Confesión de Pecados y Oración por Contrición y Perdón. Por Gracia para reformar nuestras vidas. Intercesión. Acción de Gracias. Oración por la Protección de Dios durante la Noche.
UNA FORMA MAS BREVE POR LA MAÑANA.
POR LA TARDE
Por el Espíritu de Oración. Por la Mañana Por la Noche. Domingo por la Mañana. Por Confianza y Tranquilidad. Por Dirección Divina. Por Plena Confianza. Por el Gozo de la Creación Por los Hijos. Por los Ausentes. Por los que Amamos. Por el restablecimiento de un Enfermo. Por Uno que va a ser Operado. En un Cumpleaños. Por los Enfermos de la Mente. Por la Bendición sobre todas las Familias. Por todos los Pobres, Sin Hogar y Desamparados. Por Fidelidad en el Uso de los Bienes Temporales Intercesión General. Gracias Antes de Comer.
PADRE nuestro, que estás en los cielos, Santificado sea tu Nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad. Así en la tierra como en los cielos. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Y perdónanos nuestras deudas, Así como nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos dejes caer en la tentación, Mas líbranos de mal. Porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por siempre jamás. Amén.
OMNIPOTENTE y Eterno Dios, en quien vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser; Nosotros, que incesantemente necesitamos de tu auxilio, te damos nuestras humildes alabanzas por nuestra conservación desde el principio de nuestra vida hasta hoy, y especialmente por habernos librado de los peligros de la noche pasada. Por estas tus mercedes bendecimos y alabamos tu glorioso Nombre; pidiéndote humildemente aceptes este nuestro sacrificio matutino de alabanza y acción de gracias; por amor de Aquel que murió, fue sepultado y resucitó por nosotros, tu Hijo, nuestro Salvador, Jesucristo. Amén.
Y PUESTO que por tu misericordia, oh Padre bondadoso, llegamos a otro día; Dedicamos de nuevo nuestras almas y cuerpos a ti y a tu servicio, en una sobria, justa ya santa vida: en cuya resolución, oh Padre misericordioso, confírmanos y fortalécenos; para que, así como crecemos en edad, aumentemos en gracia, y en el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. Amén.
MAS, oh Dios, que conoces la debilidad y corrupción de nuestra naturaleza, y las muchas tentaciones con que diariamente tropezamos; Humildemente pedímoste que tengas compasión de nuestras debilidades, y nos des el auxilio constante de tu Espíritu Santo; para que seamos refrenados del pecado, e impulsados a nuestro deber. Imprime en nuestros corazones tal temor de tus juicios, y un sentimiento tan agradecido de tu bondad para con nosotros, que temamos y nos avergoncemos de ofenderte. Y, sobre todo, guarda en nuestras mentes un vivo recuerdo de aquel gran día en el que hemos de rendir cuenta de nuestros pensamientos, palabras y obras, a El quien has puesto por Juez de los vivos y de los muertos, tu Hijo Jesucristo nuestro Señor. Amén.
EN particular, imploramos tu gracia y protección para este día. Haznos moderados en el comer y en el beber y diligentes en nuestras respectivas ocupaciones. Concédenos paciencia en nuestras aflicciones. Danos gracia para ser justos y rectos en todos nuestros tratos; quietos y pacíficos; llenos de compasión; y dispuestos a hacer bien a todos los hombres, conforme a nuestra capacidad y oportunidades. Dirígenos en todos nuestros caminos. Defiéndenos de todos los peligros y adversidades; y sírvete tomar bajo tu paternal cuidado y protección a nosotros y a todos los que nos pertenecen. Esto, y todo los demás que juzgues necesario y conveniente para nosotros, te los pedimos por los méritos y mediación de tu Hijo Jesucristo, nuestro Señor y Salvador. Amén.
LA gracia de nuestro Señor Jesucristo, y el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo, sea con todos nosotros por siempre jamás. Amén.Indice
PADRE nuestro, que estás en los cielos, Santificado sea tu Nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad. Así en la tierra como en los cielos. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Y perdónanos nuestras deudas, Así como nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos dejes caer en la tentación, Mas líbranos de mal. Porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por siempre jamás. Amén.
MISERICORDIOSISIMO Dios, cuyos ojos son demasiado puros para contemplar la iniquidad, y que perdonas a los que con verdadera fe confiesan y abandonan sus pecados; Acudimos a ti con un sentimiento humilde de nuestra indignidad, reconociendo nuestras muchas transgresiones hechas a tus justas leyes.1 Pero, oh Padre bondadoso, que no deseas la muerte del pecador, suplicámoste nos mires con misericordia. Haznos profundamente sensibles al gran mal de nuestras faltas; opera en nosotros una contrición cordial y concédenos el perdón; tú que estás siempre dispuesto a recibir a los pecadores humildes y arrepentidos; por amor de tu Hijo Jesucristo, nuestro único Salvador y Redentor. Amén.
Y PARA que no seamos inducidos al pecado, por nuestra fragilidad o por las tentaciones que nos circundan, suplicámoste nos concedas constantemente la dirección y auxilio de tu Espíritu Santo. Reforma cualquiera cosa que haya errónea en el temple y disposición de nuestras almas; que ningún pensamiento impuro, ni designios ilícitos, o deseos desordenados, sean acogidos en ellas. Limpia nuestros corazones de la envidia, el odio y la malicia; para que jamás permitamos que se ponga el sol sobre nuestra ira; sino que descansemos siempre en paz, caridad y benevolencia, con una conciencia libre de ofensa hacia ti, y hacia los hombres; para que nos preserves puros y sin mancha hasta la venida de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. Amén.
Y ACEPTA, oh Señor, nuestras intercesiones por todo el género humano. Brille la luz de tu Evangelio sobre todas las naciones; y vivan de una manera conveniente todos los que la reciban. Sé bondadoso con tu Iglesia; y concede que cada uno de sus miembros, en su vocación y ministerio, te sirva fielmente. Bendice a todos los que ejercen autoridad; y gobierna sus corazones y fortalece sus manos de tal modo que repriman la maldad y el vicio, y sostengan tu verdadera religión y la virtud. Derrama tus bendiciones temporales y espirituales sobre todos nuestros parientes, amigos y prójimos. Recompensa a todos los que nos han hecho bien, y perdona a los que nos han hecho o deseado el mal, y dales arrepentimiento y mejores intenciones. Sé misericordioso con todos los que se encuentran en tribulación; y socórrelos, oh Dios de piedad, según sus diversas necesidades; por amor del que anduvo haciendo el bien, tu Hijo, nuestro Salvador Jesucristo. Amén.
A NUESTRAS oraciones, oh Señor, unimos nuestras sinceras gracias por todas tus mercedes; por nuestra existencia, nuestra razón, y todas las demás dotes y facultades de alma y cuerpo; por nuestra salud, amigos, alimento y vestido; y por todas nuestras comodidades y conveniencias de vida. Sobre todo, adoramos tu misericordia al enviar a tu Hijo Unigénito al mundo, para redimirnos del pecado y de la muerte eterna, y por habernos dado el conocimiento y el sentido de nuestro deber hacia ti. Te bendecimos por tu paciencia hacia nosotros, no obstante nuestras muchas y grandes provocaciones; por la dirección, el auxilio y el consuelo de tu Espíritu Santo; por tu continuo cuidado y vigilante providencia sobre nosotros durante todo el curso de nuestra vida; y particularmente, por las mercedes y beneficios del pasado día; suplicándote continúes dándonos tus bendiciones, y nos concedas gracia para demostrar nuestra gratitud en una obediencia sincera a las leyes de Aquel, por cuyos méritos e intercesión recibimos todas estas cosas, tu Hijo, nuestro Salvador Jesucristo. Amén.
EN particular, te suplicamos que nos continúes tu benévola protección esta noche. Defiéndenos de todo peligro y daño, y del temor de ellos; para que disfrutemos un sueño tan reparador que nos disponga para efectuar los deberes del siguiente día. Y concédenos gracia para vivir en tal estado, que jamás temamos la muerte; de manera que, viviendo y muriendo, seamos tuyos, por los méritos y satisfacción de tu Hijo Jesucristo, en cuyo Nombre ofrecemos estas nuestras imperfectas oraciones. Amén.
LA gracia de nuestro Señor Jesucristo, y el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo, sea con todos nosotros por siempre jamás. Amén.
PADRE nuestro, que estás en los cielos, Santificado sea tu Nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad. Así en la tierra como en los cielos. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Y perdónanos nuestras deudas, Así como nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos dejes caer en la tentación, Mas líbranos de mal. Porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por siempre jamás. Amén.
OH Señor, nuestro Padre Celestial, Poderoso y Eterno Dios, que nos has conducido con seguridad al principio de este día; Defiéndenos con tu gran poder; y concédenos que no caigamos hoy en ningún pecado, ni incurramos en ningún peligro; sino que todas nuestras acciones, siendo dirigidas y gobernadas por ti, sean justas a tus ojos; mediante Jesucristo nuestro Señor. Amén.
LA gracia de nuestro Señor Jesucristo, y el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo, sea con todos nosotros por siempre jamás. Amén.Indice
PADRE nuestro, que estás en los cielos, Santificado sea tu Nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad. Así en la tierra como en los cielos. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Y perdónanos nuestras deudas, Así como nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos dejes caer en la tentación, Mas líbranos de mal. Porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por siempre jamás. Amén.
SUPLICAMOSTE, Oh Señor, disipes nuestras tinieblas; y por tu gran misericordia guárdanos de todos los peligros y riesgos de esta noche; por amor de tu Hijo único, nuestro Salvador Jesucristo. Amén.
EL SEÑOR nos bendiga y nos guarde. El Señor haga resplandecer su faz sobre nosotros, y nos sea propicio. El Señor dirija a nosotros su rostro, y nos dé paz esta noche y por siempre. Amén.
OH Dios Omnipotente, que derramas sobre todos los que los desean, el espíritu de gracia y súplica; Líbranos, cuando nos acercamos a ti, de tibieza de corazón y divagaciones de la mente, para que con firmes pensamientos y calurosos afectos, podamos adorarte en espíritu y en verdad; mediante Jesucristo nuestro Señor. Amén.
OH Dios, el Rey eterno, que separas el día de las tinieblas, y cambias la sombra de muerte en la mañana; Aparta lejos de nosotros los malos deseos, inclina nuestros corazones a cumplir tu ley, y guía nuestros pies en el camino de paz; para que habiendo cumplido tu voluntad con gozo durante el día, podamos, cuando llegue la noche, regocijarnos en darte gracias; mediante Jesucristo nuestro Señor. Amén.
DIOS Todopoderoso, quien sólo nos dio el aliento de vida, y sólo puede conservar en nosotros los santos deseos que tu os comunicas; Te suplicamos, por amor de tus compasiones, que santifiques todos nuestros pensamientos y propósitos; para que ni empecemos una ación sin intención pura ni la continuemos sin tu bendición. Y concede que, teniendo los ojos de la mente abiertos para contemplar las cosas invisibles y no vistas, podamos ser inspirados en nuestros corazones con tu sabiduría, y en nuestras labores ser sostenidos por tu fuerza, y al fin aceptables a ti como tus fieles servidores; mediante Jesucristo nuestro Salvador. Amén.
OH Señor, mantén a tus siervos, durante todo el día, hasta que las sombras se extiendan alargándose y llegue el crepúsculo, y el mundo atareado se acalle, y pase la fiebre de vida, y nuestra labor haya sido concluida. Entonces en tu misericordia concédenos seguro albergue, y santo descanso, y al fin paz. Amén.
OH Dios, Tú que eres la vida del hombre mortal, la luz de los fieles, la fuerza de los que trabajan, y el descanso de los que mueren; Te damos gracias por las bendiciones oportunamente recibidas durante el día, y humildemente suplicamos nos des tu misericordiosa protección durante toda esta noche. Consérvanos, te suplicamos, en seguridad hasta las horas del alba; mediante Aquel que murió por nosotros, y resucitó, tu Hijo, nuestro Salvador Jesucristo. Amén.
OH Dios, Tú que nos alegras con el recuedo semanal de la gloriosa Resurrección de tu Hijo nuestro Señor; Otórganos en este día tal bendición por medio de nuestra adoración a ti, que los días venideros puedan ser empleados en tu servicio; mediante el mismo Jesucristo nuestro Señor. Amén.
OH Dios de paz, que nos has enseñado que en el arrepentimiento y descanso espiritual seremos salvos, y en la tranquilidad y la confianza consistirá nuestra fortaleza; Levántanos por el poder de tu Espíritu, te suplicamos, a tu presencia, en donde podamos contemplarte en silencio y saber que Tú eres Dios; mediante Jesucristo nuestro Señor. Amén.
OH Dios, por quien los mansos son guiados en juicio, y luz brilla en la obscuridad para el piadoso; Concédenos, en todas nuestras dudas e incertidumbres, la gracia de preguntar qué es lo que tú desearías que hiciéramos, a fin de que el Espíritu de Sabiduría pueda salvarnos de falsas decisiones y que en tu luz veamos luz, y no tropecemos en tu derecha senda; mediante Jesucristo nuestro Señor. Amén.
OH Amantísimo Padre, que deseas te demos gracias por todas las cosas, y no temer nada sino el perderte a ti, y que descarguemos todos nuestros cuidados en ti, que nos amas; Presérvanos de temores infieles y de ansiedades mundanas, y concede que ninguna nube de esta vida mortal pueda ocultar de nosotros la luz de ese amor que es inmortal, y que Tú nos has manifestado en tu Hijo, Jesucristo nuestro Señor. Amén.
OH Padre Celestial, que comprendes a todos tus hijos; Permítenos por medio de tu don de fe traer nuestras dudas a la luz de tu sabiduría, y que recibamos el bendito aliento de tu simpatía y un conocimiento más claro de tu voluntad; a ti tributándote gloria por todos tus dones bondadosos; por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
OH Padre Celestial, que has llenado el mundo de belleza; Abre, te suplicamos, nuestros ojos para contemplar tu mano bondadosa en todas tus obras; para que regocijándonos en tu creación entera, podamos aprender a servirte con alegría; por amor de Aquel por quien todas las cosas fueron creadas, tu Hijo Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Omnipotente Dios, Padre Celestial, que nos has bendecido con el gozo y el cuidado de los hijos Danos luz y fuerza para educarlos, a fin de que puedan amar todo lo que es puro y verdadero, amable y de buen nombre, siguiendo el ejemplo de su Salvador Jesucristo. Amén.
OH Dios, cuyo cuidado paternal se extiende hast las partes más remotas de la tierra; humildemente te suplicamos veas y bendigas misericordiosamente a cuantos amamos, ahora ausentes de nosotros. Defiéndelos en todo peligro de alma y de cuerpo; y concede que ellos y nosotros, acercándonos más a ti, seamos unidos por tu amor en la comunión de Santo Espíritu, y en la comunión de tus santos; mediante Jesucristo nuestro Señor. Amén.
OMNIPOTENTE Dios, confiamos a aquellos que nos son queridos a tu fiel cuidado y amor; sabiendo que tú estás haciendo por ellos mejores cosas que las que podamos desear o suplicar; rogándote que continúes protegiéndolos; mediante Jesucristo nuestro Señor. Amén.
OH Dios de misericordia, dador de vida y de salud; Bendice, te rogamos, a tu siervo [N.], y a los que le administran tus dones sanativos; para que pueda ser restaurado a la salud del cuerpo y de la mente; mediante Jesucristo nuestro Señor. Amén.
OMNIPOTENTE Dios nuestro Padre Celestial, te suplicamos misericordiosamente alientes a tu siervo en su sufrimiento y bendigas los medios que se usen para sanarle. Llena su corazón de confianza, de modo que aunque llegue a temer, pueda sin embargo poner su seguridad en ti; mediante Jesucristo nuestro Señor. Amén.
VELA por tu hijo, o Señor, conforme aumenta sus días; bendícele y guíale doquiera se halle, guardándole sin mancha de este mundo. Fortalécele cuando permanezca en pie; consuélale cuando se sienta desanimado o triste; levántale si cae; y que pueda permanecer en su corazón todos los días de su vida, la paz que excede a todo entendimiento; mediante Jesucristo nuestro Señor. Amén.
PADRE Celestial, te suplicamos que tengas compasión de todos tus hijos que se hallan enfermos de la mente. Restáurales a su fortaleza mental y alegría del espíritu, y concédeles salud y paz; mediante Jesucristo nuestro Señor. Amén.
OMNIPOTENTE Dios, nuestro Padre Celestial, que constituyes en familias al solitario; Encomendamos a tu cuidado continúe hogares en que ora tu pueblo. Aparta de ellos, te suplicamos, toda raíz de amargura deseo de vanagloria y orgullo de vida. Llénalos con fe, virtud, conocimiento, templanza, paciencia y santidad. Enlaza juntamente en afecto constante aquellos que en santo desposorio, han sido hechos una sola carne; vuelve los corazones de los padres a los hijos, y el corazón de los hijos a los padres; y de tal manera enciende el amor entre todos nosotros, que seamos siempre afectuosamente unidos en amor fraternal; mediante Jesucristo nuestro Señor. Amén
OH Dios, Todopoderoso y misericordioso, que sanas a los de corazón quebrantado, y cambias la amargura del triste en alegría; Sea tu bondad paternal sobre todos los que tú has creado. Recuerda con piedad a cuantos hoy día se hallan destituidos, sin hogar y olvidados de sus semejantes. Bendice la congregación de tus pobres. Levanta a los abatidos. Proteje poderosamente a los inocentes que sufren, y santifica para ellos las injusticias que sobrellevan. Alienta con esperanza a los que se hallan desanimados y afligidos, y mediante tu gracia celestial preserva de caída aquellos cuya penuria sirve de tentación al pecado; aunque se hallen molestados en todos sentido, no permitas que desmayen; y aunque en perplejidad, líbrales de la desesperación. Concede esto, oh Señor, por amor de Aquel que por nosotros se hizo pobre, tu Hijo, nuestro Salvador Jesucristo. Amén.
OMNIPOTENTE Dios, cuya mano amante nos ha dado cuanto poseemos; Concédenos gracia para que podamos honrarte con nuestros bienes, y recordando la cuenta que algún día tendremos que rendir, podamos ser fieles mayordomos de tu generosidad; mediante Jesucristo nuestro Señor. Amén.
OH Dios, por cuya palabra el hombre sale a su trabajo y a su labor hasta la tarde; Ten misericordia de aquellos cuyos deberes son difíciles y abrumadores, y consuélales en cuanto a su tarea. Sé Tú el escudo contra toda desgracia y daño a los trabajadores en sus ocupaciones. Protege los esfuerzos de la industria digna y honrada, y no permitas que el jornal del obrero sea retraído por fraude. Inclina el corazón de los patronos y el de los obreros a sobrellevarse mutuamente, en equidad y buena voluntad. Da el espíritu de gobierno y mente sana a todos los que se hallen constituidos en autoridad. Bendice a todos aquellos que se emplean en obras de misericordia o en escuelas de buena enseñanza. Cuida a todas las personas de edad avanzada , y a todos los pequeñuelos, a los enfermos y afligidos, y a todos los que viajan por tierra, mar o aire. Recuerda a todos los que por razón de debilidad están oprimidos, o por causa de pobreza, olvidados. Que los suspiros tristes de los encarcelados lleguen hasta ti; y según la grandeza de tu poder, preserva Tú a todos los que están bajo pena de muerte. Presta oído a nuestra oración, oh Padre bondadoso y misericordioso, por amor de tu querido Hijo, nuestro Salvador Jesucristo. Amén.
BENDICE, Oh Padre, tus dones para nuestro uso, y a nosotros en tu servicio; por amor de Cristo Jesús. Amén.
DANOS corazones agradecidos, nuestro Padre, por todos tus beneficios, y haznos pensar en las necesidades de nuestros semejantes; mediante Jesucristo nuestro Señor. Amén.1 Aquí el lector deberá hacer una pausa, para que cada uno de los individuos congregados, haga confesión secreta de sus pecados, cometidos durante el día.