LA CRIMINOLOGÍA
CRÍTICA DEL S. XXI COMO CRIMINOLOGÍA DEL LOS DERECHOS HUMANOS EN EL
MUNDO GLOBALIZADO
Lolita Aniyar de Castro
Los cambios
sociales y tecnológicos generan incertidumbre, ansiedad y miedo.
También son fuente de odios y de fragmentación social. Según la
Teoría de la Sociedad del Riesgo, en virtud de las nuevas
tecnologías, en la modernidad tardía se estarían produciendo riesgos
particulares.
En lo que respecta
al pensamiento criminológico, el concepto de “Sociedad del Riesgo”
se ha expandido hacia el temor generalizado de ser víctima de
delitos. Y, como a menudo hemos afirmado, el sentimiento de
inseguridad es tanto o más peligroso en sus consecuencias que la
inseguridad real.
La sociedad de
riesgo pues, y el sentimiento de inseguridad, conformarán un binomio
de perversas consecuencias en lo que se refiere a los mecanismos del
control social.
Así, tenemos en casi todas partes unas
deshilachadas democracias,
que se sostienen, por una parte, sobre leyes cada vez más
represivas, y, por la otra, sobre las penas informales del que, en
otras ocasiones, he denominado
“sistema
penal subterráneo“.
A pesar de que, como algunos
investigadores han demostrado a través de la historia, siempre ha
existido la sensación de estar en presencia de una crisis de la
criminalidad, en el tiempo de esta llamada sociedad del riesgo
[1],
y precisamente por esto, las demandas sociales de seguridad son tan
agudas que impulsan reiteradamente a los políticos a generar reglas
de organización social que la gente supone son las más seguras, de
acuerdo con viejos arquetipos de represión y persecución enclavados
en el subconsciente colectivo; sin duda, arquetipos mediáticamente
inflados. En ellos es permanente la presencia de los estereotipos
del malo o peligroso, así como el de que hay clases, naciones,
países y hasta religiones estigmatizadas, que constituyen el núcleo
central de la concepción del enemigo a destruir. Es la libertad la
que va a estar en riesgo.
Algunos acontecimientos
contemporáneos que se han estado produciendo en niveles
internacionales, han extendido el campo del miedo y de quien debe
ser considerado enemigo: la Globalización, el terrorismo, la guerra
Este-Oeste, las Migraciones: es decir, “el otro”. En virtud de la
globalización, tendremos los mismos enemigos, los mismos
estereotipos, los mismos odios y las mismas maneras de actuar contra
ellos. A esto obedecen las reformas penales, procesales, de menores,
policiales; las legislaciones internacionales sobre la delincuencia
organizada, la tendencia a tener cárceles y policías privadas; y por
supuesto, también las teorías del control basadas en la Tolerancia
Cero y los “factores de riesgo”.[2]
Aún cuando sólo
una conducta intencional, gravemente dañina, debe ser considerada
delito, las migraciones ilegales se han convertido en un asunto
criminológico. Como suele suceder, los problemas de gobernabilidad
se traducen en términos de criminalización. Se señalan los elementos
de esta nueva criminalización oculta y se discuten los siguientes
tópicos cuya discusión permitiría construir una Criminología de los
Derechos Humanos:
·
La
macrocriminalidad y la inultilidad del viejo Derecho Penal y la
vieja criminología.
·
El
estereotipo de delincuente: raza, pobreza y la selectividad del
control penal.
·
El rol
culpable de las teorías criminológicas.
·
La
ideología de la guerra y el uso prioritario del Sistema Penal para
resolver problemas de gobernabilidad.
·
La “tierra
de nadie para las jurisdicciones y las garantías”.
·
La
expansión del Derecho Penal, su administrativización y la pérdida de
garantías.
·
La
represividad aumentada y la hiperinflación carcelaria.
·
Los débiles
controles sobre los controladores en el ámbito internacional.
·
Los
castigos ocultos: La cárcel latinoamericana como violación de la
Convención contra la Tortura; las nuevas leyes de protección a la
Infancia y la represión escondida; el tratamiento forzado, el
“segundo juicio”, las deportaciones, la privación de servicios
esenciales a los inmigrantes ilegales.
·
La
violación al derecho a ser diferente.
·
El Derecho
Penal del Enemigo y la cultura de la guerra.
·
El regreso
del peligrosismo.
Se proponen nuevos
Derechos Humanos: La autonomía del Poder Judicial como Derecho
Humano y la globalización de la mano de obra.
[2]
Recientemente el informe del Ministro Francés Sarkozy, que se
presentaría a la Asamblea Nacional, se basó en una investigación
del Instituto Nacional para la Salud y la Investigación Médica (INSERM),
solicitaba establecer medidas de seguimiento a niños que, desde
el Jardín de Infancia, podrían ser tempranamente detectados, y
por lo tanto, ser considerados sospechosos de conductas
indebidas en el futuro.
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