Guardias imperiales

 

Estaban integradas por los alabarderos de la Guardia Española, los archeros de Borgoña y los alabarderos de la Guardia Alemana. Los alabarderos de la Guardia Española iban vestidos con jubones y gregüescos acuchillados de colores amarillo y rojo, calzas rojas y zapatos negros. Se tocaban con una parlota (gorra ancha y casi plana) negra adornada con plumas blancas, completando su vestimenta un capotillo amarillo forrado en rojo dispuesto de través sobre el hombro izquierdo. Los archeros de Borgoña procedían de la Guardia de arqueros de Borgoña, introducida en España por Felipe el Hermoso, y sus componentes prestaban servicio a pie en el interior de las estancias reales y a caballo en el exterior. En el servicio a pie vestían jubones y gregüescos acuchillados de colores amarillo y rojo, calzas amarillas, parlota negra, capotillo de igual forma y colorido que los alabarderos de la Guardia Española y zapatos negros con grandes lazos rojos. Su arma principal era el archa, especie de lanza con hoja en forma de cuchillo de gran tamaño. Los alabarderos de la Guardia Alemana vinieron de Alemania en 1519, rigiéndose siempre por fueros especiales. Acerca de su indumentaria existen varias versiones. Así, según Giménez llevaban parlota blanca y capotillo, mientras que el Conde de Clonard los representa sin capotillo y con el color de las medias (blanca una y amarilla la otra) alternando con el del Jubón y los gregüescos.

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