"Las reivindicaciones territoriales de las comunidades mapuches no son nuevas, se han expresado diversas formas a largo de poco más de un siglo. Lo que ha impactado en esta oportunidad es se ha acusado a las comunidades de ser promotoras y gestoras de la violencia, a tal punto que ha querido poner en de juicio, incluso la idoneidad de la Ley Indígena", señala una parte de la declaración pública emitida por la Fundación Instituto Indígena del Obispado de Temuco y el Vicariato Apostólico de La Araucanía, en relación a los últimos acontecimientos ocurridos en Lumaco v en la cual se hace un líamado a buscar el camino del diálogo para superar el actual conflicto.
A juicio de los representantes de la Iglesia Católica, el conflicto por la tierra en Lumaco, también es el conflicto por la sobrevívencia. "La pobreza en que las comunidades viven, los escasos y altamente erosionados suelos que habitan y la falta de empleo, han generado una situación desesperada".
Asimismo desde hace mucho tiempo, -señala la declaración-
las comunidades reclaman porque las empresas forestales deterioran sus
caminos, rompen puentes, erosionan terreno, agotan las aguas a cambio de
nada. Las empresas a su vez, reclaman por la toma de terrenos, por el robo
de árboles y leña. "Cada uno, a su manera, tiene algo
que decirle al otro, pero se hace muy poco al respecto para buscar soluciones
concretas y definitivas".
LUCHA DE INTERESES
Al expresar su preocupación por la no resolución de los conflictos entre los intereses de las empresas privadas y los pueblos indígenas, la Fundación Instituto Indígena precisa que esta actitud puede "resultar dañina al verdadero desarrollo humano de las poblaciones originarias y, por tanto, dañinas a la convivencia nacional".
Este organismo insta a los involucrados a que la lucha por la tierra en Lumaco pueda convertirse en un ejemplo de cómo se resuelven los problemas entre el Estado y la sociedad civil en nuestro país.
"Más que confiar en el recurso a la fuerza o los juicios legales, debemos buscar el camino del diálogo respetuoso que tenga en cuenta el espíritu de la Ley Indígena y sus disposiiciones jurídicas y otros intereses del país, buscando condiciones objetivamente justas El dialogo es camino de dignidad y convergencia".