La consigna de los Estados Unidos de Europa

V. I. Lenin
LA CONSIGNA DE LOS ESTADOS
UNIDOS DE EUROPA 



  


   

  LA CONSIGNA DE LOS ESTADOS
     UNIDOS DE EUROPA[264]



      En el número 40 de Sotsial-Demokrat [265], hemos informado de que la 
  conferencia de las secciones de nuestro Partido en el extranjero ha acordado 
  aplazar la cuestión de la consigna de los "Estados Unidos de Europa" hasta que 
  se discuta en la prensa el aspecto económico del problema*. 
      Los debates en torno a esta cuestión tomaron en nuestra conferencia un 
  carácter político unilateral. Quizás ello se debiera, en parte, al hecho de 
  que en el manifiesto del Comité Central dicha consigna estaba formulada 
  directamente como consigna política ("la consigna política inmediata. . .", se 
  dice en él), además, no sólo se proponían los Estados Unidos republicanos de 
  Europa, sino que se subraya especialmente que "si no se derroca por vía 
  revolucionaria las monarquías alemana, austríaca y rusa", esta consigna es 
  absurda y falsa**. 


      * Véase V. I. Lenin "La Conferencia de las secciones del POSDR en el 
  extranjero", Obras Completas, t. XXI.
      ** Véase V. I. Lenin "La guerra y la socialdemocracia de Rusia", Obras 
  Completas, t. XXI. 
  
      Es absolutamente erróneo oponerse a semejante forma de plantear el 
  problema dentro de los límites de la apreciación política de dicha consigna, 
  por ejemplo, desde el punto de vista de que eclipsa o debilita, etc., la 
  consigna de la revolución socialista. Las transformaciones políticas 
  realizadas en un sentido auténticamente democrático, y tanto más las 
  revoluciones políticas, no pueden nunca, en ningún caso, y sean cuales sean 
  las circunstancias, eclipsar ni debilitar la consigna de la revolución 
  socialista. Por el contrario, siempre contribuyen a acercar esta revolución, 
  amplían su base e incorporan a la lucha socialista a nuevas capas de la 
  pequeña burguesía y de las masas semiproletarias. Por otra parte, las 
  revoluciones políticas son inevitables en el proceso de la revolución 
  socialista, que no debe considerarse como un acto único, sino como una época 
  de violentas conmociones políticas y económicas, de lucha de clases más 
  enconada, de guerra civil, de revoluciones y contrarrevoluciones. 
      Pero si la consigna de los Estados Unidos republicanos de Europa, que se 
  liga al derrocamiento revolucionario de las tres monarquías más reaccionarias 
  de Europa, encabezadas por la rusa, es absolutamente invulnerable como 
  consigna política, queda aún la importantísima cuestión del contenido y la 
  significación económicos de esta consigna. Desde el punto de vista de las 
  condiciones económicas del imperialismo, es decir, de la exportación de 
  capitales y del reparto del mundo por las potencias coloniales "avanzadas" y 
  "civilizadas", los Estados Unidos de Europa, bajo el capitalismo son 
  imposibles o son reaccionarios. 
      El capital se ha hecho internacional y monopolista. El mundo está ya 
  repartido entre un puñado de grandes potencias, es decir, de potencias que 
  prosperan en el gran saqueo y opresion de las naciones. Cuatro grandes 
  potencias de 
  
  Europa -- Inglaterra, Francia, Rusia y Alemania --, con una población de 250 a 
  300 millones de habitantes y con un territorio de unos 7 millones de 
  kilómetros cuadrados, tienen colonias con una población de casi quinientos 
  millones de habitantes (494,5 millones) y con un territorio de 64,6 millones 
  de kilómetros cuadrados, es decir, casi la mitad de la superficie del globo 
  (133 millones de kilómetros cuadrados sin contar la zona polar). A ello hay 
  que añadir tres Estados asiáticos -- China, Turquía y Persia --, que en la 
  actualidad están siendo despedazados por los saqueadores que hacen una guerra 
  de "liberación", a saber, por el Japón, Rusia, Inglaterra y Francia. Estos 
  tres Estados asiáticos, que pueden denominarse semicolonias (en realidad, 
  ahora son colonias en sus nueve décimas partes), cuentan con una población de 
  360 millones de habitantes y una superficie de 14,5 millones de kilómetros 
  cuadrados (es decir, casi el 50% más que la superficie total de Europa). 
      Además, Inglaterra, Francia y Alemania han invertido en el extranjero un 
  capital de no menos de 70 mil millones de rublos. Para obtener una rentita 
  "legítima" de esta agradable cantidad -- una rentita de más de tres mil 
  millones de rublos anuales --, sirven los comités nacionales de millonarios, 
  llamados gobiernos, provistos de ejércitos y de marinas de guerra, que 
  "colocan" en las colonias y semicolonias a los hijitos y hermanitos del "señor 
  Billón" en calidad de virreyes, de cónsules, de embajadores, de funcionarios 
  de todo género, de curas y demás sanguijuelas. 
      Así está organizado, en la época del más alto desarrollo del capitalismo, 
  el saqueo de cerca de mil millones de habitantes de la Tierra por un puñado de 
  grandes potencias. Y bajo el capitalismo, toda otra organización es imposible. 
  ¿Renunciar a las colonias, a las "esferas de influencia", a la exportación 
  
  de capitales? Pensar en ello significa reducirse al nivel de un curita que 
  predica cada domingo a los ricos la grandeza del cristianismo y les aconseja 
  regalar a los pobres. . . , bueno, si no unos cuantos miles de millones, unos 
  cuantos centenares de rublos al año. 
      Los Estados Unidos de Europa, bajo el capitalismo, equivalen a un acuerdo 
  sobre el reparto de las colonias. Pero bajo el capitalismo no puede haber otra 
  base ni otro principio de reparto que la fuerza. El multimillonario no puede 
  repartir con alguien la "renta nacional" de un país capitalista sino en 
  proporción "al capital" (añadiendo, además, que el capital más considerable ha 
  de recibir más de lo que le corresponde). El capitalismo es la propiedad 
  privada de los medios de producción y la anarquía de la producción. Predicar 
  una distribución "justa" de la renta sobre semejante base es proudhonismo, 
  necedad de pequeño burgués y de filisteo. No puede haber más reparto que en 
  proporción "a la fuerza". Y la fuerza cambia en el curso del desarrollo 
  económico. Después de 1871, Alemania se ha fortalecido tres o cuatro veces más 
  rápidamente que Inglaterra y Francia. El Japón, unas diez veces más 
  rápidamente que Rusia. No hay ni puede haber otro medio que la guerra para 
  comprobar la verdadera potencia de un Estado capitalista. La guerra no está en 
  contradicción con los fundamentos de la propiedad privada, sino que es el 
  desarrollo directo e inevitable de tales fundamentos. Bajo el capitalismo es 
  imposible el crecimiento económico parejo de cada empresa y de cada Estado. 
  Bajo el capitalismo, para restablecer de cuando en cuando el equilibrio roto, 
  no hay otro medio posible más que las crisis en la industria y las guerras en 
  la política. 
      Desde luego, son posibles acuerdos temporales entre los capitalistas y 
  entre las potencias. En este sentido son tam- 
  
  bién posibles los Estados Unidos de Europa, como un acuer do de los 
  capitalistas europeos . . . ¿sobre qué? Sólo sobre el modo de aplastar en 
  común el socialismo en Europa, de de fender juntos las colonias robadas contra 
  el Japón y Norteamérica, cuyos intereses están muy lesionados por el actual 
  reparto de las colonias, y que durante los últimos cincuenta años se han 
  fortalecido de un modo inconmensurablemente más rápido que la Europa atrasada, 
  monárquica, que ha empezado a pudrirse de vieja. En comparación con los 
  Estados Unidos de América, Europa, en conjunto, representa un estancamiento 
  económico. Sobre la actual base económica, es decir, con el capitalismo, los 
  Estados Unidos de Europa significarían la organización de la reacción para 
  detener el desarrollo más rápido de Norteamérica. Los tiempos en que la causa 
  de la democracia y del socialismo estaba ligada sólo a Europa, han pasado para 
  no volver. 
      Los Estados Unidos del mundo (y no de Europa) constituyen la forma estatal 
  de unificación y libertad de las naciones, forma que nosotros relacionamos con 
  el socialismo, mientras la victoria completa del comunismo no conduzca a la 
  desaparición definitiva de todo Estado, incluido el Estado democrático. Sin 
  embargo, como consigna independiente, la de los Estados Unidos del mundo 
  dudosamente sería justa, en primer lugar, porque se funde con el socialismo y, 
  en segundo lugar, porque podría dar pie a interpretaciones erróneas sobre la 
  imposibilidad de la victoria del socialismo en un solo país y sobre las 
  relaciones de este país con los demás. 
      La desigualdad del desarrollo económico y político es una ley absoluta del 
  capitalismo. De aquí se deduce que es posible que el socialismo triunfe 
  primeramente en unos cuantos países capitalistas, o incluso en un solo país en 
  forma aislada. 
  
  El proletariado triunfante de este país, después de expropiar a los 
  capitalistas y de organizar dentro de él la producción socialista, se alzaría 
  contra el resto del mundo capitalista, atrayendo a su lado a las clases 
  oprimidas de los demás países, levantando en ellos la insurrección contra los 
  capitalistas, empleando, en caso necesario, incluso la fuerza de las armas 
  contra las clases explotadoras y sus Estados. La forma política de la sociedad 
  en que triunfe el proletariado, derrocando a la burguesía, será la república 
  democrática, que centralizará cada vez más las fuerzas del proletariado de 
  dicha nación o de dichas naciones en la lucha contra los Estados que aún no 
  hayan pasado al socialismo. Es imposible suprimir las clases sin una dictadura 
  de la clase oprimida, del proletariado. La libre unión de las naciones en el 
  socialismo es imposible sin una lucha tenaz, más o menos prolongada, de las 
  repúblicas socialistas contra los Estados atrasados. 
      Estas son las consideraciones que, tras repetidas discusiones del problema 
  en la conferencia de las secciones del POSDR en el extranjero y después de 
  ella, han llevado a la Redacción del Organo Central a la conclusión de que la 
  consigna de los Estados Unidos de Europa es errónea. 










      From Marx to Mao
      (English)
      Desde Marx
      hasta Mao
      Textos
      de Lenin
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      el texto abajo







  


  NOTAS 



    [264] En el artículo "La consigna de los Estados Unidos de Europa" se 
  explicaba la teoría sobre la posibilidad de la victoria del socialismo 
  primeramente en unos pocos países capitalistas e inclusive en un solo país, en 
  forma aislada. Este artículo fue escrito en agosto de 1915, se publicó el 23 
  del mismo mes en calidad de editorial del periódico Sotsial-Demokrat, N.ƒ 44.  
    [] 
    [265] Sotsial-Demokrat: periódico clandestino, Organo Central del POSDR, que 
  se publicó de febrero de 1908 a enero de 1917, y del cual aparecieron 58 
  números. El primer número fue impreso en Rusia, más tarde su publicación se 
  trasladó al extranjero, primeramente a París y luego a Ginebra. Conforme con 
  la decisión del CC del POSDR, la redacción fue com- 
  
  puesta por representantes bolcheviques, mencheviques y socialdemócratas 
  polacos. 
      En el Sotsial-Demokrat aparecieron más de 80 artículos y sueltos de Lenin, 
  así como muchos artículos de J. V. Stalin. En el seno de la redacción, Lenin 
  llevó a cabo una lucha por la consecuente línea del bolchevismo. Una parte de 
  los redactores (Kámenev y Zinovíev) adoptó la actitud conciliadora respecto a 
  los liquidacionistas e intentó frustrar la aplicación de la línea leninista. 
  Mártov y Dan, miembros mencheviques de la Redacción del Organo Central, 
  saboteaban el trabajo de ésta y, al mismo tiempo, defendian abiertamente el 
  liquidacionismo en el periódico Golos Sotsial-Demokrata de su grupo 
  fraccional. 
      La implacable lucha de Lenin contra los liquidacionistas motivo, en junio 
  de 1911, el retiro de Mártov y Dan, del Sotsial-Demokrat. Desde diciembre de 
  1911, el Sotsial-Demokrat fue redactado por Lenin.    [] 




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      hasta Mao
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