Problemas de la guerra y de la estrategia

Mao Tse-tung
PROBLEMAS DE LA GUERRA
Y DE LA ESTRATEGIA 





  


   

  PROBLEMAS DE LA GUERRA Y DE
    LA ESTRATEGIA[*]
  6 de noviembre de 1938 


  I. LAS CARACTERISTICAS DE CHINA Y
  LA GUERRA REVOLUCIONARIA 
      La tarea central y la forma más alta de toda revolución es la toma del 
  Poder por medio de la lucha armada, es decir, la solución del problema por 
  medio de la guerra. Este revolucionario principio marxista-leninista tiene 
  validez universal, tanto en China como en los demás países. 
      No obstante, ateniéndose al mismo principio, el partido del proletariado 
  lo aplica de distinta forma según las distintas condiciones. En los países 
  capitalistas, cuando éstos no son fascistas ni están en guerra, las 
  condiciones son las siguientes: en lo interno, no existe el sistema feudal, 
  sino la democracia burguesa; en lo externo, esos países no sufren la opresión 
  nacional, sino que ellos mismos oprimen a otras naciones. Debido a estas 
  características, la tarea del partido del proletariado en los países 
  capitalistas consiste en educar a los obreros, acumular fuerzas a través de un 
  largo período de lucha legal, y prepararse así para el derrocamiento final del 
  capitalismo. Allí la cuestión es sostener una larga lucha legal, utilizar el 
  parlamento como 


      * Parte de las conclusiones presentadas por d camarada Mao Tse-tung en la 
  VI Sesión Plenaria del Comité Central elegido en el VI Congreso Nacional del 
  Partido Comunista de China. En sus obras "Problemas estratégicos de la guerra 
  de guerrillas contra el Japón" y "Sobre la guerra prolongada", el camarada Mao 
  Tse-tung ya había solucionado el problema de la línea del Partido para dirigir 
  la Guerra de Resistencia contra el Japón. Los camaradas que incurrieron en 
  errores oportunistas de derecha negaban que el Partido debiera mantener el 
  principio de independencia y autodecisión dentro del frente único y, por ello, 
  ponían en duda e impugnaban la línea del Partido en los problemas de la guerra 
  y de la estrategia. A fin de superar [cont. en p. 226. -- DJR] ese oportunismo 
  de derecha en el Partido, hacer comprender con mayor claridad a todos los 
  militantes la importancia primordial de los problemas de la guerra y de la 
  estrategia en la revolución china y movilizar a todo el Partido para que 
  trabajase a conciencia en este sentido, el camarada Mao Tse-tung volvió a 
  subrayar esta cuestión en dicha Sesión, enfocándola desde el ángulo de la 
  historia de las luchas políticas de China y, al mismo tiempo, analizó el 
  proceso del desarrollo de nuestro trabajo militar y de los cambios concretos 
  en nuestra línea estratégica. Gracias a ello se alcanzó la unanimidad de todo 
  el Partido en cuanto a la orientación directriz y al trabajo práctico. 
  
  tribuna, recurrir a las huelgas económicas y políticas, organizar sindicatos y 
  educar a los obreros. Allí las formas de organización son legales, y las 
  formas de lucha, incruentas (no de guerra). En lo que se refiere a la cuestión 
  de la guerra, los Partidos Comunistas de los países capitalistas se oponen a 
  las guerras imperialistas de sus propios países; si se producen tales guerras, 
  su política se orienta a la derrota de los gobiernos reaccionarios de sus 
  propios países. La guerra que quieren emprender dichos Partidos no es otra que 
  la guerra civil para la cual se están preparando[1]. Pero mientras la 
  burguesía no esté realmente reducida a la impotencia, mientras la mayoría del 
  proletariado no esté decidida a emprender el levantamiento armado y la guerra 
  civil, y mientras las masas campesinas no estén dispuestas a ayudar 
  voluntariamente al proletariado, este levantamiento y esta guerra no deben 
  realizarse. Además, llegado el momento de iniciar tales acciones, el primer 
  paso será ocupar las ciudades y después avanzar sobre el campo, y no al revés. 
  Todo esto es la manera como han actuado los Partidos Comunistas de los países 
  capitalistas, y la Revolución de Octubre en Rusia ha confirmado su justeza. 
      El caso de China es diferente. La particularidad de China es que no es un 
  país independiente y democrático, sino semicolonial y semifeudal, donde no hay 
  democracia, sino opresión feudal, y que en sus relaciones exteriores no goza 
  de independencia nacional, sino que sufre la opresión imperialista. Por lo 
  tanto, no tenemos parlamento que utilizar, ni derecho legal de organizar a los 
  obreros para realizar huelgas. Aquí la tarea fundamental del Partido Comunista 
  no consiste en pasar por un largo período de lucha legal antes de emprender el 
  levantamiento y la guerra, ni en apoderarse primero de las ciudades y luego 
  ocupar el campo, sino en todo lo contrario. 
      Cuando los imperialistas no realizan ataques armados contra nuestro país, 
  el Partido Comunista de China, o bien sostiene junto con la burguesía una 
  guerra civil contra los caudillos militares (lacayos 
  
  del imperialismo), como las guerras en Kuangtung[2] y la Expedición al Norte 
  ocurridas entre 1924 y 1927, o bien se une con los campesinos y la pequeña 
  burguesía urbana para sostener una guerra civil contra la clase terrateniente 
  y la burguesía compradora (también lacayos del imperialismo) como la Guerra 
  Revolucionaria Agraria de 1927-1936. Pero cuando los imperialistas lanzan 
  ataques armados contra China, el Partido se une entonces con todas las clases 
  y capas sociales del país que se oponen a los agresores extranjeros, para 
  emprender una guerra nacional contra el enemigo exterior, como la actual 
  Guerra de Resistencia contra el Japón. 
      Todo esto muestra la diferencia entre China y los países capitalistas. En 
  China, la forma principal de lucha es la guerra, y la forma principal de 
  organización, el ejército. Todas las demás formas, como las organizaciones y 
  luchas de las masas populares, son también muy importantes y absolutamente 
  indispensables, y de ningún modo deben ser dejadas de lado, pero el objetivo 
  de todas ellas es servir a la guerra. Antes del estallido de una guerra, todas 
  las organizaciones y luchas tienen por finalidad prepararla, como en el 
  período que va del Movimiento del 4 de Mayo (1919) al Movimiento del 30 de 
  Mayo (1925). Después del estallido de una guerra, todas las organizaciones y 
  luchas se coordinan de modo directo o indirecto con la guerra. Por ejemplo, en 
  el período de la Expedición al Norte, todas las organizaciones y luchas en la 
  retaguardia del ejército revolucionario se coordinan en forma directa con la 
  guerra, en tanto que aquéllas en las regiones dominadas por los caudillos 
  militares del Norte se coordinaron con ella en forma indirecta. Asimismo, en 
  el período de la Guerra Revolucionaria Agraria, todas las organizaciones y 
  luchas dentro de las zonas rojas estuvieron coordinadas en forma directa con 
  la guerra, mientras que las de otras zonas lo estuvieron de manera indirecta. 
  Y finalmente, en la actual Guerra de Resistencia contra el Japón, todas las 
  organizaciones y luchas en la retaguardia de las fuerzas armadas antijaponesas 
  y en las zonas ocupadas por el enemigo también están coordinadas de manera 
  directa o indirecta con la guerra. 
      "En China, la revolución armada combate a la contrarrevolución armada. Tal 
  es una de las peculiaridades y una de las ventajas de la revolución china."[3] 
  Esta tesis del camarada Stalin es enteramente correcta y válida por igual para 
  la Expedición al Norte, para la Guerra Revolucionaria Agraria y para la actual 
  Guerra de Resistencia contra el Japón: Todas éstas son guerras 
  revolucionarias, dirigidas a 
  
  combatir a la contrarrevolución, y en ellas participa principalmente el pueblo 
  revolucionario. Las únicas diferencias entre ellas son las mismas que existen 
  entre una guerra civil y una guerra nacional, entre una guerra sostenida por 
  el Partido Comunista solo y una guerra realizada conjuntamente por el 
  Kuomintang y el Partido Comunista. Está claro que estas diferencias son 
  importantes, pues indican la amplitud de la fuerza principal de la guerra (si 
  es una alianza de los obreros y los campesinos o una afianza de los obreros, 
  los campesinos y la burguesía) y el blanco al que está dirigida la guerra (si 
  contra un enemigo interno o un enemigo exterior, y en el primer caso, si 
  contra los caudillos militares del Norte o contra el Kuomintang); también 
  indican que la guerra revolucionaria de China presenta un contenido diferente 
  en las distintas etapas de su desarrollo histórico. Pero todas estas guerras 
  representan la lucha de la revolución armada frente a la contrarrevolución 
  armada, todas son guerras revolucionarias, y todas muestran las peculiaridades 
  y ventajas de la revolución china. La tesis de que la guerra revolucionaria 
  "es una de las peculiaridades y una de las ventajas de la revolución china" 
  concuerda perfectamente con las condiciones de China. La tarea principal del 
  partido del proletariado chino. tarea que tiene ante sí casi desde el comienzo 
  mismo de su existencia, es la de unirse con el mayor número posible de aliados 
  y organizar la lucha armada para combatir, de acuerdo con las circunstancias, 
  a la contrarrevolución armada interna o externa, y para lograr la liberación 
  nacional y social. En China, sin lucha armada no habría lugar para el 
  proletariado y el Partido Comunista, ni podrían éstos realizar ninguna tarea 
  revolucionaria. 
      Nuestro Partido no comprendió plenamente esta verdad en los cinco o seis 
  años transcurridos desde su fundación en 1921 hasta su participación en la 
  Expedición al Norte en 1926. En esa época no entendió la extrema importancia 
  de la lucha armada en China, ni se ocupó con seriedad de la preparación para 
  la guerra ni de la organización de un ejército, ni confirió la debida 
  importancia al estudio de la estrategia y la táctica militares. En el curso de 
  la Expedición al Norte, no se esforzó por ganarse a las fuerzas armadas y 
  concentró unilateralmente su atención en el movimiento de masas;; como 
  resultado de ello, todo este movimiento se derrumbó en cuanto el Kuomintang se 
  volvió reaccionario. Aun después de 1927 y durante largo tiempo, muchos 
  camaradas continuaron tomando como tarea central del Partido la preparación 
  para el levantamiento en las ciudades y el trabajo en las zonas blancas. Sólo 
  después de nuestra victoria sobre 
  
  la tercera campaña enemiga de "cerco y aniquilamiento" en 1931, algunos 
  camaradas cambiaron radicalmente su actitud al respecto. El cambio, sin 
  embargo, no se produjo en todo el Partido y todavía quedaban camaradas que 
  seguían pensando en forma diferente a lo que más arriba queda expuesto. 
      La experiencia nos enseña que los problemas de China no pueden 
  solucionarse sin la lucha armada. Comprender esta verdad nos ayudará a 
  sostener con éxito, de ahora en adelante, la Guerra de Resistencia contra el 
  Japón. El hecho concreto de que en esta Guerra todo el pueblo se esté 
  levantando para hacer la resistencia armada, enseñará a todo el Partido a 
  comprender aún mejor la importancia del problema. Cada uno de sus militantes 
  debe estar dispuesto a tomar las armas y a marchar al frente en cualquier 
  momento. Además, la presente Sesión ha decidido que las principales esferas de 
  trabajo del Partido estén en las zonas de guerra y en la retaguardia enemiga, 
  dando así una orientación más precisa a este respecto. Esto será un excelente 
  antídoto contra la tendencia de algunos militantes que están dispuestos sólo a 
  hacer trabajo de organización del Partido o a trabajar en el movimiento de 
  masas, pero no quieren estudiar la guerra ni participar en ella así como 
  contra la actitud de algunos centros docentes que no estimulan a los 
  estudiantes a ir al frente, y otros fenómenos parecidos. En la mayor parte del 
  territorio chino, el trabajo de organización del Partido y el trabajo en el 
  movimiento de masas están directamente vinculados con la lucha armada; no hay 
  ni puede haber labor del Partido ni movimiento de masas independientes o 
  aislados. Incluso en algunas regiones de la retaguardia relativamente alejadas 
  de las zonas de guerra (como Yunnán, Kuichou y Sechuán) y en lugares dominados 
  por el enemigo (como Peiping, Tientsín, Nankín y Shanghai), el trabajo de 
  organización del Partido y el movimiento de masas también están coordinados 
  con la guerra, y sólo pueden y deben someterse a las exigencias del frente. En 
  una palabra, el Partido entero debe prestar seria atención a la guerra, 
  estudiar los asuntos militares y prepararse para combatir. 


  II. LA HISTORIA MILITAR DEL KUOMINTANG 
      Es útil que echemos una ojeada a la historia del Kuomintang para ver qué 
  atención ha prestado a la guerra. 
  
      Desde el momento en que organizó un pequeño grupo revolucionario, Sun 
  Yat-sen realizó varias insurrecciones armadas contra la dinastía Ching[4]. El 
  período de la Tungmengjui (Liga Revolucionaria) fue aún más rico en 
  insurrecciones armadas[5], que se sucedieron sin cesar hasta que la dinastía 
  Ching fue derrocada por la fuerza de las armas en la Revolución de 1911. 
  Durante el período del Chungjua Kemingtang (Partido Revolucionario Chino), se 
  efectuó una campaña militar contra Yuan Shi-kai[6]. Los acontecimientos 
  posteriores tales como el traslado de la flota al Sur[7], la marcha al Norte 
  desde Kuilin[8] y la fundación de la Academia Militar de Juangpu[9] fueron 
  también actividades militares de Sun Yat-sen. 
      A Sun Yat-sen sucedió Chiang Kai-shek, quien llevó el poderío militar del 
  Kuomintang a su apogeo. Para Chiang Kai-shek, el ejército es su vida. Ha 
  vivido con él la Expedición al Norte, la Guerra Civil, y continúa con él en la 
  Guerra de Resistencia. En los últimos diez años, Chiang Kai-shek no ha dejado 
  de combatir a la revolución. Para combatirla, ha creado un gigantesco 
  "Ejército Central". Quien tiene ejército tiene poder, y la guerra lo decide 
  todo; a este punto vital él se ha atenido firmemente. En este aspecto debemos 
  aprender de él. Tanto Sun Yat-sen como Chiang Kai-shek son en eso nuestros 
  maestros. 
      Después de la Revolución de 1911, todos los caudillos militares se han 
  aferrado a sus tropas como a su propia vida, y han dado siempre gran 
  importancia a este principio: "Quien tiene ejército tiene poder " 
      Tan Yen-kai[10] fue un burócrata inteligente. Ocupó en varias ocasiones el 
  cargo de gobernador de la provincia de Junán; nunca quiso ser pura y 
  simplemente gobernador civil, e insistió siempre en ser gobernador militar y 
  civil a la vez. Incluso cuando más tarde llegó a ser Presidente del Gobierno 
  Nacional, primero en Cantón y luego en Wuján, fue al mismo tiempo jefe del 2.ƒ 
  Cuerpo de Ejército. En China hay muchos caudillos militares así, que entienden 
  esta característica de nuestro país. 
      En China ha habido también algunos partidos que no han intentado tener un 
  ejército; entre ellos el principal es el Partido Progresista[11]. Pero aun 
  éste comprendió que no podía conseguir posiciones en el gobierno sin el 
  respaldo de algún caudillo militar. Y así buscó sucesivamente la protección de 
  Yuan Shi-kai, Tuan Chi-yui[12] y Chiang Kai-shek (a quien se ha adherido el 
  Grupo de Ciencias Políticas[13], formado por una fracción del Partido 
  Progresista). 
  
      Algunos partidos pequeños creados no hace mucho, como el Partido de la 
  Juventud[14], no tienen ejército y, por consiguiente, no han podido llegar a 
  ninguna parte. 
      En otros países, los partidos burgueses no necesitan disponer cada cual de 
  fuerzas armadas bajo su mando directo. Pero el caso de China es distinto. 
  Debido a la división feudal del país, cualquier bloque o partido de 
  terratenientes o burgueses que posea fusiles posee también poder, y el que 
  tenga más fusiles tiene mayor poder. Hallándose en estas condiciones, el 
  partido del proletariado debe ver con claridad el fondo de la cuestión. 
      Los comunistas no luchan por un poder militar personal (jamás deben 
  hacerlo y que nadie siga el ejemplo de Chang Kuo-tao), sino que deben luchar 
  por el poder militar para el Partido, por el poder militar para el pueblo. 
  Como ahora se desarrolla una guerra nacional de resistencia, también deben 
  luchar por el poder militar para la nación. Sin lugar a duda, la ingenuidad 
  respeto al poder militar no puede conducir a ningún resultado. Como el pueblo 
  trabajador ha sido, durante miles de años, víctima del engaño y la 
  intimidación por parte de las clases gobernantes reaccionarias, muy 
  difícilmente puede darse cuenta de la importancia de tener fusiles en sus 
  propias manos. Ahora que la opresión del imperialismo japonés y la resistencia 
  armada a escala nacional han empujado al pueblo trabajador a la arena de la 
  guerra, los comunistas deben convertirse en los dirigentes políticamente más 
  conscientes de esta guerra. Todos los comunistas tienen que comprender esta 
  verdad "El Poder nace del fusil." Nuestro principio es: el Partido manda al 
  fusil, y jamás permitiremos que el fusil mande al Partido Pero también es 
  cierto que, teniendo fusiles, podemos crear organizaciones del Partido tal 
  como el VIII Ejército ha creado una poderosa organización del Partido en el 
  Norte de China. De la misma manera, podemos formar cuadros, crear escuelas, 
  desarrollar la cultura y organizar movimientos de masas. En Yenán los fusiles 
  lo han creado todo. Todo nace del fusil. según la teoría marxista del Estado, 
  el ejército es el principal componente del Poder estatal. Quienquiera que 
  desee tomar el Poder estatal y retenerlo, tiene que contar con un poderoso 
  ejército. Hay quienes se ríen de nosotros como partidarios de la "teoría de la 
  omnipotencia de la guerra Sí somos partidarios de la teoría de la omnipotencia 
  de la guerra revolucionaria; eso no es malo; es bueno, es marxista Los fusiles 
  de los comunistas rusos crearon el socialismo. Nosotros creare- 
  
  mos una república democrática La experiencia de la lucha de clases en la época 
  del imperialismo nos enseña que sólo mediante la fuerza del fusil, la clase 
  obrera y las demás masas trabajadoras pueden derrotar a la burguesía y la 
  clase terrateniente armadas; en este sentido cabe afirmar que sólo con el 
  fusil se puede transformar el mundo entero. Somos partidarios de la 
  eliminación de la guerra; no deseamos la. guerra. Pero sólo mediante la guerra 
  se puede eliminar la guerra. Para acabar con los fusiles, hay que empuñar el 
  fusil. 


  III. LA HISTORIA MILITAR DEL PARTIDO
  COMUNISTA DE CHINA 
      Durante un período de tres o cuatro años, desde 1921 (en que fue fundado 
  el Partido Comunista de China) hasta 1924 (en que se celebró el I Congreso 
  Nacional del Kuomintang), nuestro Partido no comprendió la importancia de 
  ocuparse directamente de los preparativos para la guerra y de la organización 
  de un ejército, y en el período de 1924-1927 e incluso durante algún tiempo 
  más, siguió careciendo de una comprensión suficiente al respecto; sin embargo, 
  con su participación en 1924 en la fundación y el trabajo de la Academia 
  Militar de Juangpu, entró en una nueva etapa y comenzó a comprender la 
  importancia de los asuntos militares. Ayudando al Kuomintang en las guerras en 
  Kuangtung y participando en la Expedición al Norte, consiguió controlar una 
  parte del ejército[15]. Habiendo sacado una amarga lección del fracaso de la 
  revolución, organizó el Levantamiento de Nanchang, el Levantamiento de la 
  Cosecha de Otoño y el Levantamiento de Cantón, con lo cual entró en el nuevo 
  período de creación del Ejército Rojo. Ese fue el período crucial en que 
  nuestro Partido llegó a comprender a fondo la importancia del ejército. Si no 
  hubiera existido en aquella época el Ejército Rojo, ni hubiera éste sostenido 
  ninguna guerra, es decir, si el Partido Comunista hubiese adoptado la línea 
  liquidacionista de Chen Tu-siu, serían inconcebibles la actual Guerra de 
  Resistencia contra el Japón y su prosecución durante largo tiempo. 
      La reunión de emergencia del Comité Central del Partido celebrada el 7 de 
  agosto de 1927 combatió el oportunismo de derecha en el terreno político, lo 
  cual permitió al Partido dar un gran paso ade- 
  
  lante. En enero de 1931, la IV Sesión Plenaria del Comité Central elegido en 
  el VI Congreso Nacional, si bien nominalmente combatió el oportunismo de 
  "izquierda" en el terreno político, en realidad volvió a incurrir en ese 
  error. Estas dos reuniones fueron diferentes en cuanto a su contenido y su 
  valor histórico, pero ninguna abordó seriamente los problemas de la guerra y 
  de la estrategia. Este hecho mostró que, en aquel entonces; el Partido no 
  había hecho todavía del problema de la guerra el centro de gravedad de su 
  trabajo. Después que la dirección central se trasladó a las zonas rojas en 
  1933, la situación experimentó un cambio radical, pero en el problema de la 
  guerra (y en los demás problemas de importancia) se volvieron a cometer 
  errores de principio, que ocasionaron graves pérdidas a la guerra 
  revolucionacia[16]. La Reunión de Tsunyi de 1935 combatió principalmente el 
  oportunismo en la conducción de la guerra y colocó el problema de la guerra en 
  el primer plano, lo que fue reflejo de la situación de guerra. Hoy podemos 
  decir con seguridad que, en las luchas de los últimos diecisiete años, el 
  Partido Comunista de China ha forjado no solamente una firme línea política 
  marxista, sino también una firme línea militar marxista. Hemos aprendido a 
  emplear el marxismo para solucionar tanto los problemas políticos como los de 
  la guerra. Hemos preparado, como fuerte columna vertebral, no sólo un gran 
  número de cuadros capaces de dirigir el Partido y el Estado, sino también un 
  gran número de cuadros capaces de dirigir el ejército. Estos logros son la 
  flor de la revolución, regada con la sangre generosa de innumerables mártires, 
  gloria que no sólo pertenece al Partido Comunista de China y al pueblo chino, 
  sino también a los Partidos Comunistas y a los pueblos del mundo entero. Hasta 
  hoy, en el mundo sólo hay tres ejércitos que pertenecen al proletariado y al 
  pueblo trabajador: los dirigidos, respectivamente, por los Partidos Comunistas 
  de la Unión Soviética, China y España; los Partidos Comunistas de los demás 
  países no tienen aún experiencia militar. Por lo tanto, nuestro ejército y 
  nuestra experiencia militar tienen un valor especial. 
      A fin de conducir victoriosamente la actual Guerra de Resistencia contra 
  el Japón, es de suma importancia ampliar y consolidar el VIII Ejército, el 
  Nuevo 4.ƒ Cuerpo de Ejército y todas las fuerzas guerrilleras dirigidas por 
  nuestro Partido. Conforme a esto, el Partido debe enviar al frente en número 
  suficiente, a sus mejores militantes y cuadros. Todo debe servir a la victoria 
  en el frente, y la tarea de organización debe estar subordinada a la tarea 
  política. 
  


  IV. LOS CAMBIOS DE ESTRATEGIA MILITAR DEL
  PARTIDO DURANTE LA GUERRA CIVIL Y
  LA GUERRA NACIONAL 
      Vale la pena estudiar los cambios de estrategia militar de nuestro 
  Partido. Vamos a examinarlos separadamente en los dos procesos: la guerra 
  civil y la guerra nacional. 
      El curso de la guerra civil puede dividirse, a grandes rasgos, en dos 
  períodos estratégicos. En el primer período, lo principal fue la guerra de 
  guerrillas, y en el segundo, la guerra regular. Pero la guerra regular aquí 
  mencionada era de tipo chino, regular tan sólo por la concentración de las 
  fuerzas para hacer una guerra de movimientos y por cierto grado de 
  centralización y planificación en el mando y en la organización. En los demás 
  aspectos, conservaba aún el carácter guerrillero, constituía un tipo inferior 
  y no podía equipararse con la de los ejércitos extranjeros; también presentaba 
  alguna diferencia con la del ejército del Kuomintang. Así, en cierto sentido, 
  este tipo de guerra regular representaba sólo una guerra de guerrillas elevada 
  a un nivel superior. 
      El curso de la Guerra de Resistencia contra el Japón, en lo que concierne 
  a las tareas militares de nuestro Partido, también puede dividirse, a grandes 
  rasgos, en dos períodos estratégicos. En el primer período (que comprende las 
  etapas de defensiva estratégica y de equilibrio estratégico), la guerra de 
  guerrillas ocupa el lugar principal, en tanto que en el segundo (la etapa de 
  contraofensiva estratégica), ese lugar lo ocupará la guerra regular. Pero la 
  guerra de guerrillas del primer período de la Guerra de Resistencia difiere 
  considerablemente, en su contenido, de la del primer período de la guerra 
  civil, porque ahora empleamos al VIII Ejército regular (regular en cierta 
  medida) para realizar en orden disperso las tareas guerrilleras. Igualmente, 
  la guerra regular del segundo período de la Guerra de Resistencia será 
  distinta de la del segundo período de la guerra civil, ya que podemos suponer 
  que, una vez pertrechado de armamento moderno, tanto el ejército como sus 
  operaciones experimentarán un gran cambio. El ejército alcanzará entonces un 
  alto grado de centralización y organización; sus operaciones adquirirán un 
  elevado nivel de regularidad y perderán mucho de su carácter guerrillero; lo 
  inferior se transformará en superior, y la guerra regular de tipo chino pasará 
  a ser de tipo universal. Esta será nuestra tarea en la etapa de contraofensiva 
  estratégica. 
  
      De esta manera vemos que a lo largo de los cuatro períodos estratégicos de 
  las dos guerras -- la guerra civil y la Guerra de Resistencia contra el Japón 
  --, se producen tres cambios de estrategia. El primero fue el paso de la 
  guerra de guerrillas a la guerra regular en la guerra civil. El segundo fue el 
  paso de la guerra regular en la guerra civil a la guerra de guerrillas en la 
  Guerra de Resistencia. Y el tercero será el paso de la guerra de guerrillas a 
  la guerra regular en la Guerra de Resistencia. 
      En el primero de los tres cambios tropezamos con grandes dificultades. Nos 
  vimos enfrentados a una doble tarea. Por una parte, tuvimos que combatir la 
  tendencia derechista al localismo y al guerrillerismo que consistía en 
  aferrarse a lo guerrillero y negarse a pasar a la regularidad, tendencia que 
  surgió debido a que algunos cuadros subestimaron los cambios producidos en la 
  situación del enemigo y en nuestras propias tareas. En la Zona Roja Central, 
  por ejemplo, esta tendencia fue corregida gradualmente sólo después de un duro 
  trabajo de educación. Por otra parte, también tuvimos que combatir la 
  tendencia "izquierdista" que acentuaba en demasía la regularización y se 
  manifestaba en la centralización excesiva y el aventurerismo, tendencia nacida 
  a causa de que parte de los cuadros dirigentes sobrestimaron los cambios en la 
  situación del enemigo, se plantearon tareas demasiado amplias y aplicaron 
  mecánicamente las experiencias extranjeras sin tener en cuenta las condiciones 
  reales. Durante tres largos años (hasta la Reunión de Tsunyi), esta tendencia 
  costó enormes sacrificios en la Zona Roja Central, y sólo se corrigió a través 
  de lecciones pagadas con sangre. Su rectificación fue un logro de la Reunión 
  de Tsunyi. 
      El segundo cambio se produjo en el otoño de 1937 (después del Incidente de 
  Lukouchiao), en la coyuntura entre dos guerras diferentes. En aquel entonces 
  enfrentábamos a un nuevo enemigo, el imperialismo japonés, y teníamos como 
  aliado a nuestro anterior enemigo, el Kuomintang (que seguía siéndonos 
  hostil), y el campo de batalla era la vasta extensión del Norte de China (que, 
  luego de haber sido temporalmente nuestro frente, se convertiría en 
  retaguardia enemiga para serlo durante largo tiempo . El cambio de nuestra 
  estrategia, efectuado en esas circunstancias especiales, fue sumamente serio. 
  En tales circunstancias especiales, tuvimos que transformar el ejército 
  regular del pasado en ejército guerrillero (en cuanto a su utilización en 
  orden disperso, no a su sentido de organización y disciplina) y transformar la 
  guerra de movimientos del pasado en guerra de guerrillas, ya que 
  
  sólo esto respondía a la situación del enemigo y a nuestras tareas. Pero este 
  cambio, según todas las apariencias, significaba un paso atrás y, por ende, 
  fue necesariamente muy difícil. En ese momento, podían aparecer tendencias 
  como la subestimación del enemigo por una parte, y el temor enfermizo al Japón 
  por la otra; una y otro se produjeron efectivamente en el Kuomintang. Cuando 
  éste pasó del teatro de la guerra civil al de la guerra nacional, sufrió 
  muchas pérdidas innecesarias, debido principalmente a su subestimación del 
  enemigo y, al mismo tiempo, a su temor enfermizo al Japón (por ejemplo, los 
  casos de Jan Fu-ch¸ y Liu Chi[17]). En cuanto a nosotros, hemos efectuado de 
  manera bastante feliz el cambio y, en vez de sufrir pérdidas, hemos alcanzado 
  grandes victorias. Esto se debe a que la gran mayoría de nuestros cuadros 
  aceptaron a tiempo las correctas instrucciones del Comité Central e hicieron 
  una apreciación flexible de la situación, no obstante haber surgido serias 
  controversias entre el Comité Central y una parte de los cuadros dirigentes 
  del ejército. Este cambio tiene gran importancia para el mantenimiento, 
  desarrollo y triunfo de la Guerra de Resistencia en su conjunto, así como para 
  el futuro del Partido Comunista de China; esto se comprende fácilmente si 
  pensamos en la importancia histórica que la guerra de guerrillas antijaponesa 
  tiene para el destino de la lucha por la liberación nacional de China. Por su 
  extraordinaria amplitud y duración, la guerra de guerrillas antijaponesa de 
  China carece de precedentes no sólo en Oriente, sino probablemente en toda la 
  historia de la humanidad. 
      En cuanto al tercer cambio, el paso de la guerra de guerrillas a la guerra 
  regular en la Guerra de Resistencia, pertenece al desarrollo futuro de la 
  guerra. Como es de presumir que surgirán entonces nuevas circunstancias y 
  nuevas dificultades, no hablaremos de ello por el momento. 


  V. EL PAPEL ESTRATEGICO DE LA GUERRA DE
  GUERRILLAS ANTIJAPONESA 
      En lo que respecta a la Guerra de Resistencia en su conjunto, la guerra 
  regular juega el papel principal, y la guerra de guerrillas, el auxiliar, 
  porque únicamente la guerra regular puede decidir el desenlace de la Guerra de 
  Resistencia. En lo que respecta al país en su conjunto, de las tres etapas 
  estratégicas de todo el proceso de la 
  
  Guerra de Resistencia (la defensiva, el equilibrio y la contraofensiva), la 
  primera y la última son etapas en las que la guerra regular juega el papel 
  principal, y la de guerrillas el auxiliar. En la segunda etapa, como el 
  enemigo tratará de consolidar el territorio que haya ocupado, y nosotros 
  todavía no nos encontraremos en condiciones de lanzar la contraofensiva aunque 
  nos estaremos preparando para ella, la guerra de guerrillas pasará a ser la 
  forma principal, y la guerra regular, la auxiliar. Pero ésta constituirá sólo 
  una de las tres etapas de toda la guerra, aunque puede ser la más prolongada. 
  Por lo tanto, en lo tocante a la guerra en su conjunto, la guerra regular 
  jugará el papel principal, y la guerra de guerrillas, el auxiliar. Si no 
  entendemos esto, si no comprendemos que la guerra regular es la clave para 
  decidir el desenlace de la guerra, y si no prestamos atención a la 
  construcción de un ejército regular ni al estudio y a la dirección de la 
  guerra regular, no podremos derrotar al Japón. Este es un aspecto de la 
  cuestión. 
      Sin embargo, la guerra de guerrillas desempeña un importante papel 
  estratégico en toda la guerra. Si no hacemos la guerra de guerrillas, si no 
  nos preocupamos de la organización de unidades y ejércitos guerrilleros, así 
  como del estudio y la dirección de la guerra de guerrillas, tampoco podremos 
  derrotar al Japón. La razón es que, como la mayor parte de China se convertirá 
  en retaguardia del enemigo, si no se desarrolla la más amplia y tenaz guerra 
  de guerrillas y se permite que el enemigo se atrinchere tranquilamente sin 
  temor a un ataque desde su retaguardia, nuestras fuerzas principales que 
  luchan en el frente sufrirán inevitablemente grandes pérdidas y el enemigo 
  lanzará sin duda ofensivas aún más violentas; será entonces difícil lograr un 
  equilibrio, y la continuación de la resistencia armada podrá verse en peligro. 
  Incluso si las cosas no ocurren de este modo, surgirán condiciones 
  desfavorables tales como la insuficiente preparación de fuerzas para nuestra 
  contraofensiva, la ausencia de acciones de apoyo en la retaguardia enemiga 
  cuando lancemos la contraofensiva, y la posibilidad de que el enemigo se 
  recupere de sus pérdidas. Si se presentan tales condiciones y no desarrollamos 
  a tiempo una amplia y tenaz guerra de guerrillas para superarlas, nos será 
  asimismo imposible derrotar al Japón. Por lo tanto, si bien la guerra de 
  guerrillas representa sólo un papel auxiliar en la guerra en su conjunto, 
  tiene de hecho una considerable importancia estratégica. Es sin duda un grave 
  error descuidar la guerra de guerrillas en la Guerra de Resistencia contra el 
  Japón. Este es el otro aspecto de la cuestión. 
  
      Para que la guerra de guerrillas sea posible, basta una sola condición: un 
  país extenso. De ahí que en los tiempos antiguos también hubiera guerra de 
  guerrillas. Pero ésta no puede llevarse hasta el fin sino bajo la dirección 
  del Partido Comunista. Por eso, las guerras de guerrillas de los tiempos 
  antiguos terminaron generalmente en la derrota. La victoria de la guerra de 
  guerrillas sólo es posible en los grandes países de los tiempos modernos donde 
  existen Partidos Comunistas, como en la Unión Soviética durante la guerra 
  civil y en la China actual. En la Guerra de Resistencia, desde el punto de 
  vista de las condiciones actuales y de las generales, es necesaria y 
  conveniente la división del trabajo entre el Kuomintang y el Partido Comunista 
  en lo que respecta a las operaciones militares: el Kuomintang efectúa 
  frontalmente la guerra regular, y el Partido Comunista, la guerra de 
  guerrillas en la retaguardia enemiga. Es una cuestión de necesidad para ambos, 
  de coordinación y ayuda mutuas. 
      De este modo, puede comprenderse cuán importante y necesario era que 
  nuestro Partido cambiara su línea estratégica militar, pasando de la guerra 
  regular del segundo período de la guerra civil a la guerra de guerrillas del 
  primer período de la Guerra de Resistencia contra el Japón. Los efectos 
  favorables de este cambio pueden resumirse en los dieciocho puntos siguientes: 

        1) reducción del territorio ocupado por las fuerzas enemigas; 
        2) expansión de las bases de apoyo de nuestras fuerzas; 
        3) en la etapa de defensiva, distracción de las fuerzas enemigas en 
    coordinación con las operaciones frontales; 
        4) en la etapa de equilibrio, firme mantenimiento de las bases de apoyo 
    en la retaguardia del enemigo, a fin de facilitar el adiestramiento y la 
    reorganización de las tropas regulares que operan en el frente; 
        5) en la etapa de contraofensiva, coordinación con las operaciones del 
    frente para recuperar el territorio perdido; 
        6) engrosamiento de nuestras fuerzas del modo más rápido y eficaz; 
        7) desarrollo máximo de las organizaciones del Partido Comunista, de 
    manera que se pueda establecer una célula del Partido en cada aldea; 
        8) desarrollo del movimiento de masas en el mayor grado posible, de modo 
    que se pueda organizar a todos los habitantes de 
    
    la retaguardia del enemigo, excepto a aquellos que viven en sus puntos de 
    apoyo; 
        9) creación de órganos del Poder democrático antijaponés en la escala 
    más amplia posible; 
        10) desarrollo máximo del trabajo cultural y educacional antijaponés; 
        11) mejoramiento de las condiciones de vida del pueblo en la mayor 
    extensión posible; 
        12) creación de las condiciones más favorables para desintegrar las 
    tropas enemigas; 
        13) impacto sobre los sentimientos de todo el pueblo y estímulo a la 
    moral de todos los ejércitos del país con los efectos más amplios y 
    duraderos; 
        14) impulso al progreso de los ejércitos y partidos amigos en la escala 
    más amplia posible; 
        15) adaptación a las condiciones en que el enemigo es fuerte y nosotros 
    débiles, a fin de sufrir menos pérdidas y alcanzar más victorias; 
        16) adaptación al hecho de que el país enemigo es pequeño y el nuestro, 
    grande, a fin de que el adversario sufra más pérdidas y obtenga menos 
    victorias; 
        17) preparación de gran número de cuadros dirigentes de la manera más 
    rápida y eficaz, y 
        18) creación de las condiciones más favorables para solucionar el 
    problema del avituallamiento. 
      No cabe duda alguna de que, en el largo transcurso de la lucha, las 
  unidades guerrilleras y la guerra de guerrillas no deben estancarse en su 
  estado inicial sino desarrollarse para pasar a una fase superior, 
  convirtiéndose gradualmente en un ejército regular y en una guerra regular. 
  Por medio de la guerra de guerrillas, acumularemos fuerzas nos convertiremos 
  en uno de los factores decisivos para el aplastamiento del imperialismo 
  japonés. 


  VI. PRESTAR ATENCION AL ESTUDIO DE LOS
  PROBLEMAS MILITARES 
      La solución de todos los problemas que hacen enfrentarse a dos ejércitos 
  depende de la guerra, y la misma existencia de China, del 
  
  desenlace de la guerra actual. Por lo tanto, nuestro estudio de la teoría 
  militar, de la estrategia y la táctica y del trabajo político en el ejército 
  no admite ninguna demora. Si bien nuestro estudio de la táctica es 
  insuficiente, los camaradas dedicados al trabajo militar han logrado muchos 
  éxitos en los últimos diez años y, sobre la base de las condiciones de China, 
  han aportado muchas cosas nuevas; el defecto reside en que no se ha hecho una 
  síntesis de las experiencias. El estudio de los problemas de la estrategia y 
  la teoría de la guerra ha estado limitado hasta ahora a muy pocas personas. En 
  el estudio del trabajo político, hemos alcanzado éxitos de primer orden y, 
  tanto por la riqueza de experiencias como por la cantidad y calidad de las 
  innovaciones en este dominio, ocupamos en el mundo un lugar sólo inferior al 
  de la Unión Soviética; aquí también nuestro defecto reside en la insuficiencia 
  de sintetización y sistematización. Para satisfacer las necesidades de todo el 
  Partido y el país entero. la popularización de los conocimientos militares es 
  una tarea urgente. De ahora en adelante, debemos prestar atención a todas 
  estas cosas, y la teoría de la guerra y de la estrategia en la base de todo 
  estudio militar. Estimo necesario despertar el interés por el estudio de la 
  teoría militar y llamar a todos los militantes del Partido a prestar atención 
  al estudio de los problemas militares. 










      From Marx
      to Mao
      (English)
      Desde Marx
      hasta Mao
      Textos
      de Mao
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  NOTAS 



    [1] Véanse V. I. Lenin, "La guerra y la socialdemocracia de Rusia", "la 
  Conferencia de las Secciones del P.O.S.D.R. en el Extranjero", "Sobre la 
  derrota del propio gobierno en la guerra imperialista" y "la derrota de Rusia 
  y la crisis revolucionaria '. Estas obras, escritas durante los años 1914 y 
  1915, tratan específicamente de la guerra imperialista que se desarrollaba 
  entonces. Véase también Compendio de Historia del Partido Comunista 
  (bolchevique) de la URSS, cap. VI, 3, "Teoría y táctica del Partido 
  bolchevique sobre las cuestiones de la guerra, de la paz y de la revolución".  
    [] 
    [2] En 1924, Sun Yat-sen, en alianza con el Partido Comunista y con los 
  obreros y campesinos revolucionarios, derrotó a los "Cuerpos de Comerciantes", 
  una fuerza armada de la burguesía compradora y de los déspotas locales y 
  shenshi malvados que, en confabulación con los imperialistas ingleses, 
  realizaba actividades contrarrevolucionarias en Cantón. A principios de 1925, 
  el ejército revolucionario, formado sobre la base de la cooperación entre el 
  Kuomintang y el Partido Comunista, partió de Cantón en una expedición al Este 
  y, con la ayuda de los campesinos, derrotó a las tropas del caudillo militar 
  Chen Chiung-ming. Regresó luego a Cantón y aniquiló a las fuerzas de los 
  caudillos militares de Yunnán y Kuangsí que se habían atrin- 
  
  cherado allí. En el otoño del mismo año, inició su segunda expedición al Este 
  y aniquiló definitivamente a las fuerzas de Chen Chiung-ming. Estas campañas, 
  en las que lucharon heroicamente en primera línea militantes del Partido 
  Comunista y de la Liga de la Juventud Comunista, permitieron que se hiciera la 
  unificación política de la provincia de Kuangtung y se echaron las bases para 
  la Expedición al Norte.    [] 
    [3] J. V. Stalin: "Las perspectivas de la revolución en China".    [pág. 
  227] 
    [4] En 1894, Sun Yat-sen formó en Honolulú una pequeña organización 
  revolucionaria llamada Singchungjui (Sociedad para la Regeneración de China). 
  Después de la derrota sufrida en 1895 por el Gobierno de la dinastía Ching en 
  la Guerra Chino-Japonesa, Sun Yat-sen, con el apoyo de las sociedades secretas 
  que existían entre el pueblo. efectuó en la provincia de Kuangtung dos 
  insurrecciones armadas contra dicha dinastía: una en Cantón, en 1895, y la 
  otra en Juichou, en 1900.    [] 
    [5] En 1905, la Singchungjui (Sociedad para la Regeneración de China) se 
  unió con otras dos organizaciones opuestas a la dinastía Ching: la Juasingjui 
  (Sociedad para el Renacimiento de China) y la Kuangfujui (Sociedad para el 
  Restablecimiento de China),y así se creó la Tungmengjui (liga Revolucionaria), 
  organización de frente unido de la burguesía, la pequeña burguesía y un sector 
  de terratenientes contrarios a la dinastía Ching. Esta organización formuló un 
  programa de revolución burguesa, que abogaba por "la expulsión de los tártaros 
  (los manchúes). la reconstitución de China, el establecimiento de una 
  república y el igualamiento del derecho a la propiedad de la tierra". En el 
  período de la Tungmengjui, Sun Yat-sen en alianza con las sociedades secretas 
  y con una parte del Nuevo Ejército del Gobierno Ching, realizó una serie de 
  insurrecciones armadas contra el régimen Ching. Las más importantes fueron la 
  de Pingsiang (provincia de Chiangsí), Liuyang y Liling (provincia de Junán) en 
  1906; la de Chaochou y Juangkang, la de Chinchou (provincia de Kuangtung) y la 
  de Cbennankuan (actualmente Youyikuan, provincia de Kuangsí), en 1907; la de 
  Jekou (provincia de Yunnán), en 1908, y la de Cantón y el Levantamiento de 
  Wuchang, en 1911.    [] 
    [6] En 1912, la Tungmengjui fue reorganizada como Kuomintang y entró en 
  compromiso con el régimen de los caudillos militares del Norte encabezado Por 
  Yuan Shi-kai. En 1913, cuando las tropas de Yuan Shi-kai marchaban hacia el 
  Sur para reprimir a las fuerzas que se habían levantado durante la Revolución 
  de 1911 en lasa provincias de Chiangsí. Anjui y Kuangtung, Sun Yat-sen 
  organizó una resistencia armada, que fracasó poco después. En 1914. 
  comprendiendo que era errónea la política de compromiso del Kuomintang, Sun 
  Yat-sen formó en Tokio d Chungjua Kemingtang (Partido Revolucionario Chino), 
  nombre que adoptó a fin de distinguirlo del Kuomintang de entonces. Este nuevo 
  partido fue en realidad una alianza de los representantes políticos: de un 
  sector de la pequeña burguesía y un sector de la burguesía contra Yuan 
  Shi-kai. Apoyándose en esta alianza, Sun Yat-sen efectuó en 1914 una 
  insurrección de pequeña escala en Shanghai. El año 1915, cuando Yuan Shi-kai 
  se proclamó emperador, Tsai E y otros iniciaron en Yunnán una expedición 
  contra él; en esa lucha armada contra Yuan Shi-kai, Sun Yat-sen fue también un 
  activo agitador y participante.    [] 
    [7] En 1917, Sun Yat-sen llegó a Cantón desde Shanghai a la cabeza de una 
  fuerza naval bajo su influencia. Con la provincia de Kuangtung como base y 
  aliándose con los caudillos militares del Sudoeste que se oponían a Tuan 
  Chi-yui, caudillo militar del Norte. organizó un gobierno militar contra éste. 
     [] 
    [8] En 1921, Sun Yat-sen preparó en la ciudad de Kuilin, provincia de 
  Kuangsí, una marcha hacia el Norte. Pero sus esfuerzos se vieron frustrados 
  por la traición 
  
  de su subordinado Chen Chiung-ming. quien estaba confabulado con los caudillos 
  militares del Norte.    [] 
    [9] En 1924, después de la reorganización del Kuomintang, Sun Yat-sen, con 
  la ayuda del Partido Comunista de China y de la Unión Soviética, estableció en 
  Juangpu. cerca de Cantón, una escuela militar conocida con el nombre de 
  Academia Militar de Juangpu. Antes de que Chiang Kai-shek traicionara a la 
  revolución en 1927, la Academia fue dirigida conjuntamente por el Kuomintang y 
  el Partido Comunista. Los comunistas Chou En-lai, Ye Chien-ying, Yun Tai-ying, 
  Siao Chu-n¸ y muchos otros camaradas ocuparon en distintas ocasiones puestos 
  de responsabilidad en dicha Academia. Entre los cadetes había también muchos 
  miembros del Partido Comunista y de la Liga de la Juventud Comunista. Estos y 
  aquellos constituían el núcleo revolucionario de la Academia.    [] 
    [10] Nativo de Junán; había sido un janlin (miembro de la Academia Imperial) 
  de la dinastía Ching. Preconizó primero la monarquía constitucional y luego 
  especuló con la Revolución de 1911. Su posterior alineamiento en el campo del 
  Kuomintang fue un reflejo de la contradicción entre los terratenientes de 
  Junán y los caudillos militares del Norte.    [] 
    [11] Partido político que Liang Chi-chao y otros organizaron bajo la 
  protección de Yuan Shi-kai en los primeros años de la República de China.    
  [] 
    [12] Antiguo subordinado de Yuan Shi-kai y cabecilla de la camarilla de 
  Anjui de los caudillos militares del Norte. Después de la muerte de Yuan 
  Shi-kai, detentó en varias ocasiones el Poder del gobierno de Pekín.    [pág. 
  230] 
    [13] Grupo político de extrema derecha formado en 1916 por un sector del 
  Partido Progresista y otro del Kuomintang. A la caza de puestos 
  gubernamentales, este grupo maniobraba entre los caudillos militares del Sur y 
  los del Norte. En el período de la Expedición al Norte, de 1926 a 1927, una 
  parte del Grupo de Ciencias Políticas, entre ellos los elementos projaponeses 
  Juang Fu, Chang Ch¸n y Yang Yung-tai, comenzaron a colaborar con Chiang 
  Kai-shek y, valiéndose de su experiencia política reaccionaria, le ayudaron a 
  establecer el régimen contrarrevolucionario.    [] 
    [14] Nombre abreviado del Partido de la Juventud de China, llamado también 
  Partido Estatista. Véase "Análisis de las clases de la sociedad china", nota 
  2, Obras Escogidas de Mao Tse-tung, t. I.    [] 
    [15] Se refiere aquí principalmente al regimiento independiente al mando de 
  Ye Ting, miembro del Partido Comunista, durante el período de la Expedición al 
  Norte. Véase "La lucha en las montañas Chingkang", nota 15, Obras Escogidas de 
  Mao Tse-tung, t. I.    [] 
    [16] Véase "Problemas estratégicos de la guerra revolucionaria de China", 
  Obras Escogidas de Mao Tse-tung, t. I.    [] 
    [17] Jan Fu-ch¸ fue caudillo militar del Kuomintang en Shantung. Liu Chi. 
  también caudillo militar, dirigía las tropas propias de Chiang Kai-shek en la 
  provincia de Jonán. y después del estallido de la Guerra de Resistencia contra 
  el Japón, tuvo bajo su responsabilidad la defensa de la zona de Paoting, 
  provincia de Jopei. Uno y otro huyeron ante el ataque de los invasores 
  japoneses sin disparar un solo tiro.    [] 




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