ERNESTO GUEVARA EL CHE


Posters, camisetas, llaveros, discos, libros..., han llevado al Che a la prisión del consumo y a la parafernalia de la industria, derrota póstuma para quien dedicó su vida a luchar contra el imperialismo. Hoy después de treinta años su imagen nos vigila. Desafiante, terco, irreverente retorna para que depositemos su mito en la sobriedad de la memoria.

El pasado nueve de Octubre se cumplieron treinta años de la muerte de Ernesto Guevara Serna, de profesión revolucionario, personaje fundamental en la historia de este contradictorio siglo XX. Nació en Argentina en mil novecientos veintiocho en el seno de una familia burguesa, comenzó los estudios de ingeniería, carrera que abandonaría para estudiar medicina. Su juventud estuvo marcada por la lectura,la vida universitaria, los amores juveniles y el impacto de un viaje por Latinoamérica de 4.500 Km. con una vieja moto. Recorrió apenas sin dinero, con trabajos eventuales pero con mucha ilusión Chile, Perú, Colombia, Guatemala, México... Este vagar sin rumbo lo marcó profundamente ya que palpó con sus propios ojos la miseria, el hambre de Sudamérica y entonces comenzó a creer en la necesidad de un cambio.

En México conoció a Fidel Castro y sin dudarlo se embarcó en la futura Revolución Cubana dando vida a sus inquietudes políticas. Allí en Cuba vivió la dureza de la guerra, en Sierra Maestra aprendió los valores de la nueva sociedad que buscaba (igualdad, libertad...) Y allí se convirtió en el Che. Para él Cuba era el principio de una revolución lationamericana global que debía desacerse del yugo de Estados Unidos y de sus gobiernos satélites seudofascistas. A principios del 59 la dictadura de Batista cae derrotada y Cuba es para el Che el espejo en el que tienen que mirar los demás paises.

El Che fue nombrado por Fidel comandante, director del Banco Nacional y Ministro de Industria pero la excesiva burocracia administrativa, sus discrepancias con Fidel y el pensamiento de que debía pasar página hicieron al Che decir adios a Cuba. Al partir dejó una carta a Fidel Castro en la que decía: "Siento que he cumplido la parte de mi deber que me ataba a la Revolución Cubana en su territorio y me despido de tí, de los compañeros, de tu pueblo que ya es mío".

Después vendría su aventura en Africa apoyando a la guerrilla del Congo y Bolivia donde murió fusilado en mil novecientos sesenta y siete cuando intentaba crear un foco revolucionario.

El Che fue ejecutado por el ejército boliviano que estuvo apoyado durante la captura por soldados estadounidenses entrenados especialmente para asesinarlo. Su muerte fue un impacto no solo para Cuba sino para todo el mundo, las fotos del Che muerto aparecieron en multitud de periódicos, el dolor invadió todos los rincones de su Cuba querida. Hace unos días se han encontrado los restos del cadaver del Che en Valle Grande (Bolivia) y han sido repatriados a Cuba donde se están celebrando los funerales del treinta aniversario de su muerte.

Pero más allá de datos biográficos el fantasma del Che, como un viajero fronterizo sin visa ni pasaportes, está atrapado a mitad de un puente generacional, entre unos jóvenes que saben muy poco de él pero lo intuyen como el gran comandante y el abuelo rojo de la utopía, y la generación de los sesenta, que llegó tarde o fracasó en el proyecto, pero que entiende que el Che sigue siendo el heraldo de una revolución latinoamericana que por más que parezca imposible, sigue siendo absolutamente necesaria.

Fco. Javier Giráldez

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