Frank Capra

 

 

A pesar de contar con diversos detractores y que su obra sea continuamente revisada, haciendo fluctuar su reputación, no hay duda de que Capra debe ser considerado como uno de los grandes realizadores de Hollywood anteriores a la segunda guerra mundial. Sus obras se caracterizan por ser una llamada al retorno de los valores éticos y morales, y por fomentar un gran optimismo pese a la Depresión, una época en que el público necesitaba este tipo de mensajes, lo que colaboró con su enorme éxito y popularidad.

Capra inicia su carrera cinematográfica en 1922, cuando, siendo un veterano de la primera guerra mundial y un ingeniero químico en paro, produce un cortometraje independiente. Empieza a aprender los oficios del cine y trabaja como guionista de los cómicos Mack Sennet y Hal Roach. Entre 1926 y 1927 dirige los episodios del cómico Harry Langdon, pero es despedido cuando éste decide dirigirse a sí mismo. Empieza a trabajar para Columbia, donde realiza veinticinco películas durante diez años, incluyendo dramas bélicos y melodramas lacrimógenos, y empieza a labrarse fama como buen director de productos rentables en cualquier género. Finalmente en  comienza la comedia La jaula de oro (1931), donde cuenta con la colaboración de Robert Riskin escribiendo los diálogos, e iniciándose entre ellos una relación laboral muy productiva. Su trabajo juntos iniciará la llamada "fórmula Capriskin": comedias sociales donde un individuo se enfrenta de forma idealista a una institución corrupta.

Esta fórmula tendrá un enorme éxito durante la Depresión, resaltando méritos como la libertad individual, el idealismo, el amor al prójimo y toda una serie de valores morales. Fruto de esta colaboración serán las célebres La locura del dólar (1932), Sucedió una noche (1934), su primer Oscar al mejor director, El secreto de vivir (1936), su segundo Oscar también al mejor director, Horizontes perdidos (1937), Caballero sin espada (1939), Juan nadie (1941) y la mítica ¡Qué bello es vivir! (1946). Según el propio Capra, el mensaje moral de estos títulos es debido a su propia experiencia personal, que tras una larga enfermedad en 1935, le llevó a propagar los sentimientos generosos y solidarios a través del cine. Sus obras tuvieron un clamoroso éxito, consiguiendo diversos Oscars y el favor del público, hasta el punto de poner su nombre antes del título, como diría él mismo en su autobiografía. Dentro de su filmografía también cabe destacar las comedias Vive como quieras (1938), el tercer Oscar al mejor director, y Arsénico por compasión (1944).

Las obras de Capra han sido revisadas varias veces en la historia del cine, pudiendo tener diversas lecturas en los valores que propagan. Así, se lo ha acusado tanto de ingenuo, simple y sentimental, como de conservador, por sus mensajes individualistas y conformistas. Aparte de las opiniones sobre su contenido ideológico, no cabe ninguna duda sobre la gran calidad de las cintas de Capra y de su importante aporte al arte cinematográfico, donde cabe destacar también su labor en documentales, como la propaganda de la segunda guerra mundial Why We Fight y diversos episodios de educación científica realizados entre 1952 y 1957.

  

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