tamaño de una hoja, por ejemplo) y pueden haber pasado desapercibidas las notas definitorias de ese ser u objeto. Un camino científico requiere saber acerca de la funciones que en él se cumplen y de las estructuras que se integran para que esas funciones se articulen.
El afán explorador de los niños los lleva a buscar conocer cómo son "por dentro" o a desmontarlos para separar sus partes. Se trata de transformar ese afán en procedimientos que le rindan beneficios cognitivos. Esos procedimientos son:
- investigar minuciosamente las partes de las cosas,
- reconocer la función que cumple cada parte,
- captar la mutua dependencia de las partes,
-transferir este modo examinador al estudio de otros seres u objetos.
Una propuesta puede partir del reconocimiento de partes de distintos ejemplares de flores: una flor a cada grupo de niños para que procedan a su observación cuidadosa. Luego, al mostrarles un esquema de la estructura de una flor todos los grupos reconocen en ese esquema las características del ejemplar que ellos estudiaron. ¿Cómo es posible haber dibujado a la vez una rosa, una margarita, etc.?
preguntar
La pregunta es la bisagra entre lo descriptivo y lo explicativo. Requiere un conocimiento anterior que abre una incertidumbre
Dos direcciones del pensamiento nos llevan a formular preguntas de interés para avanzar en nuestro conocimiento del entorno natural:
- cuando un hecho se repite sin variación durante mucho tiempo o en muchos lugares podemos preguntarnos por las razones que originan esa regularidad.
Un ejemplo interesante lo constituye el de la flotabilidad. Si a los niños de 3 años, luego de algunas experiencias arrojando en un balde con agua objetos de metal, les mostramos otro objeto similar y les preguntamos qué pasará, lo arrojan al agua para verificar si flotó o no. Luego ellos mismos buscan objetos para continuar la su accionar. En ello hay implícita una pregunta, pero que no se separa de la acción. La actividad realizada con objetos de madera y de acero en niños de 9 años los lleva a explicitar la pregunta: ¿por qué los objetos de madera flotan y los de acero se hunden?
- cuando se presenta una excepción a lo que es el comportamiento típico, podemos preguntarnos qué es lo que provocó esa ruptura
formular hipótesis Fase explicativa (imaginar)
experimentar
dominar el lenguaje específico
Estrategias en el área de las Ciencias Sociales.
El objetivo final del estudio de las Ciencias Sociales apunta a que los seres humanos se piensen como especie, conozcan y valoren las realizaciones de la especie, se sientan partícipes de esa comunidad, a través de planteos culturales en tanto el transcurrir histórico les ha hecho perder casi totalmente el "instinto gregario", la necesidad biológica de convivencia. Si es la única especie que se puede pensar a sí misma, curiosamente es la única que atenta contra su propia supervivencia, también por factores culturales, por razones de poder.
Cuando se toma como objeto de estudio las Ciencias Naturales se busca que los niños construyan el concepto de adaptación de los seres vivos (especialmente en su fase de asimilación al medio o de mutua influencia con éste). Cuando proponemos tomar como objeto de estudio las Ciencias Sociales importa comprender el proceso de adaptación de los seres humanos en su fase de acomodación, de intervención modificadora, que ha llevado a lo largo de milenios a la domesticación de otras especies animales, la siembra deliberada de especies vegetales, la organización política de la especie, la urbanización, la utilización industrial de los materiales naturales, la superestructura cultural.
También diferenciamos este dominio en tanto las relaciones entre unos hechos y otros son de interacción, por lo que la estrategia básica será la contextualización de los hechos o situaciones en un espacio y en un tiempo para poder percibir las relaciones de mutua influencia entre los componentes de ese entorno temporal y espacial.
Generalmente los contenidos de las disciplinas del área de las Ciencias Sociales se abren en un amplio espectro que abarca desde la realidad en la que el propio niño está comprendido al estudio de paisajes lejanos y sociedades ajenas. El conocimiento estratégico puede facilitar
la transferencia de las estructuras explicativas de lo cercano a lo remoto o de este conocimiento al del entorno propio.
Las estrategias que consideramos en este dominio son:
recuperar y adquirir información
ubicar en la trama témporo-espacial
inferir relaciones
investigar
dominar el lenguaje específico
Estrategias en el área de la Lengua:
Son estrategias de relacionamiento con el otro.
Habilidades como receptor: entender- correrse de lugar para comprender qué intención tuvo el productor del mensaje. 4 direcciones de la comprensión:
-à hacia atrás (jerarquización de datos, integración el resumen, y memoria. Ubicación del texto en un formato a través de indicios. Evaluación: detenerse y preguntarse)
-à hacia lo actual (la búsqueda semántica - los significados escondidos (cacerola) y su enganche con la información ya recibida,
-à hacia delante, anticipando en función de las líneas anteriores,
- à hacia lo no transmitido por el otro, buscando por la lectura personal que va evocando las experiencias propias, significación a ese silencio (ocultamiento, consideración de falta de jerarquía o de relevancia del dato, no haber percibido un vínculo que cree haber percibido el receptor : "la Crítica"...)
Habilidades como productor : hacerse entender- correrse de lugar para observar nuestro mensaje desde la perspectiva de alguien que desconoce parte de las información contenida: facilitarle o motivarle las 4 direcciones de la comprensión. Jugar(balancearse entre... y... con lo que el otro sabe y lo que no sabe- novela especialmente la policial, las teorías de la mente investigan las competencias desde los 3 años para reconocer lo que el otro sabe o no y cómo es presumible que actúe en función de eso))
Las estrategias atienden la cercanía o lejanía de los interlocutores (importancia de lo extratextual -gestos en lo cercano y posibilidad de la pregunta aclaratoria del otro.: saber preguntar, que incluye elementos afectivos) y en ambas de la re-lectura, y re-escritura
Estrategias en el área de la Matemática
Son las más elaboradas: tienen que ver con la derivación de información (pensamiento deductivo) y con la construcción y empleo de modelos para interpretar nuevas informaciones en función de situaciones anteriores conocidas.
Estrategias de lengua en la resolución de problemas
-¿Viste que acá dice "a cada uno"? Cuando dice "a cada uno" hay que hacer una división.
-¿ Y si dice "entre todos"?
- Hay que hacer una suma.
Diálogo entre niños de 3er. año.
Situación
Lo que enseña el maestro generalmente es a resolver un problema dado, a analizar la situación matemática que en él se presenta y buscar los caminos para obtener su solución. Se desperdicia la ocasión -propicia- para tomar conciencia de las estrategias que está empleando y su posible transferencia a otras situaciones similares.
Si de lo que se trata también es de enseñar a resolver problemas, en general, se procurará que el niño tome conciencia de las diversas estrategias que puede aplicar para ello.
Estas estrategias difieren en las distintas fases del proceso de resolución, aunque esas fases no corresponden a una sucesión de etapas claramente diferenciada.
Son fundamentales entre los recursos que empleamos aquellos que tienen que ver directamente con los conceptos y procedimientos matemáticos, pero en algunas fases toman preeminencia las competencias que se han alcanzado en lectura (fase 1), en la "oralización" de una idea (fase 2) y en el registro escrito de lo elaborado (fase 6).
Fases en la resolución de problemas
1) Lectura del enunciado.
2) Exploración de caminos.
3) Planificación.
4) Cálculo o trazado geométrico.
5) Verificación de los resultados.
6) Presentación de los resultados.
Estrategias para la lectura comprensiva del enunciado
El trabajo de resolución de problemas matemáticos sumerge al niño en un lenguaje específico cargado de información numérica o geométrica y con un formato propio en el que se le ofrecen algunos datos al lector para que procediendo con ellos generalmente en base a operaciones o trazados pueda llegar a identificar datos que al comienzo eran desconocidos.
En estos ejemplos puede distinguirse esa característica.
a) ¿Cuánto mide la altura de un triángulo equilátero de 24 cm de perímetro?
b) Dos ciudades se encuentran a una distancia de 225 km entre sí.
Si un ómnibus va de una a la otra a una velocidad promedio de 90 km/h ¿cuánto tiempo demora en el viaje?
Si el niño conoce instructivos y adivinanzas verá que el problema matemático presenta similitudes con ellos (abundancia de datos numéricos en un caso, presencia de un interrogante a develar en el otro), pero al reconocer las diferencias cambia la actitud con las que se debe actuar.
Frente a un instructivo hay que seguir las indicaciones y en la medida que ello se haga correctamente se logra el producto buscado, pero no hay alternativas de planificación ni empleo de imaginación para tomar una decisión propia; frente a una adivinanza hay que recurrir a la búsqueda y a la imaginación, pero no a través de un camino cuantitativo y riguroso sino, generalmente, a través de la analogía y la búsqueda de semejanzas.
Si el niño no hace estas distinciones es posible que trate de resolver problemas como si fueran instructivos enmascarados (siguiendo una rutina o "contrato" como en los niños del acápite), o como si fueran adivinanzas (la llamada "respuesta de Maité": ¿Qué número querrá que le diga la maestra para contestarme que está bien?).
Además de esto, un enunciado con todas las características de un problema puede no serlo en tanto no haya que operar, porque la respuesta ya está dada (Salí de casa con un billete de $ 100. Compré en la farmacia por valor de $ 55 y luego en la panadería gasté $ 24. ¿Cuánto gasté en la farmacia? ) o porque se trate solamente de ordenar datos ( José nació en 1989 y su hermana Lucía en 1992. ¿Cuál de ellos es mayor?) Este tipo de situaciones son empleadas para motivar una lectura atenta del enunciado y no una respuesta automática e irreflexiva.
Todos estas características deberían ser revisadas periódicamente en la clase para que los niños enfrentaran con más confianza la resolución de problemas.
Para todo el trabajo de resolución de problemas es enriquecedor el recurso de pensar en voz alta: plantear oralmente y para todo el grupo el desarrollo del camino seguido.
¿Por qué hay que insistir en esta práctica?
- Por la pluralidad de aportes que se pueden recoger y
- por la clarificación del propio pensamiento al hacerlo explícito, cuando se ponen de manifiesto de una manera mucho más nítida los posibles caminos de solución, los errores que cometemos, las vías muertas que utilizamos, los rodeos innecesarios, etc.
Para facilitar esta exposición el maestro debe ampliar el llamado "lenguaje del pensamiento" en sus alumnos , empleando él mismo expresiones del tipo de : razono, estoy seguro, dudo que, puedo anticipar, mi argumento es..., etc.
a) Reconocimiento del formato del enunciado
Los escolares enfrentan dos tipos diferentes de enunciados: los formulados como preguntas (¿Cuánto medirá...?) y los formulados como orden (Busca el triple...).Podemos intentar que los niños pasan un enunciado de un formato a otro. Esta reformulación ya nos mostrará un nivel de comprensión.
También se suele recurrir a un trabajo inverso: dado un resultado formular el enunciado del problema cuya respuesta es ese número. Esto obliga al niño a dominar la escritura del enunciado en uno de los formatos habituales.
En algunos casos el enunciado contiene varias incógnitas u órdenes. Cuando se comienza a trabajar de ese modo será necesario una elaboración colectiva que ayude a la comprensión de las distintas incógnitas y la secuencia lógica en que deberán contestarse.
b) Diferenciación de la información situacional y la información numérica
Entre la información que proporciona el enunciado del problema se cuentan la que nos ubica en una situación ("El tendero vendía una tela.....) y la que nos proporciona datos numéricos (.....$ 18 el metro).
El hecho de que los niños conozcan personalmente la situación que se plantea en el enunciado favorece el entendimiento de todo el problema. En caso contrario arriesgamos que sus respuestas sean arbitrarias y ellos no lo reconozcan.
También "el tamaño" de los números que se ponen en juego importa: cuando se trata de cantidades familiares a los niños ellos tienen una mayor capacidad para operar y pueden juzgar si un resultado es posible o no; si en cambio se trata de números con muchas cifras pierden la posibilidad de juicio crítico sobre los resultados que obtienen.
c) Análisis de datos proporcionados en el enunciado
En los datos que se nos ofrecen hay que analizar que sean
- coherentes,
- necesarios,
- suficientes.
Los enunciados que se plantean habitualmente ofrecen a los niños los datos exactos que se necesitan, a veces en el mismo orden en que es preciso operar con ellos. Pero si observamos los problemas que se presentan en la vida cotidiana eso no es así y es necesario un trabajo previo de desbrozar entre la cantidad de información que nos llega, aquella que resulte relevante y no contradictoria.
Supongamos que planteamos en un grupo de 3er. año un problema en cuyo enunciado se indica:
En un almacén cobran $ 30 por 2 refrescos y por un refresco del mismo tipo cobran $ 10.
Viene otro cliente y compra 3 botellas similares. ¿Cuánto le cobran?
El diálogo colectivo provocará que se descubra la incoherencia de los datos.
Es frecuente que en las ferias algunos comerciantes llamen a sus clientes con falsas ofertas del tipo:
Por un kilo $ 3
Lleve 3 kg por $ 9.
Acá los datos son coherentes, pero no se cumple la anunciada rebaja.
En ese caso les preguntamos a los niños si les parece ventajoso comprar 3 kg y promovemos la discusión entre ellos.
El agregar datos numéricos innecesarios en el enunciado -para que los niños los desechen- se ha hecho bastante frecuente desde la investigación con el problema de "la edad del capitán", en la que los escolares utilizaron los números de pasajeros del barco como dato relevante. Pueden plantearse enunciados con datos que no parecen a primera vista desechables, por ejemplo:
Busquen el perímetro de un triángulo isósceles cuya base mide 6 cm, cada uno de los lados iguales 5 cm y la altura 4 cm. Limiten debajo del trabajo esa figura y verifiquen el resultado obtenido.
Las propuestas en las que faltan datos pueden tener como finalidad que los niños las reconozcan como tales o bien que se los invita a completar la información necesaria.
De este último tipo son problemas como:
En un comercio de electrodomésticos venden un televisor a $ 4750. En la acera de enfrente otro comercio ofrece el mismo televisor a U$S 400. ¿Cuál es el precio más conveniente?
d) Lectura totalizadora del enunciado
Estos dos últimos aspectos - averiguar si los datos son necesarios y si son suficientes- tienen que ver con una visión conjunta de los datos proporcionados y de la incógnita, en tanto los datos son necesarios o no para buscar la información pedida, o son suficientes o no para esa tarea.
Debemos insistir en esa lectura que toma en cuenta, a la vez, lo que sabemos de antemano y lo que no sabemos aún. Ella nos permitirá definir si verdaderamente se trata de un problema y si pueden encontrarse los datos que faltan. Llamamos "problema" a una propuesta matemática que incluye una incógnita para resolver la cual es necesario efectuar un cálculo.
Puede proponerse un texto de cuya lectura se desprende el dato que se pregunta (Ejemplo: ¿Qué edad tiene doña María. Ella acaba de cumplir 65 años y su esposo 68.) En este caso no se trata de un "problema".
Tampoco lo es si organizando los datos que se ofrecen se responde a lo solicitado (Ejemplo: Ordena de menor a mayor estas distancias:.....).
Un trabajo de interés para atender conjuntamente a los datos y a la pregunta es ofrecer los datos y varias preguntas para que reconozcan cuáles pueden responderse trabajando con los datos y cuáles no:
En un borde de un terreno de 520 m de largo se va a plantar un árbol cada 8 m.
¿Qué pregunta podrás contestar?
¿Cuánto se gastará en ese trabajo?
¿Cuántos árboles hay que encargar?
O para un nivel superior:
Un feriante compra un cajón de manzanas de 10 kg a $ 18.
Vende el kilo de manzanas a $ 3,20.
¿Qué preguntas podrás contestar?
¿Cuánto gana en cada kilo que vende?
¿Cuánto ganará si vende los 10 kilos?
¿Cuantos kilos ya vendió si lleva ganados $ 7?
¿Cuántos kilos vendió?
En algunos casos se formula una única pregunta pero para hallar la solución se hace imprescindible buscar otros datos intermedios, tal como sería el caso del último problema si el maestro formulara únicamente la pregunta:
¿Cuántos kilos ya vendió si lleva ganados $ 4,20?
Como no podemos llegar directamente a la solución podemos pedir que formulen las preguntas intermedias, como un modo de facilitar la comprensión del vínculo entre los datos que tienen y la incógnita final. En este caso tendría que darse cuenta que necesita responder otra pregunta previa:
¿Cuánto gana en cada kilo que vende?
La idea general es que el niño reformulará el enunciado cuando éste tenga aspectos oscuros para él, para que la situación planteada se vuelva significativa, tanto desde el punto de vista situacional como matemático, es decir que reconozca (vuelva a conocer) los elementos numéricos o geométricos con los que va a trabajar y sepa qué hacer con ellos.
e) Ubicación del problema en una categoría conocida
Una vez comprendido el enunciado vale la pena que cada niño evoque sus anteriores experiencias para categorizar el problema, según categorías que él mismo ha ido construyendo.
El niño pensará entonces si el que le presentan es un problema de:
- "que le dan y le quitan·"
- de compras y gastos,
- de juntar,
- "donde se reparten cosas"
- de viajes, etc.
O más adelante:
- de presupuesto
- de área
- de 2 áreas que hay que comparar
- de "regla de tres", etc.
Es importante que se reconozca que la índole del problema es la misma, aunque la situación a que se refiere sea totalmente distinta.
De este modo se podrá reconocer que estos dos problemas son de resolución similar:
Se guardan 130 botellas de refrescos en casilleros de una docena. ¿Cuántos casilleros se completan?
Los planteles de un cuadro de fútbol se integran con 72 jugadores. ¿Cuántos equipos se podrán formar simultáneamente?
Y en un 5o. año se reconocerá un mismo modelo de problema en estos dos:
¿Cuántas baldosas de.... se necesita comprar para cubrir un patio de ...?
Una señora prepara cuadrados de crochet para completar una colcha...."
A partir de haber comprendido el enunciado los niños tienen elementos firmes para elaborar el camino de solución, empleando las distintas operaciones que conoce.
Estrategias en la fase de exploración
Podemos explorar a partir de los datos, de la incógnita o de la representación del problema con otros materiales. En esta fase el pensar en voz alta, ya sea en parejas o colectivamente, asume gran importancia por los valores ya manifestados de este recurso.
* Exploramos a partir de los datos cuando ubicado el problema en una categoría según nuestros saberes previos, queda acotado el universo en el que habremos de movernos para resolverlo: las unidades de medida que empleará y aún el tipo de operaciones que será necesario realizar. Así:
- si se trata de un reparto habrá que dividir,
- si es de presupuesto habrá que multiplicar y sumar,
- si es de buscar áreas habrá que multiplicar y
- si se trata de comparar áreas habrá que multiplicar para hallar las áreas y luego dividir esas medidas entre sí.
Esta estrategia de exploración avanza por el camino del ensayo y error, es decir que se prueba la operación elegida y se observa si los resultados obtenidos son plausibles. En ese caso se continúa, de lo contrario se revisa el procedimiento.
*Exploramos a partir de la incógnita si pensamos cuánto debería ser el resultado a encontrar y yendo hacia atrás vemos qué operaciones podríamos efectuar para llegar a ese resultado.
Esta estrategia va unida muchas veces al concepto de que las sumas y las multiplicaciones nos permiten aumentar las cantidades iniciales y que las restas y divisiones tienen resultados menores que las cantidades de que disponíamos. (Para esta apreciación el niño generaliza algo que es verdad entre los números naturales pero que deja de serlo cuando se trabaja con números enteros o fraccionarios).
* Exploramos a partir de una representación cuando pasamos a visualizar el problema con materiales o a través de procedimientos gráficos.
Exploremos este problema:
Un electricista tenía 18 m de cable. Para hacer una instalación compró un rollo entero. Usó en el trabajo 175 m y finalmente le sobraron 43 m.
¿Qué cantidad de metros tenía el rollo que compró? (*)
Sin duda la representación en la recta numérica es un camino seguro que nos indica qué números se agregan y qué números se quitan:
18 m + los metros comprados
--------------|-----------------------------------------------
175 m + 43 m
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18 + x = 175 + 43
x = 175 + 43 - 18
Las fases de planificación, cálculo y verificación emplean predominantemente estrategias matemáticas que no corresponde analizar aquí.
Estrategias en la fase de registro y presentación
Con los resultados obtenidos y verificados es necesario proceder a una escritura que le permita a los demás comprender el proceso de elaboración seguido y a sí mismo evocarlo más adelante.
En esta presentación los niveles pueden ser de relato oral o escrito; y entre estos vale la pena que el niño emplee por lo menos dos posibilidades:
a) de relato verbal de los procedimientos empleados,
b) de relación en términos aritméticos, empleando la simbología correspondiente a cada operación efectuada,
c) de relación con términos algebraicos,
c) de representación gráfica.
En el siguiente problema: "Salí de casa con un billete de $ 100.Compré en la farmacia por valor de $ 55 y luego en la panadería gasté $ 24. ¿Cuánto dinero traje de vuelta?" los niveles de presentación pueden ser:
a)
Sumo todo lo que gasté: 55 y 24.
Lo que me da lo resto de 100.
La resta me dio 21, que es lo que me sobró.
b)
55 + 24 = 79
100 - 79 = 21
c)
gasto en farmacia-à a
gasto en panadería--à b
a + b = c
100 - c = d
Esta fase requiere del dominio de las estrategias de escritura, fundamentalmente, de la capacidad de correrse desde la posición personal hacia la perspectiva del otro, de modo que nuestro lenguaje sea entendido por el mismo, en tanto nos movamos en un nivel de intersubjetividad.
Estrategias de enseñanza
Enseñar a los alumnos a desarrollar estrategias en función de la conciencia de sus diversidades. (Asistencialismo frente a las necesidades educativas insatisfechas vs. estrategia de aprovechamiento de su situación -los sordos y el color.)
Enseñar a los alumnos a reconocerse a sí mismos para reconocer las diferencias (qué diversidades concibe el niño de preescolar y evolución)
Enseñar a los alumnos estrategias de aprendizaje conceptual y procedimental.
Riesgos que se corren en torno a una escuela que se funda en el pensamiento estratégico y la diversidad
Los objetivos generales que conforman el tejido del grupo: ¿se descuidan? ¿cómo atender el pasado común y las expectativas comunes del grupo? ¿Cómo articular internamente y hacia fuera el grupo? ¿Qué cruces horizontales propiciamos para favorecer el intercambio entre componentes de distintos grupos y evitar la fragmentación social?
Los escenarios hipotéticos: de desarraigo y fractura social y de inclusión social.