El Caminante Nº 14 - Página 11
ENTRE NERONES Y BARTOLINES
Por José A. Illanes.

El teniente de alcalde don Roque Hidalgo no es como sus compañeros Roldán o Barrionuevo, a quienes les complican la vida los jueces, o como Almunia, a quien le complica la vida Borrel. El se la complica solo. Primero quiso convencer a Montellano de que nosotros odiábamos a los emigrantes, más tarde de que éramos batasunos, después de que robábamos fotocopias y ahora (no menciono las leyendas negras) quiere convencer al pueblo de que el propio pueblo le prende fuego al vertedero clandestino, y sostiene, tan tranquilo, en un articulo que firma sin ningún pudor, que sus vecinos son pirómanos. Es como si tuviera el síndrome de Nerón, que le prendió fuego a Roma y le echó la culpa a los cristianos.

Pero Nerón, a lo lejos, en el tiempo, se ve que por lo menos sabía sumar, por algo era emperador de Roma y no concejal del PSOE. Verán. Nerón, cuando se cabreaba, que era un día sí y otro no, decía: “2 cristianos más 2 cristianos son 4 cristianos; 2 leones más 3 leones son 5 leones, o sea, que un león se queda sin comer... luego hay que echar otro cristiano para que cuadren las cuentas.” Pura lógica. Y así ni los leones gruñían ni los romanos decían que su emperador era tonto. El teniente de alcalde, por su parte, sostiene que el vertedero no ha ardido en 10 años, que es como si Nerón dijera que en su circo los leones sólo comían lentejas. Verán. Se calcula que un ser humano produce 2 Kg. de basura diarios. 2 Kg. por 7.000 habitantes que tiene Montellano son 14.000 kg. de basura diarios. Esto por 365 días del año son 5.110.000 Kg. de basura al año, que por 10 años son 51.100.000 Kg. Si nos creemos que el vertedero nunca ardió, los resíduos habrían rebosado y llegarían ahora al Castillo de Cote. Y Quién es el responsable político de que el vertedero no rebose? Quién, para que esto no pase, tiene que eliminar la basura cada cierto tiempo? Don Roque no lo sabe, don Roque solo sabe que el vertedero nunca antes había ardido, y que en Montellano hay pirómanos. No da para más.

Y claro, después de ésto, es fácil imaginar a don Roque, durante una de esas noches agosteñas, azuladas, tórridas de Montellano, asomado al balcón del ayuntamiento, con la corona de laurel, las sandalias, la toga, la eterna medalla de concejal y el cortejo de aduladores, tocando una botella de aguardiente con una cuchara, bajo las estrellas, como Nerón la lira, mientras arde el vertedero y las plazas se inundan de humo pestilente y la ropa tendida en las azoteas se impregna de olor a mierda quemada. Larga gloria al genio de Lucio Domicio Enobarbo Claudio Roque Nerón, emperador de las listas PER, para él la gloria de los versos y el aplauso de los cortesanos; para los cristianos los chistes, la culpa y los leones del circo... para la historia, otra vez, la calumnia.

Don Roque, desde el balcón, entre versos y cucharazos, podrá culpar a los montellaneros de los incendios del vertedero, e incluso habrá quien lo aplauda entre el resplandor de las llamas, y al final, como todos los que protagonizamos ahora la transición democrática en Montellano, formará parte de la historia del pueblo. Pero los cristianos no pasaron a la historia como pirómanos, como no pasaremos los montellaneros; en cambio Nerón no quedó en la memoria de los hombres ni como poeta ni como político, sino como incendiario y tirano, y quienes lo aplaudían la noche que ardió Roma, no se olvide, terminaron dándole un golpe de estado.

Aquí ya estamos hartos de calumnias, y echamos en falta seriedad y madurez en los políticos que gobiernan Montellano. Porque aquí lo que pasa es muy grave. Cada año más emigrantes a la fresa, cada día más caos circulatorio, más muchachas sirviendo en Sevilla, menos claridad en la gestión, más falta de viviendas sociales, más derroche de dinero en caprichos, más juventud sin fronteras, menos censo y ninguna solución para el futuro, cuando nos conformaríamos siquiera con una esperanza, con un gesto, con la sola intención de que nuestro ayuntamiento quisiera prosperar.

Montellano ve que otros pueblos avanzan, y que sus gobernantes tratan de buscar soluciones a los problemas de sus vecinos. Podrán equivocarse, acertar o fracasar, pero al menos intentan remediar las necesidades del pueblo que los votó. En cambio, aquí, toda la política se reduce a machacar a la oposición democrática, para seguir en el poder con mayoría absoluta otros veinte años. Y si para ello es necesario hacer el ridículo, se hace. Don Roque está dispuesto.

Lo peor es que este hombre, cualquier día, con la imaginación tan portentosa que tiene, en vez de arreglarnos los problemas nos da el susto, ya verán, y hace como Bartolín, el concejal de La Carolina, y se inventa que Izquierda Unida de Montellano lo ha secuestrado, y luego se deja ver en el arroyo de El Coronil, con la botella de aguardiente y la toga de emperador pipando de alpechín, diciendo que él solito se escapó de los secuestradores. Entre nerones y bartolines, anda el pueblo apañado.


[Pg. Anterior] [Indice] [Pg. Siguiente]