A veces la casualidad hace coincidir a dos genios en una misma película. Tal es el caso de Sed de Mal. Corría el año 1958, la Universal se habia propuesto un proyecto nada pretencioso. Rodar una película con buenos actores y ya está. Hablaron con Charlton Heston para proponerle el papel de Vargas, entre otras cosas le dijeron que Orson Welles interpretaría el papel de Hank Quinlan. Algo debió de pasar en esa conversación ya que Heston, aceptó el papel entendiendo que la dirección corría también a cargo de Welles. Los directivos de la Universal, para no perder la baza de Charlton Heston, confiaron a Welles la dirección. Orson Welles aceptó con la condición de que le dejaran reescribir el guión. La Universal aceptó. En una semana Welles tenía escrito el texto, basado en el guión anterior de Paul Monash. Y así es como un proyecto nada pretencioso en su principio, llegó a convertirse en una de las cimas del séptimo arte. El final de la historia es que Orson Welles, después de su extraordinario trabajo en la dirección y en el guión, sólo cobró por su interpretación de Quinlan. Desde luego era por algo que en los estudios le llamaban el "Enfant Terrible". by «Terry Maloy», 2001