Una Lágrima en la Oscuridad
 

por el Gnomo del Pergamino.




Capitulo 8.- Una lágrima en la oscuridad.
 

        Hace mucho tiempo alguien dijo: "...No importa la desdicha, la desgracia, la adversidad, siempre que exista el más mínimo halo de vida, de fuerza, de energía, habrá esperanza. No desistas nunca, lucha con todo lo que tienes, y al final saldrás triunfante..."
        Unas cuantas líneas que encierran un mundo de significado, sin embargo, para la gran mayoria no significan nada.
        Esas palabras aparecían como un libro abierto para una persona, ahora veía claro, la bruma que turbaba sus pensamientos se había disipado, ahora todo tenia sentido, un inquietante sentido.
        El planeta Céfiro estaba en plena caida hacia su destrucción, el cielo crujía y se partía en inexorables grietas, su color gris y rojo se mezclaba con el otrora verde y frondoso horizonte, ahora era una mancha marrón y seca.
        En todos lados el drama de la vida latía en su más pura existencía, en una continua lucha por sobrevivir.
        En algun lugar de Céfiro otro drama se suscitaba, quizá el más importante de todos, el que determinaría el curso de los acontecimientos, el curso de la historia.
        Dione, la Criatura Divina de Averi, se levantaba imponente, con sus amenazadoras y toscas facciones de Topo, frente a él a escasos metros, se erguía Imadia, con su genio de un resplandeciente blanco y amarillo. Ninguno de ellos hacia nada, solo estaban ahí, mirandose, estudiandose, esperando.
        En el cielo negros nubarrones se estaban formando, presagio de tormenta, algunos relampagos empezaron a surcar el oscuro cielo, parecían venas luminosas en un cerebro muerto, un escenario de lo más tétrico para un acto que estaba por iniciar y siempre como telón, el espanto, o al menos eso creía Averi.
        —¿Tienes miedo?—Preguntó Averi por medio de Dione.
        —¿Que es el miedo?, no es más que un bloqueo mental necesario, una forma de defensa para evitar la locura...--Respondió Imadia, era evidente que no tenia miedo, ya no.
        —Asi que uno debería elegir entre el miedo o perder la razón, no me parece una elección que deba hacer...
        —Si tienes miedo a elegir, entonces tu desición está tomada.
        —Buena respuesta, no eres tan tonta como creí. ¿Tu que opción tomaste?
        —Las dos...y ninguna de las dos...Asi de sencillo.
        —No es tan sencillo, ó eliges una ó eliges otra.
        —Antes pensaba así, pero ahora todo cambió, puedo respirar la escencia de Céfiro, me alienta, es algo que no comprenderias, ahora te derrotaré, al imbecil que mató a Zagato, a Olbaid, a todos...
        —No tienes posibilidad alguna, me hubiera gustado conocer tu opinión, pero asi son las cosas, desafortunadamente para ti, moriras hoy y aquí, está será tu tumba para toda la eternidad, yo me encargaré de eso...
        —Creo que no lo has entendido, y eso que eres Cefiriano, ahora que no hay Pilar, Tus deseos estan por los suelos, al igual que los de todos, creo que soy la única que comprende el verdadero significado de la existencia de Céfiro, no hay fuerza más poderosa que la de la voluntad...
        —No seas absurda, comprendo perfectamente tus palabras, la voluntad de nosotros es más fuerte que la de ninguno, es por eso que las criaturas divinas nos han aceptado, ahora somos los más...—Sin dejarlo terminar Imadia se avalanzó hacia él y le dió un golpe, Dione se dobló hacia atras producto del impacto, sin embargo logró mantener el equilibrio dando una magistral vuelta y cayendo de nuevo de pie.—...Mhh, un ataque a traición, no podía esperar menos de tí.
        —Solo queria probar una cosa, ésto para ti no es más que un juego, ¿no lo entiendes?, sin duda perderas, no hay ninguna motivación para tí, estas del lado de Olbaid por que crees que son los más fuertes.
        —Lo son, eso es inegable.
        —y tu te vas a lo más fácil, no te arriesgas.
        —¿que quieres decir?
        —Que no tienes agallas, solo eres un cobarde.
        —¡No me insultes!
        —Si te duele mi ofensa, es por que es cierto.
        —¡Maldi..!—Olbaid atacó, creó una espiral de energía a su alrededor, la concentró en un punto frente a él y se lo arrojó a Imadia, ella saltó hacia arriba esquivandolo, la onda de energía golpeó el suelo haciendolo estallar, Dione se dió cuenta que había errado y de inmediato concentró y arrojó otro hacia el cielo, a donde estaba Imadia, ella de nuevo lo esquivó, dando vueltas y piruetas como una experta clavadista, el inmenso tamaño del genio de Imadia cayó al suelo de rodillas, se levantó sin un solo rasguño, Dione se enfureció y se arrojó sobre ella intentando darle una andanada de golpes, Imadia los esquivó muy facilmente, Finalmente Imadia le dió un único golpe que lo arrojó lejos, estrellandolo en el suelo, Dione herido más en su orgullo propio que fisicamente, levanto la cabeza y observó a Imadia, que solo permanecia ahí, sin hacer nada más.
        —¿Por que no me atacas?—Le gritó, Imadia no contestó—Entiendo, no puedes atacar, tan solo defenderte, tu genio es una basura.
        —Te estoy dando la oportunidad de que te redimas, eres tan necio como para que aceptes que no tienes oportunidad contra mi, ento...—Dione la atacó de nuevo, esta vez haciendo uso de todo su poder,pero ella como siempre, lo esquivó
        —Si que eres necio, pero no puedo perder más tiempo contigo, tendré que acabar con ésta pelea.
        —¿Ah si? ¿Y que harás? Te hemos estudiado muy bien, no posees magia, no sabes usar tu espada, eres una inútil...
        —¿Te has preguntado alguna vez lo que es la magia?—Dijo Imadia sin molestarse por las palabras de Averi.
        —¿Bromeas? Yo vivo con la magia, algo que tu nunca conocerás..
        —Entonces respondeme...
        —La magia es el poder, son los hechizos, los conjuros, son armas mortales...
        —Eso solo es una parte de la magia, la magia envuelve más de lo que te imaginas, no solo es para destruir, la magia es la habilidad para hacer posible lo imposible, la magia es un don o mejor dicho, la magia es una herramienta, es una llave para la felicidad...
        —Tonterias...
        —¿y dices que la magia es tu vida?, acabas de decir que no se usar la espada, que te parece ésto...—Imadia extendió su brazo y su espada se materializó, en la misma proporción que el Genio.
        —Interesante, te mataré con la espada entonces...—Dijo Averi, el materializó su propia espada y se puso a la defensiva, no era tonto, sabía que Imadia estaba peleando estupendamente y tal vez Si sabía manejar la espada despues de todo.
        —Dime una cosa Averi ¿Tu Criatura Divina está dispuesta a morir por tí?.
        —¿Que...? —Averi titubeó y junto con él Dione, Imadia levantó la espada y le asestó un golpe, en otras condiciones Dione hubiera detenido el ataque de Imadia, sin embargo esa ligera distracción causó que la espada de Imadia le partiera el brazo en dos. Dione dió un grito desgarrador. Imadia no perdió el tiempo, le enterró la espada justo en el corazón. La sangre empezó a brotar del cuerpo de Dione. Imadia sacó su espada y miró como Dione se desplomó en el suelo, su forma de Criatura Divina se fué deshaciendo hasta que Dione desapareció por completo quedando solo Averi.
        —¿C-omo es P-pposible...?
        —Aun no lo has entendido
        —E-ntender...que debo e-ntend...¿Tu...? ¿Eres tu...? tu......—Sin terminar lo que iba a decir, Averi murió.
        —Descansa en paz—Imadia observó por última vez a Averi, su Criatura Divina, el Topo, yacia tambien muerto a pocos metros de ahí, Imadia no puedo evitar sentir un estremecimiento, eran los primeros cadaveres que veía en su vida, y lo peor de todo era que sabía que vendrían muchos más. Se elevó y fué volando hacia el lugar donde había luchado Zagato contra Alviclef, no tardó mucho en encontrarlo en medio de la estela de destrucción, estaba en su forma normal de humano, no había rastro del Genio, se acercó sintiendo una terrible congoja en el pecho, creía que estaba muerto, entonces Zagato se quejó. De inmediato se separó del genio y fué hacia él.
        —¡Zagato! ¡Zagato!, ¿Estas bien...? pensé que estabas muerto...
        —¿Muerto? ¿que dices? estoy bien, bueno no tan bien, me duele todo, mi genio Petrix, es más fuerte de lo que parece, él me protegió.
        —¿Tu genio?, pero, si es tan fuerte ¿por que los derrotaron tan facilmente? ¿Y donde está él?
        —No soy tan hábil como pensaba, me falta mucho entrenamiento, y no se donde está, de pronto se desvanecio ¿a proposito donde está Molix?
        —¡Molix! ¡Lo olvidé por completo! ¡Vamos!
        —¡Está lejos!—Dijo Zagato, no estaba para una larga caminata.
        —Yo te llevaré—Le vino a Zagato una imagen de Imadia cargandolo en brazos y se puso rojo de verguenza...
        —Pero...—Imadia convocó a su genio y se introdujo a él, levantó a un sorprendido Zagato con su mano y se alejaron a donde estaba Molix. Despues de todo Imadia si lo cargó, pero no como él lo habia imaginado.
        Lo encontraron en muy malas condiciones, Imadia recuperó su forma, Zagato no nizo ninguna pregunta sobre lo que habia pasado, no era el momento adecuado.
        —Molix te curaremos...
        —Mi tiempo ya pasó, escuchenme, ustedes son la última esperanza para Céfiro, ahora puedo irme en paz porque se que lo pueden hacer, rescaten al futuro Pilar, derroten a Olbaid y salven a Céfiro...—El cuerpo ensangrentado de Molix lo decía todo, Imadia y Zagato no lo aceptaban, pero muy en el fondo sabían que era la última vez que lo verian con vida.
        —No Molix, no te despidas, te pondrás bien y, y...—Dijo Zagato muy desesperado.
        —No-o los o-olvidaré...
        —No, no ¡NOOOO!—Gritó Zagato, ya al borde de la histeria.
        —Adios Molix.—Dijo Imadia mas tranquila que Zagato, se estaba despidiendo.
        —F-finalmente dijiste mi nombre bien-n... adios, Imadia mi guerrera mágica, adios-s Zagato....
        —¡NOOO! ¡NOOOOO!—Continuaba gritando Zagato, el no lo aceptaba de ninguna manera.
        Molix faleció, lo enterraron justo ahi, el así lo quiso, Imadia y Zagato permanecieron un tiempo ahí, en silencio, tristes, finalmente quien  rompió el doloroso silencio fué Imadia.
        —Zagato, no te dejes inundar por la furia y el dolor, eso solo conduce a la perdición. Ahora tenemos un deber que cumplir y no debemos hacerlo sólo por venganza, sino por Céfiro.
        —¿Asi que los sentimientos me llevarán a la perdición? Pues no me importa, vengaré a Molix, lo juro en su tumba, lo juro por su memoria...
        —Zagato...—Imadia no insistió más, no tenia ningun caso.
        La lluvía empezó a caer, no era muy común que lloviera en Céfiro, de hecho nunca lo hacía, pero ahora las cosas eran diferentes. Ahi, en medio de la tormenta, dos personas se encontraban al borde del precipicio de sus destinos, podrían caer irremediablemente a él, o construir un puente de desiciones y conformar su propio camino, su propia vida.
        Zagato convocó a Petrix y el genio apareció, despues de todo no había desaparecido. Petrix y el genio de Imadia se elevaron del suelo, sus extraños cuerpos mojados contrastaban con el cielo cubierto de lluvia. Ambos iban en silencio, sabían a donde se dirigían, tal vez a su muerte. Algo era seguro, nada volveria a ser lo mismo.
        No tardaron mucho tiempo en llegar, desde el cielo vieron a la Horda de Olbaid, que se esparcia por cientos de metros. Se veían mal, cansados, hambrientos, tambien a ellos les había afectado el deterioro de Céfiro, entonces ¿Que buscaban? tal vez ni ellos mismos lo sabían.
        En el cielo, a lo lejos, entre el borroso manto creado por la lluvía vieron una figura, se encontraba suspendida en el aire, quieta, como esperandolos, al acercarse lo suficiente vieron quien era: Alviclef en Doblek,  la Criatura Divina que sin mucha dificultad había vencido a Petrix.
Los genios de Zagato e Imadia se detuvieron a poca distancia de él.
        —Creí que estabas muerto, debí suponerlo, ya no daré nada por hecho.—Dijo Alviclef
        —¡Te haré tragar tus palabras!—Le gritó Zagato, aún bastante dolido por lo de Molix.
        —La lucha es inevitable...—Dijo Imadia, Alviclef por primera vez le prestó atención.
        —Que tenemos aqui, así que tu venciste a Dione, no pareces la gran cosa, no sé como ese imbecil se dejó vencer...
        —Imadia—Le dijo Zagato en voz baja—Ve a rescatar a el futuro Pilar, yo me encargaré de él.
        —Pero...—Replicó Imadia, Zagato no era rival para Alviclef.
        —¡Hazlo!, tengo un asunto pendiente aqui...
        Imadia no discutió más, se alejó volando pasando a un costado de Doblek, quien no hizo ningun intento por detenerla, simplemente dijo:
        —Va a su muerte, Olbaid se encargará de ella...
        —Y supongo que tu te encargaras de mi...—Terminó la frase Zagato.
        —En 20 segundos...—Diciendo ésto Doblek se lanzó sobre Zagato, un poco lejos de ahí, Imadia escuchó las explosiones, sintió un ligero impulso por regresar, pero no debía hacerlo, sabía que no debía. Debajo de ella, la horda intentaba atacarla, con pequeños hechizos, flechas, incluso piedras, pero todo era inútil, pasó de largo sin siquiera verlos, ellos no eran el objetivo principal, el objetivo era Olbaid. Se preguntaba ¿cuantas Criaturas Divinas más había?, ¿A cuantos más tenia que matar?. Observó el lugar. Justo en medio de la horda, había una especie de construcción, sin duda ahí estaba Olbaid, flotó graciosamente y aterrizó, algunos magos y guerreros intentaron atacarla, pero todo quedó en intento, sin ninguna dificultad los eliminó.
        Vió mas detalladamente la construcción, en realidad era una cueva, ellos debían de estar en constante movimiento por lo que no pudieron construirla, asi que debían haberla robado o algo así. Imadia con su genio no cabía, así que se separó de él, ésta vez el genio volvió a su forma de diadema, la tomó en sus manos y la puso en su frente. La espada se materializó en su espalda.
        Entró a la cueva. La gruta principal estaba tenuemente iluminada con velas en candeleros pegados a la pared. No habia nadie, error, si había alguien, media docena de guerreros la atacaron, ella levantó su espada y tiró un golpe, la tierra se abrió producto de la energía empleada, los 6 guerreros volaron en el aire en girones de sangre y carne. Siguio caminando, y de pronto se le ocurrió: ¿en que momento aprendió a usar la espada?, observó su arma por unos instantes, luego se encogió de hombros y siguió avanzando.
        Encontró algunas grutas más, con unos pocos guerreros protegiendolas, los mató a todos, se preguntaba si no terminaria por acostumbrarse a matar, aquel pensamiento la horrorizó. Finalmente llegó a su destino y...no podía ser más cruel. Como una horrible visión se alzaba frente a ella el espectaculo mas horripilante que hubiera visto jamás, y de pronto todo tuvo sentido, tardó algunos segundos en asimilarlo, sin embargo, de alguna manera, todo el tiempo lo supo.
 
 

        Zagato en Petrix cayó al suelo haciendo un enorme boquete, de milagro no perdió el conocimiento, le dolia todo el cuerpo, sin embargo no tenia tiempo de pensar en esas pequeñeces, Doblek estaba a punto de atacarlo de nueva cuenta, intentó incorporarse pero justo en ese momento Doblek le atascó un impresionante golpe en la cabeza, su puño se hundió en la cara deformandosela grotescamente, pedazos de Petrix se esparcieron por todos lados. Doblek se levantó en el aire y extendió los brazos, algunas emanaciones de energia se empezaron a desprenderse de él, estaba preparando un hechizo. Un hechizo muy poderoso. Zagato intento moverse, pero Petrix no le obedeció y continuó tirado en el suelo, convulsionandose. Estaba indefenso y a punto de recibir el fatal ataque de Alviclef.
 

        La gruta era grande, oscura, grasosa, pero eso no era lo peor, lo peor era el cadaver que yacia justo en el medio, en una plancha de piedra, y por su aspecto, tal parecia que había sido sacrificada, pero lo que más la aterró, fué que en el rostro de la chica muerta había una lágrima, una única lagrima fresca, humeda, clara, una desgarradora lágrima que resaltaba en la tenebrosa oscuridad de la caverna, esa lágrima simbolizaba absolutamente todo: El dolor, el sufrimiento, la desesperación, el llanto, la esperanza, la valentia, el coraje, la muerte, la vida, el amor, todo.
        —Una lágrima en la oscuridad—Dijo una extraña voz a su espalda, sin duda debía ser la de Olbaid.
        —¿Porqué...?—Imadia se empezó a estremecer, no sabía si de la indignación, del asco, del terror o de la tristeza.
        —Porque así tenía que ser, así como existe la bondad más pura, tambien existe la maldad más negra y sólida, es un equilibrio que ha prevalecido desde el inicio de los tiempos y así va a continuar hasta el fin de los mismos, ésta muerte era necesaria para que el balance del bien y el mal continuara, y ella lo sabía, esa lágrima fué algo... inesperado, un intento fnal de la chica, un regalo supongo...
        —Mi nombre es Imadia, eso es lo único cierto en éste infernal embrollo y me importa un comino tu balance del bien y el mal, y yo te voy a matar por tus crímenes, maldito bastardo.
        —Justo en el momento en que sientas odio, estaras perdida, que tu no dijiste: "el dolor y el odio solo te llevarán a tu perdición"
        —Asi que realmente nos espiabas.
        —El terror y el miedo son mis mejores armas
        —Nadie puede ayudarme—Exclamó Imadia, pensó en el nombre de Olbaid, como no la había supuesto antes: Olbaid-diablO, era la maldad misma encarnada.
        —Te he subestimado, nos engañaste a todos, o tal vez ni tu misma lo sabias, es por eso que no me di cuenta antes, ese Guruclef fué muy astuto al elegirte.
        —Dime la verdad ¿porque mataste a El Pilar?
        —Ella no era El Pilar, nunca lo fué, tal vez pudo serlo, su voluntad y fuerza interior eran de lo más fuertes que yo haya visto, sin embargo existía otra persona, mas fuerte aún, el verdadero Pilar: tú.
        —Me di cuenta cuando ví esa lágrima, despues de todo Si era un regalo. Un regalo dirigido a mi para que yo finalmente entendiera...
        —¿Me tienes miedo? Dijiste que nadie podía ayudarte.—Exclamó Olbaid.
        —En esta cueva existe el miedo, todo está impregnado de él, las rocas, las velas, incluso ella, pero la emanación mas grande proviene de ti, estás aterrado, yo lo he comprendido y tu tambien, justo en el momento que supe que era El Pilar, sabías que era tu fin, por eso trataste a toda costa que yo no me enterara, sin embargo es demasiado tarde...
        —Si es demasiado tarde, pero para tí, te voy a matar, como la maté a ella, ¡Preparate para morir!
 
 
 

        Zagato trataba de hacer que su genio Petrix reaccionara, pero no lo conseguia, arriba de él Doblek estaba a punto de desintegrarlo con un poderoso hechizo, entonces Zagato escuchó una voz:
        —"Escuchame Zagato, tu puedes hacerlo, solo concentrate en tu Genio"
        —¿Guruclef...? No puedo hacerlo, está muy lastimado...
        —"Regenéralo, sólo concentrate en el elemento de tierra, siente el poder de todo Céfiro, de ahí proviene el poder de tu genio..."
        —"¿De todo Céfiro...? ahora lo entiendo, sólo debo concentrarme ¡Debo concentrarme! ¡DEBO CONCENTRARME!—Una intensa luz rodeó a Petrix y explotó, la fuerza de la explosión arrojó lejos a Doblek, su hechizo se desvaneció en el aire y de entre la luz y el humo dejados por la explosión, surgió la verdadera forma de Petrix, Doblek detuvo su vertiginoso vuelo y furioso arremetió contra Petrix, quien estaba inmovil, le dió decenas de golpes que Petrix recibió sin moverse un sólo milimetro.
        —Es tu fin...—Dijo Zagato y le tiró un golpe a Doblek. Su brazo lo atravezó como gelatina y sin sacarlo le soltó una descarga de energía, Doblek estalló en mil pedazos con Alviclef dentro. El arrogante hechicero murió instantaneamente.
 
 

        Dentro de la gruta, Imadia estaba furiosa:
        —Olbaid o diablo o como sea el demonio que te llames, el fin de tus horribles crímenes ha llegado—Imadia extendió su mano y cerró los ojos, ya no queria seguir viendo a tan inmunda criatura.
        —¿Crees que me haras algun daño? ¡¡¡Soy inmortal!!!—Gritó Olbaid riendo.
        —Este es Céfiro, la fuerza de voluntad predomina por sobre todas las cosas, y es mi voluntad que tu ahora mismo te vayas al infierno maldito  infeliz...
        —¡No puedes!
        —¡Si que puedo! ¡SOY EL PILAR!—De la mano de Imadia salió Magia, en su más pura y casta forma, la irradiación inmaculada envolvió a Olbaid y sin siquiera permitirle quejarse lo esfumó entre una nube con olor a azufre. Imadia observó su mano y sonriendo dijo para si misma:
        —Sabia que podía hacer magia.
        Recordó a Zagato y salió de inmediato a "auxiliarlo", pero se llevo una gran sorpresa al verlo victorioso, aunque estaba algo lastimado, Imadia extendió su brazo de nuevo y lo curó, ahora el asombrado era él, finalmente Imadia podía hacer magia. Pero la sorpresa fué mayor aún cuando Imadia le comunicó que ella era El Pilar. Se lamentaron la muerte de la otra chica, pero la vida continua, había mucho por hacer, nada mas ni nada menos que reconstruir Céfiro.
         La horda fué facilmente disuelta ya sin el control de Olbaid y con la refulgente magia de Imadia, todos volvieron a la normalidad.
 
 

        Transcurrieron 2 largos meses de reconstrucción, un dia cualquiera en el palacio, Zagato le preguntó a Imadia:
        —¿No deseas volver a Mundo Místico?
        —No, no lo deseo, se que estoy dejando una vida atras, pero no me importa, ahora Céfiro lo es todo para mi.
        —¿Y tu familia? que me dices de ellos ¿no estaran preocupados por ti?
        —Tal vez, no lo sé, puede que en Mundo Místico tan solo transcurran unos minutos, si algun dia regresó nadie notaría mi ausencia.
        —Tienes razón, ademas yo no soy nadie para entrometerme en tu vida.
        —Es cierto.
        —¡Quee...!
        —Es una broma, yo...
        Cerca de ahí Guruclef observaba con una sonrisa al curioso duo que se alejaba discutiendo, entonces un pensamiento, una premonición le esombreció su feliz momento, algo sucederia en el futuro, no sabía que, pero sin duda seria algo muy grave...
 
 
 
 

Notas del autor.-

        La saga de Imadia conluye, aunque ciertamente fue: Vana, ridícula, graciosa, fascinante, aterradora, sentimental, inesperada, etc. ¿todo eso? En realidad depende de la persona que lo lea, cada quien ve lo que mejor le parece, y a muchos puede no gustarle. En lo personal, a mi SI me gustó el final que le di a la saga de Imadia, aunque está mal que yo mismo lo diga, seria presunción, pero que rayos, disfuté mucho escribiendolo, y si en capitulos anteriores dije que aquellos estaban pésimos, ahora puedo decir que éste me quedo freg... sin embargo eso no es todo, aún falta el final de la historia regular, y no tendrá nada que ver con éste final, aunque ese final quien sabe como me quede, espero que bien.
        Ahora vamos con las explicaciones de cosillas que pudieron quedar en el aire, en primer lugar, tal vez hayan pensado desde el principio de la saga de Imadia que la chica que Olbaid raptó era Esmeralda, pues no era, jamás dije su nombre, y nunca lo hice porque era un personaje que desafortunadamente no iba a sobrevivir, esto era una de las pocas cosas que tenia planeadas desde un principio, la que si era Esmeralda aparece en la vida de Zagato (y de todos) pocos años después (vuelvo a aclarar que todo es de acuerdo a mis locas ideas)
        Otra de las poquitas cosas que tenia planeada es el titulo de la historia: Una lagrima en la oscuridad, obvio, ya se dieron cuenta del porqué del título, aunque ciertamente no tenia planeado hacerlo en la saga de Imadia, mi idea original era utilizarlo en alguna de las Guerreras, posiblemente en Marina, y justo al final de la historia, que concluyera con esa frase, pero decidí utilzarlo en este capítulo, tal vez porque andaba de buenas.
        Imadia durante algunos años cumple perfectamente sus funciones de El Pilar, y por las razones que ya comenté en capitulos anteriores, cae poco a poco en el lado de la maldad, de hecho ésta caida es un poco más compleja e interesante de lo que parece, tal vez en el futuro haga una historia alterna (sidestory) de ello, todo depende de las sugerencias que tenga.
        Se me olvidaba algo muy importante, creo que Rayearth el genio de lucy, es quien realmente tiene el poder que simboliza a Céfiro o a la Tierra en el caso de los OVAS, aqui yo puse que era el genio de Zagato, como dicen por ahí, se me chispoteo, ya no quise corregirlo, de cualquier manera no es muy importante para la historia.
        Y de Molix que puedo decir, pobre, desde que empezó la historia a puro sufrir, ni modo ya le tocaba, aunque en su testamento solo me dejó maldiciones e insultos, ¿yo que le hice?
        Habrán notado que en este capítulo ni en el anterior, no puse un solo comentario o situación graciosa, la razón es que no lo creí conveniente, los eventos que estaban sucediendo eran demasiado dramáticos para ello, ademas no se prestaba.
        Y sobre lo de Olbaid-diablO ¿quien se había dado cuenta?, fué un pequeño juego de palabras que hice, y de hecho acostumbro a hacerlos en todos mis fanfics, a veces con nombres a veces con lugares...
     Supongo que no desean seguir leyendo más tonterias, que en lugar de llamarse: Notas del autor, deberian llamarse: Disparates del autor. No tengo otra cosa que decir mas que:
        ¡Que estan esperando vayan de inmediato al siguiente capitulo!
 
 
 

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