Angie Dickinson
Angie Dickinson debutó en el cine en 1954
con un breve papel en el musical Lucky me. El resto de la década del
cincuenta y toda la del sesenta la verían en innumerables ocasiones en roles
sin mayores ambiciones expresivas, por lo general exhibiendo las piernas, que
llegaron a ser conocidas en esta época como las más bellas de Hollywood. El
western Río Bravo (1959), el drama La jauría humana
(1966) y el film de ciencia-ficción The Resurrection of Zachary Wheeler
(1971) constituirían excepciones en este sentido. Le permitirían demostrar al
público y la crítica ser bastante más que un mero objeto decorativo. Muy
popular en los ańos setenta por su protagonismo en la serie de televisión La
mujer policía, Dickinson conocería nuevas oportunidades de lucir sus
aptitudes histriónicas en el thriller Vestida para matar (1980)
de Brian De Palma y, ahora como actriz de reparto, en el remake de Sabrina
(y sus amores) (1995) dirigido por Sydney Pollack.