DOSIMETRIA TERMOLUMINISCENT:

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Introducció:

El uso de las radiaciones ionizantes en todos los ámbitos y en especial para usos médicos ha venido incrementándose en las últimas décadas, tanto para fines diagnósticos como terapéuticos. Con el paso del tiempo, los avances en el campo de la radioterapia han llevado a la utilización generalizada de aceleradores lineales y unidades de cobaltoterapia, así como a un aumento del número y tipo de técnicas terapéuticas.

A pesar de que los beneficios asociados al uso de las radiaciones ionizantes son enormes, no hay que olvidar que las radiaciones ionizantes pueden provocar cáncer y defectos genéticos incluso para valores de dosis relativamente pequeños. La utilización de las radiaciones ionizantes en las prácticas clínicas exige, por tanto, una medida y determinación precisas de la dosis absorbida por los tejidos.

En radioterapia, debido a las altas dosis empleadas se requieren unas medidas particularmente precisas. En este sentido es habitual en la planificación de los tratamientos terapéuticos utilizar complejos programas de cálculo que determinan la dosis absorbida en diversos órganos y profundidades. Sin embargo, para algunas aplicaciones puede resultar imprescindible realizar verificaciones experimentales de los valores calculados. Estas comprobaciones se llevan a cabo mediante estudios con maniquíes antropomórficos o bien mediante medidas 'in vivo' directamente sobre el paciente tratado.

Las técnicas que presentan mayores ventajas para desarrollar este tipo de estudios son la dosimetría de termoluminiscencia y la dosimetría mediante detectores de semiconductor. Las cámaras de ionización, al depender fuertemente de las condiciones ambientales y ser mecánicamente frágiles, no son adecuadas para medidas de rutina sobre los pacientes.


Termoluminiscència:

La detección y medida de la radiación se consigue gracias a las interacciones que la radiación sufre al atravesar un medio, produciendo en este diversos efectos: ionizaciones, luminiscencia, ennegrecimiento ... Los detectores termoluminiscentes están basados en la luminiscencia de los detectores debida a la exposición a las radiaciones: absorben y almacenan una parte de la energía cedida por la radiación y posteriormente la convierten en emisión de luz al ser calentados.

La asociación de la termoluminiscencia con la exposición de un material a las radiaciones emitidas por sales radioactivas fue observada por los pioneros en la investigación de la radiactividad, así, por ejemplo, Marie Curie observó la termoluminiscencia del CaF2 y lo consignó en su tesis doctoral (1904). Fueron Daniels y sus colaboradores (1953) los primeros en proponer el fenómeno de la termoluminiscencia como un medio para medir la exposición a las radiaciones, en especial para la dosimetría clínica, [Daniels et al, 1953]. Hasta la actualidad multitud de materiales han sido estudiados para muy diversas aplicaciones, tanto para la medida de débiles dosis como en el rango de altas dosis, y para campos tan diferentes como la medicina y la arqueología.


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