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Aulonocara nyassae, Regan 1921.

Por Manuel Zapater.


En el caso de este pez, su propio nombre nos indica su origen geográfico, el lago Nyassa, ahora Malawi, del que provienen un gran número de especies que se encuentran en los acuarios de los aficionados a los cíclidos.

También llamado cíclido pavo real por su intenso color azul y aletas con multitud de ocelos, el nyassae es forma parte del gran grupo de los Aulonacara, peces de mediano tamaño, que al contrario que otros grupos de incubadores bucales como los M´bunas (Metriaclima, Pseudotropheus, Labeotropheus, Tropheus, Labidochromis, etc.), no vive tan cercano a las rocas, sino que prefiere los fondos semidesnudos, refugiándose en los huecos formados por las rocas tan solo cuando se siente amenazado o las hembras que se encuentran incubando.

Es un pez con un cuerpo relativamente alto, comprimido lateralmente, con las aletas anal y dorsal particularmente alargadas, sobre todo en el caso de los machos y de unos 15 cm de tamaño. El color de fondo es azul metálico, presentando los machos de algunas variedades una mancha de color ocre-rojizo detrás del opérculo. Las aletas dorsal y anal están bordeadas por una banda blanca bastante ancha y tanto en ellas como en la caudal hay gran cantidad de manchas más o menos redondeadas o alargadas de color rojo. Por su parte, las hembras son beige, con reflejos metálicos. En la cabeza destaca el gran tamaño del ojo y la boca protráctil, lo que delatan que nos encontramos ante un predador, en su medio natural se alimenta principalmente de pequeños invertebrados y alevines de otras especies o incluso de la suya propia.

Este patrón de coloración lo empiezan a adquirir los machos a partir de unos 8 cm de tamaño, siendo los juveniles muy similares a las hembras, probablemente para evitar ser dominados por los machos adultos. Es posible empezar a distinguir machos de hembras a partir de unos 5-6 cm, fijándose bien en las aletas y teniendo en cuenta que el macho dominante del acuario (si en este solo hay juveniles) será algo más oscuro que el resto. La diferencia de tamaño también puede ser un indicador, ya que los machos crecen más rápidamente que las hembras y alcanzan así mismo un mayor tamaño final.

Su carácter en el acuario debe ser tenido en cuenta, ya que uno de los errores más comunes que se cometen con él es juntarlo en un tanque de apenas 200 l con m´bunas, de movimientos mucho más rápidos y territorialidad más acentuada, que le hacen la vida imposible. Es un pez muy tímido, que no dudará en esconderse entre las rocas si no se siente a gusto, por lo que habrá que poner gran cuidado en la elección de sus compañeros. Pero a su vez, las relaciones interespecíficas no son todo lo buenas que pudiera esperarse, ya que los machos no se soportan demasiado bien y además son capaces de aprovechar su mayor tamaño para intimidar a las hembras, por lo que en principio deberíamos guardar un solo macho por acuario, acompañado de al menos dos hembras. En caso de tener demasiados machos, pondremos por lo menos cuatro en un acuario suficientemente grande, de tal modo que se forme una jerarquía en la cual posiblemente sólo se reproduzca el dominante, pero al menos no perderemos a los otros.

Dado que nos encontramos ante un carnívoro, la alimentación podrá estar basada en comidas congeladas tipo Artemia, Daphnia, larva roja o negra de mosquito, etc, por supuesto que apreciarán todavía más estas mismas presas si están vivas. Otras posibles comidas ocasionales pueden ser lombrices de tierra bien limpias y cortadas a un tamaño apropiado (2-3 cm para los peces adultos). Como corrector vitamínico una vez a la semana puede emplearse algunas escamas o piensos especiales para cíclidos, aunque si los mimamos demasiado, es posible que no se los coman de tan buena gana como las presas vivas. Así mismo pueden prepararse papillas caseras, que siempre dan buen resultado. La composición puede ser muy variada y pueden encontrarse "recetas" en muchos lugares, aunque el pescado blanco, las gambas y algún vegetal como las espinacas están siempre presentes.

Teniendo en cuenta sus hábitos de vida y también su particular forma de alimentación, diseñaremos un decorado a su medida. No será ya necesario cubrir todo el fondo con rocas, ya que normalmente no se refugiarán en ellas (siempre que consigamos proporcionarles unas buenas condiciones). Un par de montones de rocas o incluso de raíces en las esquinas, dejando una amplia playa de arena en el centro, puede ser una buena idea. Además, podemos aprovechar que no se trata de un vegetariano como otros incubadores bucales para decorar el acuario con plantas naturales. En este caso, elegiremos aquellas que se adapten bien al tipo de agua dura y alcalina que necesita el pez. Es bastante recomendable pensar en especies de plantas que puedan sujetarse a las rocas (Anubias, Microsorium, etc) o en aquellas con un sistema radicular suficientemente desarrollado como para no ser desplantadas fácilmente (Vallisneria, Echinodorus, Crinum, etc).

Las condiciones físico-químicas del agua no son difíciles de alcanzar para aquellos que vivimos en regiones donde el agua de la red pública es dura y alcalina. El pH debe estar por encima de 7,5, la dureza debe ser superior a 25º GH y la temperatura alrededor de 25 ºC. Es importante que el acuario tenga un tamaño suficiente, si bien para un trío acompañado por alguna pareja de una especie pequeña pueden ser suficientes 200 l., lo más adecuado es no bajar de 300 l., dado el tamaño que pueden alcanzar. La filtración debe ser particularmente buena y los cambios de agua frecuentes (por lo menos un 25 % semanal), ya que son mucho menos resistentes que otros incubadores bucales a los nitritos y pueden contraer enfermedades fúngicas si se encuentran en malas condiciones. La iluminación, como siempre, dependerá más de la vegetación del acuario que de los propios peces, pero sería aconsejable alrededor de 100 w para 300 l (por ejemplo, tres tubos de 30 w = 90 w o tres tubos de 36 w = 108 w).

Los compañeros de acuario deben ser elegidos con cierto cuidado, ya que no deben de ser demasiado territoriales ni agresivos. Si queremos mantener un acuario del lago Malawi, una combinación muy bonita por el contraste de color y el carácter pacífico de ambas especies, es junto a Labidochromis caeruleus (ver artículo), de intenso color amarillo y que se muestra también muy respetuoso con las plantas de acuario. Otra posibilidad es encontrar especies del lago Tanganyka, cuyo comportamiento sea compatible, como los Julidochromis de tamaño grande (J. regani, J. dickfeldi o J. marlieri), con la esperanza de que se forme una pareja. Desde luego, NO debemos poner en el mismo acuario a especies como Metriaclima zebra, Cynotilapia afra, Labeotropheus trewavasae, etc, ya que la velocidad de sus movimientos asustaría a los Aulonacara nyassae y nunca llegaríamos a ver a los machos en plena coloración.

La reproducción, una vez bien aclimatado el pez a nuestro acuario es fácil de conseguir con ejemplares de más de un año y medio de edad. La puesta y posterior recogida de los huevos en la boca por parte de las hembras se realiza de modo similar a otras especies de incubadores bucales, por lo que no va a ser descrita de nuevo en este artículo. El número de huevos puede llegar hasta alrededor de 50 para una hembra adulta de una docena de cm y algo menos de 20 para una joven de 8 cm. La incubación dura aproximadamente 28 días a 25 ºC y los alevines son liberados con unos 9-10 mm de tamaño y un saco vitelino aún considerable, que les durará un par de días más. El color inicial de los alevines es gris, pero su tonalidad variará para confundirse con el entorno. El crecimiento, en un acuario de 100 l., es relativamente rápido, alcanzando 2 cm el primer mes y 5 cm a los 4 meses.

En resumen, un bonito pez para aquellos que siendo aficionados a los cíclidos africanos no renuncien al placer de un acuario densamente plantado, ya que esta especie, al ser predominantemente carnívora, no atacará las plantas como lo hacen otros incubadores bucales. El único problema que se nos puede plantear es a la hora de elegir a sus compañeros de acuario, ya que su excesiva timidez debe ser tenida en cuenta, pero aún así la gama de especies que pueden escogerse es grande y las combinaciones son muy atractivas. En fin, si alguien dispone de un acuario de 300 l. y quiere el "imposible" de cíclidos incubadores bucales africanos y plantas abundantes..., aquí está una de las soluciones. 

Manuel Zapater, Noviembre 1.999

 

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