La Ruta Maya

Si necesitas ver las zonas más importantes de la ruta maya, existe un muy buen mapa.

No hace falta ser una eminencia científica, ni un gran aventurero, ni tampoco apuntarse a un viaje organizado, para conocer y disfrutar la Ruta Maya. Algo de tiempo, y un poco de suerte han de permitir preparar un itinerario que se ajuste a las propias necesidades. La Ruta Maya debe abarcar los actuales Estados mexicanos de Chiapas, Yucatán, Campeche y Quintana Roo, y los países de Guatemala, Honduras y en menor medido El Salvador.

Los principales puntos cardinales donde se circunscribe el territorio maya están delimitados por Chichén ltzá y Uxmal en Yucatán, Palenque en Chiapas, Tikal en Guatemala y Copán en Honduras. Si trazamos una línea sobre el mapa uniendo las ciudades mencionados delimitaremos el área donde se encuentran la inmensa mayoría de yacimientos arqueológicos.

En dos o tres semanas se puede disponer de tiempo suficiente para ver los principales sitios arqueológicos, visitar las ciudades coloniales y algunos pueblos en los Altos de Guatemala, donde la población maya conserva muchas de las costumbres de sus antepasados.

 

Este viaje, lleva algo fascinante en sí mismo, pues cuenta con un magnetismo humano que sólo en este tipo de culturas (maya, olmeca, azteca, etc) se puede vivir (obvio soy mexicano y se vale echar porras, ¿eh?) pues, por ejemplo, podemos visitar las ruinas de Grecia o las pirámides de Egipto, pero la gente que vive ahí o sus descendientes no conservan los cultos y las tradiciones de sus antepasados, mientras que en nuestras culturas sucede lo contrario; por lo que, además de ver físicamente el encanto de los paisajes y edificaciones, podremos convivir con gente que profesa todavía esas culturas.

Empecemos el viaje por México; pudiendo llegar a Cancún y viajando por carretera hasta la ciudad de Cobá, donde las zonas arqueológicas abren al público a las ocho de la mañana y podremos admirar La Gran Pirámide o Nohoch Mul, con una altura de 42 metros (es una de las más altas de Yucatán), desde su cima se tiene una completa visión de la selva y las lagunas Cobá y Macanxoc. La ciudad fue abandonada alrededor del año 900 y la selva se encargó de cubrir los ruinas hasta el punto de ocultar la Gran Pirámide. Cobá fue redescubierta por el arqueólogo austríaco Teobert Maler en 1891, pero todavía en la actualidad sólo se ha excavado una parte mínimo de su extensión total.

Cabe mencionar que casi todos los yacimientos de la Ruta Maya permanecen abiertos de 8.00 a 17.00 horas, pero debemos tener cuidado, pues es aconsejable tomar la visita con calma, sobre todo durante las horas que el calor es sofocante.

También cerca de la ciudad de Cancún encontramos un yacimiento pequeño, pero no así de poco valor, llamado El Rey, que puede ser recorrido en un par de horas.

Desde Cobá hasta la costa caribeña del Yucatán hay apenas cincuenta kilómetros. En ese litoral se hallan las ruinas de Tulum, una de las ciudades arqueológicas más hermosas del Yucatán si se tiene en cuenta su emplazamiento.

El primer contacto del hombre blanco con los mayas del Yucatán ocurrió alrededor de 1511 cerca de Tulum como consecuencia de un naufragio. Tras encontrarse y luchar con algunas tribus hostiles sólo quedaron dos sobrevientes: Jerónimo de Aguilar y Gonzalo de Guerrero que se integraron a la vida indígena.

Posteriormente, en 1518, la expedición de Juan de Grijalva divisó desde el mar las torres de la ciudad de Tulum, "la ciudad del amanecer", que por su belleza, los cronistas de la expedición llegaron a comparar con la ciudad de Sevilla. Juan de Grijalva no detuvo sus naves en Tulum a pesar de que "por la costa andaban muchos indios con dos banderas que alzaban y bajaban, haciéndonos señal de que nos acercásemos".

Gonzalo de Guerrero se casó con la hija del maya Nachán Can, y posteriormente rehusó unirse a la expedición de Hernán Cortés que pasó por estas tierras años más tarde. Un cronista de la época relata porque Guerrero no quiso volver con los españoles: "De vergüenza por tener horadadas las narices, labios y orejas y pintado el rostro y labradas las manos al uso de aquella tierra ... dejó de venir por el vicio que con la mujer tenia, y por el amor de los hijos". En definitiva, que la vida en la costa del Caribe también tenía hace quinientos años sus ventajas.

 

La ciudad de Tulum pertenece a la última época de la civilización maya y los arqueólogos la definen como una ciudad con claras influencias toltecas que debió de ser construida después del primer milenio de nuestra era. Ubicada en un acantilado de unos veinticinco metros de altura sobre la playa, Tulum se halla rodeado de un ancho muro de piedra que la aísla del exterior, excepto de la zona acantilada.

Siguiendo en dirección Sur, la carretera se aleja de la costa y de los lugares turísticos. A unos trescientos kilómetros se encuentra la laguna Bacalar, donde la ausencia de ruinas viene compensada por el paisaje. Aguas azul celeste, fondos de color jade y bajos de arena que se mezclan, no hay playas, pero es un hermoso lugar; desde ahí la carretera que atraviesa la península ofrece la oportunidad de visitar algunas ruinas apartadas de los habituales circuitos turísticos, dirigiéndonos de este a oeste encontraremos Kohunlich, Xpujil, Becan y Chicanna.

Para visitar Kohunlich (no sé su significado) hay que adentrarse en la selva, la pirámide principal, o pirámide de las máscaras, está dedicada al dios Sol y conserva en su parte frontal varias máscaras de estuco, donde se descubre la influencia olmeca.

Xpujil (tampoco sé su significado), Becan (Senda de la serpiente) y Chicanna (Casa de la pequeña serpiente) son lugares muy pequeños, pero vale la pena visitarlos.

Si tomamos a Cancún como nuestra base de partida para toda esta zona, hacia el suroeste podemos viajar hacia Mérida (la ciudad Blanca), para que, unas vez ahí, visitemos en las cercanías dos de las mas grandes ciudades, Chichén Itza y Uxmal.

Uxmal era el centro de la denominada región Puuc y su auge entre los siglos VII y IX fue posterior al abandono de Tikal. Ubicada en una zona de sequía absoluta (aquí no existen los cenotes o pozos de agua); los habitantes de Uxmal adoraban a Chaac, el dios de la lluvia, cuya efigie y jeroglíficos están labrados en la mayoría de edificios.

Las ruinas tienen tres edificios principales: la Pirámide del Adivino, el Cuadrángulo de las Monjas y el Palacio del Gobernador.

La Pirámide del Adivino, construida sobre una base ovalado, mide 39 metros de altitud y la ascensión y sobre todo el descenso, debido a la estrechez de las escaleras, es bastante difícil. La vista desde arriba, sin embargo, compensa.

El Cuadrángulo de las Monjas, abarca una extensa plaza rodeada por cuatro dependencias. Su forma recordó a los primeros españoles un convento de monjas (de ahí su nombre). En realidad las diferentes hipótesis que se manejan respecto a su utilidad apuntan más bien a una escuela militar. El conjunto de edificios del Cuadrángulo está bien proporcionado y destaca, aparte de las efigies dedicadas a Chaac (dios de la lluvia), la presencia de Quetzalcóatl, la serpiente emplumada, proveniente de la cultura azteca.

El Palacio del Gobernador es una brillante muestra de la elegancia y pulcritud de formas del estilo arquitectónico de Uxmal. La fachada del edificio tiene alrededor de 100 metros de longitud, y se conserva en muy buen estado. Uxmal fue abandonada por circunstancias desconocidas.

Chichén ltzá (la ciudad del brujo del agua) es la ciudad donde la civilización maya alcanzó su apogeo, para luego irse apagando paulatino e inexplicablemente. Aquí llegaron mayas de todas las tribus, además de aztecas, toltecas y otras civilizaciones de América Central; era el centro de peregrinación por excelencia, como lo demuestran los numerosos objetos encontrados en las excavaciones y que pertenecen a distintas zonas del continente americano.

El monumento central del yacimiento es la Pirámide de Kuculcán, también llamada El Castillo. Esta pirámide reproduce arquitectónicamente el preciso calendario maya, según la distribución de terrazas, escalones y niveles y permite, durante el equinoccio de primavera, ver en un juego de sombras la representación de la serpiente emplumada: Quetzalcóatl o Kuculcán.

De 4 a 5 de la tarde se tiene la oportunidad de visitar el interior de la Pirámide de Kuculcán. Un corredor estrecho de empinadas escaleras conduce a la cámara mortuoria donde fue hallado el trono del jaguar Rojo de ojos de jade, uno de los objetos más valiosos que han perdurado hasta nuestros días.

Cerca de la Pirámide de Kuculcán se encuentra el estadio del juego de Pelota cuyo estado de conservación es asombroso. A ambos lados en las paredes laterales se encuentra un orificio circular (verticalmente), a modo de canasta (con un giro de 90º), donde supuestamente se debía introducir la pelota (al parecer de una especie de caucho duro). Al lado del estadio, que mide más de 120 metros de largo, está el Templo de los Jaguares, templo dedicado a los guerreros mayas. Al Este de la pirámide de Kuculcán está el Templo de las Mil Columnas, donde se halla la estatua reclinada de Chaac, el dios de la lluvia, escultura emblemática de la cultura precolombina.

Hay muchos otros complejos desperdigados por la zona arqueológica, de entre los que sobresalen el Cenote Sagrado y el observatorio del Caracol.

El Cenote Sagrado es un pozo de 30 metros de ancho por 60 de profundidad. Exploraciones submarinas han sacado a la superficie desde restos humanos hasta todo tipo de joyas y objetos de cerámica, de lo cual se deduce su función ritual. El lugar es en verdad sobrecogedor y fantasmagórico. Justo al otro extremo, en la parte Sur, se encuentra el Caracol, un observatorio astronómico cuya nomenclatura se debe a la forma de las escaleras que conducen a la cumbre. Como sucede en otros edificios de Chichén ltzá, las diferentes ventanas de El Observatorio están orientadas según la posición del Sol, o de algunas estrellas y planetas en equinoccios y finales de ciclos astronómicos.

Alejándonos de Mérida podremos visitar, hacia el suroeste la ciudad de Campeche, alejada de los circuitos turísticos que bien se merece un alto en el camino. Fue fundada por los españoles en 1531 y pronto se convirtió en el puerto colonial más importante del Yucatán. La ciudad conserva parte de la antigua muralla que la protegía de los continuos ataques de los piratas. Cerca de Campeche hay otras ruinas menores Edzná (casa de los ecos) aquí encontraremos una soberbia pirámide "El Templo de los Cinco Niveles" de 30 metros de altitud, Dzibilnocac y Hochob las que son poco visitadas por los turistas y por ende en muy buen estado.

Desde Campeche y adentrándonos al estado de Chiapas, podremos visitar Palenque, donde la parte principal de la excavación está situada alrededor del Templo de las Inscripciones, uno de los más bellos edificios mayas. El rey Pakal dio prosperidad a esta ciudad que vivió su apogeo entre los años 600 y 800 d. C. La figura de Pakal, cuya tumba se encontró en 1952 en un muy buen estado de conservación, fue determinante para la prosperidad de la ciudad. Según consta en los jeroglíficos encontrados junto a su tumba, Pakal vivió aproximadamente hasta los noventa años de edad, y su nacimiento había sido predicho muchos años antes. En su tumba se encontraron diversas joyas que fueron trasladadas al Museo Nacional de Antropología de México. Por desgracia una máscara de jade perteneciente a Pakal fue robado del museo en 1985. La losa que recubre la tumba muestra a Pakal rodeado de serpientes y jeroglíficos; la especial posición en la que se encuentra el rey hizo correr durante varios años la teoría de que el dibujo representaba a un astronauta. De la misma manera, el hecho de encontrar la tumba en el interior de la pirámide (la primera descubierta) hizo surgir otra teoría que apuntaba a una conexión entre el Antiguo Egipto y la civilización maya. Estas teorías han desaparecido hoy en día.

Desde Palenque es posible desplazarse hasta San Cristóbal de las Casas, en el interior de Chiapas, o hacia la selva lacandona para visitar otras ruinas apartadas. Los pequeños poblados indígenas alrededor de San Cristóbal de las Casa, son un excelente punto de encuentro directo con los mayas actuales.

Desde Chiapas podemos proseguir hacia las tierras de Guatemala; situado en el corazón de la selva guatemalteca, el lago Petén ltzá es todavía uno de esos lugares donde se puede disfrutar de la naturaleza. Durante el crepúsculo los indígenas cruzaban el lago con sus "cayucos" (canoas construidas con madera de cedro); Flores, la población más importante y centro de comunicaciones del Petén, está situada en el centro del lago y unida al pueblo de Santa Elena por un estrecho brazo de tierra. El pueblo dispone de cierta infraestructura turística, propiciado en gran medida por la proximidad de las ruinas de Tikal.

Flores fue el último reducto de los mayas de Mesoamérica tras la llegada de los conquistadores españoles. La antigua ciudad llamada Tayasal, fue reducida el año 1697, muchos años después de que Hernán Cortés (1524) en su expedición a Honduras fuese recibido cortésmente en Tayasal por el rey Canek. El posterior rechazo a los españoles fue debido a los avisos de los astrólogos mayas que habían previsto la dominación de los "hombres blancos y barbudos" sobre el lago Petén ltzá para algunos años más tarde.

Sea como fuere, en 1697, tras un combate que apenas duró veinticuatro horas, Tayasal pasó a manos de los españoles y en el lugar donde se hallaba el principal templo maya, se edificó la iglesia, la cual, aunque reconstruida en varias ocasiones, todavía se erige en lo más alto del pueblo.

Tanto desde Flores como desde Santa Elena, parten diariamente autobuses con destino a Tikal. El trayecto cuesta aproximadamente 25 quetzales por persona, ida y vuelta. Esto permite salir a las siete de la mañana de Flores, para llegar alrededor de las nueve a Tikal, disponer de casi siete horas para visitar las ruinas y regresar a Flores a las cuatro de la tarde. La ciudad de Tikal, cuna de la civilización maya, se erige, desafiando a los siglos, en el corazón de la selva del Petén. Sus templos, los más altos del continente americano. La vista desde la cima de cualquiera de las pirámides es impresionante. Los primeros edificios de Tikal de los que se conoce su fecha de construcción datan del siglo III a. C., aunque la ciudad conocería su esplendor durante los siglos VI y VII d. C. con la subida al trono del rey Ah Cacau (algo así como chocolate). Tikal se convirtió en la ciudad más importante de América Central hasta que, como ocurriría en otras tantas ciudades mayas, fue abandonada.

Siglos después, cuando los españoles llegaron al Petén, Tikal sólo eran unas ruinas, seguramente en peor estado del que se encuentran ahora, hoy en día Tikal se encuentra dentro del Parque Nacional del mismo nombre que cubre una extensión superior a los 500 km2. La zona central de las ruinas tiene una amplitud aproximada de 16 km2. La denominada Plaza Mayor que alberga los Templos I (44 m) y II(38 m) además del complejo de la Acrópolis Norte, es el lugar más visitado. Los dos templos, enfrentados uno a otro y separados por unos ciento cincuenta metros son en verdad imponentes. Durante las noches de luna llena se permite el acceso a la Playa Mayor y uno puede experimentar como eran los noches de Tikal en la antigüedad. Para ello será necesario pasar la noche en alguno de los hoteles que hay junto a las ruinas.

Después de visitar ésta área, vale la pena tomar un avión hacia Guatemala (el vuelo dura aproximadamente una hora) pues las vías terrestres todavía son muy deficientes y el trayecto por carretera, desde Tikal a Guatemala requiere de todo un día de camino.

Desde Guatemala hacia el Este, se encuentran las ruinas de Quiriguá, donde se pueden ver algunas estelas pertenecientes al Período Clásico.

Cerca de Guatemala también se encuentra Antigua. Esta ciudad es una de las más hermosas del Nuevo Mundo.

Uno puede viajar por tierra hasta Esquipulas, desde ahí hay tres horas de camino por una carretera sin asfaltar hasta llegar a Copán, en Honduras, a tan sólo 12 kilómetros de la frontera con Guatemala, pero el paso de la frontera Guatemala-Honduras algunas veces presenta ciertas dificultades si uno pretende adentrarse en vehículo, una buena solución es cruzar la frontera a pie y tomar un autobús hondureño que nos lleve hasta Copán, otra de las ciudades más antiguas de la civilización maya, que sobre todo seduce por las estelas esculpidas que están emplazadas en la plaza mayor.

Las ruinas no son a primera vista tan impresionantes como las de Tikal o Chichen ltzá, pero con toda seguridad, Copán es la clave para entender buena parte del pasado maya. El mayor atractivo radica en las estelas que se hallan expuestas en la plaza principal y que representan las vidas de los reyes de la ciudad.

 

 

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