

( dir. aut. reserv. )
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Hace unos
meses,nació el poema que vás a leer a continuación,no se si habrè logrado
tansmitir en el algo asi como el colmo del amor imposible...nada menos que
el amor que surge entre un rayo de luz que se escapa de su seno solar y se
queda en el caliz de un clavel,donde se enamora de una gota de
rocio...ambos ven finalizar su existencia,y en consecuencia su amor,con
las luces de la mañana.El rayito desaparece y el rocio se disuelve al alba
en el chorro de la luz paterna.Pero algo debe quedar de su amor,porque de
los amores siempre queda algo,eterno y permanente para la eternidad,es
nuestra pequeña retribución al cosmos que nos obsequió con ese milagro...siempre queda
algo,aunque sean unas simples esmeraldas que,como
la esperanza,son verdes.





Era un rayo, del sol emancipado.
Y una gota de rocío, que vivían
en el cáliz de un clavel enamorado
que esperaba la luz del nuevo día.
Sintiendo que su vida se perdía,
sintiendo que el amor se le escapaba,
acordó conjurar, con su energía,
un hechizo de amor de madrugada.
Y sucedió que, aquella noche,
el rayito de fuego liberado,
se sintió tan dentro de la gota amiga
que su diminuta luz marchó del mundo.
Más, la minúscula gota de rocío,
sintiendo luminosa y lenta la agonía,
muerta su esperanza con la luz perdida,
vió nacer, en su cáliz de amor de mediodía,