El disco póstumo de un músico que ya es leyenda. Stan Getz quiso regalarnos en su despedida un clásico conmovedor y rotundo, una obra atemporal que destaca, reluciendo como estrella vespertina, en el gris atardecer del horizonte jazzístico de los 90. Grabado en la catedral europea del jazz, el Café Monmartre de Copenhague (local que fué testigo de excepción de actuaciones míticas de grandes músicos americanos exiliados como Dexter Gordon, Jackie McLean o el mismo Getz), con un público respetuoso y atento, consciente de formar parte de una historia que todavía no ha terminado de escribirse, y en dúo con su pianista favorito de los últimos tiempos, el legendario tenor exprime las últimas gotas de su caudaloso torrente creativo en 14 magistrales interpretaciones plenas de un lirismo abrasador, empáticas y transmisoras de sentimientos profundos y sinceros. El repertorio es un acertado balance entre standards y temas compuestos por músicos de jazz, entre medios tiempos y baladas inmortales. Es imposible no emocionarse ante la audición de joyas firmemente enraizadas en la esperanza como "I´m Okay" o "People Time", o no disfrutar de la telepatía improvisatoria de los dos músicos en "Stablemates" o "Night And Day". En suma, un emocionante testamento musical cuyos beneficiarios son todos los buenos aficionados al jazz que de buena gana hubieran unido sus aplausos al público del Monmartre en cálido homenaje al mejor saxofonista blanco de todos los tiempos.

Enrique de Ramón 

Pat Martino es uno de esos personajes misteriosos y atrayentes para los que escribimos en estas páginas. Guitarrista infravalorado y de existencia tortuosa, con un estilo inmediatamente reconocible por su digitación limpia, sin vibrato y de gran precisión, actualmente disfruta de un merecido renacimiento artístico en el sello Blue Note con estimables grabaciones como "Both Sides Now". "Exit" es una sesión en cuarteto inmediatamente anterior a la operación de aneurisma cerebral que le tuvo en coma tres días y le produjo una amnesia de la cual tardó años en recuperarse. Se trata de una excelente introducción al universo musical de Martino, personal como pocos. La libertad formal de un tema como "Exit" donde a partir de un único acorde se suceden los cambios de tempo y los contrapuntos a un ritmo endiablado marcado por la batería de Billy Hart es ideal para introducir a los mas recelosos en los ambientes arriesgados y en ocasiones gratificantes del free. El resto de la sesión es mas convencional pero no por ello menos inspirada. Una acertada y respetuosa revisión del "Come Sunday" ellingtoniano, la continuación de la jerarquía bop en "Three Base Hit", un "Days Of Wine and Roses" de Mancini con Martino doblando el tempo en su improvisación, el "Blue Bossa" de Kenny Dorham a ritmo latino y el homenaje por excelencia en "I Remember Clifford", de Benny Golson. No figurará en ninguna de las enciclopedias ni en listas de los 100 mejores discos de Jazz, pero ello le confiere un atractivo adicional, algo así como saborear los placeres de lo desconocido, que es el deporte favorito del que esto suscribe y seguramente también el tuyo.

Enrique de Ramón 

A estas alturas describir lo que supuso John Coltrane para la música del siglo XX (ya no digamos para el jazz) parece ocioso e innecesario. Tómalo literalmente: hablamos del último gran innovador, el último genio creador total que ha dado este arte. Ha habido excelentes músicos posteriores pero el es Trane, amigos, y ostenta merecidamente un trono indisputado hasta la fecha, la última plaza en el olimpo de los maestros indiscutibles. "Coltrane" es la primera de las grabaciones en estudio de su cuarteto clásico para el sello Impulse! de Bob Thiele. Concebido poco después de las atronadoras y experimentales sesiones del Village Vanguard (recibidas con escepticismo por una parte de la crítica musical que no supo calibrar su enorme importancia), con este disco se inicia una reacción en cierto modo conservadora, una especie de remanso estilístico que servirá de plataforma y punto de apoyo para su despegue definitivo en dirección hacia los inhóspitos parajes de sus últimas grabaciones, caracterizadas por la urgente persecución de una personal identificación entre la música y el alma, entre el espíritu y el sonido. Este marco de referencia hace de "Coltrane" una excelente puerta de entrada para el aficionado casual al universo musical de su creador, ya que le permite calibrar o intuir su evolución posterior y aventurarse, si se atreve, en la audición de rotundas obras maestras como "A Love Supreme" (la cima coltraniana) o perderse a millones de años luz en las peligrosas improvisaciones libres de "Ascension" o "Sun Ship". Una odisea personal e intransferible y un viaje iniciático que todo buen aficionado al jazz esta obligado a experimentar. Tu eliges.

Enrique de Ramón