Pudiera decir muchas cosas que observé en el General Rosendo o que me dijeron sobre sus actuaciones, pero hacerlo sería proceder con la misma ligereza con que él lo hace al relatar los hechos y al referirse a diversas personas, entre otras a mí. No compito en materia de chismografía y menos cuando se trata de temas serios. Ahora bien, con toda responsabilidad y serenidad haré las siguientes precisiones en torno a lo afirmado por el General Rosendo durante la interpelación en la Comisión de la Asamblea Nacional el pasado viernes 10:
1. En la oportunidad en que fuimos interpelados en la misma Comisión parlamentaria, tanto el Alcalde Freddy Bernal como yo negamos una presunta conversación de ambos sobre la movilización de los Círculos Bolivarianos, de los barrios y los cerros, el 11 de abril.
2. Mal podía yo ordenar la movilización de organizaciones populares en las que no tengo injerencia. Carezco de conexión y ascendiente sobre los Círculos Bolivarianos y los partidos que respaldan al gobierno del presidente Chávez.
3. Durante las tensas horas del 11 de abril, mientras en las instalaciones de la Inspectoría General de la FAN recibíamos información y observábamos por televisión el desarrollo de la marcha convocada por la oposición, mostré mi preocupación por lo que ocurría y por la posibilidad de que la referida marcha se dirigiera hacia el Palacio de Miraflores. Por tal razón me comuniqué con los directivos de los medios de televisión para que advirtieran el riesgo que se corría y trataran de disuadir a los organizadores de la marcha de ese propósito. Igual posición expresé a personas allí reunidas. Temía que el desplazamiento de la marcha hacia la sede del Ejecutivo -y así lo dije reiteradamente- provocara la reacción de sectores populares partidarios del gobierno y todo culminase en un enfrentamiento fratricida de incalculables proporciones.
4. La versión tendenciosa en la que se apoya el General Rosendo para hacer una insólita interpretación de mi actitud, proveniente de un oficial ayudante suyo -por cierto, presuntamente implicado en el golpe contra la Constitución-, no tiene sustento alguno. Es un testimonio muy personal, contrastante con el de otras personas que confiesan que en ningún momento dije lo que maliciosamente se me atribuye.
5. Cada quien, en situaciones difíciles, tiene maneras de reaccionar. Unos lo hacen con valor, otros con cobardía. Cuando alguien está acosado por el miedo es capaz de incurrir en increíbles miserias. Pero de las fechas trágicas que hoy son analizadas, surge una verdad incontrastable: cumplir con él deber de defender la Constitución y al gobierno legítimo que el pueblo escogió, o la traición. No se puede acusar ahora de delito defender la Constitución y, de paso, eludir las responsabilidades de quienes, por su destacada posición dentro de la institución armada, no estuvieron a la altura de las circunstancias.
6. Finalmente, y como todo en política tiene algún sentido, tácito o expreso, no deja de sorprender que cuando el diálogo del cual soy portavoz oficial comienza a avanzar para bien del país, se produzcan ataques arteros. Tengo mi conciencia tranquila: jamás he practicado la violencia. Y para la determinación de cualquier responsabilidad estoy a la orden de los organismos competentes, como siempre lo he estado.
Jose Vicente Rangel
Vicepresidente de la Republica |
